El viaje en el espacio y el tiempo
( Publicado en Revista Creces, Junio
1983 )
Con Einstein el hombre se
introduce definitivamente en el espacio-tiempo
cuatridimensional, abandonando la miseria tridimensional
de la vida cotidiana. Con el la geometría de la luz se
transforma en geometría del mundo.
Supongamos que un
astronauta a bordo de una nave espacial va viajando a
240.000 km. por segundo (en relación a un observador
estacionario) y lanza un proyectil a 240.000 km. por
segundo en la misma dirección. El sentido común nos dice
que el observador estacionario podría creer que la
velocidad del proyectil es de 480.000 km. por segundo
(una simple suma de las dos velocidades). Pero esto
seria más rápido que la velocidad de la luz
(aproximadamente 298.000 km. por segundo), imposible de
acuerdo a la teoría de la relatividad de Einstein. Las
ecuaciones de la relatividad nos dicen que si el
observador estacionario midiera la velocidad del
proyectil, ésta sería solamente de 292.828 km. por
segundo. Algo menos de 53.000 km. por segundo más rápido
que la nave espacial. ¿Qué sucedió con la velocidad que
falta?. La respuesta a esta pregunta está arraigada en
la esencia misma del tiempo y el espacio, y nos provee
con una importante ayuda sobre cómo algún día podríamos
ser capaces de realizar el viaje final de ida y vuelta a
través del
tiempo.
Elasticidad
La manera
clásica de considerar el tiempo es que éste fluye como
una corriente continua, independiente de nuestras
actividades. Por supuesto nuestra percepción subjetiva
del tiempo varía, no solamente de individuo en
individuo, sino que también para el mismo individuo,
dependiendo de su estado de ánimo (el tiempo vuela
cuando uno está entretenido y es eterno cuando está
aburrido). No obstante, la mayoría de la gente estaría
de acuerdo en que existe una realidad objetiva, absoluta
y fundamental, en la cual el tiempo fluye
inexorablemente hacia adelante, independientemente de
nuestra apreciación subjetiva. Cualquier idea de que
este flujo pudiera ser acelerado, retardado o alterado
del modo que fuere, parece fantasía pura. Sin embargo,
hoy los científicos están hablando de un tiempo
elástico, que puede ser comprimido o estirado. Hablan
casualmente de lugares exóticos donde el tiempo se
detiene o aun cesa de existir, y en revistas técnicas
uno puede leer acerca de "partículas subatómicas que
retroceden en el tiempo".
El ejemplo de la nave
espacial y el proyectil antes mencionado, es una simple
y bien documentada forma del tiempo elástico, llamada
"dilación del tiempo" (1). Esto es posible debido a que,
de acuerdo con la teoría de la relatividad, tiempo y
espacio están íntimamente relacionados. Uno no puede
existir sin el otro. La relatividad también establece
que el tiempo y el espacio no son constituyentes
absolutos de la realidad, sino que, en cambio, son
flexibles y dependen del estado de movimiento del
observador. De este modo, en el ejemplo señalado el
proyectil casi va a 53.000 km. por segundo más rápido
que la nave espacial, pero también va 240.000 km. por
segundo más rápido que la nave espacial.
La
discrepancia podría ser resuelta si el observador
estacionario pudiera ver al astronauta tomar sus
cálculos: a una fracción substancial de la velocidad de
la luz, el viajero del espacio aparecerá lento. Su reloj
correrá más pausado (así como los latidos de su corazón
y todos los otros procesos vitales), y su regulador
aparecerá más corto. Cada uno de sus minutos (en
términos de tiempo terrestre) será más largo. Eso es lo
que significa la dilación del tiempo. Mientras más se
acerque a la velocidad de la luz más lento correrá su
reloj y su regulador se hará más corto. Si él pudiera
alcanzar la velocidad de la luz, tanto su regulador como
su nave espacial se reducirán a nada y el tiempo se
detendría del todo.
