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Relaciones entre el Vacío y el Descubrimiento CientíficoConsideremos la teoría cosmológica de Fred Hoyle: según las leyes einsteinianas, las galaxias que alcanzan la velocidad de la luz se reabsorben, entrando en algo que podríamos llamar la Nada, y son automáticamente reemplazadas por otras. Resulta entonces que el universo contiene a cada instante una cantidad rigurosamente idéntica de materia-energía. Cambia y, sin embargo, permanece siempre igual, sin comienzo ni fin. Partiendo de este enunciado, nos parece posible establecer una relación entre el vacío «científico» y el vacío «filosófico» del Oriente. En efecto, este punto, este lugar último donde se produce la aparición de astros nuevos que vienen a compensar la materia desaparecida, permanece en el mayor de los misterios para la ciencia contemporánea avanzada y corresponde al punto supremo del Tao. Es en realidad el lugar supremo de donde todo procede, el Vacío no creador de donde todo emerge. El Tao es uno con lo que ha de venir, no tiene una forma que sea anterior al Caos y da, al mismo tiempo, nacimiento a este último que es el Tao mismo. El Vacío no es pues más que uno con lo que se transforma, se descubre, llega. Todo lo que está «fuera» es él. No hay nada fuera de él, así como no hay nada más allá de lo que él manifiesta, Creo que es a la luz de esta noción de Vacío que puede dársele todo su sentido a la visión rimbaldiana que expresan estas palabras tomadas de la «Iluminaciones»: «Venido desde siempre, te irás por todas partes” El mundo es un regreso continuo de sí mismo. Todo ser que vive desde «fuera». que vive en el Vacío, se abandona con una confianza total a lo aún no ocurrido que pone continuamente en duda la realidad. «Las cosas - escribe Alan Watts en su libro sobre el Budismo Zen - se crean alrededor de nosotros, pero nadie conoce su origen. Ellas surgen, pero nadie ve de dónde salen». Convencido que el microcosmos actúa igual que el macrocosmos, Rimbaud elige, respecto a la Realidad, la irrupción permanente en sí, que él expresa en estas palabras a las que no se les ha dado la transcendencia debida: «Si lo que se relaciona con el allá tiene forma, él da forma. Si es informe, él da lo informe». Es decir, él afirma su convicción que todo lo Real nos traspasa, nos sueña... que lo Real es mucho más lo que no ha venido aún que lo que ya está manifestado. No es sino cavando en lo más profundo del Inconsciente que se hace posible aprehenderlo. Otra convicción es que las imágenes más difíciles de formular son del orden de lo Desconocido, que lo imaginario está en sintonización directa con el Universo. Así se traspasan las fronteras que separan lo psíquico de lo cósmico, llegando incluso a suprimir todas las fronteras que se han establecido entre el Creador y el universo, de una parte, y el alma humana y el universo, de la otra. Estas pocas palabras bastan para hacernos comprender que no hay más que el universo y que este es uno con el alma humana. Toda dualidad ha sido abolida. Lo indecible, lo más intraducible, es lo no-manifestado, la Realidad increada, pero susceptible de concretizarse, como si el Vacío no fuera ni presencia, ni ausencia, si no presagio: es lo que puede ser, lo que será, así y de otro modo. El Vacío es el lugar desde donde ha venido todo lo Real que conocemos, desde donde vendrá todo lo Real que no ha venido aún. Este «Conócete a ti mismo para conocer el universo» es al mismo tiempo rechazo de todo conocimiento, de todo concepto, de toda cultura, creencia, educación o herencia intelectual. El exige un descondicionamiento integral y el estado de percepción más intacto para que la receptividad sea más intensa. Todos aquellos con acceso a una Realidad más vasta, acceso a las profundidades mismas de la Vida, son implacables adversarios de la pretendida realidad que enmascara a la Otra, esta Realidad que es auténticamente nuestra y que no terminamos de descubrir, o que «nos descubre» como si ella hubiese creado sus propios catalizadores en los «videntes» para introducirse en el mundo a través de ellos sin que lo supieran. Identificándose al Tao, al Vacío mismo, Rimbaud actúa de la misma manera que la Naturaleza entera que es una gigantesca maestra, despertando en el discípulo nociones que este poseía sin saberlo. El Vacío se encuentra confrontado a lo Impensable, a lo Inmenso, y la manifestación de su interioridad equivale a ese Gesto por el cual el mundo fue «puesto en marcha». Psicogénesis que es también ontogénesis. El se deja realizar en esas zonas donde la inefable profundidad de nosotros mismos se confunde con lo insondable. Roger Olahi Traducido y extractado por Viola Fishman de Question de Editions Ritz. París Este artículo fué publicado en el Nº 15 de la Revista ALCIONE |
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