Ángela Contreras Rodríguez-Jurado EL UNIVERSO MATRIZ - SEGUNDA PARTE- ÍNDICE PRÓLOGO PRIMER CÍRCULO PRIMER CÍRCULO -Segunda parte- PRIMER CIRCULO -Terdera parte- SEGUNDO Y TERCER CÍRCULO SEGUNDO Y TERCER CÍRCULO -Segnda parte. ANEXO ADICIÓN MÍSTICA APOCALIPSIS, EL TRIPLE 6 PRÓLOGO En la primera parte de la obra se ha presentado una peculiar cosmovisión hecha de ligeras, pero al mismo tiempo, de profundas pinceladas. Se sigue en esta misma línea de pensamiento y con la expresión sencilla y directa de su lenguaje, lo cual nos permite acercarnos sin tanta dificultad a la comprensión del “misterio”. Los límites de la mente producen el “morbo de lo prohibido”, y es precisamente el gusanillo de la curiosidad que puede llegar a transformarse en la serpiente de la sabiduría, lo que me estimula a indagar, cuestionar e hilar el entramado universal entretejido con hilos conocidos, pero que se prolongan hacia lo desconocido y supuestamente desvelan con ello un terreno virgen pero, al mismo tiempo, sorprendentemente familiar. En esta segunda parte los personajes Dameb y el profesor, permanecen más tiempo sumergidos, o mejor dicho, han ido navegando por las aguas del Inconsciente Informativo, en lo que ellos llaman la ” Internet Cósmica” y han podido extraer más datos, lo cual les ha permitido ampliar y entrar más en el detalle de las visiones que se plantearon en la primera parte de la obra. Es decir: “se pringan más” sabiendo que corren continuamente con el riesgo de encontrarse con algún tipo de información –virus- que desbarajuste todo su tinglado. Pero se asume el riesgo que toda aventura conlleva, porque creo que lo interesante no es que te revelen una verdad sino que la persona misma intente descubrirla por sí misma. Es una de las formas que adquiere la pasión por la vida que, además de gozarla y vivirla, hay que intentar comprenderla. Poco más tengo que añadir sobre esta segunda parte del Universo Matriz. Dejaré que la energía del lector esté lo más fresca posible para abordar esta aventura cosmológica, ya que va a requerir de toda su capacidad de elasticidad mental para permitirle abordar una a una todas las posibilidades de relaciones que se van a ir planteando a lo largo de los diálogos e irlas, además, integrándolas en una visión de conjunto. Es todo un trabajo para ejercitar la mente. Ánimo, porque creo que luego se sentirá satisfecho por la expansión mental conseguida. PRIMER CÍRCULO Dameb: Profesor, una vez más le voy a pedir un favor. Profesor: Dígame, Dameb, ¿en qué le puedo ayudar? Bueno, verá usted, creo que ya le he comentado algo sobre mi deseo de escribir acerca del comportamiento de los seres humanos basado en el mismo funcionamiento del universo. En nuestras conversaciones anteriores surgieron perspectivas nuevas en las que creo que merece la pena profundizar. Indudablemente podría ser para usted un tema interesante; posiblemente serían visiones que la propia psicología no se ha planteado, o si las contempla dentro del comportamiento humano, no las considera de alcance universal o, digamos mejor, no interpreta dichos comportamientos enraizados en los mismos principios que rigen al universo y a la materia. Y naturalmente me pide que yo le ayude en su trabajo, ¿no es así? Por supuesto que quiero contar con su ayuda. No me puedo negar, pues le tengo que reconocer que me resultan atractivas sus conversaciones y además me siento en deuda con usted por todas sus sugerencias a lo largo de nuestras charlas. Al principio había un cierto recelo -las barreras propias de la mente cuando mantiene unas estructuras fijas- pero ya me he familiarizado contemplando las cosas con ese tono mágico que usted le sabe imprimir. La visión de un universo revestido con un cierto toque de encanto femenino da resultados bastante sugerentes y también relajantes, sobre todo si lo comparamos con los fríos datos y el lenguaje técnico con los que solemos trabajar los científicos. Gracias por su disponibilidad, profesor; sabía que podía contar con su ayuda. Esperemos pasar momentos tan intensamente sorprendentes y agradables como cuando iniciamos nuestras charlas en busca de una nueva visión cosmológica. Y con respecto a lo que ha dicho acerca de la aridez de los datos con los que trabaja el colectivo científico, es cierto; sin embargo, siento que hay como una añoranza de la esencia de lo femenino. Se lo digo porque en cierta ocasión leí que habían bautizado los últimos descubrimientos de partículas con unos nombres bastante sugerentes. Sí, creo que se refiere a los quarks: son seis y llevan unos nombres tan caprichosos como “arriba” y “abajo”, “encanto” y” extraño”, “cima” y “fondo”. Estos dos últimos, conocidos también como verdad y belleza. Y como verá, van formando parejas. ¡Mire qué bien! Ya me estoy sintiendo tentada a preguntarle a qué tipo sexual corresponde cada uno de los elementos de las diferentes parejas. Pues, los que llevan carga positiva son arriba, encanto y cima; y los de carga negativa corresponden a abajo, extraño y profundo. ¿Qué, Dameb? ya le está sacando algún significado de los suyos? Bueno, me recuerda algo a las expresiones utilizadas en la sabiduría del Tao. Por lo que “arriba” y “cima” se corresponderían con la cualidad masculina que está situada simbólicamente en lo alto llamándosele el “cielo”; y “abajo” y “fondo”, con la cualidad femenina situada en lo bajo, y es nombrada como la “tierra”. Pero posiblemente sea pura casualidad, aunque como diría un buen esotérico con cierto aire de misterio: las casualidades no existen. Profesor, ¿se acuerda del Modelo Creativo, que estuvimos viendo el mes pasado? ¡Cómo no! Indudablemente que me acuerdo, Dameb, pero sobre todo no se me olvida el celo profesional que mantuvo en su exposición, que más de un científico envidiaría. Entonces, posiblemente se acuerde de que en una ocasión le dije que el círculo que forma el Modelo Creativo sólo era una tercera parte de un modelo más completo que se llama “Ciclos Evolutivos.” ¿Lo ve? Hasta tanto no llega mi memoria. Pues sí, hasta ahora solo hemos estudiado el primer círculo de los tres que forman “Los Ciclos Evolutivos”, que como ya sabe lo llamo el “Círculo de la Creatividad”. Este nuevo diagrama que le traigo puede observar que está compuesto de tres círculos entrelazados, aunque si los contempláramos en tres dimensiones sería una voluta. Pero bueno, para estudiarlos más fácilmente es preferible enfocarlos desde un plano. Así que estos tres círculos que conforman el total del diagrama de Los Ciclos Evolutivos es una interpretación metafísica e intuitiva de la panorámica universal, entendiendo por panorama universal el conjunto de la existencia que conocemos y que no conocemos, pero que presumiblemente pueda existir. Desde las energías más solidificadas a las más sutiles, y desde las medidas o dimensiones más pequeñas a las más grandes, tomadas desde el punto de referencia del ser humano. Estos círculos están compuestos de conceptos y nociones existentes, no sacados de creencias religiosas o de visiones paranormales, sino que son producto de la observación humana en relación a sí misma y a su entorno. Por tanto, en este diagrama circular y numérico se proyecta la naturaleza humana; es decir, sus cualidades y potenciales hacia lo infinito en cualquier sentido. Mi lema es: “Para conocer lo desconocido, profundiza en lo conocido”. Basándonos en lo dicho, el pensamiento analógico ha sido la herramienta fundamental de la que me he servido en la creación de este diagrama. Vamos a verlo, profesor. Efectivamente, desde que iniciamos nuestras conversaciones, la visión cosmológica que se ha ido elaborando ha estado guiada por esta pauta. Se han creado modelos conceptuales analógicos en un intento de comprender algo de lo que supuestamente podría ser el organismo universal. Científicamente hay muchas teorías al respecto basadas en observaciones del espacio con enormes y sofisticados telescopios, con aceleradores de partículas cada vez más rápidos y potentes y sustentadas a su vez, en complejas funciones matemáticas. Pero, realmente no hay nada en firme pues todavía quedan grandes cuestiones por resolver. Sin embargo, Dameb, nuestra vía metafísica de buscarle los orígenes al universo, utilizando para ello simples modelos analógicos y un tanto de intuición, me parece un juego sumamente agradable y divertido si lo comparamos con los sesudos y complicadísimos planteamientos científicos. Pero no por falta de pretensión científica nuestro modelo tiene que carecer de lógica. Debe poseer su propia coherencia y hasta ahora hemos estado planeando mentalmente por el cosmos sin darnos un gran batacazo como le ocurrió a Ícaro, que se le derritieron sus alas al pretender acercarse al Sol. Ciertamente, nuestras alas de momento siguen intactas, y yo creo que la razón estriba en que no hemos hecho otra cosa que lo que ya le he dicho antes: proyectar nuestro mundo conocido en lo desconocido, y si el axioma hermético de “Como es arriba es abajo” no nos falla, entonces podríamos habernos acercado a algo auténtico en nuestras visiones. El sofista griego Protágoras lanzó una frase que a mi me sigue resonando. “El hombre es la medida de todas las cosas” Porque, ¿acaso podemos imaginarnos algo que no tenga puntos de referencia con lo que conocemos? La creación consiste en hacer nuevas combinaciones de elementos ya existentes para crear algo diferente. Por ejemplo, no se puede crear música con sonidos desconocidos sacados de notas musicales inexistentes. En nuestro modelo cosmológico toda la creación surge de un vacío con un potencial pre-existente, pero no de un vacío absoluto. No se puede crear algo de donde nada hay. ¿Acaso no piensa usted también así? De momento sí, pero no se sabe; la vida en su mayor parte es para nosotros aún un misterio por descubrir. Pues mientras sigamos sumergidos en el misterio, iremos tejiendo la realidad con los pocos hilos que conocemos. Pienso que lo interesante para el que quiere emprender un tejido es la acción misma de tejer, ya sea con pocos o muchos hilos. Ya que ha nombrado las palabras tejido e hilos, se me ha venido a la cabeza la Teoría de las Supercuerdas. ¿Conoce algo acerca de dicha teoría? Creo que vagamente. No le he prestado mucha atención porque pienso que es muy complicada y que no tiene nada que ver con nuestra visión cosmológica. Todo lo contrario, Dameb. Curiosamente hay puntos en común. Bueno, se trata de la teoría más revolucionaria que existe hoy día acerca de los orígenes del universo y que en cierta forma rompe con la visión hasta ahora mantenida por la ciencia. Está fundamentada en funciones matemáticas muy complejas, y aún no es posible verificarla ni con los telescopios ni con los aceleradores de partículas existentes. La Teoría de las Supercuerdas propone que todas las partículas elementales, tanto las que forman la materia como las partículas de fuerzas… Perdone, ¿a qué se refiere exactamente con partículas de fuerzas? Son las partículas que hacen de mediadores entre la materia; es decir, interaccionan con las partículas de materia para cohesionarlas. Serían como la mezcla que une los ladrillos. ¿Es el electrón una partícula que conforma la materia, y el fotón, una partícula de fuerza? Exactamente, en la fuerza electromagnética, el fotón es la partícula mediadora entre electrones y el núcleo del átomo. Pues según la Teoría de las Supercuerdas, las partículas que hasta ahora se consideraban como puntos físicos, en realidad están ideados como objetos unidimensionales, algo así como las cuerdas de un violín vibrando. Dependiendo del modo en que la cuerda vibra se comporta como un electrón, un quark o un fotón. Es decir, tanto las partículas de materia como las partículas de fuerzas son diferentes modos vibracionales de las cuerdas. Con esta teoría se parte de un todo vibratorio que genera la materia y las cuatro fuerzas de la naturaleza, haciendo posible la tan deseada unificación de todas las fuerzas, pues incluso el gravitón -la partícula de fuerza de la gravedad- aún por descubrir, y que se supone que tiene que existir para apuntalar la ley de la gravedad, también estaría incluido dentro de las vibraciones de las cuerdas. Por consiguiente; esta es una visión que, si se verifica, unificaría todas las fuerzas de la naturaleza y a la materia. Lo que entiendo de lo que me dice usted es que la base de la creación universal son vibraciones de unas entidades parecidas a cuerdas de un violín. Pero esas cuerdecitas ¿qué son en sí mismas? ¿De qué están hechas? Y si son sólo vibraciones, ¿qué las hacen vibrar? La verdad es que aún se sabe muy poco de todo esto. Hay muchas lagunas y opiniones diferentes. Lo que le puedo decir es que son funciones matemáticas que, para explicarlas, los científicos recurren a un lenguaje metafórico. Pero, grosso modo, le diré el parecido que tiene esta visión de “cuerdas” con la nuestra. Tanto en una como en la otra visión, las partículas elementales se generan en un fondo común. En el caso de las cuerdas, éstas son vibraciones que surgen como cualidad de un fondo energético aún indefinido. En la “Teoría M”, la más avanzada dentro de las diferentes corrientes de las Supercuerdas -porque es la que parece integrarlas a todas-, se habla incluso de un entretejido cósmico, membranoso. Y según nuestro modelo cosmológico, sabemos que nuestras partículas/espacio surgen también de un fondo común al que hemos llamado sustancia/espacio o sustancia madre. Pues fíjese ahora, Dameb. Las cuerdas pueden adoptar diversas formas las cuales equivalen a diferentes tipos de vibraciones. Dependiendo de la forma que adopta la cuerda daría como resultado un quark, un fotón, un electrón, etc… Dentro de las diferentes modalidades, las cuerdecitas pertenecen a dos grandes grupos: las que tienen formas lineales y las que son circulares, y se la llama respectivamente abiertas y cerradas. Aunque lo de abiertas y cerradas es otra cuestión que no tiene que ver con nuestra particular visión de pliegue y despliegue de las partículas/espacio. Me ha dejado usted perpleja con toda esta información. No sé cómo ordenarla. Le ayudo. En las dos visiones -la científica y la nuestra- las diferentes partículas elementales -un quark, un fotón, etc…- no sólo surgen de un fondo común, sino que además se distinguen entre ellas por la variedad de las imágenes vibrando que se obtienen, ya sea de las cuerdecitas o del despliegue de partículas/espacio. ¿Me entiende, Dameb? Creo que sí, pero me asaltan un montón de dudas. Por ejemplo: en nuestro modelo, las partículas/espacio en su despliegue forman imágenes en contraste con la sustancialidad espacial que permanece como telón de fondo. ¿Es eso una vibración? Vamos a ver, partiendo de que la naturaleza fundamental del universo es vibratoria, las partículas/espacio, como es lógico, compartirían esta misma naturaleza. Cuando decimos que se formarían imágenes en la sustancia oscura cuando se desplegaran partículas/espacio, es una forma de hablar para comprenderlo desde nuestra perspectiva humana, pero sabiendo que en realidad son pequeñísimas unidades de pulsaciones, que surgen de dicha sustancia. Estas “imágenes” vibratorias iniciales, podemos suponer que corresponderían con las partículas elementales reconocidas por la ciencia, viajando a través de la sustancia/espacio, interaccionando con otras y creando la complejidad de la materia que conocemos. Visto desde otra perspectiva más amplia, o sea, en una visión de conjunto, lo podemos contemplar como ondas de información viajando a través de la sustancia espacial. Pero si un hipotético cerebro pudiese captar las vibraciones iniciales de un grupo de partículas/espacio desplegadas sobre el fondo oscuro de la sustancia/espacio, podría traducirlas en forma de imágenes. ¿No es así? En principio nada se opone a que pudiese ser así. Por consiguiente, tanto en nuestro modelo como en la Teoría de las Supercuerdas, la base que les da identidad a las partículas elementales parece estar en sus diferentes estructuras, ya sean causadas por cuerditas vibrando de una determinada manera, o bien, el resultado de una composición formada de pulsiones entre varias partículas/espacio. Exactamente, eso sería las diferentes identidades de las partículas elementales que forman la base de la materia. Ha nombrado usted la teoría M como la más avanzada e integradora de todas las que existen sobre las Supercuerdas. Se acordará usted de que una vez bautizamos a nuestro modelo cosmológico como “Matriz Universal”. Sobre todo queríamos resaltar la letra M por ser la letra que define a la madre, a la materia, al mar. ¿Sabe usted por qué le han puesto este nombre a la Teoría M? Pues fíjese qué curioso, por el mismo motivo por el que lo hizo usted. Porque la M -según Ed. Witten, su creador- es la letra que representa a la matriz, a la madre, a la magia y al misterio. Esta nueva visión del universo les produce la sensación de hallarse ante algo totalmente nuevo y revolucionario. ¿Qué cree usted que hay que pensar de todas estas coincidencias? ¿Es pura casualidad, o es que estamos tocando cada uno desde su propio nivel y con diferentes lenguajes -matemático y analógico- una forma parecida de concebir los orígenes del universo? Lo siento, Dameb, pero no sé cómo podría contestar a su pregunta. Entonces, es mejor seguir con el Diagrama de los Círculos Evolutivos que, como he dicho antes, muestran pautas de funcionamiento en la naturaleza esencial de todo sistema vivo, incluyendo naturalmente al universo. He distinguido el proceso vital en tres modalidades instintivas. 1º círculo – Instinto de creación 2º círculo – Instinto de conservación 3º círculo – Instinto de destrucción o de trascendencia De acuerdo, pero antes, pienso que deberíamos repasar el primer círculo para ir haciendo memoria. ¿Qué le parece? Sí, me gustaría que fuese usted el que definiera este Círculo de la Creatividad en relación a nuestro modelo cosmológico, y así podríamos profundizar y afinar más en los conceptos que lo componen. Empecemos por el cero como concepción del vacío. Punto 0: Vacío. El vacío como concepto para definir lo que es inmanifestado, si lo miramos en relación con la manifestación o creación que surge a partir de él. En sí mismo, por el contrario, puede ser de una total densidad y con un potencial infinito en estado de reposo o de equilibrio. Dicho potencial, cuando se estimula, pierde su equilibrio y deja de ser, por tanto, un vacío indiferenciado, mostrando así una distinción de cualidades de su contenido, las cuales posibilitan el juego de la creación. Es decir, estamos definiendo el estado de la sustancia/espacio o sustancia madre en su estado natural de equilibrio estático, un potencial incalculable que permite la creación de todas las variantes de partículas elementales en su despliegue y las posteriores combinaciones que se formarían a partir de ellas. ¿Sabe Dameb que cada vez se habla más de la energía del punto cero? ¿Cómo es eso? Algunos investigadores están estudiando la forma de extraer energía del vacío. No aceptan la idea establecida por la comunidad científica de que el espacio está vacío, sino todo lo contrario; que es un potencial infinito del cual se puede extraer energía libre con una técnica muy simple y de bajo costo. Una energía limpia que sería gratuita para todo el planeta. ¡Pero eso es maravilloso! Naturalmente. Creo que estamos viviendo tiempos en donde se avecinan grandes y revolucionarios cambios en la concepción de la realidad en la que vivimos. Entonces, profesor, no andamos tan descaminados en la concepción de una sustancia madre como un potencial infinito, como fuente de todo lo que se origina en el universo. Parece ser que no. Esta visión, aunque con diferentes nombres: éter, plasma, está rondando en la mente de más de uno. El hecho de nombrar el vacío como sustancial, oscuro y de máxima densidad es correcto puesto que lo que hacemos es una proyección a partir de nuestro mundo de definiciones. Le adjudicamos una serie de cualidades en relación al mundo de la manifestación que conocemos. Es una táctica para poder explicar con cierta coherencia la cosmología que estamos creando. ¿Comprende? Comprendo lo que me quiere decir. Desde el mundo de la manifestación podemos definir y nombrar las cosas, incluso adjudicarle cualidades al vacío. Pero, ¿podemos comprender con nuestra mente el concepto de vacío en sí mismo? Mire, tenemos la costumbre de señalar como vacío a un montón de cosas que no están vacías en absoluto. Desde la caja de galletas que abrimos esperando hallar algo apetecible que llevarnos a la boca y encontramos que no queda ninguna, la mirada que se pierde en el vacío, hasta cuando nos sentimos internamente vacíos. Son todas formas de vacío que resultan familiares para nuestra mente. El vacío total es otra cosa. Los científicos pueden hablar de él como concepto abstracto, pero la mente no lo puede aprehender, pues aunque cerremos los ojos y no pensemos en nada, divisas una oscuridad. Es lo más que nos acercamos al vacío, pero de él no podemos decir ni siquiera que sea oscuridad. La única forma en la cual deduzco que podríamos experimentar el vacío sería en un estado inconsciente, y cuando estamos inconscientes no podemos saber naturalmente que estamos ahí. No hay una conciencia que lo testimonie. Solamente podemos verificarlo cuando hemos salido de ese estado y siempre que haya un reloj o alguien que nos de fe del tiempo que hemos permanecido inconscientes. Pero no podemos hablar de esa experiencia una vez pasada, porque en el vacío la memoria no existe puesto que no hay nada que retener. Me resulta bastante sugerente lo que acaba de exponer sobre el vacío y su relación con el inconsciente, puesto que si lo aplicamos al Diagrama, el punto 0 nos indicaría que puede existir un inconsciente universal como fondo al fenómeno de la conciencia que emerge en el punto 3. Me suena extraño eso de inconsciente universal. Vamos a verlo más despacio. En el 0 hemos dicho que están potencialmente todas las cualidades que van a manifestarse en el punto 3. Es decir, si la conciencia surge a partir del 3, en el 0 la conciencia es potencial. Y lo mismo tiene que ocurrir con el inconsciente el cual debe estar también en estado potencial en el 0 porque también está presente en el punto 3. ¿Estamos de acuerdo? Bueno, no sé qué decirle. Mirándolo como usted lo plantea parece que es lo coherente con el modelo de Diagrama que he creado. Sin embargo, lo de un inconsciente en estado potencial no acabo de encajarlo. Es como si fuera una redundancia, porque yo veo al inconsciente como la carencia de conciencia y, por tanto, no puede existir un potencial de una carencia. El inconsciente es, en tal caso, un estado potencial de la conciencia. Mire, creo que deberíamos primero definir claramente lo que es la “conciencia” y “el inconsciente” y, después, ya veremos. ¿Tiene usted a mano un diccionario? Sí, siempre lo tengo a mano para casos como éste en los que hay que tener una concepción muy clara de un término. Es mejor remitirse al diccionario y hacer una puesta en común del concepto que se está manejando. Sobre el término “conciencia” dice así: “Percatación o reconocimiento de algo, sea de algo exterior como un objeto, una cualidad, una situación, o de algo interior, como las modificaciones experimentadas por el propio yo”. Y sobre el término “inconsciente”, ¿qué dice? Sobre el inconsciente dice de forma abreviada: “No consciente”; y en el ámbito psicológico añade: “Abarca todo aquello que no es percibido o advertido por el sujeto en el que el fenómeno se desenvuelve”. Luego, se extiende muchísimo más y lo amplía con las variantes de Inconsciente Fisiológico, Inconsciente Sociológico e Inconsciente Metafísico. Entonces, profesor, la definición de “no consciente” significa que la conciencia no tiene presencia activa en el 0, pero sí potencialmente. ¿Acaso eso no equivale al término inconsciente? No exactamente. El inconsciente no tiene por qué ser lo contrario de la conciencia, sino una relación de medida de la conciencia. No lo cojo muy bien. Se lo voy a plantear de otra manera. No sé si le he comentado alguna vez que la luz es la metáfora de la conciencia; y la oscuridad, del inconsciente. Entonces, ¿cómo definiría usted la oscuridad con respecto a la luz? La luz es la que tiene identidad propia. Se suele decir que algo es oscuro en relación a otra cosa que emite más luz. Pero todo en el universo tiene luz en mayor o menor grado. Incluso los agujeros negros que pensamos durante un tiempo que no emitían absolutamente nada, se ha llegado a comprobar que un mínimo de ondas electromagnéticas están emitiendo. Pero, ¿no existe entonces la carencia de luz absoluta? Mire, yo creo que cometemos errores cuando queremos definir las cosas en términos absolutos, y en el mundo de la manifestación creo que no hay nada que sea absoluto en sí mismo porque, si lo fuese, no tendría entonces posibilidades de relación, de cambio, de transformación. Es como cerrarse las puertas y vivir aislado. Y vivimos en un mundo de continua relación, intercambio y movimiento gracias a lo cual todas las cosas son posibles. Ya comprendo lo que me quería decir con respecto al inconsciente. Si aplicamos su definición sobre la luz a la conciencia, tenemos que distinguir que todo es conciencia en mayor o menor grado en el mundo de la manifestación y que con el término inconsciente, igual que con el término de oscuridad, señalamos las diferencias relativas de grado de mayor o menor conciencia. Pero entonces, ¿qué ocurre con lo inmanifestado del punto 0, que era lo que estábamos discutiendo? ¿Acaso no puede existir algo que sea absoluto llamado oscuridad e inconsciente? Veremos: Si utilizamos el concepto de “absoluto” para indicar algo que en sí mismo es cerrado, inconexo e independiente, esta no sería la palabra adecuada para asignar todo el potencial que suponemos que existe en la sustancia oscura y que es generadora de todos los universos posibles. Con respecto a la oscuridad, por ejemplo, no podemos aventurarnos a decir que exista una oscuridad absoluta en la sustancia, porque entonces no tendría la posibilidad de generar luz, y hemos supuesto que las partículas/espacio cerradas tienen el potencial de crear luz cuando se despliegan y se genera, por ejemplo, un fotón. Luego, definiremos que la oscuridad de la sustancia en reposo es la máxima en relación al mundo de las formas físicas, pero en sí misma no puede ser oscuridad absoluta porque es la base sustancial que contiene el potencial de la luz y la que lo genera. Esa misma explicación puede ser válida para la conciencia en el plano potencial del estado 0. Me estoy acordando de que el símbolo del Yin-Yang es justamente lo que indica cuando en cada uno de ellos aparece un circulito con el color de su opuesto. Es una forma gráfica de expresar que ni el Yin es absolutamente Yin, ni el Yang es absolutamente Yang, por lo cual los dos contienen un porcentaje de la cualidad de su opuesto. Es decir, cada cual tiene un punto de referencia en sí mismo del otro, gracias a lo cual pueden conectarse, intercambiar y transformarse mutuamente. Si no fuese así, si fuesen absolutos, habría un corte total entre las dos naturalezas sin posibilidad de encuentro entre ambas y sin posibilidad de jugar a la creación. Bien, descartemos el concepto de “absoluto” en nuestras definiciones y los términos categóricos, puesto que está claro que no concebimos tal cosa en el mundo manifestado en el cual estamos basando nuestros puntos de referencia y, por tanto, tampoco lo vamos a proyectar hacia el mundo de la inmanifestación que estamos imaginando. No obstante, le tengo que decir, Dameb, que la densidad de la sustancia/espacio del punto 0 tiene que ser máxima, porque si no dejaríamos huecos entre las partículas/espacio, y nuestra historia cosmológica fallaría desde su propia base. Desde luego, no tiene más remedio que ser así. Por otro lado me planteo que como las partículas/espacio en su plegamiento no están muertas, sino solamente en reposo, y como en su interior yace todo un potencial de vida, me pregunto qué puede darse dentro de ellas. ¿Qué podría ser, profesor? Usted es la experta en analogías, no yo. Si todo lo que conocemos por vida manifestada está latente en la sustancia primordial, nos podríamos imaginar entonces, que algo está latiendo en su interior. Un temblor continuo, como un ritmo producto de los infinitos latidos de sus partículas/espacio pero que no van a ningún sitio porque no hay ningún lugar fuera de ellas mismas. Por ello, ninguna entidad puede observar desde afuera ese supuesto latido de la sustancia madre. Solamente nos podemos acercar intuitivamente a esa visión. Es lo que estamos haciendo justo ahora. Pues sigamos con la intuición porque es cierto que como parte integrante que somos del universo, llevamos la información dentro. Así que podemos acercarnos un poco más a ese estado del punto 0 e intuir que del potencial indiferenciado del vacío no solamente va a surgir la conciencia, sino otras características más, como son en general las cualidades pensantes y sensibles que posee el ser humano y que están aún en vías de desarrollo, gracias a las cuales seguimos creando y expresándonos. Se habla de conciencia y de cualidades en un estado potencial en el punto O. Lo veo bien, pero tendríamos que contemplar a dicho potencial cuando se activa, algo así como un impulso vital que haría de motor de arranque para generar el movimiento de la apertura de las partículas/espacio, una fuerza estimulante gracias a la cual la conciencia se despierta y las cualidades se expresan en unidades de información de partículas/espacio. Y entendiendo lo vital no como algo que empieza a partir de la materia orgánica, sino todo lo que abarca la existencia. Es muy interesante su observación y estoy totalmente de acuerdo con usted en que debe de existir un impulso vital que ponga en funcionamiento todas las cualidades que estaban en estado potencial en la sustancia madre. Entonces, si tenemos en cuenta al conjunto del impulso vital, la autoconciencia que emerge de ello y que estaba latente en la sustancialidad en reposo -conciencia que hace de factor observador de las situaciones y aconteceres...-, si contamos con las cualidades sensibles y pensantes que se van a expresar cuando se las estimula, más la función de las partículas/espacio como sustento de todo, podríamos tener una definición de lo que llamamos el ser. De esto se deduce que el punto 0 sería el estado del ser en sí mismo, pero sin conciencia de sí, o por lo menos sin una conciencia clara de sí, para no hablar en términos categóricos y por no entrar en una discusión con usted, profesor. No es para tanto, Dameb. Son dos formas de expresar un mismo estado. Sabemos a lo que nos referimos y eso es lo importante. Llamarle inconsciente universal, pre-consciente, o no-conciencia, es totalmente secundario. Mejor así. Yo intuyo el vacío o punto 0 como un estado de ensimismamiento, lo cual no descarta que en ese estado el ser se encuentre en su plenitud intrínseca, aunque sin un reconocimiento de ello. Se vive a sí mismo, pero no hay pensamiento de sí. Cuando el ser se reconoce y se contempla a sí mismo en su plenitud, es decir; en todo su potencial, es cuando se produce la autoconciencia. El estado de ensimismamiento desaparece y surge el autoreconocimiento del “Yo Soy”, con lo cual estamos ante una diferenciación del propio ser y consecuentemente hemos salido de la posición 0. ¿Me sigue, profesor? Sí, tiene su coherencia. Yo añadiría que ese estado de pre-conciencia atemporal corresponde a un modelo femenino. De hecho lo hemos llamado “sustancia madre”, desde el inicio de nuestras conversaciones. Un potencial en reposo que es activado por el principio masculino. Por lo tanto, quiere señalar, Dameb, que el modelo femenino no es un principio sino un estado, un estado en el no-tiempo. Algo increado y eterno. Lo que aparece como un principio y como cualidad intrínseca de dicho estado potencial es el modelo masculino, ya que cuando se activa es el iniciador de todo un ciclo universal y por consiguiente está relacionado con el tiempo. Además, encaja con las características de los Hemisferios: el derecho es atemporal y relacionado con el espacio y el izquierdo está relacionado con el tiempo. Le felicito, ha expresado mi idea mejor que yo misma. La sabiduría popular que como siempre sabe expresar el conocimiento intuitivo de la vida, define a la mujer como “el eterno femenino”, calificativo que no utiliza para el hombre. Mire, el modelo femenino es integrador, no siendo así el modelo masculino que surge del fondo indiferenciado de lo femenino y se caracteriza porque establece diferencias y la autoconciencia interviene. El bebé dentro de la madre no tiene identidad de “yo” separado de ella. Todo es madre. Una vez nacido tampoco, pero en la medida que va desarrollando su hemisferio izquierdo, primero con el habla y, más tarde, con el aprendizaje de la escritura, va creando una identidad separada de la madre. Es el factor masculino de la autoconciencia lo que establece las diferencias. Este modelo cosmológico se irá repitiendo en todas las escalas del universo, porque como usted me explicó al principio de nuestras conversaciones, el universo presenta una Geometría Fractal en su comportamiento. Cierto, y siguiendo su línea de pensamiento, podemos establecer una relación entre el estar dormido y la actividad de la vigilia con el génesis universal. Cuando dormimos la autoconciencia se retira temporalmente de la realidad corporal. No obstante, el cuerpo permanece aunque, eso sí, inconsciente de sí mismo. De la misma manera, el despertar de la conciencia cosmológica sería cíclica al igual que ocurre con la conciencia humana, y la atemporalidad del estado sustancial equivaldría al estar de nuestro cuerpo dormido. ¿Sabe usted que los diferentes modelos culturales como es el matriarcado y patriarcado también son exponentes de dichos patrones cosmológicos? En el matriarcado se vivía con un sentido de identidad grupal y de pertenencia a la Madre. El desarrollo de la individualidad y del ego-mente se potencia y se desarrolla con el patriarcado. La lucha competitiva por el triunfo y por ser el número uno en el escalafón de la jerarquía es una de las características más significativas del patriarcado. Hay que llegar a destacarse y a diferenciarse del otro a costa de lo que sea, la mayoría de las veces con el precio del sufrimiento y de la vida humana; porque la masa humana no cuenta, no tiene valor por sí misma. La mujer ha sido utilizada como instrumento de placer y de parir hijos y los hombres como carne de cañón para las guerras y mano de obra para el poder. La historia de la cultura patriarcal es una lista de triunfadores bañados por la ambición, las intrigas y las traiciones para poder llegar a ser el primero. Sus dioses monoteístas, proyecciones del imaginario colectivo que son de los valores de dicha cultura, poseen las mismas características. Quieren ser los únicos en el escenario celeste y compiten con los otros dioses monoteístas que también pretenden lo mismo: ser el único. Dameb, veo que el concepto de unidad tiene dos acepciones que se pueden confundir. Son la Unidad como totalidad y la unidad como particularidad. La Unidad como concepción integradora y más abstracta del número 1 se mezcló y se confundió con la particularidad de ser lo único por encima de todos los demás. Y de esa mala interpretación de la Unidad surgieron los dioses ególatras y guerrilleros capaces de exterminar a todo humano que no acatara y reconociera su máximo poder universal. Posiblemente, esa