A la luz de estos extraños
efectos, cuando nuestro astronauta mide la velocidad del
proyectil con su regulador corto y su lento reloj (un
minuto es ahora dos minutos), él aparecerá con una
respuesta superior que la de nuestro observador
estacionario con sus medidas "normales". Por supuesto
que desde el punto de vista del astronauta, su reloj y
su regulador están completamente normales. Es el resto
del Universo el que ha disminuido su velocidad y ha
contraído su largura.
En este punto, el 99% de
nuestros lectores exclamará: "No, el resto del Universo
ha aumentado su velocidad". Yo sólo puedo responder que
aunque el sentido común nos muestra esto como verdadero,
el consenso de la opinión informada es que (para el
astronauta) todo el mundo "APARECERA" como habiendo
disminuido su velocidad. La relatividad nos ha llevado
más allá de nuestra experiencia, la cual es la base del
sentido común, y nuestro razonamiento normal parece
golpearnos de vuelta en la cara como un
elástico.
Si uno pudiera viajar más rápido que la
luz, el tiempo correría hacia atrás. Nuestro astronauta
podría ir en un viaje y regresar el día antes de su
partida. Tales cosas han sido consideradas imposibles,
pero, como veremos luego, bajo ciertas condiciones esto
podría ser lo que sucediera exactamente. Cualquier
teoría con implicaciones de tan largo alcance y que se
oponen a nuestra experiencia ordinaria no hubiera
logrado llegar jamás a penetrar en la corriente
principal del pensamiento científico, si no hubiera sido
verificada muchas veces en los laboratorios. Lo que es
importante aquí es el efecto que la relatividad tiene
sobre el tiempo.
La relatividad rompió de una vez
por todas la imagen clásica de un tiempo absoluto y
abrió las puertas a una imagen mucho más perturbadora,
la de un tiempo flexible que depende del estado de
movimiento del observador.
Paradoja de
mellizos
Así, pues, ya hemos encontrado una
forma de viajar en el tiempo. Si uno simplemente (o tan
simplemente) acelera hasta una buena fracción de la
velocidad de la luz, el tiempo se disloca. Supongan que
un astronauta, en su cumpleaños número 22, se embarca en
un viaje de ida y vuelta a una estrella cercana a una
distancia de 25 años-luz y a una velocidad que es el 98%
de la velocidad de la luz. Supongamos también que deja
atrás a un hermano mellizo, una esposa de 20 años de
edad y un hijo de un año.
Cuando vuelve, nuestro
astronauta encuentra que ha regresado a la Tierra justo
a tiempo para celebrar su cumpleaños número 32. Pero
cuando se baja de la nave espacial, también se
encontrará con que su hermano mellizo tiene ahora 73
años, su esposa ha estado cobrando jubilación durante
los 6 años últimos, y su pequeño hijo lo ha hecho abuelo
ya tres veces.
Este efecto se acrecienta
grandemente al irse uno acercando a la velocidad de la
luz. Por ejemplo, al 99,999% de la velocidad de la luz,
el efecto es tan pronunciado que nuestro astronauta
podría circunnavegar la galaxia entera en unos pocos
años, aunque en la Tierra habrán pasado más de 300.000
años. Desgraciadamente, para tal viaje, usando la
propulsión a cohete, consumiría una energía millones de
veces más grande que la utilizada en toda la historia de
la Tierra. En principio, todo es posible.
Algunos
lectores que aún se sienten asombrados con nuestros
mellizos del ejemplo anterior, se habrán preguntado:
"Por que razón el mellizo que va en la nave espacial
debería ser el que envejece más lentamente?". Esta
pregunta es el punto crucial de la así llamada paradoja
de los mellizos. Puesto de otro modo, mientras el
observador en la Tierra ve que los relojes de la nave
espacial se mueven más lentamente, desde la nave
espacial todos los relojes terrestres parecen moverse
más lentamente. Si ambos observadores llevaran cada uno
la cuenta del otro durante todo el viaje, en cierto
tiempo los relojes de la Tierra parecerían acelerarse
para el observador de la nave espacial, a fin de
responder por la dislocación del tiempo y la
discrepancia de años resultantes. Esto es exactamente lo
que sucede y sólo le sucede a la Tierra y no a la nave.
