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Té
en la cafetería
Supongamos que usted está en una cafetería abarrotada, y se
compra una taza de té. Y cuando se está por sentar ve a su amigo del
otro lado del local. Así que apoya la taza y atraviesa el lugar y
habla con su amigo durante algunos minutos. Ahora bien, al volver a
su té, ¿lo va a beber? Recuerde, este es un lugar repleto de gente y
usted acaba de dejar su té descuidado por varios minutos. Le ha dado
acceso a su té a cualquiera en el lugar.
¿Por qué tratar a nuestra mente con menos cuidado? Prender la
televisión, o absorber acríticamente las publicaciones masivas todos
los días - estas actividades le dan acceso a su mente a ?cualquiera?
- a cualquiera que tenga una agenda, cualquiera con los recursos
para crear una imagen pública a través de los medios. Como hemos
visto, nada más porque usted lea algo o vea algo en la televisión no
significa que sea verdad o que valga la pena saberlo. Entonces, la
idea es, como en el caso del té, tal vez vale la pena cuidar a la
mente, vale la pena limitar el acceso a ella.
Esta es la única vida que tenemos. El tiempo es nuestro capital
total. ¿Por qué desperdiciarlo permitiendo que nuestro potencial, el
alcance de nuestra conciencia, nuestra personalidad, nuestros
valores, sean moldeados, trabajados, y limitados de acuerdo a los
caprichos de los alcahuetes de masas? Hay muchos temas importantes
que son cruciales para nuestro bienestar físico, mental y
espiritual, que requieren tiempo y estudio. Si es un tema en el que
hay dinero de por medio, no será tan fácil encontrar información
objetiva. Recuerde, si todo el mundo sabe algo, se ha pagado por esa
imagen.
El conocimiento real implica un poco de esfuerzo, un poco de
excavación al menos un nivel por debajo de lo que ?todo el mundo
sabe?.
-- Si en adelante
no desea recibir más información, puede responder a este mensaje con
la palabra BORRAR.
Gracias.
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