tendencia imperiosa de ser el único no sea sino una necesidad inconsciente del reencuentro con la Unidad perdida. Pero en esa unidad particularizada la persona suele pagar el precio de encontrarse francamente sola. En su escalada hacia el número uno de la lista ha ido dejando atrás e incluso matando a todo el que le pudiera rivalizar. Quisiera que me aclarase si el ser al que aludió hace un momento es algo de cada individualidad o es una entidad superior que nos trasciende. Tendríamos que dejar esto claro, al menos entre nosotros. Es un tema delicado porque puede crear bastante confusión si no se define bien dentro de lo que nos permiten los límites del lenguaje. Le aclaro: El ser lo concibo como de naturaleza sustancial, el cual engloba en su potencial infinito a todas esas propiedades que hemos nombrado: fuerza vital, cualidades sensibles y pensantes, más la conciencia. Dicho ser es de naturaleza permanente en cada individuo, pues es de lo que estamos compuestos: lo que somos. Pero también, y a la vez, es lo común y lo que compartimos con la totalidad incalculable de la existencia; o sea, a todo lo que incluye nuestro universo y a los infinitos universos que puedan existir paralelamente al nuestro. El ser, bien en su aspecto individual como en su aspecto inconmensurable, puede existir tanto en un estado ensimismado como en actividad. ¿Qué relación puede tener esto con la noción de un Dios? La diferencia fundamental estriba en que nuestro ser esencial y sustancial al que hago referencia no es algo ajeno y apartado de la creación y de nosotros mismos. No debe ser entendido como algo abstracto, extraño e incomprensible a nuestra naturaleza, sino justamente lo contrario. Cada persona, cada partícula elemental diría que es como un terminal de ese ser común que se experimenta a sí mismo en infinitas maneras y formas espacio/temporales. En la realidad de nuestro espacio/tiempo y con nuestra visión de conciencia individual, aparentamos que somos creados por algo externo a nosotros, pero en lo profundo de nuestro ser, en donde conectamos con la integración, con la totalidad, podemos tener conciencia de esa inconmensurabilidad que somos y sabernos los creadores de nuestras formas físicas individualizadas en este espacio/ tiempo. En resumen, nuestro ser infinito o existencial es un campo sustancial e indivisible que, dependiendo del grado de elaboración y complejidad de la información que se produzca en su sustancia, la conciencia se percibe a sí misma como de naturaleza infinita o como focalización particularizada y limitada, habiendo entre esos dos extremos de la conciencia toda una gama de campos de frecuencias de conciencias intermedias interpenetrándose unos a otros. Esta visión difiere de la concepción de un ente independiente y superior que lo gobierna todo como, por ejemplo, la visión cosmológica que tenía Leibnitz acerca de miríadas de mónadas, como creaciones de una gran Mónada o Dios que centralizaba y coordinaba a todas las demás. No, no existe en esta visión cosmológica de la sustancia madre una superpartícula que ha creado a las demás particulitas y, la cual -la gran partícula- mantiene su independencia jerárquica en su propio reino de la existencia. Pero sí existe una conciencia de Unidad que se va fraccionando en conciencias individualizadas. El otro día leyendo a Ken Wilber me gustó el ejemplo que puso en el enfoque de lo trascendente y que refleja muy bien lo que quiero transmitir. Y, ¡cómo no! Su ejemplo también se basa en el agua. Dice que la verdad absoluta a la cual llama Vacuidad o Espíritu, es como la humedad. La Vacuidad no es una ola enorme que se halla separada de las demás olas, sino que es la humedad que está siempre presente en el agua, y tanto la totalidad del mar como una sola gota de agua poseen la misma cualidad de humedad. Si uno descubre esa humedad –Vacuidad- en el propio ser, conocerá la verdad última de todas las olas y de todo el mar. Entonces, Dameb, lo que aparentemente nos separa de la totalidad infinita como verdad última, es una cuestión de niveles de conciencia, no de existencia. Exactamente. Si la conciencia se focaliza, surge la partícula en el mundo de la materia o bien, la individualidad en el nivel humano. Si aceptamos que existe un orden de complejidad gradual en la manifestación de la conciencia, el nivel en donde se encuentra el ser humano es donde la conciencia alcanza su máxima especialización. Hemos logrado la individuación y somos seres autoconscientes, pero a cambio hemos pagado un precio, y éste ha sido que, al focalizarnos, hemos perdido la perspectiva de la infinitud y de la Unidad que somos en lo profundo. Creo que esto guarda semejanza con el mundo de las imágenes. Con nuestra cámara podemos abarcar el conjunto del paisaje, pero si focalizamos la lente hacia un detalle -por ejemplo, resaltamos una flor-, el resto del paisaje aparece difuminado y confuso e incluso estando presente, no lo abarca la cámara. Con lo cual la pregunta obligada que debiera surgir a continuación es la siguiente: ¿Puede en algún momento darse en el ser humano la conciencia de infinitud y de individualidad al mismo tiempo? Respecto a este tema hay muchos testimonios de experiencias místicas en las que unos hablan de un tipo de vivencia en donde el yo individual desaparece en una conciencia de unidad o supraconciencia. Otros hablan de una experiencia similar, sin embargo no pierden el punto referencial del yo. Como bien sabemos, cada persona es un mundo y pueden darse todas las variantes posibles en cuanto a grados de percepción de la conciencia e interpretaciones posteriores de la misma. En este último caso, se me ocurre que el desplazamiento de la conciencia entre sus diferentes niveles es muchísimo más rápido que la del pensamiento elaborado, por lo cual la persona puede experimentar una conciencia que oscila entre el yo y el no yo, entre lo individual y la infinitud y por eso puede parecerle coincidentes en su experiencia mística. Lo cual sería un fallo de observación debido a la incapacidad de la propia mente para distinguir los micromovimientos ultrarrápidos de la alternancia que en ella se producen. De todas maneras, Dameb, si acordamos que la conciencia es la facultad de percatarse de algo, ese algo de lo que se percata la conciencia no tiene más remedio que ser de su propia sensibilidad, no sólo en cuanto a intensidad, sino en relación al nivel en el que estén situados sus propios límites sensibles, diríamos sus sensores. Es decir, una persona puede sentirse limitada dentro de su propio cuerpo o sentirse sin límites. Esa sensación que produce la expansión del no-límite es naturalmente un sentimiento inexpresable, pero todos los sentimientos y sensaciones profundas lo son, independientemente del objeto hacia donde esté dirigida su sensibilidad. Más aún, cualquier sentimiento es inexpresable intelectualmente, porque la función de la sensibilidad es la de sentir, y la expresión verbal le corresponde al intelecto. Son funciones diferenciadas de los hemisferios cerebrales aunque interactúen entre sí. Por consiguiente; cuando la conciencia observa la expansión de la sensibilidad, el pensamiento, al intentar definirla y comunicarla, tiene que valerse de expresiones propias de un lenguaje místico o poético. Bajo este planteamiento es como puedo entender y ubicar lo que intentan transmitir los místicos de sus experiencias internas. Creo que lleva razón en lo que dice. Cuántas veces se ha dicho ante la experiencia mística que el pensamiento y la razón no pueden abarcar ni llegar a comprender lo que está más allá del pensamiento y de la razón misma, y con ello colocan la experiencia mística por encima de la razón y de la inteligencia. De todas maneras, pienso que esa afirmación es un tanto absurda porque es como decir que un cuchillo es inferior a una cuchara porque no se puede tomar un plato de sopa con él, o a la inversa. El cuchillo sirve para cortar y la sopa se toma con una cuchara, por tanto, sería una perogrullada definirlos como superior o inferior debido a sus especializadas funciones. Eso mismo pasa con el pensamiento y la sensibilidad, que son funciones complementarias y, por tanto, ninguna es superior a la otra. La falta de perspectiva está en creer que el pensamiento es inferior porque no puede aprehender algo como la infinitud, el vacío y otras abstracciones, cuando la infinitud pertenece al mundo de las sensaciones, de la sensibilidad, al igual que el amor; no siendo por tanto conceptos abarcables evidentemente por la razón, o por lo menos con nuestros pobres y limitados razonamientos. Sin embargo, con la inteligencia y el discernimiento podemos darnos cuenta de muchos de nuestros fallos de perspectiva para ubicarnos en la realidad, ya que una persona mística que vive en su mundo de percepciones y de sensibilidad no tiene necesariamente por qué poseer un intelecto lúcido y un claro discernimiento para ubicar y ordenar sus experiencias. Su conciencia puede percatarse de la infinitud de sus sensores y percepciones, y sin embargo no darse cuenta de sus fallos de expresión. Pero, en todo caso, estamos hablando de la conciencia como algo que está presente en la vivencia mística, pero habíamos quedado en que en el estado de vacío del 0, la conciencia no se percata de nada, ni siquiera de la plenitud del vacío en el que su ser está, como usted dijo. Efectivamente, pero deduzco que entre el estado del puro ensimismamiento y plenitud del punto 0 del Diagrama a la conciencia manifestándose y expresándose en el punto 3, puede haber un paso intermedio. Vuelvo a remitirme a Ken Wilber. Él habla de su experiencia de conciencia, como la de un testigo mudo que permanece siempre presente no solamente en el estado de vigilia, sino estando dormido: tanto en el soñar como en el sueño profundo sin sueños. Afirma que en este último estado se experimenta lo que él llama la inmensidad del vacío puro, carente de todo contenido: es decir, sin sujetos ni objetos. Sin embargo, aunque comenta que es un estado de conciencia pura, reconoce que el término “consciente de” posiblemente no sea el adecuado porque ahí no existe ningún tipo de dualidad –sujeto/objeto-, sino algo que es incualificable. Por lo que me está diciendo, no es exactamente la concepción del vacío sin conciencia del punto 0, sino otro estado diferente. No obstante, podemos adjudicarle al 1 un estado intermedio entre la conciencia potencial del 0, y la conciencia claramente manifestada y observadora del movimiento creativo que surge a partir de la posición 3. En el punto 1 obtendríamos una conciencia de la plenitud del vacío, o lo que es lo mismo, una conciencia del propio potencial. Sería un paso previo a la actividad creadora. ¿Cómo lo ve usted? Parece que sí, que estamos refiriéndonos a un estado intermedio en donde nuestro ser infinito surge de su propio ensimismamiento produciéndose así el estado de la conciencia pura de la que habla Ken Wilber. Ahí el ser está inmerso en su propia esencia, hay plenitud y hay autoconciencia pero aún no se ha producido la actividad creadora, no hay aún el desdoblamiento del pensamiento, del deseo, ni de la imaginación. Nada se nombra, ni nada se define, porque, ¿qué es lo que se va a nombrar y definir si no existe nada? Es una unidad perfecta simbolizada por el número uno. La única definición posible es: “Yo Soy”. Bueno, creo que ha llegado el momento de pasar a analizar más detalladamente el punto 1 del Circulo de la Creatividad, profesor. Punto 1: Tensión. El 1, al igual que el 0, lo definimos como un potencial que contiene e integra todas las cualidades y elementos necesarios para la creación del universo en un estado indiferenciado pero, a diferencia del 0, no es un potencial en reposo, sino que es un potencial con una tensión disponible para la acción. El 1 es un punto o focalización del vacío que marca el paso previo o la puerta de enlace hacia el mundo de la manifestación. El 1 depende de cómo lo miremos, es algo que se autodefine en relación a la indefinida sustancia madre pero, al mismo tiempo, es un punto indefinido en relación al mundo de la manifestación del espacio/tiempo del punto 3. ¿Correcto? Totalmente. Hay otra manera de enfocar el punto 1 más precisa de comprender, y es a nivel de las partículas/espacio. Así como se ha mencionado que tanto una unidad, como infinitas unidades de partículas/espacio, cuando están en reposo o plegadas equivalen al vacío, cuando éstas sufren un impulso vital, se produce una tensión y, como consecuencia de la misma, se despliegan mostrando una dualidad. De modo que el micro intervalo que hay entre el impulso recibido y la apertura de una partícula/espacio, es justo el foco de tensión o focalización que se produce en las partículas/espacio. Efectivamente, se puede contemplar como un estado de despertar, o mejor dicho, se produce una atención. Ya no se está ensimismado; el ser infinito toma conciencia de sí, pero todavía no se ha iniciado una auténtica actividad mental. Con el término mente englobo a todas las cualidades para la creación, desde el deseo, sensaciones, pensamientos, ideas e intención. Es decir, la hipermente inherente a la sustancia madre se siente con todo su potencial, pero aún sus propiedades no se han puesto en funcionamiento. Una autoplenitud reconocida pero todavía sin disquisiciones mentales sería el punto de tensión del 1. Me imagino en la sustancia/espacio un movimiento parecido al paso previo de ebullición de algún líquido o de cualquier otra sustancia. Es todo un proceso lo que se origina desde el estado de reposo en sí, hasta que eclosiona y estalla en múltiples pompas que chocan entre ellas en un auténtico caos. Llegado a esta situación nos podríamos encontrar ante lo que los científicos llaman la explosión primigenia o Big-Bang. Pero nuestro modelo nos permite contemplar la visión cosmológica desde otra perspectiva y no desde un sólo átomo que explotó, sino desde un sin fin de partículas/espacio abriéndose y emitiendo su energía lumínica entre otras cosas. A medida que el elemento en ebullición se iría enfriando aparecerían las primeras cristalizaciones hasta la consolidación de la materia densa. Estoy de acuerdo con usted en su visión global del asunto, pero hay varias cuestiones básicas que aclarar y matizar antes de dar el visto bueno, Dameb. Empiezo con el tiempo. No sé si se habrá dado cuenta de que ha dicho que el paso de la sustancia/espacio en reposo hasta que sus partículas/espacio se abran –las pompitas estallando-, es un proceso. Todo proceso implica tiempo. Y el tiempo, tal como lo tenemos acordado, no está en el punto 1, sino que surge a partir del 3, es decir, justo en la apertura estallido de una partícula/espacio, pero no antes. ¿Cómo concilia esta contradicción? ¡Oh!, profesor, me acaba usted de pillar en un renuncio. ¿Qué es eso? Se suele decir cuando en el juego del Mus lo sorprenden a uno cometiendo una falta. Lleva toda la razón. Entonces, ¿qué hacemos para solucionar esta contradicción, profesor? Bueno, no se preocupe; puesto que estamos creando nuestras propias leyes, hagámoslas a nuestra imagen y semejanza. ¿No se trata acaso de eso? Hasta ahora habíamos dicho que en la sustancia madre en reposo no existía el tiempo, y esto sigue siendo correcto. Pero ahora se despierta en ella un estímulo que va originando una tensión; ésta se va acrecentando paulatinamente hasta que ocurre el estallido y despliegue de infinitas partículas/espacio entrechocándose dentro de una especie de plasma convulsivo. Pues bien, apuntamos que el impulso vital, que usted definió como un modelo de funcionamiento masculino, es el pistoletazo que inaugura el ciclo temporal del universo. Un intervalo que va desde el estímulo inicial, pasando por la tensión acumulativa intermedia, hasta la apertura final de las partículas/espacio en donde ya entraríamos en el punto 3. Lo podríamos definir como tiempo en relación al reposo de la sustancia/espacio, sin embargo, es un pre-tiempo en relación al punto 3, en donde las partículas/espacio están en pleno despliegue y creando lazos. Es justo y razonable que tengamos también un pre-tiempo, al igual que tenemos un pre-espacio o pre-materia en la sustancia madre, y así solucionamos la contradicción, quedándose el modelo cosmológico más completo. Gracias, profesor, sentí de pronto que nuestro modelo estallaba en mil pedazos pero no con fines creativos, sino como un caos destructor del castillo de naipes cosmológico que hasta ahora habíamos conseguido mantener en pie. Había otras cuestiones que aclarar, ¿no? Sí, el azar o la voluntad: uno de los eternos dilemas aún sin resolver. Bueno, los creyentes lo tienen resuelto con una voluntad divina, y los no creyentes adjudicándole al azar el protagonismo de la Historia. Y nosotros, ¿en dónde nos situamos?, puesto que hemos dado un paso bastante significativo, con respecto a la aséptica visión científica, al introducir y enriquecer nuestro modelo cosmológico con todos los elementos y cualidades que posibilitan la creación, aunque por otro lado se encuentren éstos en un estado potencial en el punto 0, es decir, inactivos. Pero, ¿qué es lo que hace que el potencial vital se active y con ello las partículas/espacio, junto a la conciencia y a las cualidades sensibles y pensantes? Como verá Dameb, incluso con el paso que hemos dado nos seguimos encontrando en una situación similar. ¿Es producto del azar, o de la voluntad, que la fuerza vital se active y un universo comience a realizarse. Personalmente rechazo toda pregunta formulada categóricamente que condiciona a tener que responder en uno u otro sentido, ya que las dos propuestas planteadas son excluyentes entre sí. Esta es, por desgracia, la fórmula errónea con la que siempre nos estamos planteando y queriendo contestar a la mayoría de las cosas de la vida. Y es por la misma razón por la que siempre se originan las inevitables e irreconciliables luchas entre bandos que apuestan por una u otra respuesta según sus condicionamientos personales. ¿Entonces, Dameb? Entonces, profesor, ¿para qué vamos a elucubrar con suposiciones? Remitámosnos a nosotros mismos. No tenemos otro camino. Por ejemplo: ¿qué ocurre cuando estamos profundamente dormidos, o incluso cuando nos encontramos en un estado de ensimismamiento en vigilia? Ahí está la contestación. Efectivamente, algo ocurre independientemente de nuestra voluntad, que nos hace salir de esos estados. Nadie se lleva durmiendo toda su vida a menos que tenga una lesión cerebral. Por más que estés cansado, drogado o te hayas tomado pastillas para dormir, más tarde o más temprano vuelves al estado de vigilia. Incluso aunque se deje a una persona hipnotizada, llegado un tiempo sale de su hipnotismo. O sea que de forma natural existe un mecanismo vital que tiende a expresarse y que nos impulsa a la vida activa y al despliegue de nuestro potencial. Por consiguiente; podemos afirmar que el impulso hacia la actividad, hacia el movimiento es algo inherente a la propia naturaleza de nuestro ser infinito. La fuerza vital que está en estado latente en el 0 se despierta cíclicamente. Esas pulsiones de vida van produciendo una tensión en las partículas/espacio en el punto 1, las cuales, llegado un momento, despiertan del todo; es decir, se despliegan, estallan y generan con sus enlaces todo tipo de información como expresión del contenido para la creatividad, como es la sensibilidad, el deseo, el pensamiento, la imaginación y la idea. De lo dicho se deduce que no podemos afirmar que el potencial vital que se activa desde el vacío para la creación sea por un acto de voluntad o producto del azar, sino que es un mecanismo inherente a la propia naturaleza intrínseca y cíclica de la existencia no-existencia, en un “continuum” reposo y actividad. Así es tanto la naturaleza de nuestro ser infinito como la de nuestro ser individual. Es una opción con bastante posibilidad. No es azar ni voluntad, sino el propio mecanismo natural de la existencia. Me gusta. Dameb, me resulta interesante la observación que se ha hecho acerca del impulso vital como el primer factor que activa a los demás elementos que van a jugar un papel en el proceso de la creación. No sé si se habrá dado cuenta de que en nuestros primeros encuentros habíamos estado hablando más bien acerca de la inteligencia como causa principal en la apertura de las partículas/espacio. Es cierto, así era como lo veíamos, con lo cual hemos avanzado un paso muy importante al introducir la fuerza vital como el motor que pone en marcha el despliegue de todos los factores que intervienen en la creación, no sólo de un universo, sino de cualquier actividad creadora que el ser individual lleve a cabo en su ciclo de vida. Al introducir el componente vital quisiera comentarle algo acerca de los 4 elementos. ¿Se refiere a los 4 elementos tradicionales: fuego, aire, agua y tierra? Sí, a esos me refiero. Me he estado dando cuenta de que están presentes en lo que se ha definido como el ser. No sé si le habré comentado alguna vez lo que simbolizan dichos elementos. Es un buen momento para que me lo recuerde. Se los resumo así: la tierra, como su mismo nombre indica, representa el plano sólido de la materia, lo que se consolida y se arraiga. La fluidez del agua simboliza el plano de los sentimientos, deseos y emociones. La sensibilidad en sí. El aire es el plano de la inteligencia, el mundo de las ideas, del pensamiento y de la comunicación. Estos tres elementos están relacionados con los tres estados de la materia: sólida, líquida y gaseosa. Sin embargo, el fuego no representa tanto un estado de la materia como a la materia en estado ígneo; es decir, el cambio de estado de la misma por medio de la energía. Es el mundo de la acción y de la transformación de las cosas. Veo por donde va. Quiere decir que las dos cualidades básicas para la creatividad -como es el mundo de las ideas e inteligencia y de la sensibilidad-, estarían representadas por el aire y el agua. El fuego correspondería con la fuerza vital que imprime dinamismo e impulsa a la actividad a dichas propiedades. Pero el elemento tierra y la conciencia no me cuadran, Dameb. Y no tienen por qué cuadrarle, profesor, porque no van asociadas. El elemento tierra lo tenemos en la sustancia madre, puesto que es la base sustancial de nuestro ser infinito, el campo que sustenta y sostiene a toda la creación. Es el terreno de operaciones en donde se expresan las cualidades al impulso de la fuerza de la vida y desde donde van a surgir las estructuras materiales del universo. Le puedo corroborar que, desde el plano de la física, la solidez fluidez en como se presenta la materia se debe a cómo están dispuestas sus moléculas. Por ejemplo; en los objetos sólidos, sus moléculas se encuentran fuertemente unidas creando lazos contundentes. De ahí que veamos los objetos con formas rígidas y con contornos bien definidos. Las moléculas del agua están más separadas, no llegan a tocarse. Por eso mismo el agua no tiene tanta consistencia como los objetos sólidos. Es adaptable y movible, no teniendo forma propia sino que adopta la forma del recipiente que la contiene. Las moléculas que forman el aire, cómo le diría, pues eso precisamente, que van “a su aire”. Están bastante separadas unas de otras fluyendo en un continuo movimiento y expandiéndose todo lo que le permite el espacio en donde se hallan. El aire no tiene forma ninguna, ni siquiera lo vemos, aunque lo podemos sentir. El Fuego es, como usted bien ha dicho, el factor calorífico que posibilita la transformación de la materia de un estado a otro. Me parece todo muy interesante y muy acorde a lo que simbolizan internamente. Y ¿qué hacemos con la conciencia? Pues mire, la conciencia no está asociada a ningún elemento en particular. Diría que se produce del juego entre inteligencia y sensibilidad. La conciencia es la que observa; el testigo callado de todo lo que acontece en su propio ser, de sus cambios y transformaciones, observando lo que surge de su propio potencial en forma de pensamientos, sensaciones, ideas y deseos; todo ello estimulado por el impulso vital que conduce a la acción y al movimiento, en definitiva; a la expresión en incalculables posibilidades de informes/formas o estructuras materiales. No se sorprenda de haber encontrado en el plano de la inconmensurabilidad del ser la presencia de los cuatro elementos más el factor de la conciencia, puesto que no hemos hecho otra cosa sino proyectar nuestra naturaleza humana a la infinitud de la existencia. No obstante, siempre nos queda la incógnita de cómo barajar esos elementos que se van a expresar a partir del punto 1. Como por ejemplo: ¿existe desde el primer momento una idea clara de un proyecto universal, o se va elaborando sobre la acción? La manera en que estos aspectos se combinan y cooperan para generar una serie de resultados, sería mejor verla en la posición 2 y 3, pues creo que con lo que hemos trabajado hoy es más que suficiente para el estudio que estamos llevando a cabo del diagrama del Círculo Creativo. Quisiera comentarle sobre otros asuntos no tan trascendentales; sobre cosas puntuales pero no menos importantes para mí. Le escucho, Dameb. PRIMER CÍRCULO -SEGUNDA PARTE- Dameb: Profesor, ¿está usted dispuesto a continuar con el trabajo que dejamos inacabado en nuestra charla anterior acerca del Círculo de la Creatividad? Profesor: ¡Cómo no, Dameb! Su círculo ya está empezando a ser para mí como una especie de círculo vicioso. Pero entiéndame: se lo digo en el buen sentido de la palabra; que me estoy enviciando con él. ¿Seguro? Espero por su bien que no llegue al punto de tener que pedir ayuda a un terapeuta para desengancharse de su vicio. Porque le advierto: se puede llegar a soñar todas las noches con círculos, andar por la calle haciendo círculos… Sí, y posiblemente a utilizar la vocal O como única del abecedario. Bien, la vez anterior nos habíamos quedados parados en el punto 2. ¿Empezamos con su definición? Prefiero que la haga usted. Punto 2: Diferenciación. Cuando el potencial del 1 se acciona y se expresa en el punto 3, lo hace por una diferenciación de su contenido. Gracias a ello, las cosas, los objetos y los conceptos los podemos distinguir unos de otros en el mundo manifestado. O, también podemos decir que el mundo manifestado existe gracias al juego creativo entre las diferenciaciones que son, por otro lado, desequilibrios de un estado previo de perfecto equilibrio indiferenciado. Estas diferenciaciones las podemos ver reflejadas como un modelo de dualidades en el punto 2. En sus múltiples aspectos, y según el papel que adopta cada parte diferenciada en el intercambio creativo, se la puede contemplar en dos grandes grupos: en el mundo científico esta diferencia se la reconoce como polaridades y cargas positivas y negativas. En el mundo vegetal, animal y humano, como género masculino y femenino. En los aspectos internos del ser humano, también se puede reconocer esta diferenciación entre lo pensante y lo sensible, lo consciente y lo inconsciente, aunque éstas son mucho más sutiles, móviles y complejas, por cuanto sus límites no están tan marcados como en el mundo externo. Se tiene que contemplar las múltiples diferenciaciones como partes complementarias de una misma naturaleza que en sus juegos de contrastes permiten la diversidad en la manifestación universal. Por lo cual, cada parte diferenciada no tiene existencia propia si no es con su referente. ¿Qué le ha parecido, Dameb? Creo que más no le puedo pedir. No obstante, como me gustaría que hiciéramos un trabajo con ejemplos concretos de los principales factores que van a entrar a formar parte del juego de la creación, le pido de nuevo que haga las definiciones que faltan hasta completar el Círculo de la Creatividad: los puntos 3 y 4. Punto 3: Acción. El potencial del 1 se actualiza o se hace patente en el 3, por consiguiente es el punto que señala la dinámica creativa entre las partes diferenciadas y complementarias. Los elementos que entran en escena son el espacio, el tiempo, la energía, la materia, la sensibilidad, el pensamiento, más la conciencia como observadora de todo lo que acontece, siendo todo ello estimulado por los impulsos vitales en continua actualización, también en el punto 3. Todos estos elementos de la manifestación que aparentan estar separados, si se profundiza, se pueden ver como matices o grados de frecuencia del potencial del 1 que van emergiendo en unidades discretas por el mismo condicionamiento espacio/temporal al cual están sujetos. Dicho de otra manera: la expresión creadora del punto 3 la podemos contemplar como quantos o unidades de informes/formas que van explicitando las infinitas posibilidades del inconmensurable potencial en tensión del 1 el cual emerge del vacío O. Con su interesante visión del punto 3 me ha venido a la memoria el símbolo de la cruz que representa el punto crucial entre dos realidades complementarias. Una de las líneas podría representar la sensación que poseemos del continuo flujo del tiempo, de los acontecimientos que tienen perspectivas del pasado y del devenir. Es en donde ubicamos secuencialmente la memoria de los acontecimientos y las proyecciones del futuro. La otra línea simboliza lo adimensional y atemporal, lo que no puede ser abarcado ni medido. El punto de cruce o de conexión entre las dos líneas representa tanto lo adimensional como lo atemporal, expresándose en un punto y creando un presente que está continuamente actualizándose en unidades discretas. Esas pulsiones de vida van dejando recuerdos de sí mismas, de todos los puntos pasados y de referencias que se han ido creando en la memoria del tiempo. También esa continua acción puede proyectarse mentalmente y crear puntos de referencia del devenir creando, entonces, el futuro del tiempo. Pero únicamente en el punto del presente podemos conectarnos con lo atemporal, siendo el trampolín que permite el salto a lo profundo, al potencial del cual todo emana. El 3 del diagrama señala este punto de conexión. Una observación. Usted ha dicho que el futuro es una proyección mental a partir de nuestro presente. Creamos puntos de referencias compuestos de ideas, proyectos, deseos y demás, que tendrían que materializarse en un futuro. Pues bien, si tengo que ser coherente con el modelo universal que estamos proyectando he de admitir que tiene que ser como usted dice, ya que la mente compuesta de pensamiento-sensibilidad va inherentemente unida a una forma sustancial o imagen. Es decir, el informe/forma del cual en otras ocasiones hemos mencionado como inseparables, se traduciría al nivel del ser infinito como la capacidad pensante y sensitiva que iría desplegando p/e en un gran abanico de posibilidades en la formación de tal o cual imagen y de sus respectivas combinaciones. Estamos hablando de la capacidad creativa de la imaginación. Perdone que me haya ido tan lejos, Dameb pero, por otro lado, si este principio se cumpliese, las personas por lo general obtendrían la consecución del futuro con el que han soñado e imaginado, y se encontrarían realizadas. Sin embargo, y desgraciadamente, no es así en la mayoría de los casos. Así debería de funcionar en todos los casos si no fuese porque por regla general las personas estamos condicionadas por la memoria del pasado, que ha creado modelos mentales que no nos benefician, algunos de ellos de un poder tan tremendamente fuerte, que ni siquiera somos conscientes de vivir dominados bajo esas influencias. En nuestro presente no estamos libres de todo un bloque de ideas, creencias y sentimientos insanos, a veces heredado por generaciones que nos mantienen mentalmente encarcelados. Vivimos en un mundo de sensaciones e imágenes hechas de miedos y de desamores de todo tipo que afectan a nuestro futuro. Nos hallamos sumergidos en inseguridades, rencores, culpas y obligaciones; de conflictos sin resolver, posiblemente arrastrados desde la niñez. Esa amalgama insalubre de la mente es lo que continuamente estamos actualizando y materializando en nuestras vidas. Consecuentemente, si no hay un cambio, si no se produce una depuración en las cualidades del individuo, el equipaje mental será el mismo y es lo que seguiremos actualizando inconscientemente en el continuo presente hacia el futuro. Es decir, las personas podremos disponer de más economía y trasladarnos de una vivienda a otra más amplia, pero seguiremos estando encarcelados en nuestro interior por la memoria del pasado. Es tremenda la situación de la realidad humana, porque ya no es solamente el miedo a todo lo que nos han inculcado desde pequeño por creencias de todo tipo; ahora son los propios Estados los que han entrado en escena con su pretendida política de antiterrorismo internacional y de seguridad ciudadana. Son los encargados de infundir miedo y pánico a toda una ciudadanía que cada vez está más dispuesta a claudicar de su libertad para ser controlada por los intereses del poder a cambio de sentirse más segura. Esta táctica del miedo siempre ha funcionado y seguirá funcionando si no damos,como colectivo un salto cualitativo y despertamos a otra visión de la vida, a una nueva dimensión del ser. Aunque parece que viene apuntando por el horizonte una conciencia ciudadana que ya no se deja engañar ni embaucar más por las estrategias utilizadas por el poder. Pero buen?o, nos estamos desviando del tema. ¿Termino con el punto 4. Sí, continúe por favor. Punto 4: Resultado. Las infinitas unidades discretas de informes/formas que emanan del punto 3 se van depositando por estratos en estructuras codificadas. Estos sedimentos informativos van sirviendo de apoyo y de condicionantes para las nuevas estructuras que continuamente se van generando en el gran abanico de posibilidades que permiten las incontables combinaciones de los informes/formas. Estructuras correspondientes al mundo de la materia como al mundo de la mente. Pues bien, ahora vamos a estudiar estos factores directamente sobre el tapete, como suele decirse. En una visión general, las principales entidades que emanan del vacío desde el punto científico sería: el tiempo, el espacio, la energía y la materia, teniendo como fundamento las aperturas de las partículas/espacio. Y desde la óptica interna sería la fuerza vital, la conciencia, la sensibilidad, y el pensamiento. Hay en todo el conjunto diferentes campos vibratorios integrados e interactuando entre sí. Creo que ya tenemos suficiente material como para hacer un círculo y veremos qué diferentes combinaciones podemos hacer con todos estos ingredientes de lo que hemos llamado el Ser. Mire, profesor, creo que por fin he logrado reunir en un sólo círculo en sus respectivos lugares, a todos los elementos de la creación. ¿Cómo lo ve? Noto que ha cambiado la posición del 2 en el círculo. Ya no lo repite a ambos lados. Pienso que de esta manera queda más clara y expuesta con más sencillez la complejidad de la dualidad que conlleva el 2. En nuestro modelo cosmológico la primera manifestación de la dualidad femenina aparece con la doble reacción al impulso vital masculino; con la contracción por un lado, y con la receptividad y apertura por el otro de las partículas/espacio. Lo femenino es integrador de lo masculino. Por eso es doble y vemos situada las características de dicha dualidad a los dos lados del círculo. En el estado inmanifestado del punto 0, también lo masculino quedaba integrado en el estado de reposo de la sustancia madre. Está bien que haya hecho la diferencia entre sustancia y materia. Al estado 0 pertenece el principio sustancial que llamamos sustancia madre o sustancia/espacio. En fase de tensión es