¿Vuelve a la palestra la celebre
cueva de los Tayos?
LA CUEVA
DE LOS TAYOS NUEVAMENTE A LA LUZ>>
Uno
de los enigmas más importantes de Suramérica muestra nuevos antecedentes
que podrían esclarecer el misterio de su más preciado tesoro.
(Terra.cl)
SANTIAGO, enero 2, 2006.- Después de treinta años de
silencio, uno de los pocos supervivientes de las expediciones que
exploraron la Cueva de los Tayos en 1976, el escocés Stanley Hall, ha empezado a desvelar en
entregas quincenales de su pagina web detalles de su participación en el
tema. Resucita así el interés por las investigaciones de Juan Moricz, el aventurero hungaro que se
autoproclamó descubridor de las cavernas y de su supuesta biblioteca.
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Según Hall, Moricz descubrió el
recinto-biblioteca gracias a los aborígenes shuaras, que le pusieron tras
la pista de "ciertas cosas" que sus antecesores habían dejado atrás.
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Pero Moricz llevó sus
especulaciones aún más lejos al asegurar que entre la lengua shuara y el
idioma de su tierra natal, el Magyar, existían notables analogías..
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Siempre al lado de Moricz
estuvo el espeleólogo vasco-argentino Julio Goyen
Aguado, de
religión mormona, que logró el apoyo para la primera expedición al lugar
(1968) junto a directivos de la "Iglesia de los Santos de los Últimos
Días". Lo hicieron porque el relato de Moricz concordaba con el mito de
las láminas perdidas del "Libro de Mormón" que dio origen a su fe..
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Aunque entonces ni Moricz ni
Goyen Aguado pudieron probar la realidad de la biblioteca de los Tayos,
Hall consideró que debían revisarse los trabajos de Moricz. A la vez,
entre 1997 y 1998, Aguado se interesó en ayudar al productor de televisión
Alex Chionetti (del que procede esta información) para elaborar un
completo documental sobre el tema y se ofreció a guiarlo hasta la
biblioteca perdida. Pero por desgracia, la entonces guerra abierta entre
Ecuador y Perú en la región truncaría sus intenciones. >>
Ahora, parece que partes
perdidas de la historia de los Tayos contadas por Goyen Aguado (muerto
accidentalmente en una expedición a los Andes argentinos en 1999)
reemergen: Aguado nunca reveló a Chionetti que tenía parte de la
"biblioteca perdida" en su poder. Fue un acto de silencio y lealtad a
Moricz, que no quebrantó en vida ni con su propia mujer. De hecho, ha sido
un viejo amigo y compañero de oficina de Aguado, Guillermo Aguirre, quien
mientras ayudaba a su viuda a organizar sus archivos y biblioteca, dio con
varias laminas de oro y plata presuntamente recuperadas en los Tayos.
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Aunque algunas de estas laminas
muestran similitudes estilísticas con las del padre Crespi (un salesiano de Cuenca,
Ecuador, que contaba con un Museo privado en su parroquia y que atesoraba
fragmentos de la mítica biblioteca, como el de la foto que acompaña a esta
información), hay otras de un estilo muy diferente, casi indígena, aunque
distinto a la orfebrería regional del área de los Tayos. >>
Al morir Juan Moricz en 1991 se
llevó todas las respuestas de este enigma a su tumba. No dejó testamento.
Tan solo un opúsculo con sus interpretaciones acerca del origen de la
humanidad y de los magyares en las estribaciones de la cuenca amazónica.
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Confiemos que nuevas
investigaciones de campo y exploraciones al lugar puedan arrojar en breve
alguna luz a esta historia de nunca acabar, y se recupere (si realmente
sigue ahí abajo) la biblioteca de oro de los Tayos. >>
Agradecimientos a:
Alex
Chionetti>>
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