¿La razón?. Solamente la nave espacial es la que está
acelerando; por lo tanto, la naturaleza le concede el
regalo de la dilación del tiempo y la paradoja parece
resolverse. A pesar de sus problemas filosóficos, este
modo de viajar por el tiempo hacia el futuro por la vía
de la dilación del tiempo, ha sido muy bien demostrado
en los laboratorios de física y es considerado un hecho
científico innegable.
Aunque esta manera de
viajar por el tiempo puede ser inaceptable para la
mayoría, nos da a entender la maravilla y la rareza del
Universo y abre las puertas a efectos y especulaciones
todavía más singulares.
Efecto
estelar
En 1915 Einstein desarrolló la
sensacional teoría, dentro de lo que ahora es conocida
como "la teoría general de la relatividad". Uno de los
principales postulados de esta teoría es que la
curvatura misma del espacio-tiempo se curva ante la
vecindad de una gran masa. A su vez, esta curvatura
afectará el movimiento de un cuerpo y de este modo se
manifiesta como una fuerza. En este caso la fuerza es la
gravedad.
En 1919, Sir Arthur Eddington verificó
una Curvatura del espacio-tiempo alrededor de una masa
gravitacional al observar el cambio de un haz de luz de
una estrella al pasar cerca del Sol (2).
Más
tarde, usando relojes atómicos de gran precisión, los
científicos verificaron que de hecho el tiempo se
retardaba en presencia de un campo gravitacional. El
efecto es increíblemente pequeño, tan pequeño que en la
superficie de la Tierra un reloj perderá sólo un segundo
cada 200.000 años respecto a otro estacionado a 1.600 m
de la superficie terrestre. ¿Qué valor puede tener un
efecto tan pequeño para un futuro viajero del tiempo? No
lo tiene, pero ahora que sabemos que la gravedad y el
tiempo están íntimamente relacionados, necesitamos
encontrar una fuente de gravedad mucho más fuerte para
ver en qué forma influye (el espacio está lleno de tales
fuentes). Debemos mirar hacia las estrellas, pero no en
el sentido ordinario. Estrellas tales como el sol
producen una intensificación del efecto de la dilación
del tiempo, pero ya que su densidad es baja, los efectos
serán aún muy pequeños. Las estrellas que estamos
buscando son aquellas que han consumido la mayor parte
de su combustible nuclear y han emitido su energía, así
que sus densidades están determinadas estrictamente por
sus propios campos gravitacionales.
Estas
estrellas caen dentro de tres categorías, dependiendo de
sus masas iniciales: las enanas blancas, las estrellas
de neutrones y los hoyos negros. Estos pedazos
superdensos de basura astral comprimida, ahora cuerpos
estelares, podrían ser las puertas de entrada a las
esquinas más distantes del Universo, así como portales
del tiempo hacia el distante futuro y el remoto
pasado.
De las tres categorías, la que ofrece más
promesas para los viajeros del tiempo que quieran
cambiar minutos por horas, es el más extraño objeto de
todo el Universo, el hoyo negro.
Si una estrella
que se colapsa contiene por lo menos tres masas como las
del Sol, la presión gravitacional dominará o vencerá
todas las fuerzas resistivas y la estrella continuará
colapsando hasta que su densidad y su campo
gravitacional lleguen a ser tan grandes que nada pueda
escapar, ni siquiera la luz. Ya que la luz no puede
escapar, nunca podemos ver a la estrella que colapsó; de
aquí viene el nombre de hoyo
negro.