el estado 1. La materia surge a partir del punto 3 en el despliegue de las partículas/espacio. Otra observación que hago es la distinción entre impulso vital y energía. Podríamos decir que la fuerza vital que se despierta del vacío, es la madre de donde se van a derivar todas las demás fuerzas de la naturaleza y de las energías, que van a operar en los procesos y dinámica de la materia universal. Otra cuestión es que el factor estimulante de las partículas/espacio proviene de los impulsos vitales que se despiertan en ella, y por lo cual muestran una naturaleza diferenciada en su despliegue. Veo que lo ha señalado con una polaridad (+ -). Este principio diferencial podría ser el modelo a seguir en las siguientes fases de la creación. Por ejemplo: las cargas positivas y negativas de los quarks, de los electrones y de los protones, el juego de polaridades de la energía eléctrica y magnética, y en general, de la naturaleza dual que observamos en la vida. ¿Comprende, Dameb? Claro que lo entiendo. Yo intuía algo así y le adjudicaba una fuerza de atracción entre sus aspectos diferenciales por el drama de la pérdida de su estado amoroso. Y decía que la tragedia de la salida del paraíso iba a tener resonancia en los siguientes enlaces de las estructuras materiales, ¿se acuerda? Por supuesto que sí, y me acuerdo porque se implicó usted tanto en el juego de las supuestas tragedias que vivían las partículas/espacio, que creo que hasta le afectó emocionalmente. Es que era muy fuerte. Cuando se llega al concepto del tiempo y a lo sensible en el Círculo de Creatividad ha tenido que distinguir, a su vez, la subdivisión que conllevan. Correcto. La verdad, Dameb, es un poco complicado querer introducir tantos datos en un esquema tan reducido. Es toda una proeza de simplificación. Y ahora paso a hacerle la pregunta que quedó pendiente en la última reunión. Supongamos que el detonante de la manifestación universal es la fuerza vital, un potencial inherente de la sustancia/espacio que cuando se activa por ciclo natural es el motor que pone en marcha los componentes de la creación; entre ellos, las cualidades sensibles y pensantes. Pero una vez que las cualidades mentales se activan, ¿puede darse algún tipo de planificación, o la creación va surgiendo sobre la marcha? Realmente le estoy formulando una pregunta parecida -aunque a otro nivel- que le hice en nuestro último encuentro acerca de si existe un factor inteligente que dirige su obra, o estamos ante una improvisación en la génesis creadora. ¿Hay algún tipo de finalidad universal? Si damos por sentado la existencia de un factor inteligente como una cualidad del universo, deberemos suponer su intervención en la dirección de la obra creadora. De todas maneras, vamos a acercarnos a la naturaleza humana y veremos qué ocurre dentro de nosotros cuando creamos. Situándonos en la perspectiva de un artista como prototipo del hombre creativo, el auténtico espíritu de éste es la creación, el puro amor de crear por crear. Se siente como una fuerza interna que te incita a la acción; es como una necesidad y no hay otro sentido sino el propio estímulo de hacer que incluye todo un abanico de sensaciones. Un papel fundamental que interviene en todo proceso creador es la imaginación. La he puesto emergiendo del punto 3, porque es el resultado del juego mental entre la idea y la imagen o el informe/forma. Si llevamos dicho planteamiento a la creación universal, podemos decir que el sentido de ésta es la creación en sí misma. La creación enfocada a la experimentación y aprendizaje a través de la propia dinámica creativa. Toda la complejidad posterior se originará a partir de este principio creador. Sí, le encuentro peso a este planteamiento porque lo veo como el más libre, limpio y sencillo comparado con otras visiones basadas en todo tipo de creencias religiosas. Pero aún así, un artista puede planificar con todo tipo de detalles su obra o irla improvisando sobre la marcha. No es lo mismo componer una sinfonía, que improvisar música. Así es. Pero por el mismo hecho de componer música o hacer un boceto de un cuadro, se está ya en plena acción creadora, y ahí interviene no solamente un mundo de sensaciones, sino también una capacidad inteligente como hilo conductor, pues incluso el músico que improvisa lo hace en función a los principios de la música, y si introduce algún acorde disonante, lo hace consciente de ello. De todos modos, como no me gusta inclinarme demasiado hacia una dirección fatalista del destino ni hacia la improvisación ciega, -porque se niegan entre sí, con lo cual la capacidad de posibilidades queda disminuida al cincuenta por ciento-, deduzco lógicamente que se puede concebir en el proyecto creativo una línea matriz. Posteriormente, sobre los resultados que se van obteniendo de la idea principal, otras posibilidades van surgiendo. Estas posibles variantes no serían productos del azar ni de una planificación rígida y exhaustiva, sino que emergerían de la propia trayectoria creativa, siendo inherente a la dinámica de toda creación. Además, pienso que es el modelo común con más o menos variantes de cualquier actividad creadora llevada a cabo por el ser humano. Nosotros mismos y de la manera en cómo vamos creando nuestra interpretación cosmológica, podemos ser un ejemplo de lo que acabo de decir. Lo veo bien, creo que es una visión bastante prudente de cómo enfocar el asunto. Pero qué me dice del reconocimiento. El artista siente el deseo de mostrar su obra y no necesariamente con la pretensión de obtener fama o de hacer dinero, sino en el sentido más puro y noble, que es la de compartir su creación para que otros la experimenten y la gocen. Esos otros somos todas las posibles vidas inteligente que existen en el universo; la humanidad entera lo hace, y podríamos disfrutar más si dejáramos de torturarnos y de hacernos la vida imposible unos a otros por tantos intereses egoístas y luchas de poder que solamente nos enganchan al miedo y al odio y que no tienen nada que ver con el puro gozo de vivir. Pienso que la forma en que la inteligencia infinita -es decir, la de nuestro ser común-, soluciona esa participación y experimentación con la creación, es la de autofraccionarse en infinitas unidades en sus correspondientes vehículos espacio/temporales, con lo cual la conciencia se focaliza en cada unidad y así se posibilita la experiencia, el aprendizaje, el goce y la participación con la creación desde el “otro lado”. El ser individual, incluso fraccionado, posee los mismos elementos que el ser infinito para proseguir con la creación desde su propio nivel, ya hablemos de un átomo o de una persona. Si fuera como usted dice, Dameb, reconozco que sería entonces toda una estrategia producto de una hipermente con una inteligencia y sensibilidad insuperable. ¿Lo ve, profesor? Ya está usted reconociendo la labor de todo un trabajo creativo universal. ¿Nunca se ha planteado por qué existen tantos testimonios de experiencias místicas de éxtasis ante la belleza y grandeza de la creación? Son puros reconocimientos de amor y alegría ante lo cual se siente gratitud por toda la maravilla que se está percibiendo. Y no tengo que ir muy lejos. Yo misma, que no me considero ninguna mística, cuando estoy en una actitud receptiva, experimento la belleza de la vida y capto esa fuerza vital que lo impregna todo. En ese momento me lleno de regocijo y júbilo. A veces, cuando estoy muy sensible, me irrumpe el llanto; es un desbordamiento interior por la conmoción tan intensa que produce en mí esa sensación tan indescriptible que está en todo lo que mis ojos ven y mi alma siente. Surge de mí un gran agradecimiento y a veces he lanzado al aire un “¡te quiero!” Es como un requiebro, pero como comprenderá, no va dirigido a nadie, pero ahí está todo el universo para recibir mi vibración y me digo: ¡qué magnifico invento esto de la vida! Sí, yo también experimento algunas veces la grandiosidad de la existencia y estoy de acuerdo con usted en que es algo indescriptible. Si hay algo íntimo en la vida son esos momentos, porque es muy difícil compartirlos con alguien. Pues bien, aunque tengamos esa tendencia a maravillarnos por la creación, sinceramente, no contemplo que en la mente del ser infinito haya cabida para un deseo de reconocimiento por parte de sus infinitas fracciones a las que pertenecemos usted y yo. El fraccionamiento hay que interpretarlo como acción indispensable para poder experimentar el juego de la creación desde su comienzo, pasando por todos los niveles. Es decir, el ser se fracciona y se experimenta en su propia creación a través de las incontables partículas elementales que forman la materia, se experimenta en forma de galaxia, de estrella, de planeta, de agua, de tierra, de aire, de fuego, de mineral, de planta, de animal y de humano. Dicho de otra forma: el ser infinito se reviste de la materia apropiada en cada nivel de la creación para poder experimentarla “in situ”. Otra cuestión es que el ser humano, habiendo perdido la conciencia de su ser infinito por tenerla fraccionada y focalizada, perciba la creación como algo aparte de sí mismo. La visión religiosa tampoco está exenta de esta fracción, y proyecta a un Dios fuera de nuestro espacio y de nosotros mismos. Es cierto que cada etapa del desarrollo universal tiene su propia especialización creativa. Pero en lo tocante a la focalización de la conciencia, debe existir un gran abismo entre la conciencia focal de un átomo y la de un ser humano, ¿no cree usted? Naturalmente, pienso que la conciencia no es la misma en el mundo atómico que en el humano, sino que ésta va surgiendo progresivamente dependiendo de la complejidad de las estructuras materiales que se van creando. Esto es; a nivel básico de las partículas elementales, pienso que el tipo de conciencia puede ser mucho más simple y al mismo tiempo más generalizada, una clase de conciencia colectiva que en la medida en que el universo crece en complejidad va acompañando este proceso material. Llegamos al cerebro humano, de una enorme complejidad; la conciencia también lo es, pero al mismo tiempo se ha vuelto individualizada. Lo que sí parece coincidir el punto 3 con la visión científica sobre la conciencia, es que ésta funciona por unidades temporales. El “darse cuenta”, el reconocimiento de algo, es un funcionamiento bastante complicado en la fisiología del cerebro. Por ejemplo, a la vista de un objeto, diferentes zonas del cerebro se ponen en actividad. Una zona traduce la forma y el tamaño; otra, el color; otra, la textura. Luego todos esos datos pasan a integrarse en la zona frontal y la persona reconoce el objeto. Se produce un movimiento rítmico, un continuo barrido que va desde la parte posterior del cortex hacia la zona frontal, con lo cual, se puede hablar de unidades de conciencia en el funcionamiento cerebral. Eso parece confirmar que el funcionamiento continuo de unidades discretas es la característica común de la creación. Siguiendo el diagrama del círculo creativo, habíamos sugerido en el estado 1 la posibilidad de un tipo de conciencia atemporal, una presencia instalada en el pre-tiempo observando su propio vacío. Pero como vimos que el 1 es el punto de unión de dos realidades -la inmanifestada y la manifestada-, también podríamos considerar la presencia del testigo mudo en todos los cambios y transformaciones que ocurren dentro del ser infinito en su movimiento creador; de las pulsiones de vida, de las unidades de tiempo, de las estructuras espaciales y de pensamientos que se están produciendo rítmicamente en la posición 3. Me imagino la conciencia del 1 como una doble cara: una mirando hacia el vacío y la otra contemplando el movimiento creativo. Pudiera ser, es coherente. Entonces, tendremos que contemplar una conciencia atemporal e inamovible que se mantiene en su propio nivel integrador y unitivo, manteniendo una doble observación, y otro aspecto de ella que se implica en el tiempo en un movimiento de unidades de conciencia y que va acompañando a la creación, expandiéndose o focalizándose según sea el nivel de complejidad de la materia de la que se trate. No obstante, imagino que cada individuo puede acceder en principio a todos los niveles de la conciencia universal porque los tiene incorporados en su propia naturaleza, y también acceder al estado 1; el testigo mudo más allá de los fenómenos espacio/temporales. Exactamente. Precisamente en la exposición que he hecho del 3 utilizando la imagen de la cruz, es quizá como mejor nos podemos imaginar el punto de conexión entre lo temporal y atemporal. En cada instante del presente podemos tener acceso al testigo mudo. Esto se interpreta como la posibilidad de tomar conciencia de toda la zona que en nosotros permanece en la oscuridad del inconsciente y de observar cómo son los movimientos y ritmos corporales y mentales. Plantearnos: ¿cómo se produce, por ejemplo, una sensación, un deseo, un pensamiento? ¿Cómo van éstos inevitablemente unidos? E incluso, ¿cómo percibimos los impulsos de la fuerza vital que mantiene viva a toda la estructura física? Profesor, e ir más allá y sentir la pura fuerza de la potencialidad indiferenciada del estado 1, percibiendo cómo todos esos ritmos y pulsiones surgen de un vacío. Y aún hay algo más: sumergirnos en el mismo vacío del 0. Entonces, si uno se sumerge en el vacío ya se acabó el testigo; en el vacío no existe un punto de referencia que pueda atestiguar su existencia, ¿comprende, Dameb? Aquí hemos tocado un punto que despierta enormemente mi interés .¡Se ha dicho tanto acerca de la conciencia, y tan poco sobre la no-conciencia del vacío! Pienso que en nuestra cultura patriarcal se ha exaltado mucho más el aspecto consciente del ser porque veo que de manera intuitiva se le asocia a una función activa, es decir, a un dios omnipresente que está en algún sitio viéndolo todo; y no solamente ve la totalidad del universo, sino que sabe en cualquier momento lo que cada uno hace y deja de hacer; en fin, nada se escapa a la mirada divina. Pero tendrá que reconocer, Dameb, que esa conceptualización de Dios tiene puntos en común con nuestra visión amplificada y focalizada que acabamos de hacer sobre la conciencia. Vale, estoy de acuerdo, pero a lo que me refiero es que la concepción del vacío no es precisamente una visión que nos hayan transmitido claramente las grandes corrientes religiosas. Sin embargo, la idea de la conciencia como valor supremo de la trascendencia espiritual, se nos ha inculcado y sembrado con mucha fuerza. ¿Y qué piensa al respecto? Pienso que es un recelo hacia lo desconocido, a bajar la guardia de la conciencia para abandonarse en los brazos de la no-conciencia y de la oscuridad. Lo hacemos irremediablemente todas las noches porque nuestra biología nos obliga a ello para reponer fuerzas. Pero en un sentido espiritual produce miedo; y lo produce porque lo oscuro se ha asociado con el mal y con lo perverso. Y ahí está el quid de la cuestión. Si le echa una mirada a la lista de los conceptos podrá ver que en el apartado de la izquierda aparecen los relacionados con el arquetipo de lo femenino. Recordemos que en el punto 2 es donde se establecen las diferencias gracias a la cual todo en la vida funciona. El problema surge cuando por ignorancia y por intereses de poder, forzamos a que uno de los complementarios domine y prevalezca sobre el otro. Esto es lo que ha venido ocurriendo mientras la visión exacerbada del modelo masculino ha imperado con el patriarcado. La consecuencia, aparte del denigrante papel adjudicado a la mujer, es que los valores asociados con lo femenino han sido mal vistos e incluso condenados. Por ejemplo: la materia, como contraria al espíritu, nos ata y nos impide el progreso espiritual; el cuerpo y la carne son causa de pecado y de perdición; la sensibilidad es muestra de debilidad y, por tanto, de poca hombría; en la oscuridad viven los espíritus del mal y hay que tener muy bien controladas a las fuerzas del inconsciente que son fuente de tentación y pecado. Le voy a poner un ejemplo muy significativo de cómo estamos sometidos en el patriarcado a unos determinados valores, mientras otros son rechazados .Cuando era niña podía ir los domingos a un colegio dirigido por una orden religiosa en el que se proyectaban generalmente, películas del Oeste en donde la violencia forma la parte fundamental de la trama. Pues bien, en estas películas que están hechas por hombres y para hombres, la figura del héroe es la del que sabe desenfundar la pistola más rápidamente que los otros y, consecuentemente, es el que más muertos tiene a sus espaldas. Su deseo de establecer la justicia es guiado por el espíritu de la venganza. Bueno, pues si en algún momento el protagonista le daba un beso en los labios a su amada, ya se encargaban los mayores de poner las manos sobre el foco de la cámara para impedir que la viésemos los niños, ya que nos podíamos escandalizar. En fin, ¡qué le voy a decir! Usted también sabe que todo lo relacionado con el mundo de la sensualidad, placer y sexualidad ha sido considerada la fuente de todo mal, mientras que las guerras y violencias de cualquier género se han visto como naturales e incluso han sido justificadas, cuando no exaltadas, en nombre de un dios que los apoyaba. Comprendo que así no se admitiera un principio incontrolado que escapara a toda una visión dominada y ordenada de la vida y del universo. Se establece la creencia de un Dios Padre que enjuicia y reina jerárquicamente desde los cielos como proyección del propio poder patriarcal dominante. ¡Cómo se iba a aceptar un principio universal que surge -y pongo de ejemplo a nuestro modelo cosmológico- de una matriz cósmica y sustancial, de impulsos de vida que hasta que no se organizan en deseos con dirección inteligible -es decir, trazando una línea matriz-, están en una indefinición! Hasta que la mente universal no define unas estructuras en las partículas/espacio, toda esa amalgama de impulsos se encontraría en estado caótico y abierto a un sin fin de posibilidades. El caos que, como ya sabemos, precede a la creación. Si quiero ser objetiva, tengo que reconocer que el Antiguo Testamento, aunque ya fuera escrito dentro de una época en donde el patriarcado se había impuesto, no obstante, en el Génesis podemos encontrar datos interesantes que pueden apoyar nuestra cosmovisión. A la voz “en off” de un Dios, los elementos de la creación van surgiendo de una “nada”. Ya tenemos una alusión a un estado potencial o de pre-existencia a la creación. No veo, por tanto, que haya contradicción con nuestro modelo. El relato del Génesis, si nos fijamos bien, parte del mismo acto creador del punto 3, en donde comienza la emanación del universo. Pero a partir de ahí, todo el protagonismo universal está en manos de un dios con figura y aspecto varoniles que hace y deshace a su bien parecer, y la ”nada” queda sumergida y callada en el silencio y en el olvido de todos. Supongo que la razón estriba en lo que le acabo de señalar: no tenemos puntos de referencia del vacío, y por lo tanto qué vamos a decir de él... Pero, profesor, no se trata de hablar del vacío, porque, efectivamente, poco podemos decir de él a pesar de que nosotros, en el punto 0, hemos dicho bastante al respecto. Más bien se trata de reconocer su existencia y de darle su lugar dentro de la visión sagrada de la vida. Cambiarían muchísimo las cosas. Además, y según nuestro planteamiento, la idea de un vacío universal no es nada extraño a nosotros; al contrario, es lo más íntimo, común y auténtico que poseemos los seres humanos. Si se refiere a cuando estamos dormidos y entramos en la fase de sueño profundo sin sueños -que es el estado en el que más nos acercamos a dicho vacío-, efectivamente; es algo muy común al género humano. También bajo la anestesia total nos sumergimos en él. Pero si no existe a nuestro alrededor un punto de referencia que nos indique el tiempo que hemos permanecido sumidos en ese estado -un reloj, una persona o cualquier otro punto referencial-, nunca podríamos saber que hemos estado ahí. Porque en el vacío nada ocurre, no existe el tiempo ni observador, no hay memoria para registrar la nada. Pues opino que no es necesario para experimentar el vacío, estar profundamente dormido o bajo anestesia. Cualquier persona experimenta el vacío universal viviéndolo espontáneamente, sin tener consciencia de ello. Esto es algo tan natural que no llama la atención; pasa desapercibido porque nuestra mente fluye por el tiempo, y el vacío no está insertado en el tiempo, sino que lo subyace. El estado que le digo se puede experimentar en plena vigilia, pero cuando se está ahí, no se relaciona con nada, puesto que es la misma nada y el no-tiempo lo que se vive sin saberlo. A ver, Dameb, explíquese, porque acabo de decir que el vacío no se puede experimentar en estado de vigilia, a menos que se refiera al ensimismamiento que se produce espontáneamente en cualquier persona. Sería lo más parecido al estado del ser infinito en sí mismo. Sería un ejemplo, efectivamente. Ese estado surge espontáneamente; la persona pierde la conciencia de sí misma y sin embargo, no está dormida. Pero no me estaba refiriendo al estado de ensimismamiento, profesor. Lo que quiero transmitirle es que hay que llegar hasta las últimas consecuencias de nuestra cosmovisión y ser coherente con ello. Hemos acordado la atemporalidad de la sustancia madre, ¿no? Sí, la sustancia/espacio está situada en el punto 0, Pero la sustancia/madre está en nuestro continuo presente rodeando y abrazando toda partícula corporal. Gracias a que dicha sustancialidad está ahí detrás de la materia visible sosteniéndola, es por lo que podemos mantener nuestros cuerpos en el estado en el que lo percibimos y no desparramados por el espacio. Correcto, pero no sé a dónde quiere ir, porque estamos hablando sobre la experiencia del vacío de nuestra mente, y no del efecto de la sustancia/espacio sobre nuestro cuerpo físico. Pues ahí es adonde pretendo llegar precisamente; a plantear que si la sustancia madre cumple esa función con las partículas de nuestro cuerpo, también tiene que ocurrir algo parecido con las funciones de nuestra mente, que en definitiva también son procesos materiales. Me da la impresión de que cada vez que nombramos a la sustancia madre nos estamos refiriendo solamente al aspecto sustancial de la misma y nos olvidamos de que, según nuestra visión, dicha sustancialidad posee también una mente potencial. Para mí eso significa que nuestros pensamientos emergen a cada instante del vacío universal. Las sinapsis neuronales se dan entre unidades de información. Pues bien, entre unidad y unidad se produciría un “lapsus” imperceptible de vacío. ¿Pudiera ser, profesor? Pensándolo bien, pudiera ser pues, según nuestro criterio, el hecho de que toda estructura material esté viajando por la sustancia/espacio, significa que en cada instante del desplazamiento, incontables partículas/espacio se despliegan y se vuelven a plegar una vez pasada la onda de información. Dicha onda puede ser simple -la de un electrón-, o compleja -cuerpos como el suyo o el mío. Con lo cual, el impulso vital que emite cada partícula/espacio al abrirse, vuelve, a recrear cada punto de la estructura; o sea, cada unidad de información del cuerpo. Pero entre impulso e impulso está el vacío. Le voy a hacer una observación algo curiosa que la va a sorprender, Dameb. ¿Todavía más curiosa y sorprendente que el tema que estamos tratando? Se trata sobre el campo de las partículas elementales. Se observa en ciertos experimentos que las partículas aparecen y desaparecen casi de forma instantánea. Este fenómeno viene a reforzar nuestra visión cosmológica de las partículas/espacio como vórtices de energía emergiendo del vacío -abriéndose-, y desapareciendo de nuevo -cerrándose-, en el mismo vacío. Definiéndolo, diría que en la dinámica de los procesos materiales tenemos que contemplar lo siguiente: una vez creadas las imágenes vibratorias de lo que llamamos partículas elementales de la materia y de las fuerzas, el universo mantiene y conserva las estructuras de los objetos mediante la recreación continua de cada punto de los mismos, gracias a los impulsos vitales que se reciben de instante a instante por la apertura de continuas partículas/espacio. Y para la creación, transformación y desestruturacción de los objetos, el universo se sirve de las fuerzas y energías de las leyes físicas conocidas, las cuales posibilitan todo cambio estructural. Pero dichas fuerzas conocidas por la ciencia y en relación a la sustancia/espacio, también son formaciones de imágenes creadas por lazos de relación entre partículas/espacio, que están, asimismo, en continua recreación por los impulsos vitales de las mismas. Resumiendo: cada punto de la existencia se está recreando en cada instante en su ida y venida desde el vacío. Gracias a su explicación, por fin puedo hacerle llegar mejor la idea de la experiencia del vacío en estado de vigilia. Como el vacío está detrás, o mejor dicho, creando y sustentando todo movimiento de la mente, si estamos atentos lo podemos percibir entre pensamiento y pensamiento o en el silencio entre palabra y palabra. Es nuestra naturaleza más profunda que es la misma que la del universo, lo que está detrás de toda manifestación y de toda creación personal, colectiva o universal. Lo perenne, lo inmutable, la quietud y la armonía. Ese vacío está siempre ahí, pero es algo tan connatural a nosotros y, por decirlo de alguna manera, es tan sumamente discreto, llama tan poco la atención, es tan ”nada”, que no le podemos dar ninguna valoración, pasando desapercibido para la inmensa mayoría. Sin embargo, es la callada existencia de la sustancia madre la que nos sostiene y nos sustenta. Sus palabras me hacen recordar que lo mismo ocurre con la materia: nos parece muy sólida y, sin embargo, está hecha de un gran vacío, pues un inmenso vacío es lo que nos encontramos en la composición de los átomos y en el mundo de las partículas subatómicas. Ante lo expuesto, ahora sí podemos sugerir la posibilidad de una continua alternancia entre pensamiento y vacío; entre lo temporal que emerge de lo atemporal que lo subyace. Ese ritmo sería tan rápido, que nada más que percibimos el pensamiento como movimiento fluido, y no nos percatamos de los intervalos de vacío entre ellos, porque el vacío no deja rastro de memoria. Si este mismo planteamiento lo trasladamos a la conciencia que, como todo en el mundo de la manifestación, emerge en el punto 3 -en unidades discretas del gran fondo potencial-, entonces, entre unidades de conciencia es muy evidente que lo que subyace es un vacío. Pero, y sigo tentada a plantear de nuevo que ¿por qué a ese movimiento rítmico, en el cual parece ser que la conciencia se alterna con el vacío, no lo podemos llamar como consciente/inconsciente? Comprendo lo que me quiere decir: como no somos conscientes del vacío, ¿por qué no lo llamamos inconsciente? Vamos a verlo más despacio, porque de este tema ya se planteó algo parecido en una reunión anterior. Es fácil liarse con estos conceptos y además hay que reconocer que no somos conscientes de una infinitud de cosas, tanto de tipo personal como colectiva y universal, por supuesto; tampoco somos conscientes del vacío. Pero ello no es un justificante para que digamos que en el punto 0 esté ubicado el Inconsciente Universal, porque entonces estamos haciendo una diferenciación con su contraparte el consciente, y en el vacío no existen diferenciaciones, sino solamente un potencial en reposo. Las diferenciaciones vienen posteriormente. Otra cuestión son las unidades de conciencia que se producen como resultado de una capacidad de observación sobre una entidad u objeto observado. La diferencia entre lo que observa y lo observado está ubicado en el Diagrama nº4 a ambos lados del punto 2. Usted mismo lo puso correctamente. De la relación de ambos factores surge un “darse cuenta”. Ese darse cuenta, repito, es algo puntual, una unidad, un paquete de información que surge en el 3, y del cual podemos decir que es una unidad de conciencia. Estas emergentes unidades discretas de conciencia aparentan ser continuas, así es cómo lo percibimos con la conciencia ordinaria. Pero sabemos que entre unidad y unidad de conciencia subyace el vacío. Estoy de acuerdo, todo surge del vacío, pero, ¿distingue ahora la puntualización que le he hecho del planteamiento que usted me hizo? Bueno, sigo pensando que todo es cuestión de ubicación. Estoy totalmente de acuerdo con usted en que si nos situamos en la propia sustancia madre en reposo no podemos hacer ninguna distinción. Pero desde la autoconciencia que emana de ella si se puede distinguir y diferenciar los dos estados, porque justamente esa labor de diferenciación es lo que hace la consciencia. Y puede nombrar a la sustancia madre como un estado inconsciente. Puntualizándolo mejor: inconsciente pre-universal. Lo importante es que los dos sabemos de lo que hablamos y la forma de nombrarlo es lo de menos. Reconocimos que en el punto 1 podía darse una conciencia del ser infinito en sí mismo, algo que atestigua su propio potencial porque además, es que no hay otra cosa que atestiguar. Entonces, es cierto que ya se ha hecho una pequeña y primera diferenciación entre lo que observa y el potencial observado. Quizá, lo apropiado sería distinguir ese estado del punto 1 como de pre-conciencia, lo mismo que hemos tenido que hacer con los conceptos de pre-tiempo y de pre-espacio adjudicados al punto 1. Una pre-conciencia para diferenciarla de la no-conciencia o inconsciencia del vacío y de la conciencia propiamente dicha del punto 3 en donde ésta se manifestará en una infinitud de posibilidades, porque a partir de dicho punto va a existir un sin fin de cosas que observar en el mundo de la manifestación. Se lo aseguro. Encuentro acertado el término “pre-conciencia” y lo asocio de nuevo con lo que Ken Wilber expresaba sobre su vivencia del vacío como estado puro de conciencia, pero sin ser “consciente de”, puesto que no se daba la relación dual “objeto-sujeto”. Según su opinión, era algo incualificable. Naturalmente que no podía darse la relación objeto/sujeto puesto que en el estado 1, no hay objeto que observar, aunque sí un “darse cuenta” del propio vacío, que por otro lado no está reñido con la plenitud del inmenso potencial. Pero en cualquier caso, se ha dado un primer movimiento de la mente sustancial o pre-conciencia. Así deberá ser, profesor, pero me noto algo cansada de la conversación y creo que ya no puedo poner la atención que estos temas requieren. Le propongo salir y dar una vuelta para despejarnos. ¡Cómo no, Dameb! PRIMER CÍRCULO -TERCERA PARTE- Profesor: ¿Le gustaría hacer otro comentario sobre el punto 3, antes de pasar al 4, Dameb? Dameb: Pues claro que sí, me gustaría hablar sobre el amor. ¿He entendido bien? Ha entendido perfectamente. ¿Se ha dado cuenta de que la fuerza del amor emana del punto 3? Esa precisa observación no la he hecho, pero es fácilmente deducible, puesto que todo lo que se manifiesta en la vida surge del punto 3, o ¿no es acaso, así? ¡Vaya, y yo que quería sorprenderlo! Lo siento, pero va a tener que posponer esa ocasión. Lo que realmente quería indicarle es que el amor hay que entenderlo como una fuerza de unión, de cohesión y de integración entre dos o más elementos y como consecuencia de ello se produce un resultado. El punto 3 representa esa fuerza de interacción entre los complementos y gracias a la dinámica del 3 como fuerza amorosa, todos los fenómenos espacio/temporales son factibles de crearse. En la posición 0, la fuerza amorosa estaría en reposo; como yo digo, a “su amor”. La prueba de ello es que cuando una persona está sumergida en un sueño profundo, o sea, conectada con el punto 0 del vacío, y se despierta de repente porque algo incide sobre ella, sufre un impacto emocional de frustración, pues siente cómo ha sido arrancada de un estado indefinible pero de intenso bienestar. Insisto en que a las partículas/espacio les puede ocurrir algo parecido. Mire, si las partículas/espacio son estimuladas a salir de su ensimismamiento por el despertador de los impulsos vitales que les dice: “despierten, ya llegó la hora de espabilarse”, no tiene por qué ser algo traumático para ellas, Dameb. Podría imaginárselo, por ejemplo, como un despertar dulce y suave; un desperezarse y estirarse todo ,lo que pueden dar de sí en su despliegue mientras exclaman: “¡qué bien, un nuevo día!” Así podría ser su despliegue. ¿No se siente mejor imaginándoselo de esta manera? Sí, así es mejor, no obstante, como el impulso vital, por muy suave que sea, acaba desequilibrándolas y haciéndolas perder su estado amoroso, en su añoranza del paraíso perdido intentan revivirlo enganchándose al aspecto dual contrario que su partícula/espacio vecina -que está en la misma situación que ella-, le muestra. Usted sigue empeñada en seguir interpretando como un drama el despliegue de las partículas/espacio. Pues bien, el gran drama de la vida ha ido perpetuándose en todos los estadios siguientes de los procesos de la materia. Ésta llevaría una memoria. Dicha memoria es lo que le estimularía a los componentes de la materia a continuar con sus partes complementarias en una dinámica interactiva y creadora. Es como un intento de volver a recuperar el estado amoroso primigenio, fundirse de nuevo en la matriz universal de donde fue lanzado como actor/actora, para que interpretara el papel único e insustituible que le corresponde en el escenario universal. No sé si ha caído en la cuenta de que la palabra actor significa “el que actúa”, y es la acción de los elementos de la creación lo que define principalmente al punto 3. Pero no me podrá negar que, después de todo, el resultado de esa acción conjunta aunque sea estimulada por la añoranza de un paraíso perdido genera, sin embargo, unos resultados increíblemente impresionantes y maravillosos en la escenificación universal, causados según nuestro Modelo Matriz porque las partículas/espacio pierden su equilibrio estático para entrar en un equilibrio dinámico. Es la forma en que se posibilita la manifestación de un contenido potencial y creativo que se encontraba “feliz”, pero sin expresión. Sin embargo, esa extroversión en infinitas formas que adquiere la vida guiada por el juego amoroso de sus componentes y bajo los impulsos de una fuerza vital, es algo extremadamente hermoso y mágico. Usted misma lo reconoce cuando se queda absorta por tanta belleza. Verá, profesor, tampoco quiero valorar el estado atemporal del punto 0 por encima de los fenómenos temporales que surgen del 3, puesto que cada uno tiene su propia validez, y, sinceramente, no renunciaría a ninguno de los dos. Es más: hoy día valoro enormemente la vida porque cada momento, cada instante es único e irrepetible. Y eso es precisamente lo que le da su encanto y su magia. Imagínese que estamos delante de dos ventanas. Una de ellas nos va a mostrar siempre un cielo maravillosamente azul. La sensación que nos produce es de una total serenidad, algo que nos invita a quedarnos absortos en su contemplación por un tiempo indefinido. Luego tenemos la otra ventana, a través de la cual podemos contemplar un paisaje cambiante, una gran variedad de escenas de todo tipo que nos van produciendo diferentes sensaciones. ¿Cuál de las dos ventanas escogería para su contemplación? Pues depende de la necesidad que tenga en ese momento. Si mi mente demanda descanso y relax, naturalmente opto mirar por la primera ventana. Si requiero estímulos, escojo la segunda. Su contestación es