En la realidad
existen las desviaciones de las agujas de los instrumentos, los planetas,
las líneas
espectrales: son observables que existen en la naturaleza. Los epiciclos,
los
electrones, los
campos, los quarks no tienen este tipo de existencia.
El problema de
esta concepción reside en que para los instrumentalistas las entidades
observables
se diferencian claramente de los constructos teóricos. La ciencia comienza
con la
observación, esta proporciona una segura base a partir de la cual derivar
el
conocimiento.
Sin embargo hay mucha argumentación que demuestra que la
observación
depende de la teoría.
No cabe dudas
que, frente a un hecho cualquiera, lo que se observa depende de la
estructura
cognoscitiva de quien observe y desde qué marco teórico se hace la
observación.
Basta con imaginarse qué observaría, ante una placa nuclear que muestra
una estrella de
desintegración: un físico nuclear, un científico no especializado, un
hombre común o
un niño. O bien qué observaría frente a un río un físico, un químico,
un biólogo o un
geólogo.
Por otra parte
algunos observables que los instrumentalistas identifican claramente
como tales: la
velocidad de una bola de billar, por ejemplo, implica propiedades
teóricas,
algunas tan sofisticadas como la idea de un “límite matemático” en el
caso de
la velocidad,
otras como el de la “rigidez”, en el concepto aparentemente intuitivo y
simple de “bola
de billar”.
Por otra parte
desde la sociología de la ciencia el relativismo radical sostiene que la
verdad de la
ciencia no se refiere tanto a la correspondencia con la naturaleza
cuanto
a la búsqueda
de consenso, a la posibilidad de convencer.
Ya mencioné al
comienzo la radical posición de Latour respecto a la verdad del
conocimiento
científico. La posición antirealista de Khun, compartida por otros
pensadores
contemporáneos, establece un paso desde el reconocimiento de que nuestras
representaciones del
mundo dependen de la teoría a que el propio mundo depende de
esas teorías.
En “Sociología
de la Ciencia”, Bunge (1998) sostiene:
“Si no existe
ninguna realidad independiente, si el mundo entero es una