Horizonte parejo
Para
una estrella con 10 masas solares, esta condición ocurre
cuando ha colapsado hasta un radio de 29 km. La
superficie esférica definida por este radio es llamada
"horizonte parejo". Pero la estrella continúa
colapsándose porque no hay fuerzas físicas conocidas
para detenerla. En una pequeña fracción de segundo, su
masa total se reducirá a un punto infinitamente pequeño
llamado "una singularidad". Lo que sigue sucediendo allí
está más allá de nuestra física, debido a que ambos,
tiempo y espacio, cesan de existir.
Mientras
tanto, volviendo al horizonte parejo, el efecto de la
dilación del tiempo se convierte en infinito. Esto
significa que para un observador externo que está
mirando a un osado astronauta aproximarse al horizonte
parejo, el tiempo se habrá detenido totalmente. El
astronauta parecerá estar moviéndose cada vez más
lentamente hasta que por último se detendrá en el
horizonte parejo. El observador externo jamás podrá
verlo atravesándolo.
Sin embargo, desde el punto
de vista de nuestro astronauta, en términos de tiempo
todo parece muy normal, aunque encontrará las fuerzas
gravitacionales de atracción extremadamente
desagradables. Simplemente sigue acelerando, atraviesa
el horizonte parejo y 67 millonésimas de un segundo
después, se encuentra cara a cara con la singularidad.
En estos momentos deja de existir (los físicos están
actualmente discutiendo lo que esta última frase
significa).
Justo antes de que nuestro intrépido
astronauta cruzara el horizonte parejo, tendrá que haber
notado que todo el universo y sus relojes han acelerado
frenéticamente a razón de billones de años por segundo.
En el momento exacto en que cruza, todo el remanente de
vida del Universo habrá pasado delante de él.
Entonces, aquí tenemos otra aproximación a un
viaje por el tiempo en una sola dirección, solo de ida.
Todo lo que usted tiene que hacer es pasar cerca de un
horizonte parejo, alrededor de un hoyo negro (pero
permanezca sereno, ya que no hay lugar para el error) y
usted se precipitará dentro del futuro. No hay nada
paradójico acerca de este viaje. Cerca del hoyo negro el
tiempo simplemente fluye de una manera diferente a como
lo hace en el espacio raso. Aunque ésta no es una manera
de viajar por el tiempo muy agradable, ya que usted no
podrá retornar jamás al tiempo que dejó
atrás.
Paradoja del abuelo
¿Y
que hay acerca del viaje por el tiempo en dos
direcciones?
El argumento más común contra el
viaje por el tiempo en dos direcciones (de ida y
vuelta), es el que se conoce como la "paradoja del
abuelo". Un viajero del tiempo se aventura en el pasado
justo a tiempo para impedir el encuentro de sus abuelos,
lo que significa que él nunca nació, por lo tanto él no
podría "haber impedido" el encuentro de sus abuelos, lo
que a su vez significa que él no había nacido, etc. Aquí
hay una clara violación del principio de la causalidad.
Cuando la mente humana racional es confrontada a una
contradicción de esta magnitud, lo más fácil de hacer es
desechar todo lo concerniente al viaje por el tiempo de
ida y vuelta. Pero ¡espere! Aún no se ha dicho la última
palabra. Primero debemos oír lo que los filósofos y los
escritores de ciencia-ficción tienen que decir acerca de
este asunto.
El Dr. John Gribbin en su libro
"Distorsiones del Tiempo" replica a este apresurado
repudio con el siguiente razonamiento: "Esto es
totalmente un punto de vista filosófico, basado en la
creencia de la naturaleza del Universo. Debería ser
considerado del mismo modo que las declaraciones de la
creencia en Dios, o los argumentos "racionales" en apoyo
a los puntos de vista de los agnósticos. La negación de
efectos no causales por "la mente humana racional", nos
dice más acerca de la limitación de la mente humana que
acerca de la naturaleza física del
Universo".