totalmente razonable, profesor. Pues bien, parecida lógica parecen tener las dos opciones en la naturaleza de nuestro ser infinito y, ¡como no!, también del ser individual, usted mismo lo ha confirmado. Una opción que es totalmente íntima, atemporal, inmutable, serena y callada. Esa realidad siempre está ahí, es lo único seguro y estable que tenemos. A la segunda opción de la naturaleza cambiante o mundo de la manifestación, no se le valora lo suficiente en algunos ambientes religiosos y espirituales al considerarla irreal en relación a lo inmutable, lo cual considero que es una falta de perspectiva. El hecho de que una cosa resulte estable, y otra inestable, no justifica el declarar a ésta última como irreal. ¿O es que acaso la realidad e irrealidad de las cosas solamente se definen por su duración? ¿Es que acaso la intensidad y la calidad en cómo experimentamos las cosas no cuenta? Hay otros factores muchos más fundamentales para definir lo que es la realidad, como son la percepción de los sentidos y los sentimientos. “Pienso, luego existo”. Yo me permito completar a Descartes añadiéndole: ”Siento, luego soy”. Quiero decir que desvalorizar la vida porque ésta fluye de instante a instante, cambiante y diferente, a mi parecer es precisamente lo que le da interés. Si no vivimos intensamente cada momento, impregnándonos de él, nunca más lo podremos hacer, porque cada momento es único e irrepetible. Ahí radica su valor y su encanto. Sin embargo, Dameb, y en un gran porcentaje, los seres humanos buscamos estabilidad y seguridad, ya sea en el trabajo, en el amor, en la familia, o en la economía. Lo sé, pero esto se da porque hemos perdido la visión profunda de la vida y esta es la desgracia y equivocación del humano. Buscamos que la seguridad nos la den otras personas y cosas; intentamos agarrar y poseer lo que no puede ser agarrado ni poseído nada más que por instantes. El drama aparece por habernos olvidado de que la estabilidad que andamos buscando es interna. Paradójicamente no está en la solidez de la materia, sino en su vacío con el que está íntimamente conectada. La seguridad y el asentamiento que se producen en el ser humano cuando entra en relación con su intimidad más profunda, cuando penetra en su naturaleza atemporal y percibe su potencialidad, es lo que le produce plenitud y seguridad en la vida. No necesitará agarrarse como a una tabla de salvación a lo que tiene a su lado, ya se trate de madre, padre, pareja, hijos, amigos o trabajo. Como suelen hacer las partícula/espacio cuando pierden su bienestar, ¿no, Dameb? Recojo su ironía, profesor, pero le contesto que las partículas/espacio actúan con mucha más inteligencia que el ser humano, porque cuando reciben el empujón que las desequilibra, efectivamente, se enganchan a la partícula vecina, pero solamente por un instante, porque rápidamente transmiten esa información y se vuelven a plegar de nuevo, “a su amor”. O sea, que según su punto de vista, dicha información es como una “patata caliente” que, como nadie la quiere, se la van pasando unas a otras. Además le añado que eso del tiempo es relativo, ese instante para nosotros puede ser sentido como una eternidad para ellas. Y viceversa: nuestra tragedia de vivir separados de nuestras raíces puede ser un instante en el tiempo cósmico. ¡Vaya! Me lo voy a plantear, entonces, como que juegan a la pelota; es mucho más divertido, y en su juego van creando materia. ¿Está contento así? Me alegro del cambio interpretativo que ha hecho, pero me alegro por usted, Dameb. Estaba cayendo en el antropomorfismo cuando proyectaba sus sentimientos hacia las partículas/espacio. Es bien distinto del trabajo analógico que estamos haciendo que consiste en aplicar las leyes y principios naturales conocidos, a otro nivel de la realidad, basándonos en que el universo funciona fractalmente y que además, es un sistema holístico en dónde cada parte tiene información de la totalidad del sistema. Y ahora tengo una pregunta que hacerle. Se ha situado la fuerza del amor en el punto 3. Sin embargo, veo que la sensibilidad, como factor que comprende la gama de los sentimientos está ubicada en el punto 2, en el lado del modelo femenino. ¿Cómo ve usted esto? Buena pregunta. Le aclaro. Un sentimiento no tiene por qué ser sinónimo de amor; puede ser, también, de otra índole. Por otra parte, hay que distinguir entre el modelo de sensibilidad adjudicado al aspecto femenino del 2, y la fuerza del amor en acción que se va generando gracias a la continua interacción de los complementarios; es decir, al juego creativo entre modelos masculinos y femeninos. Dameb, creo que hay que tener un gran cuidado en dejar claro que los modelos de géneros a los que nos estamos refiriendo no tienen nada que ver con ser hombre o mujer, sino que son modelos universales, diferenciadores energéticos pero del mismo valor en cuanto a necesarios para el buen funcionamiento de la vida. O sea, para que no haya malentendidos por interpretaciones erróneas. Usted me entiende, ¿no? Sí, gracias por su observación. Me he planteado alguna vez cambiar la terminología por otra que no haga referencias de género, pero lo sopeso y veo que precisamente es eso lo que pretendo: una cosmovisión familiar en su expresión, y en la cual las referencias a los arquetipos duales de la energía universal, que todo ser humano posee, debe desarrollar por igual, ya se trate de un hombre o una mujer. Ahora bien, si una de esas cualidades se reprime por imposición cultural, por ejemplo como ha ocurrido con el hombre, al que se le ha castrado su sensibilidad, y a la mujer, a la que no se le ha permitido hasta hace poco el desarrollo de su intelecto, entonces asistimos a una sociedad que ha evolucionado de forma enfermiza por su esclavitud a los intereses establecidos por el poder de la época. Pero los tiempos han cambiado y en las últimas décadas, en los países desarrollados, la mujer ha dado un salto cualitativo en su evolución -posiblemente por ser la que estaba en peor situación,- por lo cual, la mayoría ha podido integrar sus diferentes potenciales. Al estar más completa, le ha permitido tener muchas más posibilidades en cuanto a su libertad de opción, creatividad y a una satisfacción interna por la propia realización como ser humano. Como consecuencia ha adquirido una posición de avance con respecto al hombre que todavía se encuentra bastante bloqueado en permitirse desarrollar y expresar su naturaleza sensible. ¿Se ha planteado, Dameb, que posiblemente se nos haga más difícil el cambio porque inconscientemente a nosotros nos puede ocurrir lo contrario que a vosotras, que habéis conquistado espacios considerados de gran importancia, como es vuestra participación activa en la sociedad? En cambio a nosotros nos toca desarrollar valores sensibles que no han estado cotizados. Pienso que ese condicionamiento está presente en muchos de nosotros. Hay algo de verdad en lo que dice. Mire, observo un fenómeno que ocurre en cierto tipo de mujeres; por un lado, parecen sobreestimarse en relación a los hombres, pero, por otro lado, son sus más fieles imitadoras ya que han desarrollado una actitud agresiva y competitiva ante la vida. Me parece magnífica la labor que se ha hecho y se sigue haciendo a favor de los derechos e igualdad de la mujer, pero no hay que confundir nuestros derechos con emular los papeles de ellos, porque parece entonces que no valoramos lo femenino. Se ha exaltado durante milenios el modelo masculino en la figura del hombre valeroso, luchador y guerrero, que defendía los intereses de su pueblo o patria, y comprendo que lo hayamos sobrestimado en relación a otros valores. Hoy día, en las empresas se demandan personas competitivas y agresivas que defiendan sus intereses. Es más de lo mismo. Aunque estimo que cada vez hay mayor número de personas saturadas de tanta lucha de poder, de pisotearnos unos a otros. Creo que se está despertando la necesidad de desarrollar la calidad en las relaciones humanas; más apoyo y solidaridad entre todos, empezando por las mujeres entre nosotras mismas. Por último le quiero hacer ver -y para ello voy a utilizar los cuatro elementos-, que el amor como fuerza vital y creadora no está limitado al sentimiento. Empiezo con el amor-tierra que correspondería con la atracción física entre cuerpos. Este deseo de contacto con el otro es producto de un instinto, el cual, al satisfacerlo produce placer y en donde es posible la germinación de una nueva vida. Con el amor-agua, el sentimiento fluye con toda su potencia. Ese estado anímico no tiene por qué ser proyectado necesariamente hacia otra persona, puede ser a la naturaleza y a los animales. El enamoramiento platónico y el místico entraría también en esta sensibilidad del agua. Su radio de acción no tiene límites en relación al amor-tierra, porque para vivirlo no es imprescindible tener que estar en contacto físico con el objeto amado. Da también frutos porque es la fuente de inspiración de poetas, místicos y artistas de todo tipo. El amor-aire no está apoyado en el mundo fluctuante de los sentimientos, sino que tiene una base inteligente que se traduce en el amor hacia el conocimiento, hacia una comprensión de las cosas. Es, también, la consciencia de ponerse en el lugar del otro, de entender y aceptar las situaciones adversas. Produce el sentido de cooperación y de unidad de las partes. En esta clase de amor entra en general todo tipo de altruismo: desde el que coopera anónimamente para el bien de su comunidad, como los grandes benefactores que han trabajado para el bien de la humanidad. El amor-aire también es creador y da sus frutos en todo tipo de fundaciones, obras sociales, en el conocimiento e investigación para el desarrollo y mejoramiento de la vida humana. Estas tres formas de amor están naturalmente conectadas, como lo están el cuerpo físico, la sensibilidad y la inteligencia. Por último el amor-fuego es el factor común a los otros tres, como fuerza vital que activa y produce una dinámica para la consecución del objetivo deseado. Es vivir con la pasión y el estímulo por y para lo que se ama. Usted y yo, Dameb, compartimos la pasión por descubrir los entresijos del universo y vamos creando nuestro modelo cosmológico. Es un amor-aire alentado por el Fuego en toda regla. ¿No le parece? Un modelo cosmológico artesanal y familiar, al cual, usted, en su momento, podrá revestirlo con el lenguaje apropiado para su introducción al mundo científico. Bien, creo que ya podemos rematar con el punto 4 el Círculo de la Creatividad. En este punto obtenemos los resultados, lo tangible de todo el proceso del círculo. Por esta razón, lo llamo el lugar donde se produce el nacimiento de lo que se ha estado gestando, para diferenciarlo de la propia dinámica gestora del punto 3. Pues sí, en este punto nos ha nacido un universo que va engrosando la experiencia de su vida en etapas que quedan registradas en las diferentes categorías de su riqueza estructural. El ser humano es un ejemplo de ello. Podemos estudiar todos sus componentes por niveles de agrupación de la materia, y llegaremos hasta el momento de la formación de los primeros enlaces y relaciones entre las partículas elementales en los inicios de la vida universal. Profesor, me encantaría seguir hablando sobre el universo en las siguientes etapas de su evolución y posible final, pero me gustaría que coincidiera con el gráfico del segundo y tercer circulo del modelo completo de Los Ciclos Evolutivos. Y ¿qué es lo que nos impide hacerlo? Preferiría que antes de adentrarnos en los siguientes círculos y, aprovechando que tenemos aún fresco el primer Círculo de la Creatividad, trabajar con él, aplicándolo a algún ejemplo práctico sacado de la vida cotidiana. ¿Por ejemplo? Veamos: toda creación artística, técnica o de otro tipo, cuenta con una parte ejecutora y dirigente que va proyectando su creación utilizando un medio material para la ejecución de su obra. Es el caso de la persona que pinta, que compone música, que confecciona un traje, que escribe un libro, que cocina un plato de comida, que construye un edificio o diseña un jardín. Sí, es el mismo fundamento que hemos estado trabajando estos días con respecto a nuestra cosmovisión. Pero esto se hace extensible no sólo a la creatividad, sino a todo tipo de actividad o trabajo que el ser humano realice. Siempre estamos manejando algún tipo de materia. No podemos sustraernos a ello. Aun en el caso de que estemos físicamente inactivos, sólo por el simple hecho de pensar, miles de neuronas del cerebro están en funcionamiento. Realmente somos materia inteligente utilizando otro tipo de materia con menos capacidad o de diferente índole, al menos sin tanta autonomía. Un ladrillo tiene que ser colocado en su sitio por el albañil, pues por sí mismo no tiene iniciativa ni movimiento propio. Se dedica a ser, a estar. El “hacer con sentido” está reservado a otro nivel más desarrollado y autosuficiente de la materia. Pero en lo tocante al funcionamiento del propio cuerpo, estamos ante un sistema inteligente que opera independientemente de nuestra voluntad. Esto ocurre porque, como humanos, no hemos sido los creadores de nuestro sistema corporal aunque, desde otro nivel de conciencia y según nuestra visión cosmológica, hayamos sido los hacedores de esta realidad en la que vivimos. De todos modos, al no ser conscientes de ello, en la realidad cotidiana estamos bajo la acción inteligente de algo que nos supera. Es obvio. Volvemos a la idea base de que el fenómeno de la existencia –desde la de un ladrillo a la de una neurona- se produce por la acción de la inteligencia/materia operando en diferentes niveles o manifestaciones de la realidad. Y ahora voy al ejemplo. El caso de mi amigo Miguel, que es modisto, nos puede servir. Suponemos que tiene la idea de crear una nueva colección para la temporada que entra. Y como sabemos, tiene capacidad para ello. ¿En qué punto del círculo nos situamos? Pues evidentemente en el punto 1, ya que estamos hablando de que su amigo Miguel posee el potencial para llevar a cabo la acción creadora de un vestuario. Pregunto: ¿podríamos ver en el potencial de Miguel un principio de deseo, de voluntad, de disposición para llevar a cabo su actividad? Diría más bien que un principio de voluntad. El deseo forma parte de la voluntad y no al contrario. El concepto que tengo de la voluntad es la de un elemento integrador de tres factores: idea, deseo y fuerza o capacidad para llevar a cabo una actividad. La voluntad unifica todos esos ingredientes, no dejando de ser un estado previo a la acción, por lo cual me parece más adecuado utilizar este término para el punto 1. Lo veo pensativo, profesor. Estaba reflexionando sobre la voluntad. Nunca antes había analizado todo lo que puede contener dicho concepto. Lleva razón por cuanto si falla uno de los tres elementos que conforman la voluntad, no se puede llevar a cabo la acción. Hay que tener una idea de lo que se quiere hacer, desearlo y capacidad para realizarlo. Sigamos. En la posición 2 fraccionamos la voluntad de Miguel y entramos en la diferenciación, sabiendo de antemano que los elementos de esta dualidad nunca actúan independientemente, sin su media naranja, pero vamos a actuar según sus colegas científicos hacen cuando quieren analizar la composición de algo: abren, seccionan y aíslan. Por tanto, abrimos la unidad indiferenciada de la voluntad de Miguel y vemos su contenido. En el lado derecho de la posición 2, encontramos la cualidad del pensamiento y de la inteligencia que le van a servir para idear la nueva colección. Pensará el estilo que le quiere imprimir, las cualidades de los materiales etc… en el que llevará a cabo su proyecto. En la parte izquierda del círculo nos vamos a encontrar siempre con una doble reacción a la incidencia o demanda del pensamiento: receptividad o resistencia. Es decir: Miguel estará abierto a confeccionar de una determinada forma, y cerrado a otras. Es el mundo de la sensibilidad y de las sensaciones del tipo:“me gusta, o no me gusta”,”me agrada, o me desagrada”, “me identifico, o no me identifico”, que producen nuestras propias ideas o también las ideas y sugerencias de los demás. Este juego entre la idea y la sensibilidad hace que se vayan creando imágenes mentales y definiéndose el proyecto en el punto 3, lo cual va generando una fuerza, un estímulo que lo abocará a su ejecución. Esto nos lleva al punto 3, a la acción en sí. ¿Creo que en alguna ocasión le he comentado que estamos hablando de las Leyes de la Mecánica? Como imagino que sabrá, existe el movimiento producido por una fuerza de Empuje y otra de Resistencia. Ya le digo que nuestro modelo cosmológico parece estar fundamentado en lo más esencial de nuestras propias leyes. Sin embargo, le hago una observación: la Fuerza de Resistencia tendría que contemplarse también en el mundo científico en su aspecto contrario: como Receptora. Se contempla cuando decimos que un determinado cuerpo es un buen conductor de energía; pongamos el caso del agua. La resistencia y la receptividad son de una misma naturaleza, pero inversamente proporcionales; a mayor resistencia, menor receptividad, y viceversa. Estábamos en que Miguel comienza a trabajar en el diseño y confección del nuevo vestuario. Sí, pero aún debemos tener en cuenta que nuestro hombre no sólo tiene el conocimiento y la sensibilidad para llevar a cabo su proyecto, sino que necesita de unos materiales para su ejecución. Por ejemplo, tejidos, hilos, alfileres, maquinaria para coser, etc… Los materiales que se necesitan, ¿piensa, acaso, ubicarlos en el apartado femenino de la posición 2? Y ¿por qué no? Si le echa una ojeada al Círculo de la Creatividad (Diagrama, 4) verá que sirve tanto para cuestiones mentales como materiales. Así que en la posición izquierda del 2 estarían situados los materiales en contraposición al aspecto direccional o inteligente del punto 2 de la derecha. ¿No estima, Dameb, que estamos mezclando muchas cosas, es decir, diferentes niveles de la realidad en el apartado femenino del 2? Se ha hablado en primer lugar de fuerzas de resistencia y de receptividad: estamos en lo universal. Luego de sensaciones y gustos: sstamos en el nivel humano. Y ahora, por último, parece que también hay cabida para las agujas y alfileres. Lleva razón en lo que dice, profesor. Ese apartado es como el cajón del sastre, en el que entra de todo. Y nunca mejor dicho. Entonces tendríamos que diferenciar tres niveles de la realidad que estamos tratando, ¿le parece? Pues, ¿qué me va a parecer? Ante su Modelo Creativo usted es la que decide, pero también le hago saber que, por la misma razón, debe haber tres tipos de concepción para el modelo masculino del punto 2. La primera está ya hablada: son los patrones de fuerza de empuje o estímulo que pertenecen al campo de lo universal y que van emparejados con la resistencia o receptividad de lo femenino. En la siguiente fase entramos en el terreno de la mente humana y encontramos que el factor incidente son ideas-semilla estimulando la parte sensible. Ésta puede reaccionar con resistencia cerrándose, ante lo cual la idea-semilla no puede ser plantada. Si por el contrario, nuestra sensibilidad es receptiva, nos abrimos al estímulo de la idea-semilla, y ésta puede germinar. Ha encontrado un terreno abonado. Y por último, cuando llegamos al plano de la materia, es decir, al de las agujas e hilos, ¿qué papel adopta en este tercer nivel lo masculino? Verá, profesor, justamente es lo que intento aclarar. El modelo femenino es sustancial y sensible, teniendo su manifestación más densa en las formas que adopta la materia que percibimos con los sentidos. En nuestro ejemplo, y en la tercera fase, estaría representado por los materiales necesarios para la confección de un vestido. Sin embargo, el papel masculino, como representa el mundo de las ideas y del pensamiento, se mantiene en un plano invisible, puesto que es lo que subyace a la materia. Dijimos que el informe es lo masculino como complemento a la forma, ¿no? Luego, seguimos encontrándonos en este tercer aspecto con el mundo sutil de la mente inteligente, bajo la forma de nuestro amigo Miguel y en relación a una materia menos compleja en forma de tejidos, hilos, etc.., que van a ser manipulados para confeccionar un vestuario. Comprendo lo que quiere decirme, pero sería conveniente matizar y comparar dos tipos de inteligencia humana, puesto que contamos con dos aspectos de la mente: los de las segunda y tercera fases. Diría al respecto que la inteligencia del primer tipo es creativa, puesto que proyecta y diseña nuevos modelos, nuevas formas. El segundo tipo de inteligencia es práctica en cuanto aprende a interpretar y a ejecutar el diseño proyectado. Este tipo de inteligencia práctica es la que tiene correspondencia con los materiales que van a ser manipulados en la tercera faceta: tejidos, maquinarias y utensilios. Ahora creo que ha quedado más claro. Hago una observación. En el ejemplo que estamos viendo, no necesariamente tiene que ser la misma persona la que diseñe y confeccione el traje. No es usual que Miguel se siente ante una máquina de coser, o que un empleado suyo diseñe un traje. Por supuesto, aquí no estamos hablando de clases de individuos o de tipos de roles sociales, sino de tipos de inteligencia, y tendremos que estar de acuerdo en que la inteligencia creativa se da en muchísima menos proporción entre las personas que la inteligencia práctica. Muy pocos son los que inventan máquinas o aparatos, pero la mayoría aprende a utilizarlos. Mire, creo que le voy a ordenar estos tres aspectos en círculos comparativos según su Modelo Creativo: un círculo para lo universal y otros dos para el plano individual. Gracias, profesor, me siento llena de satisfacción por la atención que le presta a mi trabajo. Y ahora le invito a que haga algún comentario. Pues mire, comparando los dos círculos: tanto en el plano universal como en los dos individuales, se puede observar un paralelismo entre ellos. De una inteligencia impersonal e ilimitada, se pasa a una inteligencia personal y concreta. Ambas inteligencias utilizan la materia para su creación. Pero en el primer círculo, la mente universal trabaja con su propia sustancia para crear las formas, no siendo así en el segundo y tercer círculo, ya que en estos niveles, la mente individual opera con materia ajena a sí misma. En la realidad espacio/temporal de Miguel, que es también la nuestra, se ha producido una escisión en el informe/forma, entre la inteligencia y la materia, las cuales aparentan ser independientes. ¿Estamos de acuerdo? Por supuesto, ya que en nuestra realidad espacio/temporal nos hallamos ante un mundo aparentemente fraccionado, pero que deja de estarlo si lo miramos con profundidad. Si lo hacemos, entonces, la fracción desaparece, ya que la materia se presenta como un almacenamiento de la inteligencia. Veámoslo con el ejemplo de Miguel. Los materiales que va a necesitar para la creación de su vestuario han sido creados por otras inteligencias que anteriormente lo idearon. O sea, tanto los hilos, los tejidos como las maquinarias, son productos de actos inteligentes de personas que usaron esa cualidad (inteligencia) para fabricar ese tipo de cosas destinadas a la vestimenta. Hay toda una elaboración en torno a la industria textil como ya sabemos, por consiguiente, hay que reconocer que no existe tal separación en el informe/forma de nuestra dimensión espacio temporal. Cualquier cosa creada por el ser humano es una forma pasiva de la inteligencia, o dicho de otra manera: es una información coherente registrada en el objeto, para diferenciarla de la inteligencia activa que se produce en la acción creadora. Todo objeto producto de la mente humana es inteligencia almacenada que se expresa en dicho objeto a través de su forma y de las cualidades de sus materiales; todo ello para conseguir la finalidad práctica o estética para la que fue creado. Desde esta perspectiva del informe/forma o mente/materia se acaban todas las polémicas acerca de si es la mente la que crea la materia o la materia la que crea la mente. Ambas proposiciones son producto de una visión fraccionada: la religiosa, supeditando a la materia; y la científica, no afrontando la cualidad inteligente y sensible de la misma. Cada una de estas visiones se ha decantado por una cara opuesta de la moneda y, como siempre que se da una circunstancia de este tipo, la comprensión de lo universal se queda a medio camino, o como digo algunas veces, se anda cojo. Cuando la visión integrada de la vida sea una realidad y se llegue a entender que tanto la mente como la materia son una unidad indivisible en la que ninguna crea a la otra, sino que emergen al unísono como propiedades diferenciadas del ser, habremos dado un gran paso en la comprensión de la vida. Si me permite vuelvo a retomar el hilo conductor entre la inteligencia universal y la individual. La diferencia entre la sustancia oscura o premateria y la materia que conocemos, radica en la información, pues en la primera suponemos que no hay información previa registrada, y la podemos considerar como una sustancia virgen. Sí, virgen entre las vírgenes y materia purísima, intacta e incorrupta según la doctrina católica. Pero cuando empieza a generar formas como materia madre, deja precisamente de ser virgen, volviéndose materia mortal, ya que sus formas son temporales, y más tarde o más temprano se disolverán en el abismo insondable del vacío atemporal. Perdone mi interrupción. Sin problema, Dameb. Pero ante la solemnidad de sus palabras, habría que puntualizar algo de lo que acaba de expresar. He creído escuchar que la sustancia madre se vuelve mortal, y no es así exactamente, sino que las estructuras que a partir de las perturbaciones que en ella se originan, son las que tienen vida finita. La matriz cósmica sería la única realidad con existencia propia, expandiéndose o contrayéndose en sus infinitos puntos, en sus pulsiones de vida, pero siempre permaneciendo detrás de todos los fenómenos que a partir de ella se originan. Un campo de fluctuaciones, interferencias de ondas que se van formando del palpitar de sus partículas/espacio, que en su propia dinámica interactiva continúan generando -bajo nuestra realidad de percepción física-, diferentes niveles de complejidad espacio temporal del fenómeno material. Profesor, ¿le digo, de forma resumida, lo que en realidad somos dentro de esta dimensión espacio/ tiempo?: realidades virtuales que surgen a partir de un vacío. La concepción oriental acerca de que el ser humano y toda la creación universal estamos en la mente de Dios, la tengo ahora muy clara bajo esta nueva perspectiva. Pero no solamente el nivel mental del ser infinito es lo que crea esta realidad física, sino que en el nivel del ser individual, igualmente creamos con nuestra mente el mundo que perciben nuestros sentidos. Podríamos decir que es a través de las ondas de luz que capta el ojo -la lente del cerebro-, pero también de las ondas del sonido, de las vibraciones de los átomos de la materia, de las moléculas del olor, cómo la mente infinita del ser, en su focalización como conciencia humana, puede fijar en imágenes coherentes las ondas luminosas y traducirlas como objetos físicos y experimentar con los otros sensores: el olfato, el oído, el tacto y el gusto, todo un mundo de sensaciones que seguramente no se pueda experimentar en el nivel del ser infinito. Sí, es una maravilla lo que hace nuestra mente, pura magia y, todo ello concuerda perfectamente con lo que es “Maya” o la ilusión del mundo de la materia en la que vivimos, como afirma la tradición hindú. Además, es curiosa la manera en la que con nuestra complejidad, los seres humanos vamos experimentando la vida e interpretándola. Por ejemplo, Miguel reconoce y puede apreciar su propia sensibilidad e inteligencia a través de las creaciones de sus vestidos. Al respecto, podríamos decir lo mismo del ser infinito a través de sus creaciones universales. Lo habíamos comentado en otra ocasión. Pero la diferencia fundamental estriba en que su amigo, aunque reconoce lo que ha creado como obra suya, no siente que dicha obra forme parte de sí mismo. Es decir, aunque su espíritu y alma de modisto se proyecten en su creación, ésta, como objeto físico, es algo independiente de su propio cuerpo. Naturalmente, porque vivimos en el mundo fraccionado que nuestra mente nos hace ver. Sin embargo, no debe ocurrir lo mismo en la dimensión de la conciencia indivisible, en donde cualquier forma o entidad es parte inherente del propio cuerpo del ser infinito. Estaba pensando, Dameb, en la idea anterior, es decir; que todo objeto creado por el ser humano contiene la memoria de su proceso creativo: lo que usted denominó inteligencia pasiva. Pero igual ocurre con la materia orgánica; ésta conlleva igualmente una memoria inteligente en su naturaleza, y además vemos que su comportamiento obedece a determinados principios que están registrados en sus códigos. También podríamos decir que la naturaleza contiene inteligencia pasiva que no ha sido introducida por el ser humano, aunque la acción inteligente de éste es la que descodifica y extrae dicha información para el desarrollo y progreso. Al menos, esa debería ser nuestra intención cuando le extraemos a la naturaleza sus sabios secretos. Aunque tengo que reconocer que, desgraciadamente, no siempre ha sido así y se ha utilizado con fines destructivos. No ha sido así porque ha fallado la sensibilidad y la sabiduría. ¿Sabe usted que la sabiduría es justamente lo complementario a la inteligencia? Por lo menos tal como yo me he percatado. ¿Quiere decir que la sabiduría es lo equivalente a inteligencia archivada o inteligencia pasiva? Exactamente. La inteligencia activa, como principio masculino, incide sobre el principio femenino de la sabiduría para extraer información. Un ejemplo: si leemos un libro que contiene grandes enseñanzas, diríamos que es un libro sabio, no un libro inteligente. Indudablemente, la sabiduría es la que se encuentra registrada en el libro, siendo la inteligencia del lector/a la que descodifica e interpreta los caracteres gramaticales, comprendiendo la información escrita en el libro, lo cual le permite hacer uso de dicha información. Pero también hay que comprender que es la misma inteligencia -la del escritor/a-, la que introduce la información en el libro. Con lo que usted ha dicho, me acabo de dar cuenta de que la sabiduría está relacionada con el espacio; y la inteligencia, con el tiempo. Veamos: la sabiduría tiene que ver con las concepciones acerca de la vida y del conocimiento de las cosas; y el conocimiento siempre está registrado en la materia; por consiguiente, ocupando un espacio. Nos volvemos a encontrar con el principio inseparable del informe/forma. En cambio, la inteligencia está relacionada con el tiempo, con los procesos lineales. Podemos medir en tiempo lo que tardamos en leer un libro, interpretar un código, planificar algo, analizar cualquier objeto, o bien, como usted ha dicho, cuando registramos información en cualquier espacio. Cierto, siempre hay un movimiento de la mente en cualquier proceso de lectura, de escritura, de interpretación o análisis, y esto es mensurable en unidades de tiempo. Sin embargo, la sabiduría, en relación a la inteligencia, es atemporal. En el caso del libro, toda la información está registrada en un espacio; para ser más preciso, en unidades de espacio, aunque en tiempo cero. La sabiduría está implícita en las formas espaciales hasta que la inteligencia la actualiza y la explicita en movimientos secuenciales de la mente. Resumiéndolo: unidades de espacio en relación a la sabiduría; y unidades de tiempo, para la inteligencia. Esto también se hace extensible al mundo del cine, de la música, de las computadoras… en fin, a todo lo que está de alguna manera grabado en las cosas y objetos creados por la inteligencia humana y por la suprainteligencia en la naturaleza. Por ejemplo; en una cinta cinematográfica, la película está enrollada en un espacio, pero en tiempo 0. Cuando la película comienza a proyectarse, lo hace en un nuevo espacio que es la pantalla y comienza a contar el tiempo hasta que ésta acaba. No sé si se ha dado cuenta, Dameb, pero acaba de hacer un auténtico símil entre la cinta de la película enrollada que es el equivalente al estado 0 de la sustancia/espacio o pre-espacio replegado y atemporal, y cuando la película universal se despliega por medios de sus p/e proyectando imágenes y creando un espacio diferente, más un tiempo que empieza a contar. Es cierto, profesor, no me había dado cuenta. Pues mire, ahora contemplo la sustancia madre como un almacén de contenido potencial e infinito de información. Una Sophía Universal que, al ponerse en marcha el despertador cósmico de la fuerza vital, empieza a desencadenar el drama universal de la vida, gracias a las infinitas posibilidades que permite a las partículas/espacio crear su propia película en imágenes móviles, teniendo como fondo de pantalla la oscura sustancialidad del espacio. Bien, bien. Ahora pasamos al terreno humano y aquí contamos con un intermediario que facilita enormemente la activación de la información almacenada, como es la energía eléctrica; ésta permite que una cinta cinematográfica vaya proyectando sus imágenes a una pantalla, o que un disco gire en un aparato de música para que ésta pueda escucharse. Por supuesto, la electricidad puede activar la información almacenada, pero únicamente la inteligencia puede comprenderla. De todos modos, ambos son elementos con cualidad masculina en el Círculo de la Creatividad y ambos; activadores de lo femenino. Se acordará de que en la tabla que hicimos hace tiempo, aparecían todos estos conceptos en un listado. Podemos volver a repasarlos. Se lo quedó usted, profesor. Sí, debo de tenerlo por aquí guardado… Aquí está, veamos: FEMENINO MASCULINO Contracción………………………… Expansión Materia…………………………………Energía Espacio…………………………………Tiempo Partícula……………………………… Onda Magnetismo………………………….. Electricidad Frío…………………………………….. Calor Forma………………………………… Informe Sincronicidad…………………………Causa-Efecto Visión global…………………………..Análisis Mística, Filosofía…………………… Ciencia Intuición…………………………………Razón Pensamiento analógico…………… Lógico Sabiduría, sensibilidad…………… Inteligencia Hemisferio Derecho……………… H. Izquierdo Estar……………………………………. Hacer Enraizamiento……………………… Descubrimiento Conservación………………………….Conquista Alma…………………………………… Espíritu Tierra, Agua……………………………Aire, Fuego Efectivamente, en el lado masculino tenemos a la electricidad como complementaria al magnetismo, y más abajo nos topamos con la inteligencia como contrapunto de la sabiduría y de la sensibilidad. El factor tiempo también aparece en relación al espacio, y la energía, con respecto a la materia. Pero me gustaría, Dameb, que me explicara mejor por qué la sabiduría y la sensibilidad las ha puesto unidas como si fuesen la misma cosa. Es verdad, bueno, pensé que tanto la una como la otra podrían ser lo complementario a la inteligencia y, ante la duda de cuál escoger, me decidí por ambas. Bien, pero mi pregunta apunta sobre todo a la relación entre sensibilidad y sabiduría. Verá usted, el sentido que tengo de la sabiduría no es solamente como información almacenada, lo cual puede resultar algo frío e insensible, sino que la contemplo más bien como un saber intuitivo que está íntimamente relacionado con la manera en cómo respondemos a nuestro entorno. Un saber estar ante las situaciones en las que no te sobrepasas ni tampoco te quedas corta. Es actuar o no actuar en el momento justo y de la manera justa. Es callar cuando se debe callar y hablar cuando hay que hacerlo diciendo las palabras adecuadas. Eso produce el efecto deseado, lo cual está en consonancia con un sentido interno del arte en la medida y en la proporción de las cosas. Un saber innato que está más en la línea de la sensibilidad y de la intuición; algo así como una percepción global que capta con nitidez lo que ocurre en torno a uno mismo y la capacidad para responder armoniosamente. Es una percepción que surge de lo profundo y no un pensamiento que se elabora mentalmente. Siento que la sabiduría es producto de la propia madurez interna del alma, que le da calidad y sensibilidad a su propio ser. ¿Me sigue, profesor? Perfectamente, aunque esa cualidad perceptiva y sensible de la que me habla, no es óbice para que simultáneamente esté actuando nuestra parte inteligente colaborando también en los resultados de nuestros actos. Tenga en cuenta que estamos hablando de la inteligencia como elemento dinámico y temporal, y de la sabiduría como información registrada en el espacio. Esta dualidad está en continua interconexión porque ambas partes representan dos de las especializaciones de los hemisferios cerebrales: el izquierdo trabaja secuencialmente, mientras que el derecho es responsable de las formas espaciales y sabemos de las continuas conexiones entre las dos zonas cerebrales. Ante lo cual, nuestra sensibilidad y su doble reacción rechazo/receptividad está condicionada y responde al tipo de información que tiene almacenada en el insconsciente. Y no toda información sirve para nuestro desarrollo y bienestar. Pero ya tocaremos ese tema en los siguientes círculos. Pues sabe, Dameb, que lo que más me gusta de esta cosmovisión es la asequibilidad con la que se sitúa al ser humano frente a lo inconmensurable, a lo misterioso, a lo que por tradición religiosa se ha llamado “mundo divino”. Con estos planteamientos, lo desconocido pasa a ser algo entrañable y familiar. Ese dios remoto e incognoscible que nos han hecho ver, no pasa sólo a ser lo más íntimo y sencillo de nuestra propia esencia, sino que también conforma nuestra naturaleza corpórea. La sensación de unidad y de totalidad que me produce es de un auténtico bienestar, algo así como si por fin hubiese llegado a casa. Creo que el ser humano es como un trozo de hielo flotando en el mar, buscando y preguntándose en dónde estará el agua, esa cosa tan misteriosa y lejana de la que tanto ha oído hablar. ¡Magnífico ejemplo acuático! Sí, pienso que la mente humana se ha perdido, por un lado, mitificando lo que es algo muy nuestro y, por otra parte, desnaturalizando la realidad de su propio ser y, con ello, de la existencia. Supongo que esto tiene que ver con la visión patriarcal de la vida que hemos heredado. Otra vez saco el tema del patriarcado, pero si no lo hago, no podemos comprender ciertas cosas, como por ejemplo: hemos situado a un Dios arriba en el cielo y fuera de nosotros mismos. Y como verá, “arriba” y “afuera” son dos direcciones masculinas, encontrando su contraparte en “abajo” y “adentro” que son direcciones femeninas. Posiblemente en los pueblos matriarcales se hubiera hecho lo contrario; la naturaleza, la madre tierra era lo sagrado. Esta visión acorde con un modelo femenino, predispone a entrar en contacto con lo íntimo y con el fluir mágico de la vida de una manera más cercana a nosotros. La horizontalidad como complementaria a la verticalidad. Si se refiere a la verticalidad como una forma de concebir que el poder está y viene de lo alto –al Altísimo como sinónimo de Dios-, estoy de acuerdo en que el patriarcado es un sistema que tiene unas estructuras muy jerarquizadas y no solamente en sus religiones, sino en su forma de vida en general. Pero no sé cómo sería una sociedad basada en la horizontalidad. Los derechos humanos, la fraternidad y los principios democráticos, tal vez sean los modelos que conocemos y que están en consonancia con una línea horizontal de convivencia. De forma natural tiendo hacia la horizontalidad. No sabría decir si es como reacción a tanta saturación jerárquica o si es hacia lo que tiende mi propia naturaleza de mujer. Seguramente sean las dos cosas. Pero, aún y siendo así, no quiero caer en la miopía mental de pensar que un orden vertical tiene que ser desechable. A estas alturas tengo que ser coherente con el trabajo de las dualidades y sus interacciones, lo cual llevo desarrollando hace algún tiempo y ésta -horizontalidad y verticalidad- tienen que ser integradas puesto que son complementarias. No sin antes aclarar que con el término vertical no hago referencia al juego de poder y sumisión que hemos venido padeciendo a lo largo de lo que conocemos como historia. El orden piramidal no tiene por qué ser grados de privilegio para beneficio de unos pocos a costa de la explotación del resto, sino que tiene que ver con grados de responsabilidad, de eficacia y de servicio a la sociedad. Hay otras maneras de concebir lo horizontal y lo vertical, como por ejemplo; dándole un carácter de superficialidad y de profundidad. Esa visión me gusta, profesor, además me viene rápidamente a la memoria el mar con sus olas en la superficie de éste y la parte profunda del mismo. Pero si el mar es un conjunto del que no podemos separar ni categorizar como mejor ni peor sus diferentes zonas, también tendríamos que hacer lo mismo con otros muchos conceptos. Le puedo añadir que si echamos una mirada a la organización del universo formado por estrellas, galaxias, cúmulos de galaxias y supercúmulos de galaxias, y lo comparamos con la estructura del cuerpo humano: células, tejidos, órganos y sistemas que forman el propio cuerpo, notaremos que en ambas organizaciones se parte de elementos simples: las partículas subatómicas, y se finaliza en estructuras complejas. Podemos imaginarla en forma piramidal, porque en su base, los elementos que la componen superan cuantitativamente a los cuerpos más ampliamente organizados, los cuales van disminuyendo en relación a su complejidad, para ser rematados como una unidad física universal o como una unidad física personal. En el colectivo humano también podemos encontrar una estructura parecida; individuo, familia, pueblo, país, continente, planeta. Por consiguiente, parece que nos encontramos ante un orden piramidal de funcionamiento coherente y prágmático, lo cual hay que distinguirlo, evidentemente, de los sistemas verticales de poder y sumisión utilizados por el hombre en lo social, en la relación de géneros, en lo político y en lo religioso. Estos se basan en la imposición, en la intimidación y en la amenaza de un posible castigo físico o anímico que una élite dominante ejerce sobre el resto. Este funcionamiento no aparece reflejado en los otros dos sistemas mencionados: el cuerpo cósmico y el cuerpo humano. Mire, si queremos ser más exactos y coherentes con nuestro Modelo Matriz, situaríamos la dinámica horizontal en la génesis universal. La sustancia madre la podemos contemplar como un campo unificador que subyace y genera un campo de frecuencias y ondas, en continuas fluctuaciones e interferencias, por lo que en ese nivel de la realidad no podemos hablar de ningún tipo de orden material, sino al contrario, de un caos generalizado. El orden piramidal, como cualquier tipo de orden, está en relación con la manera en cómo contemplamos, interpretamos y ordenamos el mundo físico a partir de los datos que recibe nuestro cerebro. Por consiguiente, lo que aparece ante nosotros cuando observamos el universo o bien el sistema humano, es un mundo de objetos físicos compuestos de otros objetos físicos más pequeños organizados piramidalmente, que va de lo simple a lo complejo y, como un hilo conductor, van creando una línea de evolución en el tiempo. A esto hay que añadirle que la sinergia es una fuerza integradora que hace que el organismo humano funcione con eficacia y armonía entre sus diferentes niveles de complejidad, siendo ésta (la sinergia) un modelo de orden sumamente eficaz e inteligente, del cual los humanos tenemos mucho que aprender para la convivencia en la organización del tejido social. La historia nos ha hecho creer que el hombre siempre ha sido enemigo y depredador del mismo hombre. La idea de la guerra y de la explotación humana, como algo inevitable a la propia naturaleza, me ha resultado desde siempre muy chocante, y algo en mí se ha rebelado ante esa visión fatalista de concebir la realidad humana. Ahora estoy descubriendo que no siempre ha sido así. Las luchas por el poder han sido una constante desde el advenimiento del patriarcado. Pero mire, los últimos estudios arqueológicos y antropológicos que se están haciendo sobre los múltiples asentamientos matriarcales que se han descubierto en gran parte de Europa y Oriente Medio apuntan hacia otra dirección: hacia pueblos básicamente agrícolas y mercantiles que vivían en casas pulcras y decoradas, en donde la convivencia hombre/mujer no se basaba en el dominio de un sexo sobre el otro. Nos situamos aproximadamente desde unos 8.000 años a/C hasta unos 3.000 a/C., cuando estos pueblos fueron progresivamente invadidos por tribus nómadas y guerreras que poblaban los desiertos que rodeaban las fértiles tierras de los pueblos matriarcales. Poco a poco se fueron imponiendo las nuevas formas patriarcales en la religión y en la convivencia social y familiar que ya todos conocemos. Parece interesante y se ve que es un tema que le apasiona. Tengo que reconocer que mucho, porque me he dado cuenta, y de una forma nítida de cómo una determinada cultura te hace ver la vida teñida bajo cierta coloración y de cómo verdades tenidas por absolutas, son solamente producto de estrecheces de mira, alimentadas de miedos, odios y fanatismos, y en cualquier caso, manipulaciones para no perder el poder que se ha conseguido por medio de la violencia y la intimidación. Pero bueno, lo interesante es darse cuenta, confrontar cosas, romper barreras, cárceles y respirar libremente. En eso estamos. Profesor, pienso que ya podemos dejar por acabado el primer círculo de la creatividad. Seguiremos en nuestra próxima charla con los dos círculos que quedan. Correcto, Dameb. SEGUNDO Y TERCER CÍRCULO Dameb: Querido amigo, ¿está usted dispuesto a penetrar en la visión del segundo y tercer círculo de los Ciclos Evolutivos? (Diagrama nº Profesor: Dameb, me hace usted recordar la historia de Las Mil y Una Noches. Presumo que detrás del segundo y tercer círculos vendrá un cuarto, después un quinto, y así hasta que la muerte nos separe. Le prometo, para su tranquilidad, que no mandaré cortar su cabeza si algún día se le pone fin a las iniciaciones de los círculos. Su sola presencia me es gratificante. Muy amable de su parte. Su benevolencia me tranquiliza enormemente y me alegra saber que no tengo que estar elucubrando cuentos circulares para poder sobrevivir. ¡Qué descanso! Pero vislumbro que llegará el día en el que nuestros encuentros estén presididos por el silencio. Tomaremos el té plenamentes atentos, con nuestros sentidos puestos en la intensidad que produce cada momento único e irrepetible de la vida. En eso consiste para mí la auténtica magia, lo sagrado de la existencia, respirar la vida fluyendo en cada momento; y si esto lo puedes compartir con otra persona que esté en el mismo punto, considero que es un gran privilegio añadido. Espero estar en ese punto y ser la persona privilegiada para compartir el ritual del té en el sagrado silencio. En cuanto a los círculos, lleva usted razón en lo que ha dicho. Pueden llegar a ser interminables porque reflejan el movimiento fundamental de la propia vida expresándose en una evolución continua. Sin embargo, no tema, porque el Diagrama de los tres círculos entrelazados es un intento de plasmar una secuencia de una voluta sin límites. Es el movimiento cíclico de la vida, que se repite incesantemente en octavas diferentes. Tras lo cual, conociendo los tres primeros círculos, los que les siguen son reiteraciones de los anteriores, salvando naturalmente los distintos niveles de realidades a través de los cuales la vida se expresa. Un modelo Fractal. Bueno, si es así, pongámosnos a la labor. No piense que le voy a descubrir nada nuevo. Estos círculos tratan de algo tan fundamental, que todos ya sabemos. Es tan evidente como que todo lo que nace, tiene una etapa de desarrollo y acaba muriendo o transformándose en otra cosa. Es lo que dicen básicamente los tres círculos. ¿Entonces? Entonces, el interés radica en ver cómo, interviniendo los mismos tipos de fuerzas que intervinieron en el primer círculo de la creatividad, no obstante, se puede producir otro tipo de resultados. Y lo que es más importante, traducirlo analógicamente a la vida cotidiana, como hemos hecho con el primer círculo. Le recuerdo que las fuerzas de las que hemos estado hablando en todas nuestras charlas han sido las Leyes básicas de la Mecánica: Empuje, Resistencia y Movimiento llevado a niveles cuánticos. A los cuales les hemos añadido una variante a la Resistencia, que es la Receptividad. Sí, no tengo ninguna objeción. Al contrario, me alegra que sea algo tan básico lo que sustenta nuestras charlas. Precisamente, la base es lo que me sirve de fuente de inspiración para poder crear y desarrollar curiosidades intuitivas. Así que vamos a volver al Modelo de Los Ciclos Evolutivos (Diagrama nº3) y meternos de lleno en el segundo círculo. Veo que lo ha nombrado como Círculo de la Estabilidad. ¿Quiere indicar con ello, que la dualidad creativa que intervino en el círculo anterior dio como resultado un producto en el punto 4, le toca a éste iniciar una etapa de desarrollo y consolidación? Así es. El 4 es el punto común que marca el final de un ciclo y el comienzo del siguiente. ¿Quiere que le revele algo muy curioso? Pues mire, detrás del 4 se esconde un 1, o sea; es un número de inicio. ¿Cómo es eso? Más adelante le sorprenderé con una sencilla operación matemática que confirmará lo que le estoy diciendo. Pero ahora no quiero desviarme del tema. (Ver anexo: Adición mística). Por lo tanto y siguiendo con su teoría, también detrás del número 7 debe de esconderse otro 1, puesto que el tercer círculo se inicia en el punto 7. Es usted muy sagaz. Efectivamente, en el Modelo de los Ciclos Evolutivos, a los números 1,4,7 hay que considerarlos como equivalentes, pues aunque situados en diferentes círculos, marcan finales e inicios de fases. Entonces, y por la misma razón, también deben ser equivalentes los números 2,5,8, puesto que son los que están marcando las posiciones dobles de cada círculo. Exacto. Cada círculo a pesar de que en su estructura dinámica es una copia del anterior, produce resultados diferentes. Finalmente, los números 3,6,9, también son equivalentes, puesto que corresponden a los puntos dinámicos de cada círculo en donde los complementarios interaccionan para conseguir un determinado fin, ya sea para crear, para conservar, o para desestructurar algo. Ya que ha quedado clara la parte formal del diagrama, indaguemos en su contenido. Sí, pero antes de ponernos a trabajar en el tema de los círculos, si no le importa, me gustaría hacerle algunas peguntas, como por ejemplo: ¿usted cree que puede haber más dimensiones o niveles de división de la materia entre los quarks y las partículas/espacio? Yo no creo nada; simplemente, como no se ha descubierto hasta ahora otra medida más pequeña que la de estas partículas elementales, es por lo que podemos optar por enlazar directamente estos dos niveles. Al fin y al cabo, tampoco repercutiría en nuestro modelo si la ciencia descubriese fases intermedias entre las partículas/espacio y los quarks. De modo que, podemos plantear, por ejemplo, que los tres tipos de quarks que se conocen estarían compuestos -y dependiendo de la carga de cada quark- por la imagen de tres o más partículas/espacio que se abrirían, quedando como fondo la sustancia/espacio contraída, que sirve de sostenimiento para las imágenes creadas Y como una imagen vale por mil palabras, le dibujo un modelo de lo que le estoy explicando. En él aparecen lo que serían tres partículas/espacio abiertas y relacionadas por sus polaridades blancas y grises, siendo el color negro el que representa el fondo de la sustancia/madre. Esto podría ser un ejemplo simple de la imagen de un quark o la de cualquier otra partícula elemental. Pero en una explosión tan descomunal como se supone que fue el Big Bang, ¿cómo pueden quedarse espacios con partículas/espacio sin desplegarse cuando la emisión de energía debió ser tan inmensa? Se produciría la apertura casi instantánea de infinitas partículas/espacio y, aunque se diese una imagen grandiosa -lo equivalente a un universo-, ésta seguiría siendo una sola imagen homogénea, sin contrastes internos. Y aunque tuviese a la sustancialidad oscura de fondo, no se daría el juego entre diferentes imágenes de partículas elementales, ¿me explico? Perfectamente. Y, ¿sabe lo que le digo? Que nos encontramos ante una encrucijada y tendremos que plantearnos las varias posibilidades que esta situación nos sugiere. Algo que puede ser bastante complejo, y la verdad que adentrarse en cómo era la existencia antes de esos momentos cruciales es todo un reto mental, por cuanto aún no se ha levantado ninguna teoría firme al respecto. Eso quiere decir que nos enfrentamos a un terreno virgen, y como pioneros que somos de ese pre-espacio, podemos inventarnos nuestras propias reglas del juego, pero, ¡cuidado!: deben de ser ideas que tengan la coherencia suficiente como para enlazarlas con los conocimientos que ya se tienen a partir de la gran explosión primigenia, aunque por otra parte, pongo en duda que fuera un sólo átomo y no un gran espacio el que convulsionara en miríadas de partículas/espacio. Pero cuando hemos hablado del fenómeno de la gravedad como fuerza de presión que ejerce la sustancia/espacio sobre la materia luminosa, tampoco nos estábamos ajustando a las leyes conocidas y aceptadas por la ciencia. Pero no negábamos dicho fenómeno, lo que hemos hecho es darle otra explicación posible a su origen. Tal como la planteamos en su momento, sus efectos serían exactamente los mismos, pero estarían basados en la fuerza de repulsión que ejercería la sustancia/espacio sobre toda partícula elemental y sobre todo cuerpo celeste. Estaríamos siendo presionados por todos lados para que las formas no se desintegrasen. Entonces, en nuestro modelo gravitacional no es necesario que exista el gravitón. No necesariamente. La presión universal de la sustancia oscura sería una fuerza que se produciría en una realidad que permanecería oculta y difícilmente detectable. No pertenecería al juego de las partículas de fuerza como es el gluón y el fotón dentro del campo de la materia. De hecho, aunque se ha buscado, todavía no hay indicios de que exista el gravitón. Pero si éste se encontrara, ¿invalidaría nuestro modelo? En el caso de ser detectado, pertenecería al mundo de partículas de fuerza de la materia. No tendría por qué invalidar la presión de la sustancia/espacio, la cual no pertenece al universo manifestado. Bien, nos tenemos que hacer dos preguntas fundamentales: ¿Se necesita mucha energía para abrir una partícula/espacio o, por el contrario, se abre con un mínimo de energía? El Big-Bang que se ha detectado, ¿proviene directamente de la sustancia/espacio, o nuestro universo ha devenido de una implosión/explosión de un universo anterior? ¿Qué es lo que intenta deducir, profesor? Pues, justamente lo que usted me ha planteado. Por ejemplo, si nuestro universo surge de los deshechos de un universo anterior, ya no surge de la nada, no proviene directamente de la sustancia madre, sino de un nivel elaborado de la materia, como pueden ser los núcleos del hidrógeno. Es decir, que se originaría a partir del punto 9 del Modelo de Los Ciclos Evolutivos (Diagrama nº3) y no desde el estado 0. Entonces, ¿sería el mismo modelo analógico que expuso usted de la explosión de una estrella? Sí, y suponiendo que fuese así, el modelo de Big Bang sería posible dado que el corazón o centro del anterior universo se contraería e implosionaría, formándose un gigantesco agujero negro, mientras la parte externa explosionaría lanzando sus residuos al espacio donde se formarían nebulosas y nuevos miniuniversos. Porque, ¿dónde están las fronteras y en base a qué los científicos se marcan los límites en la inmensidad del espacio? Me gusta la idea de universos que se autorreciclan. Pero, ¿y en el caso de que nuestro universo o cualquier otro hubiese surgido directamente de la sustancia madre? Pues bien, Dameb. Ahora tengo que tener presente la primera pregunta. ¿Se necesita una gran cantidad de energía para que se despliegue una partícula/espacio o bien con un mínimo es suficiente? Deduzco que debe ser con un mínimo, ¿no profesor? Yo también lo supongo así. ¿Y en qué se basa para ello? Muy fácil. Por lo que ya hemos acordado, si yo me muevo, voy transmitiendo la onda de información de mi cuerpo a través de la sustancia/espacio, y un número ingente de partículas/espacio se abre para adoptar mi forma, o sea: recreándome de nuevo, para volverse a cerrar. Imagínese el esfuerzo que tendríamos que hacer para cualquier movimiento si las partículas/espacio se negaran a abrirse fácilmente. Efectivamente, invalidaría lo que hemos dicho acerca de nuestro modelo universal. De esto se puede deducir que si la teoría del Big Bang va asociada a una gran energía explosiva, ésta forma, diríamos, tan espectacular de la creación de un universo, la encajo preferentemente con la idea de universos que se reciclan, y no con un universo que se va despertando poco a poco a la vida a partir de un vacío. Porque desde el vacío sí pueden abrirse cantidades ingentes y al mismo tiempo puntualmente, partículas/espacio que formen imágenes concretas en contraste con el fondo de oscuridad. No sé si usted también lo ve así. Sí, creo que sí. Sería mucho más selectivo, pero habría que plantearse dos tipos de ciclos universales. Los grandes ciclos y los subciclos. Un gran ciclo universal se produciría cuando todo lo que está en actividad en la sustancia madre se repliega, no sólo en nuestro universo, sino en todos los posibles universos paralelos al nuestro. Eso equivaldría a que el ser infinito entraría en su fase de ensimismamiento; los impulsos vitales pasarían a un estado latente y, con ellos, los movimientos de aperturas de partículas/espacio dejarían de producirse. Las imágenes de la materia luminosa desaparecerían como lo hacen las chispas de los fuegos artificiales que, después de una magnífica representación de formas y colores, se van apagando silenciosamente. A este gran ciclo lo llamaría un día cósmico; con su correspondiente noche cósmica como así lo definen en la tradición hindú. De esa manera el despertar de un nuevo día cósmico podría producirse como apunté antes; con un universo que va naciendo no en un punto de la sustancia/espacio, sino en incalculables e infinitos puntos espaciales y de forma paralela. De esta manera, sí se pueden producir contrastes entre los puntos luminosos de las partículas/espacio y la oscuridad sustancial. Pero dentro de un día cósmico se puede dar una complicada cadena de subciclos universales de diferentes dimensiones y tiempos de duración. Exactamente. Podemos pensar que nuestro universo ha surgido de uno de estos subciclos. Por los indicios que tenemos, una inmensa cantidad de materia universal hubiese eclosionado violentamente generando altas energías. Eso sería lo que llamamos un Big Crunch, el colapso y punto final de una gran estructura y comienzo de nuevas posibilidades espaciales. Ya que en la totalidad de la sustancia madre y en su fase de ebullición y creación pueden coexistir incontables universos. Mientras unos surgen como pompas, otros pueden estar en su fase de expansión como el nuestro, otros estallando, unos, compuestos de materia, otros de antimateria y con composiciones químicas diferentes. Algunos universos pueden surgir directamente del vacío o punto 0 y volver al mismo vacío, y otros provenir de los residuos de eclosiones de enormes zonas espaciales. Son tantas las posibilidades y relaciones que se podrían dar en el mar burbujeante de la sustancia/espacio que mi imaginación prefiere relajarse ante una visión tan desbordante. Profesor, ¿se acuerda que se quedó pendiente en una de nuestras charlas en cómo encajar la aceleración que parece está experimentando el universo? ¿Acaso esto puede cambiar en algo nuestro planteamiento del modelo cosmológico? No tiene por qué. En el día cósmico que sugerimos, se pueden dar, como acabo de indicar, todas las posibilidades. Un universo puede terminar sus días contrayéndose y explosionando, o acelerándose y expandiéndose, con lo cual muere por inanición, adentrándose en espacios cada más vacíos y fríos. Porque, para nuestro Modelo Matriz, no es relevante la cantidad crítica de materia que haya en el universo para que éste termine de una manera u otra, sino que depende de lo que ocurra a nivel interno de las partículas/espacio. Explíquemelo con más detalle, por favor. Igual que hemos hecho surgir de un estado 0 a todo un universo gracias a un potencial inherente de las partículas/espacio que se activan por impulsos vitales, de la misma manera lo podemos disolver si los impulsos vitales fuesen perdiendo fuerza; así las partículas/espacio dejarían de abrirse y con ello la formación de las partículas elementales que intervienen en la función universal, y si no hay partículas elementales, que es la base de la materia, no hay, por tanto, universo posible. Pero no entiendo bien cómo esto puede ocurrir en la realidad espacial, porque cuando un objeto colapsa, se produce un recalentamiento y nuevas reacciones dentro de su núcleo. Todo ello impediría el descanso definitivo de las partículas/espacio. Bueno, no confundamos la vuelta al reposo de un universo al punto 0 con lo que sería su derrumbamiento o desestructuración que, al igual que el Ave Fénix, de sus cenizas surgen otros nuevos. En este caso no hay una vuelta al vacío, sino un reciclaje. Pero en el caso de que escojamos que un universo vuelva a su punto de origen sin dejar residuos, nos lo tendremos que plantear de otra manera. Quizá la aceleración que las galaxias parece que están experimentando y su alejamiento entre ellas, nos puede conducir a la sugerencia de una gran diáspora y desintegración universal en la que todo se aleja de cualquier punto de referencia; no solamente una galaxia de otra, sino que éstas se van desgarrando y cada fracción, a su vez, va haciendo lo mismo. En este viaje de soledad hacia el espacio infinito resultaría cada vez más difícil el encuentro entre dos estructuras de la materia y su posible reactivación energética. Finalmente, el universo sería un desencuentro de partículas elementales errando sin sentido en el espacio sin fin y teniendo que vencer la resistencia aunque mínima pero continua de la presión de la sustancia espacial contraída a su alrededor; eso contribuiría a que los impulsos vitales fuesen relajándose hasta que las partículas/espacio ya no tuviesen el estímulo suficiente para desplegarse, por lo que la comunicación entre ellas quedaría sumergida en un silencioso vacío. La imagen que usted sugirió antes, de los fuegos artificiales que después de su magnifica representación se diluyen en la nada, me parece idónea para acercarnos a esta visión cosmológica. Me encanta, me parece una solución genial, profesor. Sería la táctica que utilizaría la mente infinita para diluir las estructuras materiales; se serviría del alejamiento y del desencuentro entre sus componentes, justo lo contrario que el nacimiento de un universo, el cual se fundamentaría en el acercamiento, el encuentro y la relación entre sus elementos. Pero, si nuestro universo se está acelerando, ¿indica, entonces, que caminamos hacia el punto 0? Podría ser, ¿por qué no? ¿Sabe lo que es un atractor? Ni idea. El atractor es uno de los conceptos fundamentales de la Teoría del Caos. Es el estado al cual un sistema evoluciona después de un tiempo infinitamente largo. Puede ser un punto de equilibrio, un ciclo límite o el vacío. Pero si así fuese, no tendríamos por qué estar necesariamente al final de un gran ciclo o día cósmico, sino que, al margen de que esto último pueda suceder o no, como dije antes, dentro de un gran ciclo hay universos que pueden explosionar y sus deshechos ser reciclados, mientras otros universos pueden desgajarse tanto en su aceleración, que terminan desapareciendo sin dejar rastro. Y, por último, también se puede contemplar otra variante a un universo que se está acelerando; y es que sus múltiples fracciones como fósiles congelados, viajen durante un tiempo por un espacio vacío y frío hasta que encuentren otros universos vivos con los cuales podrían interactuar. Sería otra forma de reciclaje llevando información a otros universos lejanos y extraños. Sí, ¡hay tantas posibilidades! Pero me surge una pregunta: ¿de dónde proviene la fuerza de aceleración que se está detectando en las galaxias? Eso es lo que se está investigando. Este descubrimiento ha sorprendido a la comunidad científica, ya que echa por tierra la previsión de que la velocidad de las galaxias no podía ser mayor que la que había en sus orígenes cercanos a la gran explosión; incluso se preveía que pudiera ser menor. Atribuyen el fenómeno, como ya le comenté al principio de nuestras charlas, a la “energía oscura”, la cual podría actuar de forma repulsiva y originar dicha aceleración. Pero en nuestro Modelo Matriz podemos imaginar que los impulsos vitales pueden variar en su intensidad, por lo que si se intensifican, podría producir el mismo efecto de repulsión que sugieren los científicos con la teoría de la energía oscura. Me alegra que nuestro modelo cosmológico pueda tener una contestación plausible a todas esas interrogantes que existen hoy día. A propósito, ¿cuál es la diferencia entre la repulsión que ejerce la supuesta energía oscura de los científicos y la repulsión que ejerce la sustancia/espacio de nuestro modelo cosmológico? Sé que al principio de nuestros diálogos me lo hizo usted ver, pero lo tengo confuso. Vamos a ir por partes. Los científicos consideran que en el universo existe una materia oscura compuesta por nubes de gas, por estrellas enanas y por agujeros negros que, por su oscuridad, son muy difíciles de detectar. Pero en su conjunto, este tipo de materia oscura no da la cota de densidad suficiente, que tendría que haber en el universo, para resolver ciertos problemas con los que se encuentran en sus teorías matemáticas en relación a la cantidad de fuerza de gravedad. Más recientemente, y para solventar sus ecuaciones, los científicos han llegado a la necesidad de tener que plantearse el aumento de la gravedad entre los objetos espaciales, ya que si no éstos se desintegrarían por insuficiencia de la misma. Como esto en la realidad no ocurre, puesto que los objetos mantienen sus posiciones y, como por otro lado, no pueden aumentar impunemente la masa de las galaxias, consideran que debe de existir una energía oscura -además de la materia oscura mencionada antes- que haga la labor de mantener las cosas en sus límites espaciales. Como se considera que dicha energía no es visible y que ocupa el 96 % del universo, -la materia calculada solamente ocupa un 4%-, se deduce que alrededor de un 96% del espacio estaría ocupado por una energía desconocida, -correspondiéndole un 21% a la materia negra y un75% a la energía oscura aproximadamente-, con lo cual se solucionaría de esta manera, su visión del problema gravitatorio Pues pienso que se están aproximando mucho a nuestra concepción de la sustancia/espacio, ¿no le parece? Cuando dicen que existe una energía oscura y misteriosa que penetra todo el espacio y que con su presión mantiene a los objetos espaciales en su sitio, parece que estamos hablando de lo mismo. Pero existen diferencias radicales en la concepción entre dicha energía oscura y nuestra sustancia/espacio. Primera diferencia: Por las más recientes observaciones se deduce que la energía oscura empuja a las galaxias, acelerándolas y alejándolas entre sí. Con lo cual, distinguen que esta energía oscura sería la contraria a la fuerza de la gravedad. En nuestro modelo, la sustancia/espacio y la materia espacial entran en un juego de expansión y contracción mutua. Cada vez que se despliegan partículas/espacio, presionan a la sustancia/espacio de alrededor, contrayéndola, la cual reacciona, a su vez, con otra presión que va dirigida hacia el objeto espacial, abrazándolo y empujándolo, pero no hacia fuera, como se supone que hace la energía oscura, sino justamente lo contrario, o sea, hacia su centro. Con lo cual, no estamos hablando de dos fuerzas, sino de una única fuerza que tiene dos caras. Depende desde qué perspectiva la enfoquemos la podemos nombrar como fuerza de gravedad o como fuerza de repulsión. Segunda diferencia: Los científicos hacen una distinción entre el espacio y la energía que lo llena. En nuestro modelo no se hace distinción entre estos dos elementos: la sustancia, equivalente a la energía, y el espacio son una misma cosa, llamándola sustancia/espacio, o bien, sustancia madre. Tercera diferencia: Esta es muy notable: mientras que para nosotros la sustancia/espacio es increada, siendo por tanto previa al Big Bang y generadora de toda la materia universal, los científicos sitúan a la energía oscura después del Big Bang y la consideran como los residuos de la explosión que invade casi la totalidad del universo. Solo el 4% del universo sería materia bariónica -la compuesta por la familia de partículas elementales que forman la materia- La imagen que se deduce de esta proporción, la comparo con pequeños puntos de información en un inmenso mar de cenizas. ¡Qué perspectiva universal tan triste, y qué falta de estética! Usted me perdonará profesor, pero, ¡cómo se nota que falta el elemento femenino en el diseño universal de los científicos! Naturalmente que sí. Faltan algunas cuantas Dameb, como usted, que animen y le pongan algo de alegría y magia a la contemplación del panorama universal. Pues si no me equivoco en los datos que me acaba de dar, me resulta sorprendente la concordancia que existe entre lo que llaman el ADN basura y el conjunto de la energía y materia oscura. La simetría entre ambos es prácticamente la misma. Aproximadamente el ADN que contiene secuencias que codifican proteínas -el llamado genoma humano-, es solamente el 2% en comparación al denominado ADN basura que supuestamente aparece vacío de información, y el cual llega a alcanzar la cantidad aproximada del 98% de la totalidad del ADN humano. Como verá usted, esta misma proporción se repite entre la materia codificada del universo y la del genoma humano. ¿No le resulta a usted demasiada coincidencia? Ciertamente es curiosa, Dameb, la similitud entre estos dos datos del macro y el microcosmos. Pues ahora que lo dice, veo otra coincidencia más. Esas cantidades mínimas de secciones codificadas del ADN no son correlativas entre ellas, sino que se encuentran desperdigadas y repartidas entre la totalidad del ADN. Por consiguiente, tanto las estructuras materiales del universo como las del genoma humano, son trozos de secuencias codificadas rodeadas de vacío. Lo que describí antes como puntos de información en un inmenso océano de silencio. Lo que me llama la atención, es que a ambos espacios sin codificar -el ADN basura así como la energía oscura-, los hayan declarado como desechos de la evolución, cuando podrían ser todo lo contrario: un