La causalidad es
desafiada
Pero si la causalidad puede ser
desechada, entonces muchas de las leyes científicas más
preciadas pueden ser igualmente desechadas, ya que todas
ellas están basadas en la causalidad. Si las leyes de la
ciencia pueden ser descartadas, entonces no hay razón
para que creamos en los modelos teóricos y las máquinas
de física que puedan predecir tales violaciones de la
causalidad. Cuando los físicos modernos descubren algo
que parece contravenir la ley de conservación de la
energía, por ejemplo, buscan frenéticamente una
explicación alternativa (hasta aquí siempre han
encontrado una). ¿No deberíamos hacer lo mismo cuando
algo tan bien establecido como la causalidad es puesto a
discusión?.
Podría ser que la naturaleza del
Universo es tal que la causalidad funciona sólo en
nuestra tranquila experiencia diaria, muy parecido a
como lo hacen las leyes del movimiento de Newton. No lo
sabemos. Estamos ahora comenzando a ver la naturaleza
real del Universo y éste promete sorprendernos aún
más.
Tomen, por ejemplo, el enigmático "hoyo
negro rotatorio". Primero, debería señalar que los hoyos
negros pueden ser completamente definidos por sólo tres
atributos físicos: masa, nomentum angular (velocidad de
rotación) y carga eléctrica (o magnética). El hoyo negro
que discutimos antes era del tipo más simple. Solamente
poseía masa. Ya que, virtualmente, todas las estrellas
rotan en algún grado y que esta velocidad de rotación
aumenta durante el colapso, se supone que un hoyo negro
que no rote sería algo extremadamente raro. Pero los
hoyos negros que rotan tienen nuevas ramificaciones para
el emprendedor o atrevido viajero del tiempo.
La
teoría predice que cuando uno atraviesa el horizonte
parejo de un hoyo negro rotatorio, emerge dentro de otro
Universo incontaminado, siempre que el hoyo negro sea lo
suficientemente macizo. Dependiendo de su ruta exacta,
nuestro astronauta podría emerger dentro de un universo
futuro o un universo pasado (cada uno totalmente
independiente del nuestro), un universo negativo
compuesto de un espacio negativo y antigravedad, o
nuestro propio universo en un tiempo diferente. Estas
asombrosas posibilidades son discutidas en detalle en el
excelente libro de William Kaufmann "Las Fronteras
Cósmicas de la Relatividad General".
¿Son reales
estos caprichosos y raros efectos, o son lucubraciones
sin asidero con la realidad?. Considere por ejemplo al
carpintero que debe determinar el largo de una pieza
cuadrada cuya área es de 256 cm cuadrados. Su respuesta
es simplemente 16 (la raíz cuadrada de 256). Pero la
raíz cuadrada de 256 es más 16 ó menos 16. Puesto que un
largo de menos de 16 cm no tiene sentido físicamente,
nuestro carpintero selecciona solamente el valor
positivo. De hecho, él hace esto sin pensarlo. Son los
físicos y los filósofos los que consideren tales
resultados, porque creen que la naturaleza se comporta
en forma lógica y está definida únicamente por rigurosos
modelos matemáticos. Verdaderamente, muchas de las
partículas fundamentales de la naturaleza fueron
descubiertas debido a que los físicos dieron una
concienzuda mirada a lo que los modelos matemáticos
estaban tratando de decirnos.
Uno de estos
físicos es Gerald Feinberg, de la Universidad de
Columbia, quien ha examinado muy de cerca las
matemáticas de la relatividad especial. Feinberg señala
que, contrario a la creencia popular, el viajar más
rápido que la luz no ha sido invalidado por las
ecuaciones. Solamente el viajar a la velocidad de la luz
está prohibido. Ya que todos existimos a velocidades más
lentas que la luz, estamos restringidos a este estado
para siempre por la inalcanzable barrera de la
luz.