contenido potencial de información con capacidades inagotables para la creación de novedosas formaciones, tanto de estructuras de ADN como de estructuras cósmicas, posibilidades que no podemos ni imaginar. Si nosotros creemos intuir lo que puede ser la realidad de la sustancia/espacio, por qué no preguntarnos ¿qué ocurre exactamente con el ADN basura? Bueno, Dameb, ahí tiene usted materia para crear un modelo analógico entre esas dos realidades, más aún cuando se están aclarando muchas de las funciones de ese mal llamado ADN basura. Si, es todo un reto, pero no menos interesante que al que nos enfrentamos ahora con nuestra particular visión del modelo de Matriz Cósmica. Así que vamos a seguir ajustando dicho modelo a los Ciclos Evolutivos. (Diagrama nº3) El primero, llamado Círculo de la Creatividad ya lo hemos estudiado suficientemente, teniendo su punto de culminación en el punto 4, con el universo físico que conocemos. A partir de su nacimiento hasta el día de hoy, el universo se encuentra en una etapa de desarrollo y expansión. Esto se puede dar gracias a un equilibrio principalmente de sus dos fuerzas: expansión y contracción o gravedad. Por consiguiente, ya tenemos identificados a los protagonistas que forman la dualidad del segundo círculo. En la dinámica del punto 6 se sitúa el juego entre las dos fuerzas complementarias que posibilitan el desarrollo y expansión del universo. Le amplío la información diciéndole que la interacción entre las dos fuerzas en el punto 6 puede considerarse como un equilibrio dinámico entre sus componentes, los cuales intercambian sus respectivas cualidades. Esto permite un continuo movimiento de expansión y al mismo tiempo posibilita las creaciones de múltiples combinaciones de la materia. Porque el segundo círculo, al ser un desarrollo del primero, tiene integrada las cualidades del mismo: su capacidad para seguir creando en incontables campos locales de creciente complejidad. Pero también le advierto que el punto 6 puede degenerar en otro tipo de equilibrio: un equilibrio estático en donde ambas fuerzas se oponen con igual intensidad; éstas se anularían mutuamente e impedirían el juego expansivo y creador. O sea, el punto dinámico del 6 se volvería estático cuando las fuerzas de expansión y gravedad se anulasen recíprocamente. Esta situación produciría un parón que abocaría posiblemente a un derrumbe universal. Perfecto, porque si eso ocurriese en nuestro universo, nos encontraríamos en el punto 7. Me lo imagino de la siguiente manera: el cuerpo universal que vio la luz en el 4, punto en donde inicia su etapa de crecimiento y desarrollo, llega en el 7 a un estado de madurez y saturación. Un universo cansado, viejo, que ya no tiene ganas de “jugar” ni de hacer malabarismos con sus energías. Ha llegado a los límites de su capacidad creadora y desea retornar a su fuente de origen. A partir del 7 inicia una etapa que lleva una dirección justamente contraria a la del primer círculo. Es la del caos estructural. La entropía se hace dueña y señora de la situación. La expansión ha perdido su fuerza y, como es natural, la sustancia/espacio que ha estado continuamente presionada -aunque en diferentes zonas de sí misma-, va ocupando su lugar a costa del desmoronamiento de los objetos espaciales que fueron creados a lo largo del ciclo universal. Conforme, porque tanto en el caso de pérdida de la fuerza de expansión como por aceleración de la misma (inanición universal), se abocaría al dominio de la sustancia madre sobre la materia luminosa. De lo atemporal sobre lo temporal. Remitiéndonos al diagrama: así como el punto 3 genera una dinámica creativa, el 6 una dinámica de desarrollo y mantenimiento, el 9 representa una dinámica caótica que culmina en el punto 10 y, vuelta a empezar. Este número compuesto que simboliza de nuevo a la unidad: (1+0=1) marca el estado potencial de un nuevo ciclo. El 11 (1+1=2) haría de dualidad creadora. El 12 (1+2=3) el punto dinámico y el 13 (1+3=4), en dónde un nuevo cuerpo universal se manifiesta. Y así progresivamente hasta un tiempo indeterminado. Se puede aplicar tanto para un universo que se recicla como para uno que se diluye en el vacío. ¿Comprende ahora, usted, que con el estudio de un ciclo compuesto de tres círculos sea suficiente para entender el orden básico de la mecánica universal? Se nota que lo ha calculado usted muy bien para que le salgan las cuentas, querida amiga. Sí, muchas noches de insomnio, comidas quemadas, hijos y marido abandonados, a punto de pillarme un coche… Es broma. Simplemente tengo la manía de ordenar cosas. Me encantan los puzzles y hacer crucigramas. Y de camino, ordenar el universo. El universo es por sí mismo ordenado. Sólo hago el intento de comprenderlo a mi manera. Y a usted creo que eso le divierte. Tengo que reconocer que sí. Ya se lo he comentado en otras ocasiones. Pero sigamos y veamos cómo soluciona usted el apartado masculino del punto 8 en el tercer círculo. Si la fuerza de expansión deja de producirse, ¿qué es lo que ocupa su lugar? ¿Le digo lo que ocurre ahora? Pues que hay una novedad. Los protagonistas de la historia universal han cambiado sus papeles. Ahora le toca a la sustancia madre hacer el papel masculino porque, llegada su hora, ella es el factor de empuje que incidirá sobre las estructuras espaciales y recobrará su espacio a costa de la disolución de todos los objetos que fueron creados. Entonces, si tenemos cambio de papeles, se debe a que en este tercer círculo del caos, los complementarios han cruzado sus respectivos roles. Me parece muy curioso. Dígame qué está pensando. ¿No estará elucubrando algo raro sobre el papel de lo femenino, verdad? Claro que no. Pero no me de ideas, Dameb. Estaba pensando que el cambio de roles es un fenómeno que se observa en campos muy diversos. Para generalizarlo lo enunciaría diciendo: cada vez que la dinámica de un sistema da un paso de un medio a otro, los componentes duales de dicho sistema van cambiando alternativamente de posición. ¿Se refiere, acaso, al revelado de las fotografías, en donde los colores son invertidos en sus opuestos? A ese caso y a otros más. También en el cuerpo humano y en el Bulbo Raquídeo se produce un cruce de nervios al paso del sistema nervioso central del cerebro al periférico del cuerpo. Por esta razón, la parte derecha del cerebro rige la zona corporal izquierda, y viceversa. Perdone mi impulsividad. Le dejo que exponga sus ejemplos. Me parece tan interesante todo esto, que me pongo nerviosa ante una nueva información que puede darle solidez al Modelo de los Ciclos Evolutivos. La comprendo. Mire, para empezar le pongo el ejemplo de los números, los cuales están ordenados en secuencias impares/pares. En cada avance hay una alternancia de sus características. Los principios que rigen las matemáticas están basados en dos fórmulas: añadir y quitar. En el proceso de sus resoluciones, lo que en un lado está sumando o bien multiplicando, pasa en el siguiente paso a restar, o bien a dividir. Las ondas electromagnéticas viajan en forma sinuosidal, y siguiendo el modelo de los números, en cada paso o micromovimiento se van alternando las magnéticas con las eléctricas. En el sistema óptico, cada vez que una imagen atraviesa una lente, la posición del objeto proyectado cambia, es decir, aparece invertida. Esto es debido a que los rayos de luz, al atravesar la lente, se entrecruzan y, por tanto, la imagen se invierte. Otro ejemplo más complejo nos lo encontramos en el ADN de las moléculas base que forman los peldaños de la doble hélice. Como sabrá, son cuatro y forman pareja. La Adenanina con la Timina; y la Guanina con la Citosina… Le estoy leyendo sus pensamientos Dameb. Si no me equivoco, ya le está buscando la identificación sexual a cada pareja. Aún no me ha dado tiempo; estoy tan atenta a sus palabras… pero no crea, algún pensamiento de este tipo ha cruzado como un relámpago por mi mente. Ya es deformación profesional. Lo sabía. Pues como le iba diciendo, sucede que en la transcripción de información de las secuencias moleculares del ADN al ARN –que son moléculas mensajeras-, se produce un cambio de posición. Es decir, si la secuencia que se forma en el núcleo de la célula es TGC, cuando sale fuera de éste y es transportada por una molécula ARN se convierte en su contraria: en ACG. Pero una vez que ha hecho su recorrido y recogida en otra zona de la célula para la fabricación de los aminoácidos, vuelve a recuperar su identidad inicial a TGC. Los polos magnéticos de la Tierra cambian su posición cada 250.000 años aproximadamente. Cuando esto ocurre, la manecilla norte de la brújula apuntaría hacia el sur. Creo que estos ejemplos expuestos son suficientes para comprobar el hecho de la alternancia de la dualidad en los procesos de cómo la vida se organiza. Pero sigamos, Dameb, con su diagrama en el punto que lo dejamos. Prácticamente no queda nada por añadir, podríamos verlo de la forma siguiente: en el Círculo del Caos están puestas las dos opciones posibles de final del universo. Diluirse en el vacío o hacer de aportación y semilla a un nuevo universo. En el punto 10 he querido dejar reflejado que al final del ciclo se pueden dar dos opciones en el universo: 1) Que sus restos sirvan de semilla para nuevas formaciones. 2) Que se diluya en el vacío o punto 0. Una observación: se inició el ciclo universal en los punto 0-1 y se termina en el 10, es decir, hay una inversión que se puede interpretar como que la vuelta al 0 tiene que pasar por el punto 1. Todas las diferencias que observamos en la dinámica universal se reunifican en el 1 antes de su disolución en el 0. Encajan las cuentas. Profesor, otra cuestión: ¿guardaría el punto 0 una memoria comprimida de cada ciclo universal? Esa posibilidad también la he estado considerando y no me parece que tenga que ser incompatible con el estado en reposo de la sustancia madre que puede guardar memoria –como una caja negra-, de las infinitas películas universales que se han proyectado en su medio. Pero si en el no-tiempo existiese algún tipo de memoria, ésta tendría que permanecer plegada, que es una forma de decir que está inactiva, ya que la memoria es la que crea el tiempo, y éste, a su vez, a la memoria. ¿Se ha preguntado alguna vez qué forma podrían tener las partículas/espacio cuando se despliegan, si es que la tienen? Alguna vez. Suponiendo que pudiesen adoptar alguna forma definida, puesto que estamos hablando de puntos de energía, y para no caer en limitaciones, podemos sugerir que pueden adoptar todas las formas posibles, y que pueden tener diferentes tamaños. Esta variedad permitiría una gran riqueza de opciones y variantes en sus relaciones a la hora de formar enlaces y sus consiguientes imágenes. Pero cuando están plegadas como sustancia madre, deben cumplir un requisito fundamental: no puede haber ningún hueco entre ellas. Como todo el universo parece girar, ¿giraría también una partícula/espacio al desplegarse? Buena pregunta. Al estar sometida en su despliegue a dos fuerzas opuestas, la del estímulo recibido y la reacción de presión originada por la sustancia/espacio de alrededor, podría muy bien parecerse a un punto luminoso en rotación, o mejor dicho a un vórtice de energía surgiendo del vacío. De camino le puntualizo que la sustancia/espacio o pre-espacio no está particularizada, sino que es un “continuum” que tiene el potencial para hacerlo. Se particulariza en el momento en el que se despliega una partícula/espacio, y ahora la hemos contemplado como un vórtice de energía. Comprendo. Si en el origen ya nos encontramos que las primeras manifestaciones de la futura materia podrían ser vórtices de energía, por la misma razón, la imagen formada de varios vórtices debe de ser necesariamente una imagen giratoria. No necesariamente, ya que usted misma, estando compuesta del giro de incontables átomos, el resultado de la totalidad de su imagen no tiene por qué girar. Pues yo diría que giramos sobre un eje. Querida mía, no me cabe duda de que conozco a varias personas que están continuamente girando sobre sí mismas. Son aquellas que nada más miran a su propio ombligo. Y también conozco a otras que sólo saben girar alrededor de sus jefes, cónyuges o ídolos, como si de una estrella binaria se tratase. Le explico: en astronomía se llama binaria al conjunto que forman dos estrellas relativamente cercanas, en donde la más pequeña gira alrededor de la mayor. Como verá, volvemos a imitar comportamientos universales. Lo de girar sobre un eje se lo he dicho porque es una percepción que he tenido en más de una ocasión cuando he estado en postura meditativa: sentada en el suelo, las rodillas flexionadas, la espalda derecha y atenta a mi cuerpo. Se producía un movimiento interno muy sutil, imperceptible desde el exterior. Al principio parecía un pequeño vaivén, pero si me concentraba, lo llegaba a percibir como un pequeño giro. Era un estado muy relajante. No me extraña que sintiese esa sensación porque en un estado de relax se pueden percibir cosas de las que normalmente no nos percatamos, como pueden ser el fluir de la sangre, el ritmo del corazón, el vaivén del diafragma y otras actividades que constantemente se producen en nuestro cuerpo. Todo el conjunto de movimientos podría haberle dado la sensación de que su cuerpo podía girar, y le repito que aunque todas las partes de su cuerpo girasen, no necesariamente el cuerpo como tal tendría que hacerlo. Puede que sea lo que usted dice; es bastante razonable y tampoco para mí tiene mayor importancia. Una cuestión, profesor. Hasta ahora hemos contemplado el despliegue secuencial de partículas/espacio, de vórtices de energía o de unidades de conciencia. Son tres formas de nombrar un mismo fenómeno, pero no hemos visto la posibilidad de despliegues paralelos y simultáneos en la sustancia madre. Quiero decir, que estas unidades energéticas no tienen que estar necesariamente en contacto para estimularse en sus despliegues. Por supuesto, pero tenemos que saber distinguir dos causas en la apertura de las partículas/espacio. Primera: Apertura paralela. Las partículas/espacio se pueden abrir de manera sincronizada por acción directa del campo de la fuerza vital que se activa desde dentro de ellas y en múltiples localizaciones de la sustancia/espacio, sin tener que estar en contacto necesariamente unas con otras. Una vez abiertas pueden viajar o, para ser más exactos, cada punto de información energético que se ha desplegado puede dirigirse –las partículas/espacio no se desplazan- a todas las direcciones posibles y encontrarse con otro punto o puntos de información desplegada con los cuales interaccionar para formar nuevas y más complicadas configuraciones o modelos de frecuencia. Recuerdo haberle mencionado que la ciencia hoy día contempla la existencia de fenómenos paralelos que se originan sincrónicamente, es decir, sin que respondan a la causa-efecto de la mayoría de los fenómenos observados. Hay corrientes de pensamiento que sugieren que las partículas elementales pueden estar comunicadas entre ellas por un campo de información que las integra. Como verá, con nuestro Modelo Matriz ya contamos con el campo atemporal de la sustancia madre y su fuerza vital, lo cual sería el fundamento y causa de que las partículas/espacio tuvieran un comportamiento sincronizado, sin contacto aparentemente entre ellas. Segunda: Despliegue secuencial. En el caso de un sólo punto desplegado, o de varios unidos por una configuración; en ambos casos, su continuo desplazamiento a través de la sustancia madre, iría desplegando a las partículas/espacio que se encuentran a su paso y, a su vez, recreando con el aporte vital de cada unidad de despliegue al viajero solitario o a todos los puntos que forman la configuración. Para este tipo de apertura es necesario algún tipo de contacto entre partículas/espacio. ¿Le ha quedado clara la explicación de las dos causas por las que una partícula/espacio/ se puede desplegar, Dameb? Sí, ya lo hemos hablado en otras ocasiones y no es tan distinto a lo que nos ocurre a los seres humanos: que nos despertamos porque nos ha llegado el momento de activación cíclica de nuestra fuerza vital. Pero, por otras causas también nos despertamos del sueño, y puede ser porque alguien nos da un zamarreo y nos saca del profundo sopor en el que estábamos sumergidos. Equivaldría al empujón que recibe una partícula/espacio de otra colindante. ¿Cómo lo ve? Pues, que no hay nada nuevo bajo el Sol. Profesor, pienso que le hemos sacado suficiente partido al Modelo de los Ciclos Evolutivos aplicado al universo. En la próxima reunión lo aplicaremos a la evolución del ser humano. ¿Le parece? Me parece muy bien. Ahora que miro el reloj, veo cómo ha pasado el tiempo. SEGUNDO Y TERCER CÍRCULO - SEGUNDA PARTE- Profesor: Quedaba aún algo pendiente por mirar, ¿no, Dameb? Dameb: Ciertamente, nos quedan por ver el segundo y tercer círculo aplicados a la realidad humana como anteriormente lo hicimos con el primer círculo, estableciendo un paralelismo entre la creación de un vestuario y un universo. No sé cómo le va a aplicar estos círculos a un traje, porque un universo se desarrolla y expansiona, pero un vestido no lo hace. Sin embargo, podemos afirmar que una vez confeccionado, mantiene una estabilidad hasta que al final, con el uso y el paso del tiempo, se irá deteriorando. Entonces entraría gradualmente bajo la influencia del 3º círculo. Terminaría hecho trozos y se reciclaría como trapo para limpiar el polvo, ¿Le parece una buena salida? Siendo un traje materia inorgánica, se nos queda bastante limitado para estudiar a fondo el segundo y el tercer círculo. Me parece más apropiado aplicarlo al ciclo de la vida humana. Indudablemente, no tiene punto de comparación. El alumbramiento de un niño lo situamos evidentemente en el número 4 del diagrama, en el mismo sitio en donde se alumbra un universo bebé. Ha sido gestado durante 9 meses en el 3, el punto donde se produjo el acto sexual entre dos fuerzas: la masculina, incidiendo y emitiendo su información genética sobre la femenina, que ha sido receptora y receptáculo de dicha emisión/información, quedando integrada con la información genética que lo femenino ya posee. El estado 1 contiene el potencial que, como pareja, posibilita dicha acción generadora. Dameb, le hago notar que el punto 1 se puede malinterpretar y entraríamos en una contradicción si conceptuamos a una pareja como dos unidades en vez de una unidad. El estado 1 hay que conceptuarlo como una unidad que contiene un potencial creador. Ahora bien, si distinguimos que esa unidad está compuesta de un aspecto masculino y otro femenino, estamos ya en el 2. Y cuando esta pareja entra en actividad sexual, estamos en la acción del 3. Efectivamente, es bueno puntualizarlo. Pues bien, tanto el universo bebé como el niño, inician a partir del punto 4 un nuevo círculo o etapa de desarrollo y expansión. Ahora veremos cómo se interpretan las fuerzas de Empuje y de Resistencia/Receptividad en el segundo círculo de la Estabilidad aplicado a la realidad humana. El primer factor que tenemos que tener en cuenta es el siguiente: así como hemos visto que el universo, como totalidad orgánica, posee la capacidad para autorregularse en su desarrollo, el niño, como sujeto microcósmico del universo, necesita de ayudas externas a él mismo. Para su desarrollo físico necesita alimento, para su desarrollo anímico necesita afectividad y para su desarrollo intelectual,necesita comunicación verbal e imágenes. Considero que son tres tipos de alimentos para tres niveles de su ser, y éstos le son suministrados desde fuera por su entorno familiar. Consideramos al niño como el factor receptor de estos tres niveles de sustento. ¿Correcto? Es correcto en cuanto el individuo se mantiene en un estado receptor, pero hay que matizar que no siempre estamos receptivos a todo lo que nos llega del exterior. Incluso el bebé puede rechazar ciertos alimentos y ciertas incidencias ambientales. Exactamente. Ahí quería llegar. Entonces utilizamos la fuerza de resistencia y nos cerramos a todo aquello que atente a nuestra salud física, psíquica y mental. Tenemos que mantener nuestra estabilidad. En principio, rechazamos cualquier alimento que no nos entre por los ojos o que nos resulte desagradable de sabor. E incluso si por ignorancia ingerimos algo nocivo, el mismo cuerpo reacciona echándolo hacia fuera de alguna u otra manera. En su primera etapa, el niño crece y se desarrolla hasta alcanzar la etapa adulta en la que el cuerpo consigue su estabilidad. Inevitablemente, terminada esta etapa, el cuerpo físico iniciará su decadencia, morirá, y la organización fisiológica que existía desaparece para convertirse en un auténtico caos desestructural. Ya estamos en el 3º círculo. No corra, profesor. Es muy sencillo y evidente el recorrido que hace el cuerpo, pero el individuo, como verá, es mucho más complejo que un organismo físico. Vamos a profundizar un poco más en los aspectos sutiles del ser humano. El niño, para su crecimiento psicológico e intelectual, necesita afecto y enseñanza. Será educado y guiado por unas determinadas directrices culturales, morales e ideológicas propias del entorno familiar, escolar y religioso en el que se desenvuelva su vida. En esos años de niñez, se le quedará grabado en su memoria virgen todo el paquete cultural y educacional que le permitirá desarrollarse dentro de un orden establecido, y le posibilitará mantener una determinada seguridad ante la vida. En este segundo círculo, lo que impera es el asentamiento y el orden por encima de todo. El niño debe de sentir que el mundo alrededor de él le ofrece un suelo firme y seguro en donde poder crecer psicológica e intelectualmente de forma sana, sin traumas ni crisis. Entiendo. Entonces, estará sensibilizado, o sea, receptivo a un cierto tipo de influencias externas que vayan en una determinada línea que lo sustenta y cerrado o resistente a otras diferentes vías de información que vayan en contra de la línea establecida. Pero si el niño es aún pequeñito, será la misma familia la que se preocupe de protegerlo ante determinadas influencias que se consideren dañinas para él. Pero éste crece, se hace adolescente y después adulto. Su cuerpo físico ha alcanzado su máximo desarrollo y entra en una estabilidad. Le queda aún muchos años de vida y de experiencias hasta agotar sus recursos físicos, que irán menguando paulatinamente hasta su muerte. Pero, ¿qué ocurre mientras tanto con su vida afectiva e intelectual? ¿Acompañan al cuerpo en su recorrido, o van más allá? Una pregunta compleja de contestar porque, en esta cuestión, cada persona es internamente un mundo. Se pueden dar todas las variantes posibles. Opino como usted. Pero vamos a ordenarlos en dos grandes grupos. Las personas que acompañan el ciclo de su cuerpo físico, y aquellas que lo trascienden. El tipo de persona perteneciente al grupo A responde a un perfil tradicional y conservador. Lo que llamamos una persona de costumbres. Lo que caracteriza a la persona del grupo B, es su capacidad rompedora con el marco establecido desde su niñez. En el caso A, la información grabada en los primeros años en su memoria queda asentada a nivel subconsciente y ésta le va a condicionar en general durante el resto de su vida. Sobre todo me refiero a un tipo de información cargada de valores como son las creencias, ideologías, costumbres morales, etc. Hay que distinguir entre lo que es simple información técnica que puede seguir progresando durante el resto de la vida, y lo que afecta directamente a su sensibilidad en cuanto a estabilidad afectiva y emocional. Ahora, gracias a Dios, hay una asistencia social para las personas llamadas de la tercera edad. Los talleres y actividades donde aprenden cosas no sólo les sirven de estímulo intelectual para contrarrestar la decadencia mental en la que muchos entran, sino que también es un incentivo psicológico. Anima el ánima. El individuo está más vivo cuanto más abierto esté a sus capacidades de aprendizaje y de creación. Es la dirección que lleva el universo y la vida existente dentro del mismo. Estamos de acuerdo. Pero lo referente a las influencias que hemos recibido con cargas valorativas que pueden afectar directamente a nuestra estabilidad psicológica, es otra cuestión muy diferente. La inmensa mayoría sigue aferrada a las influencias de la niñez que, en su tiempo, le dieron cierta seguridad. Su instinto de conservación psicológico le llevará a mantener dichas estructuras ideológicas, culturales, religiosas y de costumbres durante el resto de su vida. Por tanto, las personas del tipo A seguirán, por inercia, alimentándose de las mismas influencias, de las mismas doctrinas, de los mismos ambientes, y se relacionarán con personas que comulguen con ellas. Inevitablemente se mantendrán cerradas y se resistirán a todo tipo de información que atente a la estabilidad de sus estructuras mentales. El miedo a perder los puntos de referencia es mucho más fuerte de lo que pensamos. Este punto lo hemos tocado en otro momento. Se dijo incluso que la persona que ve sus estructuras peligrar ante las nuevas influencias que penetran en su entorno, puede reaccionar no solamente con resistencia pasiva, sino con una resistencia activa. Se suele decir de alguien en esa situación, que lucha para defender sus ideales. Pero en realidad, defendemos algo mucho más básico que todo eso. Protegemos nuestro sustento emocional, nuestra parcelita de seguridad ante lo desconocido del más allá y de la inmensidad de la vida y del universo. El miedo ante tanta magnitud y misterio nos hace sentir perdidos e indefensos. Tenemos la necesidad de sentirnos ubicados y enraizados en los conceptos recibidos de quienes confiamos y consideramos que fueron nuestros guías, nuestros mayores, los antepasados, los que nos han marcado el camino que conocemos. Lo comprendo, y por eso entiendo a la gente que vive en una actitud -que yo considero, dicho sea de paso- bastante relajada. Deben cumplir con las disciplinas o mandatos que se les marca desde un nivel jerárquico, pero a cambio se les promete seguridad y bienestar, generalmente proyectado en el futuro e incluso más allá de la vida. Además, se sienten apoyados y reconocidos por toda una gran mayoría que piensa y siente como ellos. No todo el mundo está dispuesto a perder sus puntos de referencia ideológicos; hay que estar preparado para afrontarlos. Yo lo llamaría instinto de supervivencia psicológico y, como tal, se desarrolla necesariamente el instinto de conservación y el instinto de defensa de las estructuras mentales. No obstante, hay personas que se han abierto a nuevas influencias y han trascendido sus condicionamientos ideológicos. En algunos casos, una experiencia fuertemente dramática les puede dar un vuelco a sus vidas y, como consecuencia de esto, surge un replanteamiento de la misma. Pero, en general, las personas que trascienden el 2º círculo son buscadores natos. Buscan la verdad por encima de los condicionantes culturales, políticos y religiosos heredados. Rompen dichas barreras mentales cuando se dan cuenta de que no les convencen, porque se les quedan pequeñas, porque las sienten caducas. Se asfixian en la cárcel en donde perciben que viven los demás. Estas personas poseen la fuerza del espíritu muy desarrollada, que le empuja a ir más allá de sí mismas hacia una libertad que sienten muy íntima y profunda. Son las que tienen la capacidad para evolucionar y revolucionar, aunque tengan que dejarse la piel en el camino. Ha dicho que las personas con capacidad para trascender los condicionantes adquiridos son individuos con un fuerte desarrollo del espíritu. ¿Es que acaso no considera espirituales a los otros, a los que no se arriesgan a perder lo que consideran su fuente de seguridad? Quizá deba expresarlo con más detenimiento y precisión. Primero tendremos que aclarar qué queremos decir cuando nos referimos a una persona como espiritual. Para mí, una persona espiritual es la que tiene desarrollado su espíritu y no tiene que ser necesariamente religiosa, es decir, practicante de alguna religión. Por lo mismo, una persona religiosa no tiene por qué tener un espíritu desarrollado, aunque cumpla perfectamente con los deberes y rituales de su religión. Usted sabe que tras los términos “alma” y “espíritu” se esconden las dos fuerzas básicas de la vida de las que hemos estado hablando prácticamente desde que iniciamos nuestras conversaciones. El espíritu es una fuerza de características masculinas en relación al alma femenina, porque es el que nos impide que nos estanquemos demasiado tiempo en nuestra evolución. Esta fuerza motriz y estimuladora es la que te insta a seguir hacia adelante, te pone ante el reto de buscar la verdad, la justicia, el bien, el amor, la belleza de la vida. El espíritu es la parte de nuestro ser que se plantea y cuestiona cosas, que inquiere, que investiga. El espíritu no es acomodaticio; por el contrario, es inquieto, rebelde, inconformista y luchador, ya que por propia naturaleza no se puede someter a parámetros que intenten limitarlo y empobrecerlo. El espíritu es básicamente libre, pero no todo el mundo lo tiene desarrollado de igual manera. ¿Acaso el alma no es libre? Depende del estado del alma. El término alma -que no se ha llegado claramente a definir y que tanto se ha utilizado y se sigue aún utilizando en la literatura, en la poesía y en el lenguaje religioso-, encierra todo el contenido del aspecto sensible del ser humano que nos lleva desde el gozo al sufrimiento; del éxtasis al horror; del cielo al infierno. El alma es la psiquis, representada en la mitología griega por Psiqué la hermosa doncella de la cual Cupido se enamoró. Después de sufrir la separación de su amado y tras otros avatares, consiguió finalmente desposarse con Cupido y ser inmortalizada gracias al amor que le poseía. Pero con el término “espíritu” sucede lo mismo: tampoco está claramente marcado su dominio. Incluso se suelen confundir ambos términos: alma y espíritu. Pero si lo miramos bajo el prisma de una dualidad masculina/femenina -es decir el alma como elemento complementario del espíritu-, empezaremos a distinguir los dominios de cada uno, y muchas cosas empezarán a encajarnos. Por ejemplo; es muy evidente que nos referimos al mundo de los sentimientos cuando se dice de una persona que posee un alma bondadosa y caritativa. Se siente con el alma y no con el espíritu. También, cuando una persona se entrega por entero a algo o a alguien, decimos que se entrega en cuerpo y alma. Es el alma la que se parte y se destroza ante el dolor y el sufrimiento. Como fuerza femenina, el alma posee magnetismo, capacidad para atraer; y por eso mismo, la cualidad para cohesionar, mantener y conservar. Otro ejemplo: si una persona es el centro de un grupo familiar o social, decimos que dicha persona es “el alma del grupo”, porque es la que tiene la virtud de nutrirlo y de mantenerlo unido. Por el contrario, el espíritu es investigador y aventurero, es arrojado y luchador en la conquista de nuevos espacios. Es normal escuchar el comentario sobre alguien que tiene un espíritu inquieto. En cambio, ante una persona apocada, que no es echada hacia adelante, decimos de ella que tiene poco espíritu o que es pobre de espíritu. Estamos hablando de un modelo masculino. Si tuviéramos que adjudicarle los 4 elementos a la pareja alma-espíritu, el agua y la tierra serían del alma, y el aire y el fuego corresponderían al espíritu. Perdone, Dameb, pero creo que esta vez se le ha escapado hacer una analogía perfecta. ¿Cuál? Por las connotaciones que ha hecho del alma y del espíritu, ambos se corresponden con los atributos de la fuerza de la gravedad y de la fuerza de expansión universal. ¿O no es así? Se está usted adentrando en mi terreno, profesor, aunque tengo que reconocer que es ingeniosa su comparación. No obstante, se acordará de que ya en cierta ocasión estuvimos comentando cómo afectaban al comportamiento humano esas dos fuerzas universales. Entonces, si ahora le pregunto: cuando nos enganchamos a un tipo de relación malsana que nos destroza, a una ideología que te esclaviza y a cualquier tipo de droga que te destruye, ¿qué cree usted que está dominando en nuestro ser?: ¿una visión objetiva, una inteligencia preclara, un espíritu luchador, o por el contrario, un estado anímico enfermizo que nos mantiene atrapado? Le doy la razón; siempre se ha dicho que uno es esclavo de sus pasiones. Pero también cuando nos identificamos con una ideología, nos quedamos sujetos a ella, puesto que las ideas nos producen sentimientos y sensaciones muy diversas, y dependiendo de lo que resuena en nuestra sensibilidad, actuamos de una u otra manera. ¿Deduce usted, entonces, que no debemos entregarnos a nada ni a nadie? No pretendo decir eso. Lo que quiero aclarar es que la dualidad alma/espíritu debería estar siempre interaccionando en nuestra vida para no crear situaciones patológicas en nuestro comportamiento. ¡Claro que es bello amar y entregarse plenamente! Pero hay que saber a quién o a qué entregamos nuestra energía. No es lo mismo entregarse a la creatividad que a un vicio degenerativo; enamorarse de una persona noble que de una desaprensiva; identificarse con ideas que dignifican y te expanden, o adherirse a ideas que te esclavizan y te empobrecen. Para saber distinguir la calidad de las opciones, hace falta tener lucidez: la luz que proporciona el espíritu que, en el lenguaje cotidiano, se traduce en saber responder con inteligencia y discernimiento ante los acontecimientos que la vida nos pone por delante. Sé que no es usted una persona religiosa, sin embargo, me llama la atención la terminología que utiliza algunas veces. Lo sé. El lenguaje religioso está hoy día superado por el de la psicología. Sobre todo, por las nuevas corrientes como son la psicología transpersonal y demás líneas paralelas que enfocan al ser humano en profundidad. Pero como recibí una formación religiosa, aprovecho dicha información para descubrir que tras dicha terminología se esconden, a veces, grandes verdades, las cuales se encuentran codificadas por el lenguaje simbólico y místico con el que se nos ha transmitido. Descubro detalles curiosos, nuevas interpretaciones que con la limitada visión religiosa no los percibía. Por ejemplo: en la religión católica se hace una concepción del alma, según mi opinión, bastante certera, por cuanto que es la que se condena en el infierno y es la que tiene que purgar en el fuego del purgatorio para redimirse de sus pecados. Siempre que se habla de salvación, se refiere a la salvación del alma. El espíritu parece que permanece a salvo de entrar en las situaciones que experimenta el alma y consecuentemente no se condena. Pero dijimos que la inteligencia y la sensibilidad van unidas. Y así es, pero no siempre se mantiene la misma proporción interactiva entre esos dos componentes del ser. Cuando se pierde el equilibrio dinámico en su comunicación es porque una de las partes está imperando sobre la otra y, ante dicha situación, aparecen estados enfermizos y degenerativos. Mire, la persona que está enganchada a una relación humana enfermiza, o tiene una adicción fuerte a las drogas, o padece de una depresión profunda, vive sumergida en un sufrimiento inmenso. Son situaciones en las que la persona se siente arrastrada por deseos, emociones y sensaciones que la invaden y en donde la capacidad para ver objetivamente su situación junto con la fuerza para salir de ella, prácticamente es nula. Es decir, el espíritu en este caso está debilitado. La vivencia que puede experimentar