Pero Feinberg señala que una barrera tiene
dos lados. Supongamos que existe una clase de partículas
que siempre viajaron más rápido que la luz. Supongamos
que estas partículas, a las que Feinberg llamó
"Taquiones", cumplieran con los requisitos de las
ecuaciones de la relatividad. Para los taquiones, la
velocidad de la luz sería entonces la más baja que
pueden alcanzar, y en su más bajo estado de energía, los
taquiones viajarían a una velocidad infinita. Por
supuesto, nos interesa cómo se relacionan los taquiones
con el tiempo. Así como el tiempo se hace más lento para
nosotros a medida que nos aproximamos a la velocidad de
la luz, lo mismo debe suceder con los taquiones, con una
gran diferencia. El tiempo en el mundo del taquión
podría incluso retroceder. Nuevamente nos hemos ido
contra el principio de la causalidad. Por esta razón
algunos físicos han descartado los taquiones como una
anomalía matemática de tan poca importancia como los
menos 46 cm lo son para el carpintero.
Las
lluvias de rayos cósmicos
¿Hay alguna
evidencia de los taquiones?. En 1973 dos físicos, Roger
Clay y Philip Crouch, estudiaron los efectos de las
lluvias energéticas de rayos cósmicos secundarios, que
resultan de la colisión de rayos cósmicos primarios con
los átomos de las capas superiores de la atmósfera. Si
los taquiones existen y pueden ser creados como un
producto accesorio de estas colisiones, razonaron Clay y
Crouch, ellos deberían llegar antes que los rayos
cósmicos resultantes, ya que los rayos cósmicos viajan
solamente a una velocidad cercana a la de la luz. Esto
es exactamente lo que encontraron los físicos después de
examinar más de mil efectos de lluvias de rayos
cósmicos; "algo" estaba siendo detectado un corto tiempo
antes de la llegada de los rayos cósmicos. Esto no
prueba la existencia de los taquiones, pero apunta en
esa dirección.
Uno puede especular mucho más allá
de si existen los taquiones o no. ¿Qué hay acerca de los
antitaquiones? El físico Richard Feynman, ganador del
Premio Nobel (1965), señaló una vez que los
antielectrones (positrones) podían ser vistos como
electrones retrocediendo en el tiempo. ¿Qué sorpresas
podríamos encontrar si consideramos a los antitaquiones
como taquiones moviéndose hacia adelante en el tiempo?
¿Podemos tener nuestros taquiones y también la
causalidad?
Algunos físicos especulan que detrás
de la barrera de la velocidad de la luz podría existir
todo un universo-taquión. Quizás sería posible
aproximarse a la velocidad de la luz, y luego hacer un
túnel a través de esta barrera para penetrar en el
universo-taquión, sin tener ni siquiera que viajar a la
velocidad de la luz. En el universo-taquión pasaríamos
como un rayo a través del tiempo y el espacio, luego
volveríamos a nuestro universo en el tiempo y lugar que
deseáramos. Si esto suena como algo a muy largo plazo,
consideren que la electrónica moderna está plagada de
aparatos que cambian su estado de energía de un valor a
otro sin experimentar ningún valor intermedio, y en el
así llamado túnel diódico, los electrones pasan
rutinariamente de un lado a otro de una barrera
eléctrica, sin pasar jamás a través de ella.
Nos
estamos encontrando a un muy extraño umbral de la
ciencia, donde nuestros mejores modelos del Universo
están desafiando nuestros más sólidos principios de la
lógica, y el Universo se está mostrando mucho más
incomprensible de lo que nunca imaginamos. Nuestros
matemáticos le han dejado un lugar y aun sugerido el
viaje a través del tiempo de ida y vuelta, aunque las
paradójicas consecuencias lo mantienen para la mayor
parte de los científicos en el reino de la
ciencia-ficción.