dicha persona en esta condición es la de estar encadenada o, lo que es igual, condenada a un estado del cual no puede salir, y a veces se pierde todo tipo de esperanza de conseguirlo. Esta situación coincide con la descripción que tenemos acerca de la eternidad del infierno; un estado anímico sin solución, que guarda semejanza con un círculo vicioso que se repite una y otra vez. También encontramos la definición del pecado como el “estado de error” en el que vive dicha persona. Necesariamente ésta debe de salir del citado infierno, debiendo encontrar su salvación mediante la purga con el fuego purificador del espíritu. El fuego es, por excelencia, el elemento transformador; representa, como ya vimos, la fuerza vital de la naturaleza bajo su aspecto renovador de las estructuras materiales, pero también tiene la misma función con las estructuras mentales. El proceso de desestructuración de las conformaciones erróneas y la renovación en la cual se inicia la persona, es lo que le va a permitir salir de su infierno personal, no sin una gran lucha y esfuerzo por su parte. Con lo cual va a necesitar en la mayoría de los casos mucha ayuda psicológica y física de personas especializadas, hasta que el propio espíritu personal se convierte en lo suficientemente fuerte como para conseguir el control y la dirección de la vida de la persona y ésta se pueda mantener por sí misma en un funcionamiento sano. Tenga en cuenta que el alma dispone de todo un abanico de posibilidades: es la que tiene el potencial para hundirnos en las profundidades más siniestras o elevarnos a los estados más sublimes. Pero la capacidad para dirigir todo ese potencial sensible hacia un estado sano y pleno, entra dentro de la facultad inteligible y de la fuerza renovadora del espíritu. Indudablemente no es lo mismo andar a ciegas por la vida, dándose tropezones y caídas mortales, que llevar los ojos bien abiertos para saber dónde estás y a dónde quieres ir. Más o menos acaba de decir lo que una vez le leí a M. Blavatsky. Se refería a los dos principios complementarios de la tradición oriental llamados Purusha y Prakriti. Comentaba que eso dos principios eran comparados con un cojo y un ciego que tenían que hacer juntos un recorrido para llegar a un determinado lugar. Como el cojo no podía andar y el ciego no podía ver, se las arreglaron de la siguiente manera: el cojo se montó encima del ciego, y de esta forma el cojo; que podía ver, dirigía el camino al ciego; que podía andar. Un magnifico ejemplo. Bien profesor, entonces, situémosnos otra vez ante el diagrama. Podríamos completar los 2º y 3º círculos, de esta forma: Ahora que tenemos situados los dos círculos, me gustaría que usted los comentara, profesor. Lo que más me llama la atención es que en el 3º círculo también se cumple el cruce energético que vimos en el diagrama del universo. Exacto. Se podía haber cambiado el lugar de las influencias. Es decir, situar arriba las nuevas influencias, y abajo las inculcadas. O también cambiar de sitio la fuerza receptiva por la de resistencia. Pero si nos atenemos al mismo orden del 2º círculo, necesariamente se tiene que dar un cruce entre las energías incidentes y las fuerzas que responden. Me alegro de haberlo dibujado con usted, pues de otra forma no me hubiese percatado de ese detalle. Me sitúo en el 2º círculo del desarrollo y estabilidad y le sigo comentando. De entrada, el niño es un receptor virgen al paquete de información cultural de su entorno. A la edad temprana, las influencias que se reciben impactan y son grabadas con mucha más contundencia que en la edad adulta, debido a dos causas principales. El nivel intelectual está aún muy poco desarrollado, como es el sentido crítico y el discernimiento. Ante la carencia de puntos de referencia previos, la información penetra sin trabas mentales. Es pura sensibilidad. En segundo lugar, el niño necesita seguridad emocional y afectiva. Las personas que le educan son las que más le pueden proporcionar dicha seguridad, por lo cual la entrega y confianza del pequeño es incondicional a las ideas y creencias de sus mayores. El niño se deja educar por empatía, no por una comprensión intelectual de las cosas. A esto hay que añadirle que la memoria emocional es más fuerte y más duradera que los fríos datos de la memoria intelectual. Por ejemplo, resulta difícil acordarse de los nombres de batallas, fechas y demás cuestiones que nos hicieron aprender de memoria en el colegio. Pero el día que nos castigaron o nos obsequiaron con un premio, difícilmente se nos olvida. Tenemos que admitir que es un trabajo muy fuerte -de años-, el que hay que hacer para superar muchos miedos que se mantienen a nivel subconsciente, condicionantes emotivos que nos atrapan al pasado y nos siguen influenciando soterradamente en el presente, a pesar de que las circunstancias y la vida adulta de una persona son diferentes a las de su niñez. Se supone que tenemos que crecer desde los estados de dependencia de los primeros años, hasta estados de autosuficiencia, libertad y de autorrealización a lo largo de la vida. Así que el punto 6 muestra dónde se establece la línea dinámica conductual, educacional e ideológica de la persona. Ésta, por lo común, continuará siendo receptiva a toda influencia que siga alimentando su visión adquirida en el pasado, y pondrá resistencia a lo que pueda poner en peligro lo que ya tiene construido. La fuerza del individuo está puesta, por consiguiente, en el mantenimiento y la estabilidad de su propio sistema que puede abarcar el personal, familiar, social, político y religioso. No obstante, su crecimiento interno puede mantenerse parado; es decir, en la inercia de lo inculcado. Personas de este tipo pueden poner mucha fuerza en defender un ideal; incluso hay quien da la vida por ello, pero no es indicador de que se haya avanzado en el desarrollo y expansión de la conciencia. Este tipo de fuerza ciega que en casos extremos llamamos “fanatismo”, tiene que ver con componentes emotivos, y muy poco o nada con planteamientos objetivos, con aspectos inteligentes que a la persona le permitan tener una panorámica amplia de las cosas. Esto no implica que el individuo que permanece encerrado en una franja de creencias limitadas, no pueda seguir enriqueciéndose intelectual, artística y tecnológicamente, siempre que su estructura básica de valoraciones y convicciones se mantenga a salvo. Efectivamente. Y según nuestra implicación en ciertas áreas de la vida, reaccionaremos de forma activa o pasiva a las viejas o nuevas influencias. Le suena, ¿verdad profesor? Me suena porque lo guardé como memoria emocional la última vez que lo hablamos. De modo que me acuerdo perfectamente de todas las posibles variantes que se daban en las reacciones y posturas de una persona a las incidencias del exterior. Veámoslo brevemente: según lo sensibilizado que esté un individuo y la pasión que muestre a su cuadro de valores, tomará parte como miembro activo de algún grupo religioso, partido político o club de fútbol; o bien se quedará en simple sujeto pasivo: estará abierto y empatizará con el grupo, pero sin tomar parte activa en las funciones del mismo. Dicho individuo mostrará resistencia ante las nuevas influencias que pongan en entredicho su cuadro de valores. La forma activa será el enfrentamiento personal o bien participando dentro de un grupo organizado que puede ir desde la protesta y manifestación callejera, hasta el enfrentamiento violento. En su forma pasiva, el individuo se mantiene cerrado a las nuevas influencias, pero esa misma pasividad que le es connatural, le lleva a no reaccionar abiertamente hacia el exterior, a menos que sea vea fuertemente impelido a hacerlo. Toda esa dinámica se desenvuelve en el nº 6. Pero en este punto se pueden dar dos posibilidades: una formada por una estructura mental ideológica y cultural cerrada, en el sentido de que no existe la posibilidad de ningún cambio sustancial, de ningún movimiento renovador. Siendo así el caso, el individuo se ha vuelto rígido e inflexible en su visión y actitud ante la vida. Su espíritu, si lo tuvo activo alguna vez, ha ido perdiendo fuerza y se adormece. Dicha persona se mantendrá en un equilibrio estático durante el resto de su vida, mientras su cuerpo madurará y también se volverá rígido, entrando en el tercer círculo, en dónde la entropía física irá aumentando hasta terminar en el caos total con su muerte. Recuerdo a un poeta amigo mío que decía que este tipo de personas eran muertos verticales. Pues a mí me viene a la memoria la terrible frase que Jesús lanzó a uno de sus discípulos cuando le pide que le acompañe a pasar a la otra orilla. Este aduce que tiene que enterrar a su padre, y Jesús le responde: “Sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos. (Mateo cap. 8, v.22) Es una frase francamente impactante. Pero existe la posibilidad en el punto 6 de llegar internamente al estado 7 en unas condiciones óptimas para la transformación, siempre que la persona esté abierta y sensible al cambio. El punto 7 representa un punto de maduración, pero también de saturación. ¿Ve usted la relación entre estos dos conceptos? Me gustaría que me ayudara a ampliar esta cuestión. Le puedo ayudar diciéndole que cuando un sistema está saturado es cuando tiene la posibilidad para saltar a otro nivel. Le pongo un ejemplo muy simple: si le vamos echando agua a un recipiente hasta que no se colma con la última gota no rebosa, yendo a verterse a otro espacio. Profesor, no solamente yo: usted también es muy ilustrativo con el ejemplo del agua. Consecuentemente, si esto lo aplicamos al ser humano y a su desarrollo interno, podemos afirmar que la mayoría de las cosas en la vida tiene efecto acumulativo, y la trascendencia se produce cuando se llega a la saturación. En la carencia, difícilmente trascendemos. Si lo pensamos bien, lo que nos hace engancharnos a una relación es nuestra carencia afectiva y nuestro miedo a la soledad. Ponemos las expectativas en que la otra persona va a darnos aquello de lo que creemos que carecemos. Y a veces soportamos situaciones extremas y aberrantes –como en el caso de las mujeres maltratadas-, esperando que nos den a cambio una limosnita de afecto. Las relaciones de posesión, que son la mayoría, se dan en la medida en que la persona no se siente plena por ella misma y espera que la plenitud le venga dada por su pareja. Esa forma de proyectar fuera de uno mismo lo que debe ser un estado natural propio del ser humano, hace que éste hipoteque su libertad y su propia dignidad. Sin embargo, desde la autoplenitud, el individuo es libre, ya que se encuentra ubicado en el propio centro, arraigado en el propio ser. Siendo así, la persona no es arrastrada por los avatares de la vida, teniendo la capacidad para trascender los límites, los muros de los condicionamientos mentales. Entonces, un estado de saturación posibilita dar un salto cualitativo en una situación determinada. La persona situada en el 7, está en el punto de madurez suficiente como para poder empezar a cuestionarse todo su sistema de creencias y valores. A partir de ahí, entra en el 3º círculo con todo lo que ello implica. Es decir, etapas de crisis, desestabilidad y caos. El individuo experimentará cómo se le van resquebrajando las viejas estructuras en las que se apoyaba. Pasará un tiempo hasta que vuelva a reordenarse en un nivel superior de amplitud y riqueza. Me planteo que el individuo que vive las experiencias de este 3º círculo, debe de crear un cuerpo de conocimiento que sea más inteligente y universal, más explicativo de la realidad, que le expanda la mente y le haga sentirse en mayor libertad en relación a las viejas estructuras. Porque si no, amiga mía, mejor quedarse en donde estaba. Hay casos de personas en los que, en vez de evolucionar, involucionan. Ya, pero esos son casos muy especiales. Lo normal en una persona psicológicamente sana es que intente superarse, y si está enferma, curarse. Aunque a veces, hay casos que para llegar a iniciar la autorrealización se tengan que dar ciertos pasos hacia atrás, como tocar fondo en la vida para poder coger el impulso hacia la liberación. Pero le quiero hacer una pregunta, profesor. Estamos hablando del individuo que pasa de un orden a otro orden superior, mientras en el entreacto, tiene que pasar por el desorden. A nivel energético, ¿qué ocurre en los procesos de la materia cuando ésta se ordena en un nivel más complejo? Se lo resumo de la manera siguiente: cualquier cambio de estructura requiere energía, pero también desecha energía. Un ejemplo. Tenemos un electrón y un protón y lo pesamos por separados; luego hacemos que interactúen para formar un átomo de hidrógeno. Bueno, pues si pesamos el átomo de hidrógeno, pesará un poco menos que sus dos componentes por separados. ¿Cómo es eso? Ocurre que en el momento de crearse el átomo, éste pierde parte de su masa emitiendo un fotón. Este fotón, que es como el precio energético que se paga por formarse una estructura más compleja, es la diferencia de peso que existe entre la unidad atómica por un lado, y el electrón y el protón por separados. Me resulta sumamente interesante y creo que se le puede sacar provecho si lo extrapolamos al terreno de la mente. Bien, coincidiendo con las leyes newtonianas del movimiento, hemos dicho anteriormente que una estructura mental adquirida en la temprana edad tiende, por inercia, a seguir manteniéndose más o menos igual durante la vida de una persona. Para transformar dicha estructura en otra que contenga una perspectiva más amplia y universal, el individuo tiene que abrirse a otro tipo de información: algo que le aporte nuevas energías y le permita efectuar el cambio de dirección. Entonces, entraría en el proceso de desestructuración del que hemos hablado. Habría que preguntarse: cuando la mente se organiza en una estructura superior, ¿debe, por ello, pagar un precio energético, al igual que lo hace el átomo? Esa misma pregunta me estaba haciendo, profesor. Suponiendo que así sea, ¿de qué naturaleza es esa energía? Y, ¿para qué sirve? Dígame: ¿qué ocurre con el fotón que emite el átomo? El fotón que emite el átomo es de naturaleza lumínica y, como podrá suponer, es muy difícil seguir su trayectoria. Irá viajando por el espacio, y si se tropieza con algún otro átomo de hidrógeno puede ocurrir el proceso a la inversa: que lo divida en sus dos componentes básicos: en un electrón y en un protón. Creo que le estoy encontrando la analogía en el campo de la mente. Curiosamente, el fotón es una unidad de luz. Comenté que, espiritualmente, la luz simboliza la conciencia, y una persona iluminada es una persona que vive en un estado de plena conciencia. Ahora bien, si nos abrimos a un tipo de conocimiento superior al que teníamos, es como si esa información que nos penetra fuese el equivalente a una radiación de fotones. La mente humana, al estar compuesta de una estructura mucho más compleja que la de un átomo de hidrógeno, necesita muchas más unidades de información lumínica para proceder a su desestructuración. Por tanto, si el fotón al incidir sobre el átomo de hidrógeno lo descompone y libera a sus elementos básicos, analógicamente -y utilizando el lenguaje metafórico religioso-, cuando la persona es receptiva a la radiación lumínica del espíritu, o sea, cuando está abierta a un paquete o conjunto de información de tipo superior y universal, liberará todos los componentes que formaban la estructura mental de ideologías y creencias que hasta entonces poseía. Lo que estaba estructurado se desmonta, permitiendo nuevas posibilidades. Encuentro bastante interesante esta analogía y pienso que se le puede sacar mucho provecho. Dameb, ¿piensa usted que ese paquete de información de índole superior, le viene siempre al individuo desde afuera o desde adentro de sí mismo? nteresante pregunta, pero pienso que indistintamente. Aunque también me parece que la mayoría de las personas reciben los primeros estímulos para el cambio indirectamente a partir de lecturas, conferencias, charlas, contacto con otras personas y demás. También algún hecho contundente y dramático en su vida le hace cambiar. Para recibir la información directamente desde dentro, sin intermediarios, hay que incidir con la mente en los bancos de información de la Sabiduría Universal. Pero para ello, el individuo debe tener un espíritu activo que inquiera, incidiendo y estimulando dicho campo de información para, luego, volverse receptivo al conocimiento que pueda recibir. Como verá, es todo un juego entre la mente masculina que inquiere y la mente silenciosa y receptora femenina. ¿Es lo que llamaría usted el fenómeno de la mente intuitiva? Mente intuitiva, flashes de información, revelación, insight, diferentes formas de conexión con el conocimiento universal… Si ordenamos el proceso de cómo acceder a los bancos de información siguiendo el Modelo Creativo podremos entenderlo de la siguiente manera: En el primer círculo contamos con la voluntad, ese componente de idea, deseo y fuerza, ya que para obtener un buen resultado en el propósito es fundamental el interés y el nivel de implicación del individuo sobre el campo de conocimiento determinado. La musa de la inspiración nos llega como consecuencia de un hábito de trabajo y de esfuerzo. No es un regalo, sino un premio. Quiere usted decir que en este primer círculo, y según el lenguaje informático, se adecuan las condiciones que deben darse para bajar la información de la red universal -una especie de Internet Cósmica- a nuestro ordenador personal; o sea, a nuestra mente individual. Buen ejemplo; me ha gustado eso de “Internet Cósmica”. Ya le he dicho que el ser humano recrea en su mundo modelos existentes en la realidad universal, por la sencilla razón de que esa otra realidad forma parte de su naturaleza profunda y no es consciente de ella hasta que la actualiza. De modo que cuando la mente se halla investigando e inquiriendo –factor masculino-, se crea una fuerza, una dinámica –punto 3- que incide sobre la red a la que usted acaba de referirse: bancos de información organizados en campos de frecuencias. Esto implica que cada información posee su propia forma vibratoria. Esta red informática universal debe de estar, de alguna manera, perfectamente organizada, porque si no sería un auténtico caos. Es indispensable que sea así, pues imagínese que en mi investigación cosmológica, en vez de recibir inspiraciones acerca del universo, me viniesen ideas de cómo conseguir que las plantaciones de cacao fuesen más productivas y económicas, pongamos por ejemplo. Pues me encontraría bastante frustrado, porque además soy alérgico al chocolate. Seguro que sí, pero posiblemente saldría más beneficiado económicamente. Pero es cierto que cada persona tiene sus propias tendencias y preferencias, y es el campo en donde mayoritariamente va a desenvolverse en la vida. Es muy evidente que en el ámbito en donde uno pone su conciencia y energía, es en donde va a obtener los frutos. El mensaje individual debe incidir sobre un receptor que es una red sensible y universal compuesta de infinitas bandas de frecuencia que deben tener registrado todo tipo de información desde los orígenes del universo. Sí, la Internet Cósmica estaría compuesta de campos energéticos plegados los cuales se actualizarían cuando una fuerza incidiera en ellos. Este tipo de información podría estar comprimida y almacenada, y estar interpenetrando la materia grosera conocida. Viene a ser el mismo mecanismo que ocurre con las partículas/espacio, pero en el nivel de la materia. La Internet Cósmica ha sido ya reconocida desde tiempos muy antiguos bajo el nombre de “Registros Akashicos”, “Sabiduría Universal” es otro apelativo tradicional para designar lo mismo. En el lenguaje psicológico, sería el Inconsciente Colectivo elevado a lo Universal. Las investigaciones de Rupert Sheldrake acerca de los Campos Morfogenéticos y Morfológicos tratan ampliamente acerca de estos campos de información. Supongamos que, efectivamente, dependiendo del tipo de frecuencia de emisión de nuestro cerebro, podríamos incidir sobre determinadas zonas de los campos de información y acceder a su registro. Según lo plantea Sheldrake, interactuamos con esos campos, de modo que todo lo que el ser humano ha concebido y ha creado puede estar recogido y disponible para aquel que “pinche” mentalmente en ellos. Estos campos interactivos están en transformación por la continua aportación de datos que los van enriqueciendo, igual que ocurre en Internet. Estoy de acuerdo, pero hay que ir más allá de la información que ha ido acumulando el ser humano. La Internet Cósmica supera infinitamente a la red inteligente creada por el hombre. Se inicia desde el primer movimiento universal. Todo el proceso cósmico debe estar registrado, y no por los datos aportados por la mente humana que tardaría años luz en hacer su aparición en el escenario universal. Existe una inteligencia registrada - Sabiduría Universal- en cada partícula de la existencia y en cada paso del desenvolvimiento de la materia. Es algo que si se piensa detenidamente, resulta francamente impresionante. Hasta aquí lo veo coherente, Dameb. Pero, ¿cómo recibe el cerebro la información una vez que ha “pinchado” en el archivo adecuado? ¿Se produce de forma automática? Debe ser así; forma parte del juego interactivo. Me cuesta trabajo pensar que exista como una especie de control central con decisión propia que vaya haciendo distinciones sobre a quién enviar información y a quién no. Tanto la calidad como la cantidad de información que puede recibir una persona, está en concordancia a la capacidad y desarrollo de su propio cerebro. Es cuestión de entrenamiento y, por supuesto, del interés que la persona ponga en investigar y obtener determinado conocimiento. Ya le dije que a la musa inspiradora hay que provocarla para que nos premie con sus chispas de luz. En el caso del ordenador, con el sólo hecho de abrir un archivo o una página Web nos encontramos con la información que buscamos. Pero esto no ocurre, al menos tan explícitamente con la Internet Cósmica. Mi pregunta es: ¿existe una información que viaja internamente desde un nivel universal a otro individual? O incluso entre individuos, como puede ser el fenómeno de la telepatía. Y si como estamos apuntando, la puede haber, ¿cómo viaja físicamente dicha información? Esta es la cuestión que ahora nos interesa. Es un planteamiento sumamente interesante. Veremos: en principio no lo veo como un viaje informático por el espacio/tiempo, como lo hace el sonido o los satélites vía espacial para las televisiones de todo el mundo. Más bien lo puedo entender como una comunicación interna y directa de la propia mente, ya que ésta, aunque contenga puntos de conciencia focalizados, su tejido sustancial es uno e indivisible. Apunto a una especie de trama interconectada entre cada punto sensible de la mente que se activaría por resonancia. Pero sería una resonancia de naturaleza mental, no el fenómeno de resonancia como el que se produce por una onda sonora; éstas viajan por el espacio y pueden ser medidas. Por supuesto que no. Estamos hablando de materia sutil o sustancia mental, y no me refiero a las sinapsis neuronales, porque éstas serían la manera física de manifestación como consecuencia de la actividad mental. Otra vez más, el informe/forma no se puede separar. Hemos dicho que la información puede ser externa al cerebro: las ondas sonoras, lumínicas o de cualquier otro tipo viajan por el espacio, y el cerebro las recoge y las transforma en algo inteligible, pero cuando la información proviene de un campo interno como la intuición, flashes, telepatía, clarividencia o sueños, ya no estamos hablando de ondas externas al cerebro, sino que éste las recogería directamente de los bancos de información de la sustancia mental: una resonancia de otra índole muy sutil y que traspasa el espacio/tiempo conocido. Un campo de energía mental de la que, aunque algunos hombres de ciencia presumen su existencia, todavía no hay constancia de ella. No puede ser medida ni regulada por los métodos científicos que sólo sirven para cuestiones de nuestra dimensión espacio/temporal. Sin embargo, existen alusiones a este tipo de comunicación entre diferentes realidades en la mitología. Ese es el caso Hermes/Mercurio, el mensajero de los dioses. Ese personaje cumple la función de mediador informático entre la dimensión universal y la humana. Se le representa con alas en los pies o bien en la cabeza, indicando el movimiento de los mensajes que él trae y lleva, aludiendo al elemento Aire. El Aire que, como ya usted debe saber, es de los cuatro elementos, el que representa la comunicación. Un inciso, Dameb. Me estoy metiendo en su terreno, pero veo que en la religión, la figura de Hermes/Mercurio es sustituída por la figura del ángel, también con sus respectivas alas. Así es. La palabra ángel, significa mensajero. De modo que, recogiendo el mensaje que la tradición nos transmite y siguiendo la afirmación de la metafísica acerca de la existencia de un campo de energía sutil como proyección del cuerpo humano, ¡quien sabe, si posiblemente algún día se descubra en el cerebro ciertas moléculas que cumplen con la función de conectarnos a otras diferentes realidades y dimensiones cósmicas! En cualquier caso, el gran campo de información universal que es la Internet Cósmica tendría la capacidad para resonar en toda mente humana si la propia mente la activara. Esto guarda cierta similitud con lo que es un Sistema Holográfico en donde la información de la totalidad está implícitamente en cada parte. Para volverla explícita sería cuestión de que cada parte la activara desde su propio espacio y resonaría en el almacén de datos. Se abrirían, entonces, los archivos cósmicos, y la información estaría disponible para la mente receptora. Sí, pero sería un Sistema Holográfico vivo e interactivo y en continua renovación. El individuo que inquiere, que desea saber, conecta con el campo de la Sabiduría Universal, el almacén de registro de toda la existencia. La propia frecuencia que conllevan sus cuestionamientos hace que “pinche” en la zona adecuada. Algo se activa en algún punto del campo informático y, por resonancia en la mente humana, se hace la luz. La persona comprende algo que antes no comprendía. Sin embargo, de la forma en que viene la información, puede ser muy variopinta. A ver, cuénteme. Me refiero a que a veces resultan sumamente curiosos y hasta llamativos los recursos de los que se sirve la parte mágica de nuestra mente inconsciente para hacernos llegar la información que andamos buscando. Las intuiciones, inspiraciones y revelaciones son los casos más frecuentes. Pero a veces la contestación aparece durante el sueño. En otros casos, y por “azar”, abres un libro o una revista y te encuentras escrito lo que necesitabas saber. Alguien pasa por tu lado hablando con otra persona y escuchas una frase que te da la solución que buscabas. Precisamente hace dos días me ocurrió un fenómeno de este tipo. Me encontraba en una librería y quería saber si tenían un libro cuyo título llevaba el nombre y apellido de un aprendiz a monje del siglo XVII. Era una historia novelada y no me acordaba exactamente cuál era el nombre del monje; es decir, del título del libro. Esperando a que me atendieran -pues había gente delante de mí- cogí para ojear una revista de divulgación literaria. Me llamó la atención una página porque la encabezaba con grandes caracteres el año de mi nacimiento. Por curiosidad me puse a leer el contenido del artículo. Se trataba de una entrevista que le hacían al autor de una novela que transcurría durante el año en que nací. El nombre y apellido del novelista era exactamente el mismo nombre y apellido del monje del siglo XVII, que era el título del libro que quería pedir y del cual me había olvidado. Sí, resulta francamente curioso, no obstante -y en su caso-, el dato que necesitaba ya lo tenía usted grabado en su memoria. La lectura de la revista lo que le permitió fue reconocerlo. Por supuesto. Pero como sabemos que de alguna manera todo está registrado en una memoria, llámese a ésta memoria personal, colectiva o universal. A la memoria personal, diría que es más fácil acceder a ella porque son datos más recientes y, por otro lado, es en donde hacemos más hincapié para recuperar alguna información que nos hace falta. Mientras que con la memoria colectiva y con la universal, en principio, ni siquiera sabemos que podemos acceder a ella y, como dije, hay que tener un especial interés en un tema determinado para activar algún archivo de sus contenidos. No obstante, el mecanismo que se produce entre el consciente y el inconsciente es muy similar tanto para recordar datos que ya sabemos, como para que aflore nueva información que no sabemos. Pero existe un requisito tanto para extraer información de lo personal como de lo universal. Y ¿cual es ese requisito, Dameb? Es un requisito energético en el que primero hay que tensionar y luego relajar. Mire, cuando estamos preguntándonos e inquiriendo sobre alguna cuestión, adoptamos en esos momentos una actitud activa, en el sentido de que se produce una tensión en nuestra mente. Estamos emitiendo, y lo definiría energéticamente como una situación eléctrica. Pero si queremos obtener alguna respuesta, debemos adoptar posteriormente la actitud contraria, o sea, una mente relajada. Entonces, cuando la mente se relaja se vuelve receptora y magnética, lo que propicia a atraer la información que se necesita. Más aún, incluso hay veces en las que es necesario olvidarse momentáneamente de lo que se pretende saber porque es la forma en que la mente deje de estar en un estado inquieto, ya que la inquietud no permite atraer nada, sino que más bien obstaculiza e impide el objeto de nuestro deseo. Por ejemplo, cuando me hallaba en la librería esperando que me atendiesen, y a pesar de los intentos que hice para acordarme del título del libro, me dije que ya lo solucionaría con el librero cuando me tocase mi turno. Por tanto, cogí la revista para distraerme, me relajé del asunto y “casualmente” allí apareció exactamente el nombre del título que necesitaba saber. ¿Qué le parece? Pues que puedo empezar ahora a comprender por qué Newton, mientras reposaba bajo un árbol y no en su taller machacándose el coco, fue cuando concibió la Ley de la Gravedad. Y también por qué Arquímedes descubrió el Principio que lleva su nombre y lanzó el histórico ¡Eureka!, cuando se encontraba remojándose en la bañera. Otro investigador que exclamó ¡Eureka! fue Alexander Fleming, que descubrió la penicilina en unas circunstancias fortuitas, después de mucho tiempo de estar buscando una respuesta. Estos son los casos más conocidos, pero si se investiga, posiblemente se podrían encontrar muchos otros más. Seguro que sí. Revelaciones a través de los sueños son bastante frecuentes. Eso de consultar un problema “con la almohada”, está a la orden del día. De todas maneras, opino que no todo tipo de información se hace igualmente asequible. Quiero decir con esto, que las vías para conectar con una información que es prácticamente nueva para la humanidad –como son los casos de los descubrimientos nombrados-, deben ser como unas vías de memoria inexploradas; son terrenos vírgenes y, por tanto, de difícil acceso. ¿No cree usted que eso influye? Cierto, pero yo matizaría diciendo que esto ocurre porque son muy pocos los que se dedican a investigar sobre este tipo de cosas, y por eso el terreno está tan poco trillado. La frase de Machado que dice: “Caminante, no hay camino, se hace camino al andar” posiblemente se la podamos aplicar a los bancos de información de la Internet Cósmica. Se me acaba de ocurrir que quizá la causa por la que en más de una ocasión dos notorios genios se hayan disputado la paternidad de una gran idea fuese debido a que cuando es activada por la mente humana una determinada zona de la Red Cósmica, ésta se abre y ofrece su información a toda persona con una mente receptiva a los datos emitidos; es decir, que esté en sintonía con dicha onda informática. Los casos de Newton y Leibnitz, por ejemplo, tuvieron bastante resonancia en sus tiempos por la mutua acusación que se originó al adjudicarse cada uno la paternidad del Cálculo Infinitesimal. Con el tiempo se ha demostrado que ninguno copió al otro, sino que ambos lo concibieron a la vez. Hay más casos parecidos en la historia de la ciencia, que apuntan hacia un paralelismo en los descubrimientos. Buena idea, porque El archivo Cósmico no sería selectivo en cuanto a individuos, sino que se rige por la cualidad de la frecuencia que emite la mente humana, ya que ésta, desde la perspectiva universal, no está compuesta por egos/mentes separados, sino que es una unidad indivisible. Si desde los bancos de la memoria universal se reciben señales puntuales, hay unidades de información que se activan, y estas unidades informáticas resonarán en los puntos sensibles y receptores de la mente humana que, en el caso expuesto, esos puntos tenían identidades terrestres llamadas Newton y Leibnitz, respectivamente. Siendo, por otro lado, la sustancia mental un cuerpo indivisible, sin embargo, puede haber grados de pureza en la resonancia de sus focalizaciones, debido a que la mente individual posee adherencias de pensamientos y estructuras mentales locales que son producto de un sistema de creencias cultural. Estas adherencias pueden obstruir o limitar el paso de la información sutil o interna, intuición etc... y también desvirtuar su contenido por una interpretación que está sujeta a los parámetros conocidos por la personalidad. La información está ahí en todo momento, pero cómo conectamos con ella y cómo la interpretamos, es indudablemente una cuestión que cada individualidad debe resolver por sí misma. Profesor, me gustaría hacer otro círculo para la segunda fase de la comunicación entre niveles. Podría quedar esquematizado de la siguiente manera. En el punto 1 está representado todo el potencial informativo disponible para hacerse manifiesto, y que por el fenómeno de resonancia conecta con la mente del individuo. En el círculo anterior la persona ha definido su indagación, lo que equivale a un tipo de frecuencia. Esto permite la selección de una zona determinada del campo que resuena a la incidencia de la mente individual y produce una activación de su contenido. En el punto 3, la información demandada es “bajada” en unidades o paquetes de información. Esta información es percibida gracias a la mente sensible y receptora femenina del punto 2, que la puede recibir de muy variadas formas. Una apreciación, Dameb. Cuando usted ha dicho que la mente debe estar relajada para ser depositaria de información, ¿se refiere a un estado mental que está vacío de todo tipo de pensamiento, o puede tener algún otro movimiento mental? No necesariamente tiene que estar en un vacío; el requisito importante para ello es que la tensión que se produce por la mente que inquiere, debe relajarse. La persona puede estar observando tranquilamente cualquier cosa o haciendo algún otro tipo de actividad, pero básicamente la tensión del pensamiento que indaga y busca respuesta se afloja, permitiendo, así, la entrada de nueva información. Lo traduzco como una apertura de la mente. El aspecto mental masculino del 2, interactúa con su contraparte femenina. Le corresponde traducir y ordenar la información recibida para hacerla asequible y coherente con el resto de la investigación que se está llevando a cabo. La información puede venir dada en forma de símbolos, en imágenes mentales e incluso reales, en percepciones muy rápidas y amplias acerca de lo que se está indagando. A esta forma última de percepción es lo que llamo flashes de luz. Uno siente que en su mente se ha producido metafóricamente una luz, y puede ver y entender cosas que antes permanecían a obscuras. Podemos decir que “se descubren” cosas, que es exactamente el término que suele utilizarse en estos casos. Esto significa que una persona no inventa algo de la nada, sino que descubre o destapa cosas que permanecían encubiertas o a obscuras, o sea, que abre archivos de la Internet Cósmica. De todos modos, ante cualquier descubrimiento del orden que sea, se produce una expansión de la mente, y para que esto no se pierda, hay que atrapar bien la información dándole forma explícita. Si no es así, la información puede caer rápidamente en el olvido. Es nuestra parte mental activa la que tiene que llevar a cabo la labor de descodificar, ordenar, cotejar e integrar la nueva información con la que previamente ya teníamos sobre el tema en cuestión. Se puede decir que hemos aprehendido la información cuando ya la podemos explicar. Estoy de acuerdo con usted en que es un trabajo secuencial del Hemisferio Izquierdo. He observado repetidas veces que hay personas que experimentan flashes de información, pero después no saben sacarle provecho. El flash incide sobre sus mentes pasivas, y lo que recogen es la sensación de una verdad que no saben explicar. Como usted dice, hay que “agarrarla” inmediatamente y darle forma, porque si no se hace, se va desconectando, quedándose en algo confuso y en posterior olvido. Bueno, hay gente que no se expresa con ideas y conceptos, pero sí a través del arte, como es la pintura, la música y demás. También dichas personas pueden recibir la inspiración por medio de su sensibilidad interna. De hecho, lo normal de un artista cuando es creativo y no un simple imitador, es que deba poseer inspiración. Y la escritura automática, ¿en donde la colocaría usted? Las personas que reciben la información de esa forma tan peculiar, aseveran que alguna entidad se las dicta. Por tanto, yo la encajo en el tipo de información indirecta porque es a través de algo que intermedia. Lo destacable es que es una información no buscada conscientemente por la propia persona o, al menos, ella no es consciente de ello. He conocido casos en los que la persona incluso no entiende lo que se le está dictando. Estábamos en que un paquete de información de calidad superior –una iluminación- puede liberar los elementos que formaban una estructura de creencias. Estos componentes en forma de dogmas, valoraciones, ideas, conceptos, etc.., se desmiembran del cuerpo de creencias. Algunos de ellos irán a la papelera de la basura y otros podrán ser retomados bajo una nueva perspectiva mucho más amplia y universal que, junto con la nueva información recibida, ya sea directa o indirectamente, formarían un nuevo cuerpo de conocimiento en otro nivel interpretativo de la existencia. El resultado es una nueva ampliación de la conciencia, ¿correcto? Correctísimo. La persona ha conseguido organizarse en un orden superior. Ha nacido en ella un nuevo cuerpo producto de una fuerza masculina: la incidencia de la información sobre un receptáculo femenino, el cual también posee su propia información registrada. Tenemos que contar con la sensibilidad de la propia persona, que es el resultado de todas sus vivencias y es lo que permite al receptáculo anímico estar cerrado, o bien abierto para recibir la semilla-idea que la dejará preñada. ¿No le suena esto familiar? Está claro que en la concepción de un niño, la figura masculina incide en el receptáculo femenino depositando su propia información de ADN. Ésta se integra con la propia información de ADN de la mujer y se crea un nuevo cuerpo como resultado de la cohesión de ambos. Naturalmente, la mujer debe ser propicia al encuentro, caso que no siempre ocurre así. Exactamente. Igual que ocurren violaciones físicas, también ocurren violaciones del alma. Cuando nos imponen ideas, conceptos, comportamientos que no van con nuestra propia sensibilidad, nos hieren. Cuando esto acontece, a veces la persona se puede rebelar y conseguir defenderse de la violencia anímica pero, otras veces, por encontrarse ésta en situación de inferioridad o de debilidad frente al impositor o impositora, tiene que asumir situaciones y comportamientos que en el fondo le repudian. En casos extremos y dramáticos se le puede destrozar la vida a una persona. Lo contrario a esta desagradable situación lo tenemos mitificado en el modelo de alma que la religión católica ha transmitido bajo la figura de la Virgen María. Tras el Misterio de la Encarnación se esconde una representación de los arquetipos universales masculinos y femeninos en plena función creativa. Cuando pequeña, me tuve que aprender de memoria el Misterio de la Encarnación para aprobar un examen de religión. Tan bien lo memoricé que todavía hoy se lo puedo recitar de corrido. Y le digo recitar porque lo expresaba dándole un cierto ritmo y toniquete. ¡Quién me iba a decir que, ahora, de mayor y fuera del ámbito religioso, iba a sacarle provecho a lo que de niña repetía como un papagayo! (Ver anexo: Misterio de la Encarnación)). Una puesta en escena de la unión entre el alma y el espíritu para producir un fruto es lo que nos transmite el tan incomprensible misterio. El nuevo ser interno que nace en la persona, posee atributos celestiales y terrenales, pues es hijo del cielo y de la tierra, e inicia un nuevo periplo. Su gestación, nacimiento y desarrollo pertenecen ya al segundo ciclo que se inicia en el nº 10, la del hombre que renace. El alma virgen representa un estado interno sin unas estructuras o condicionamientos previos que impidan la entrada de un nuevo conocimiento que conlleva una transformación interna. Esta incidencia es la radiación transformadora del espíritu, que en la narración del texto cuenta que Maria fue cubierta por éste. Ya vimos en otra ocasión de dónde provenía y lo que significaba el nombre de María. Pero ahora le añado que de los cuatro elementos de la tradición: (Fuego Aire, Agua y Tierra), el elemento femenino del Agua representa todo el cuadro sensitivo y receptivo del ser humano. La Tierra, que es el otro elemento femenino, completa la labor que hace el Agua, es decir, lo que ha penetrado a través del buen elemento conductor encuentra un suelo firme en la oscuridad de la tierra en donde arraigar, germinar y dar forma a lo que en su momento verá la luz como fruto de la unión. La persona, pues, en esta circunstancia se encuentra sensibilizada, disponible, como se encontraba María, y posee una tierra virgen preparada para ser abonada por la idea-semilla transformadora del espíritu. El Espíritu contiene el Fuego como elemento impulsor y renovador de toda estructura material y anímica. El elemento Aire completa el cuadro en la figura del mensajero: el ángel Gabriel haciendo de transmisor de la buena noticia, de portador del nuevo mensaje, preparando con ello a María para su unión íntima con el amado. Esta referencia a la unión de los dos principios universales e internos del ser humano lo podemos ver en otros textos mitológicos. Los más conocidos de estos textos son las aventuras amorosas de Zeus con diferentes doncellas e incluso con mujeres casadas a las cuales dejaba preñadas de las formas más extrañas. De estas uniones nacían los héroes mitológicos, personas con unas capacidades fuera de lo común, los cuales tenían que cumplir en su vida una misión arriesgada y peligrosa. La interpretación interna de esta simbología heroica es la del individuo que una vez renacido del agua y del espíritu... Perdone, Dameb, ¿no es ésa una expresión evangélica? Sí, hay referencias a ello cuando Jesús dice que hay que nacer dos veces, y más concretamente del agua y del espíritu, para poder entrar en el reino de los cielos. También dice que es necesario nacer de lo alto para ver el reino de Dios, que es otra forma de decir lo mismo.(San Juan cap.3 v. 3-7) El hombre nuevo -el héroe del segundo ciclo- tiene que llevar a cabo la gran aventura de su vida. Su odisea consiste en afrontar y asumir su sombra, que como ya vimos son estados erróneos y degenerativos de la psiquis o alma humana. En los mitos, la sombra aparece bajo formas monstruosas tales como dragones, medusas, etc... a las cuales el héroe debe enfrentarse y vencer. Precisamente porque posee la luz del espíritu, es por lo que el individuo puede ser consciente de sus propios fantasmas y demás condicionamientos que lo han mantenido encadenado a estructuras erróneas. Los puede ver e identificar mediante un trabajo de integración en la conciencia. Diríamos que es como si dentro del inconsciente colectivo, o lo que es lo mismo, en el entretejido del Alma de la humanidad, la persona hiciera la limpieza y renovación de su propia parcelita al introducir una nueva información que produce cambios en su vida anímica. Es decir, activa un conocimiento perdido, una sabiduría olvidada por la inmensa mayoría. En fin, podemos encontrar el mensaje de la unión del alma con el espíritu en los textos sagrados, en los mitos, en la poesía mística como la de San Juan de la Cruz. Los textos de Las Bodas Alquímicas de los Rosacruces narran simbólicamente todo el proceso de esa unión y transformación interna. Hasta los cuentos infantiles como la Bella Durmiente o princesas cautivas por un dragón que con la llegada del príncipe son salvadas, no hacen sino mandarnos siempre el mismo mensaje. Nunca se ha repetido tanto un conocimiento, y la mayoría de nosotros aún sin enterarnos. ¿Usted no cree, entonces, que históricamente existieran esos personajes que narran los evangelios? Personalmente pienso que no es necesario que existieran. Por ejemplo, la forma de alumbramiento de María, como vemos en otros ejemplos de uniones míticas entre dioses y doncellas, es típicamente simbólica; es una información que está velada, puesto que es imposible comprenderla con la mente racional. Por otra parte, aún no se ha demostrado su realidad histórica, aunque entiendo que para las mentes religiosas sea fundamental su existencia, pues como hacen una interpretación literal del mensaje, necesitan que los hechos narrados hayan tenido existencia real en el tiempo. Pero en última instancia, la existencia o no existencia histórica de dichos personajes, no es realmente lo importante, sino que el interés fundamental reside en el mensaje que se comunica. Y eso, indudablemente, fue transmitido por alguien o por un grupo que poseía un conocimiento de otra índole acerca de una realidad que dormita en cada uno de nosotros. Fácilmente pudieron darle visos de realidad al mensaje, ubicándolo en un escenario de la época y entremezclado con personajes y costumbres de esos tiempos. Eso no descarta que una o más de una persona de aquella época que hubiese tenido un elevado conocimiento fuera de lo común, pudiese haber sido martirizada y sacrificada por el poder establecido que nunca admite, como ya hemos visto, que alguien venga a desmantelar su tinglado. Lo de siempre. La historia contiene suficientes ejemplos de personas que han tenido que pagar con el precio de sus vidas el intento de cambiar algo en la sociedad, cuando ésta está regida por una estructura de poder que le interesa mantener al pueblo sometido por el miedo y la ignorancia. Pero ahora viene lo más intrigante. Siguiendo los pasos del átomo de hidrógeno que emite un fotón al conformarse, ¿cómo lo interpretamos a nivel humano? ¿Qué precio energético pagaría el individuo por organizarse en una estructura superior? Déme usted alguna idea, profesor. Una pregunta un tanto difícil me hace usted, Dameb. Pero como no quiero defraudarla, haré por lo menos el intento de planteármelo. Antes apuntamos que una nueva estructura se forma gracias a la innovadora información que recibe la mente, la cual desestabiliza y derrumba la que había, para una nueva reestructuración. Naturalmente, si esto ocurre, debería de liberarse una cierta entropía producto del desmantelamiento y deshecho de las viejas estructuras mentales. Aunque hay que tener en cuenta que la persona que sufre una transformación de ese tipo no lo hace normalmente de forma súbita, sino que inicia un proceso que puede durar años, aunque con ciertos picos agudos o fases relevantes en momentos determinados. Y ahora me preguntaráqué ocurre con la energía mental producto del desmantelamiento de las viejas estructuras. Pues mire, tengo una respuesta. Hay una sentencia en el Tao que dice más o menos así: “La no-acción origina una gran acción”. Esta críptica frase cobra ahora su sentido. El desmantelamiento de las viejas estructuras conlleva que se deje de actuar dentro de la línea de comportamiento que por inercia hemos estado repitiendo, con lo cual la no-acción en dicha dirección permite que la energía que deja de utilizarse en los viejos patrones de comportamiento, esté liberada y disponible para una acción a otro nivel. ¿Correcto? Y en ese caso la propia energía del individuo se puede autorreciclar. Lo vemos otra vez. Una nueva información con su correspondiente carga energética hace mella en la mente del individuo. Esto permite que las estructuras mentales habidas se resquebrajen. En el desmantelamiento, la energía que se utilizaba para que el viejo bloque de ideas y creencias se mantuviese compacto se libera, permitiendo, por tanto, que la energía liberada pueda ser reutilizada para construir una nueva estructura más acorde con las demandas internas de la persona. Y ¿usted no cree que parte de la energía de esta persona que se encuentra en fase de transformación pueda afectar a su medio? El individuo en pleno proceso de cambio no es una entidad aislada del resto, por tanto, ese movimiento interno de transformación debe repercutir de alguna forma en su entorno. A nivel impersonal e involuntario sabemos de las repercusiones que puede tener el cambio personal en el sistema del Alma humana, como acabamos de ver, pero a nivel personal y externo, ¿qué puede ocurrir en su entorno más inmediato? Si seguimos jugando con el pensamiento analógico y vamos tras los pasos del fotón emitido por la formación del átomo de hidrógeno, veíamos que en su trayectoria podría entrar en colisión con otro átomo de hidrógeno y desestructurarlo. Como humanos, estamos siempre emitiendo lo que somos: es nuestra energía. Si una persona está en proceso de desmantelamiento posiblemente lo que emita se pueda sentir como energía caótica y podría afectar a la mente o mentes de otras personas, probablemente a las que se encuentren más involucradas afectivamente con ella. Les produciría también una cierta inquietud y desorden internos. ¿Sería como un efecto cadena? Depende, porque no toda persona está receptiva y disponible para un cambio; ya lo hemos dicho. Entonces podría producirse un efecto rebote y crear un clima de tensión en el ambiente. Creo que esto puede servir para explicar a nivel energético los problemas afectivos y de comunicación que a veces, e involuntariamente, provoca a su alrededor la persona que está en proceso de profunda transformación. Si los más allegados están en su misma línea, puede influirles positivamente y ayudarles, a su vez, en su transformación por la propia energía de impulso que emana la persona. Pero si no es así, puede crear tal tensión a su alrededor, que he visto a más de una pareja separarse porque una de las partes avanza en su crecimiento interno y la otra responde a ello con resistencia. Esta última no puede seguir a su pareja; primero, porque no la entiende, ya que aún posee sus propias estructuras con las que se encuentra cómoda y no está estimulada al cambio. Este desfase de ondas, este desencuentro interno entre la pareja o entre alguna otra relación familiar o de amistad, puede llegar a percibirse como un abismo de separación. Si la resistencia es pasiva, se puede soportar, pero si pasa a ser resistencia activa, puede terminar con una relación íntima. O sea, que la persona también puede pagar un precio externo en su vida en aras de su propia evolución. Sí, si el cambio que se está realizando es intenso, puede cambiar hasta la forma de vida externa del individuo, y conozco más de un caso. Claro que todo depende de la envergadura que tenga la transformación de la persona y lo que proyecte hacia el exterior. Hay personas que por su propia fuerza y el carisma que proyectan trascienden el nivel personal e intentan provocar el cambio en lo social. Son individualidades que tienen el espíritu muy desarrollado en esa dirección. Inconformistas, rebeldes y luchadores por la libertad, la justicia y los derechos humanos, son las personas que terminan encarceladas, expatriadas o eliminadas, si la resistencia activa que provocan en el exterior es demasiado fuerte. Pero de esos pequeños o grandes impulsos que se le ha ido dando a la humanidad por el gran espíritu de esos seres, creo que algo va quedando en la memoria de la mente colectiva, ¿no cree usted? Por supuesto. La idea-semilla del respeto, el amor, la libertad, la justicia y la paz, han sido ya plantadas en el alma colectiva de la humanidad hace tiempo. El caos que estamos actualmente viviendo es la señal de que el proceso de un cambio profundo se está realizando. La semilla ha germinado, está enraizándose y cualquier día la humanidad nacerá a un nuevo día. Existe aún mucha fuerza de resistencia, ¿no cree? Sí, mucha, y esto origina grandes sufrimientos.. El parto está siendo doloroso por la gran rigidez de las viejas estructuras que se oponen a una transformación, ya que peligran sus intereses. Pero los impulsos de la nueva vida que quiere emerger en la humanidad, irán siendo cada vez más fuertes, lo que podrá con todo el lastre adquirido por milenios. Ese es mi estado de buena esperanza. Y el de muchos otros, Dameb. ANEXO ADICIÓN MÍSTICA Pitágoras consideraba que los números tenían un carácter sagrado, ya que no veía en ellos sólo cuestiones de cantidades sino también cualidades, que es lo que acabamos de hacer en el Modelo de Los Ciclos Evolutivos. Las cosas estaban hechas de “formas y números”, por lo cual él creó su propia cosmogonía. Cada número representaba un tipo de fuerza universal, y de las combinaciones de números iba extrayendo su conocimiento del orden universal. En Numerología existe lo que se denomina “Adición Mística o Suma Teosófica”, que consiste en que ante cualquier cifra hay que sumar sus componentes hasta reducirlos a unidades para saber el valor del número que los integra. Ejemplo: 142857 = 27 = 9, número integrador. A través de un sencillo ejercicio que iremos haciendo, vamos a comprobar que la estructura del diagrama de Los Ciclos Evolutivos en lo que se refiere al valor energético adjudicado a cada número por su posición en los tres círculos, guarda bastante relación con un orden cíclico que permanece oculto detrás del orden ordinario que vemos en los números. Para ello, haremos una operación que consiste en ir sumando e integrando uno a uno cada número situado en la columna A, y el resultado que se va obteniendo aparece en la columna B. El nº 1 de la columna A, al no tener delante nada más que el 0, el resultado es igual a 1 –columna B-. Al 2 le sumamos el 1, dando el 3 -columna B-; al 3 le sumamos el 2 y el 1, obteniendo el 6 –columna B-. Esta primera relación nos ha dado como resultado números de un sólo dígito. A partir de la suma del 4 con los números que le preceden, obtendremos dos dígitos, es decir un 10, que vuelve a ser un 1 -columna B-. Con el 5 sucede lo mismo, obteniendo un 15, que se vuelve a sumar y reducir a 6 –columna B-. Se continúa con los demás números hasta finalizar con el 9 de la columna A, que da como resultado un 54 = 9 en la columna B. Resultado: en la columna B aparece una sucesión de números cuya secuencia: 136 163 199 es infinita. Es decir, por más números que sigamos añadiéndole a la columna A, 10, 11, 12, etc…, siempre vamos a obtener como resultado la misma secuencia en la columna B. De esto se pueden extraer curiosas lecturas si conocemos, por otro lado, el significado simbólico de estos números. La principal diferencia entre las dos columnas es que mientras la columna A va avanzando por unidades y llevando una dirección lineal hasta el infinito, la columna B está marcada por un movimiento circular que va repitiéndose una y otra vez infinitamente. Estas dos formas complementarias de movimiento las vemos también en las dos modalidades del tiempo: existe un avance direccional, pero repitiendo ciclos estacionales. Esta dinámica en forma de voluta es la misma que conforma la estructura de Los ciclos Evolutivos. Por ejemplo: una de las cosas que llaman la atención es que la secuencia de la columna B, está compuesta por un ciclo de nueve dígitos, que a su vez se puede subdividir en tres tríadas ya que el número 1 se halla siempre presente cada tres pasos. Los números 1 que inician las tríadas se corresponden, en la columna A, con los números 1,4,7, es decir, los mismos números que aparecen en el diagrama de Los Ciclos Evolutivos marcando los estados potenciales e iniciadores de los tres círculos, por lo que el 1,4,7, son números equivalentes aunque en diferentes fases del ciclo. Una cuestión que da que pensar, es que en la columna B no aparezcan jamás los números 2,5,8, que son los números equivalentes que marcan en el diagrama las dualidades de los tres círculos. En definitiva; las secuencias de la columna B relacionadas con el orden del diagrama, están formadas de números 1 como indicadores de la fuerza potencial, y de números que simbolizan la dinámica de la creación y nacimiento: la dinámica del desarrollo y de la estabilidad y la dinámica del caos transformador como podemos comprobar en el 3 y sus múltiplos 6 y 9. ¿Qué lectura se puede hacer al respecto? Una de ellas podría ser la interpretación que se ha hecho en el Diagrama de los Ciclos Evolutivos acerca de que las posiciones duales no existen en la realidad subyacente. En el mundo visible, la dualidad se manifiesta igual que aparece en la columna A, que es la sucesión numérica ordinaria que conocemos, pero en la realidad oculta que subyace a la columna A, la dualidad no hace su aparición –columna B-, y la existencia se explica en base a potenciales que se activan -nº1-, y bajo sus impulsos se va generando un movimiento cíclico de oleadas de creatividad, de mantenimiento y de destrucción (nº 3,6,9), los cuales se van repitiendo incesantemente. Aunque, por otro lado, sabemos que el movimiento es producido en la realidad externa, gracias a las diferencias que se dan cuando los contenidos del potencial 1 se expresan como una dualidad. Partiendo de la base de que las tríadas forman un orden secuencial o de fases dentro de la totalidad del ciclo completo, podríamos ir aún más allá en el análisis y observar que a excepción del 1, que repite posición en las tres secuencias, la primera, compuesta por 1,3,6, hace su inversión en la segunda fase: 1,6,3; y la tercera, 1,9,9, compone la suma sucesiva de la primera y segunda secuencia: (3+6=9) y (6+3=9). Volvemos a recordar que el punto 3 representa, en el diagrama de los Ciclos Evolutivos, el proceso de la creatividad de un sistema; el punto 6 la estabilidad del mismo, y el punto 9 la desestructuración del sistema para su regeneración y renacimiento en un nivel superior. Si aplicamos este criterio a las tríadas, podemos deducir que la fuerza potencial del 1 va dirigida en la primera fase a la creación -3-, mientras que la estabilidad -6- aparece en segundo lugar. Todo lo contrario ocurre en la segunda secuencia, donde la potencialidad del 1 va encaminada hacia la estabilidad 6-, quedando lo creativo -3-, en segundo término. Por último, el potencial del 1 en la tercera tríada va dirigido hacia el desmantelamiento tanto de la creatividad como de la estabilidad, ya que el 9 se halla presente en ambas posiciones, siendo el punto en donde las estructuras del sistema entran en un estado caótico para su transformación a otro nivel.. El resumen de la interacción entre las columnas A y B queda resuelto leyéndolo horizontalmente. APOCALIPSIS: EL TRIPLE 6 “… E hizo poner a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y siervos, una marca impresa en la mano derecha o en la frente, a fin de que nadie pudiese comprar ni vender si no estaba marcado con el nombre de la bestia o el número de su nombre. Aquí la sabiduría: quien tiene entendimiento, calcule la cifra de la bestia. Porque es cifra de hombre: su cifra es seiscientos sesenta y seis.” (Apocalipsis S. Juan, cap.13, vers: 16-18) Si seguimos jugando y haciendo relaciones entre las dos columnas, vamos a comprobar algo curioso que llama la atención. La suma de cada tríada de la columna A da un 6, y la de la columna B un 1. Nos encontramos, por tanto, con que el ciclo completo de la columna A nos da la cifra de 666, número correspondiente a la Bestia del Apocalipsis. Ante este dato bíblico, la imaginación se puede disparar y elucubrar interesantes interpretaciones, pero es preferible seguir el razonamiento que los mismos números nos proporcionan como símbolos de estados energéticos y de fuerzas en un organismo o sistema vivo. Por ejemplo: la posición del número 6 en el segundo círculo del diagrama de Los Ciclos Evolutivos, volvemos a recordar que marca el punto en el que un sistema se está desarrollando dentro de una pauta estable y gracias al equilibrio dinámico de sus fuerzas. Pero la estabilidad de un sistema u organismo, según las leyes evolutivas, no se puede eternizar; resultaría antievolutivo. Teniendo esto en cuenta y si el desarrollo del organismo ha sido eficaz, la propia dinámica del sistema lo lleva a un punto de maduración que le permitirá afrontar la fase crítica de un nuevo crecimiento. Esto es, le pondrá ante las puertas de su reestructuración, lo cual va acompañado como ya hemos visto de cierto caos y desestabilización, paso previo a su ordenación en un nivel más amplio. Pero si el proceso del desarrollo se obstaculiza y el sistema se vuelve reiterativo, éste pasa del equilibrio dinámico de sus fuerzas a un equilibrio estático y se inicia la degeneración del mismo. No hay que confundir la crisis desestabilizadora de un sistema que da paso a una regeneración del mismo en un ciclo más avanzado, con la degeneración del sistema por la propia resistencia a la dinámica de la evolución natural, con lo cual se entra en una fase de inercia degenerativa y a la muerte del mismo. En la vida de cualquier sistema, ya se trate de una persona, una empresa o una civilización, hay tiempos para el asentamiento y el enraizamiento, y tiempos para el cambio y la transformación. Tan inadecuado y dañino es para el sistema querer mantenerse inamovible en tiempos de cambio, como querer el cambio en tiempos en donde lo que se necesita es arraigarse y estabilizarse. El Apocalipsis nos sitúa al final de los tiempos, se refiere a una época de grandes cambios que se producirían en la Tierra y en la humanidad. Pero el triple 6, como representante de fuerza estabilizadora, nos sugiere una excesiva tendencia hacia lo inamovible, al estancamiento que conduce, entonces, a la degeneración, y precisamente en tiempos en los que se requiere de una transformación y regeneración de las estructuras del sistema Tierra y sus habitantes; es decir, de Gaia como organismo vivo. Con lo cual, las fuerzas que se opusieran al cambio actuarían como una gran resistencia que dificultaría aún más la modificación de todo el ecosistema, incluso podría llegar a ser una resistencia activa y violenta que podría agravar y dramatizar la situación. La Bestia es llamada el Anticristo porque es justamente la fuerza que le opone resistencia al Cristo, entendiendo por crística la fuerza impulsora y renovadora que produciría la regeneración y transmutación de los rígidos moldes, de las viejas estructuras en nuevas formas de vida y de comportamiento para todo el ecosistema. Analizando la cuestión, vimos que mientras el orden de los números de la columna A avanza linealmente conquistando y engrosando a cada paso su volumen numérico o de cantidad, la columna B muestra, por el contrario, una dinámica de fases o cambios cíclicos. Sin embargo, el triple 6 como resumen de la columna A, nos señala que sus tríadas apuntan hacia una extrema estabilidad y estancamiento, cosa que la columna B, que es la cíclica, lleva sin embargo como resumen de sus tríadas un 111, o sea; un triple potencial. Nos encontramos ante una combinación cruzada de fuerzas entre las dos columnas que forman un sabio juego de complementación. Por ejemplo: la dinámica que lleva la columna A es de “suma y sigue”, tiende a la acumulación progresiva de la cantidad, pero no a su renovación que corre a cargo de la columna B, ya que esta última, con su dinámica de nacimiento y muerte, renovación y destrucción, le pone un límite a la acumulación e impide el exagerado amontonamiento de “más de lo mismo”, inyectándole a la columna A, la fuerza de su potencial -1- que está implícito en cada fase del ciclo: nacimiento, desarrollo y muerte. De esta forma se complementa la dinámica evolutiva hacia la renovación y transformación de la vida cíclicamente, y siempre que el sistema esté saturado y los tiempos estén maduros para ello. Lo podemos verificar por la triplicidad del número 7, que sale de sumar horizontalmente las tríadas de ambas columnas: 6+1 =7. Estos tiempos de transformaciones no son marcados por la humanidad, sino que son movimientos cíclicos de la vida, ciclos cósmicos que sobrepasan nuestras capacidades de controlarlos, pero que nos conducen a lo nuevo. La última suma la hacemos con el triple 7 = 21 = 3, siendo por tanto, el 3, el número culminante que sintetiza e integra a las dos columnas A y B. Una vez más, verificamos y reconocemos a la dinámica creativa, como el fundamento y sentido de la vida que se mueve en el universo. ¿Podríamos decir que la fuerza del triple 6, como fuerza de resistencia al cambio, está actuando en estos tiempos? Los hechos parecen demostrar que nos encontramos ante el final y, por consiguiente, ante el inicio de una nueva era, lo que sería un nuevo ciclo planetario. Lo estamos viviendo a nivel mundial no sólo por todo a lo que nos puede conducir el cambio climático que estamos presenciando, sino por la confusión de una civilización que está en crisis. Los valores que antes prevalecían han ido perdiendo fuerza, la pus de la corrupción está saliendo fuera, poniendo en evidencia la falta de ética de los que detentan cargos de responsabilidad, de los que; ”manejan los hilos de la historia”. Esta catarsis mundial que estamos viviendo se siente como una fuerza imposible de parar, indicando que el cambio que está produciéndose es profundo y necesario, del cual emergerá un nuevo sistema mundial más enriquecedor y universal, que las deterioradas estructuras a las que hasta ahora hemos estado sujetos. Ni qué decir tiene que este nuevo orden aún en gestación no es en absoluto la parodia del “nuevo orden mundial” que nos están imponiendo los poderosos, para seguir siendo aún más poderosos y acumular más de lo mismo, sirviéndose para ello de todo tipo de engaños, manipulaciones y estrategias políticas y de mercado; como es la liberación de un capitalismo y de un consumismo a ultranza a costa de la explotación, sufrimiento y miseria de la inmensa mayoría de la población mundial. La bestia del poder imperante está arremetiendo con más ímpetu que nunca, porque quizá presienta que se aproxima su fin, y antes quiere exprimir al máximo todas sus posibilidades de ser la dueña del mundo. Son sus últimos coletazos. ¿Le quedará tiempo, mientras tanto, para controlar a toda la ciudadanía -como dejó dicho el profeta bíblico- con la marca de un chip que contenga todos nuestros datos personales, incluída la cuenta bancaria? Lo cierto es que ante esta situación de crisis y desconcierto, la sociedad está reaccionando de muy diferentes maneras: hay quienes se aferran con más contundencia a las viejas costumbres caducas e inoperantes para estos tiempos, pero que son puntos de referencia que les proporcionan todavía una seguridad ante el miedo de lo desconocido. Otros compensan el vacío existencial consumiendo materialismo en una escalada sin fin. Muchos -sobre todo la juventud- son las grandes víctimas de esta crisis de valores, ya que no tienen ni siquiera estructuras a las que agarrarse. Los viejos modelos ya no les sirven, y lo nuevo está todavía por hacer. Y aunque hay valores inmutables, como son el amor, el respeto, y la honestidad, entre otros, para ellos quedan confusos. Ante la falta de una directriz edificante y prometedora que les sirva de estímulo acaban estimulándose de forma autodestructiva. Existe también una gran mayoría de indiferentes, escépticos y asépticos tanto de la política como de la religión. Son los que vienen “de vuelta” envueltos en una especie de apática desilusión. Y por último, cada vez se va engrosando el número de personas que desde diferentes puntos del planeta quiere respirar nuevos tiempos y están vislumbrando una nueva humanidad. Son los que están trabajando dentro de sus posibilidades para que unos valores universales, más humanos, solidarios y éticos arraiguen en el entretejido social. Este movimiento compuesto de hombres y mujeres de todos los sectores sociales y de todos los países, es un fenómeno socialmente nuevo, ya que no se trata de un pueblo que lucha para no ser explotado por otro, como ha venido ocurriendo a lo largo de la historia. No es una lucha entre “elegidos religiosos” y “salvadores del mundo” que, por ambición desmedida e intereses ocultos, proyectan un supuesto dios que les alienta a imponer “su justicia” y a “su modo”, provocando y justificando las guerras y la destrucción. Ni es una lucha de ideologías políticas buscando descaradamente los intereses del propio partido por encima del bien común. Esta nueva conciencia que está surgiendo a nivel planetario, simplemente desea establecer la cordura a tanta sinrazón imperante. Sus formas son dialogantes pero firmes, y su fuerza consiste en la ayuda y la solidaridad a la causa humana y, por extensión, a nuestro planeta Tierra. La energía de esta conciencia se emplea en construir modelos integradores y universales; no se malgasta en luchas para destruir las viejas estructuras del poder, porque entonces serían imitadores del mismo modelo de caduca violencia que se rechaza. La transformación del entretejido social puede ser llevada a cabo por una nueva conciencia que surge como maduración y saturación de las experiencias pasadas de forma natural, porque cuando lo nuevo deviene, lo viejo cae por su propio peso. Es un principio universal. DESPEDIDA Deseo culminar la 2ª parte de esta obra exponiendo otra vez las sentencias expresadas por Lao Tsé. Al releerlas, el lector tendrá que notar la diferencia de comprensión de la vez que las leyó en la primera parte del Universo Matriz . El Tao* que puede ser expresado, no es el Tao eterno. El nombre que puede ser definido, no es el nombre Inmutable. La no-existencia es llamada el antecedente del cielo y la tierra. La existencia es la madre de todas las cosas. Desde la eterna no-existencia contemplamos serenamente el misterioso principio del universo; Desde la eterna existencia vemos con claridad las distinciones aparentes. No existencia y existencia son idénticas en su origen; sólo se diferencian al hacerse manifiestas. Esta identidad se llama profundidad. La infinita profundidad es la fuente del origen de todas las cosas del universo. *La palabra Tao se puede traducir por “camino”