Los escritores de ciencia
ficción han sugerido un fenómeno llamado "universos
paralelos" para resolver la paradoja. En esta idea, la
realidad está compuesta de un número infinito de caminos
en el espacio-tiempo, que reflejan todos los resultados
posibles de los eventos pasados. De este modo, el
viajero del tiempo de la paradoja del abuelo nació en un
universo, pero en el otro no.
En otro escenario,
la realidad podría incluso estar compuesta de un número
infinito de capas de espacio-tiempo que no se encuentran
totalmente aisladas. Si éste es el caso, podría ser
concebible que la información se filtrara de una capa a
otra.
El concepto de los universos paralelos no
está basado en hechos científicos y por lo tanto no se
le puede considerar totalmente en serio. Pero tampoco
puede ser desechado por completo. Cuando recordamos lo
equivocados que hemos estado en el pasado, deberíamos
estar preparados para aceptar nuevos aspectos de la
realidad. Estos aspectos tendrán que ser proclamados, y
nuestras leyes científicas ya establecidas tendrán que
ser replanteadas, con el fin de admitir la nueva
realidad del superespacio y supertiempo. La ley de
conservación de la energía, por ejemplo, podría tener
que ser ampliada para explicar la transferencia de
energía a través del tiempo dentro y fuera de nuestro
Universo.
Los físicos cuánticos revelaron que la
materia y la energía no son continuas, pero están
compuestas de pedazos, paquetes discretos y pequeños de
los cuales está construido el Universo. ¿Podría ser que
el mismo espacio-tiempo fuera "granulado"?. Si el
espacio-tiempo fuera cuantitizado, algunos de los
problemas matemáticos asociados a los hoyos negros
podrían evitarse. Pero posibilidades aún más excitantes
podrían existir para el viaje a través del
tiempo.
Así, pues, ¿cuáles son las perspectivas
para un verdadero viaje en el futuro previsible?. La
respuesta es: No lo sabemos. Hemos especulado sobre
algunas posibilidades que se encuentran en los márgenes
de la física teórica, que podrían responder finalmente
esta pregunta, pero por ahora, tendremos que esperar y
ver lo que las nuevas máquinas de la física nos traerán.
(1) Dilatación (deley en inglés) como sinónimo
de retardo, demora, dilatación, tardanza,
retraso.
(2) El eclipse total del 20 de mayo de
1919 visible sólo en el hemisferio austral, brindó la
primera oportunidad para someter la reveladora previsión
a una prueba crucial. Dos expediciones inglesas se
encargaron de efectuar la observación: una, dirigida por
Eddington, se instaló en la Isla del Príncipe (Golfo de
Guinea) y la otra, bajo la dirección de Cromelin, eligió
Sobral (Brasil) como lugar de observación. Ambos grupos
de astrónomos lograron fotografiar algunas estrellas en
las cercanías del Sol oscurecido. El examen micrométrico
de las placas reveló que las posiciones estelares
estaban desplazadas en satisfactorio acuerdo con la
previsión de Einstein (Isla del Príncipe: 1,60"; Sobral:
1,98"). El Sol, este "ministro maggior della Natura"
como lo llamara el Dante, se había decidido a favor de
Einstein (N. del E.).
Basado en un
informe de J. Ray Dettling.
Science
Digest, septiembre 1982.
Para saber
más
1. LANDAU, L y RUMER Y, ¿Qué es la
teoría de la relatividad? Eudeba, IV Edición 1972, 84
Págs.
2. PAPP, DESIDERIO. Ideas revolucionarias
en la ciencia. Tomo III, Ed. Universitaria,
1978.
3. COUDERC, P. La Relativité, 15° ed.,
París, 1973.
4. PLA, C. La doble faz del mundo
físico. 3° Ed., Madrid, 1968.
5. PAPP, D.
Einstein, Historia de un espíritu. Colección Austral
Espasa Calpe, Madrid, 1979.
6. CRECES 8, 1,
31-33. El bombardeo de rayos cósmicos sobre la
Tierra.
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