"No me encontraba solo. Habia entre nosotros, toda clase de especialistas.Cada uno estudiaba segun los metodos de su ciencia particular. Despues de locual, al reunimos, nos participabamos los resultados obtenidos”.
Encuentros con Hombres Notables nos presenta a algunos de los
Buscadores
de la verdad, compañeros de juventud de Gurdjieff, y da detalles sobre
sus aventuras y sus viajes. Pero el lector deberá recordar que este
libro, si bien es una autobiografía, no es ciertamente una autobiografía
en el sentido ordinario de la palabra. No deberá tomar todo
literalmente (ni tampoco convertir todo a símbolos), ni intentar, a fin
de remontar al origen del conocimiento, una exploración sistemática del
curso del rio Piandye, o de las montañas de Kafiristán. Porque, aunque
el relato tenga un sonido de innegable autenticidad, parece evidente que
Gurdjieff quiso enredar las pistas.
La obra de Gurdjieff es múltiple. Pero, cualquiera que sea la forma a través de la cual él se
exprese, su palabra es siempre una llamada.
Durante casi cuarenta años esta llamada resonó con tanta fuerza que, desde todos los continentes, unos hombres acudieron a él.
Pero
acercársele era siempre una prueba. Frente a él, toda actitud parecía
artificial. Fuese ella de excesiva deferencia, o por el contrario de
pretensión, desde el primer instante se veía destrozada. Caída la
actitud, no quedaba sino una criatura humana despojada de su máscara y
sorprendida por un instante en toda su verdad.
Experiencia despiadada e imposible de soportar para algunos.
Estos
no le perdonaban haber sido desenmascarados y una vez fuera de su
alcance, buscaban justificarse por todos los medios. Así nacieron las
leyendas más extravagantes. El propio Gurdjieff se divertía con esos
cuentos. Llegaba incluso a provocarlos si era necesario, aunque no fuera
sino para deshacerse de los simples curiosos, incapaces de comprender
el sentido de su búsqueda.
En
cuanto a los que habían sabido aproximarse a él y para quienes este
encuentro había sido un acontecimiento decisivo, toda tentativa para
describirlo les parecía irrisoria. Por eso los testimonios directos son
tan raros. Sin embargo, la persona misma de Gurdjieff es inseparable de
la influencia que no ha dejado de ejercer. Es legítimo, pues, querer
conocer lo que fue su
vida,
por lo menos en sus líneas esenciales. Por eso, los alumnos de
Gurdjieff han estimado necesario hacer públicos estos relatos,
concebidos al principio para ser leídos en voz alta en un círculo
restringido de alumnos y de invitados. Gurdjieff habla en ellos del
periodo menos conocido de su existencia: su infancia, su adolescencia y
las primeras etapas de su búsqueda.
Nota del editor francés
EN
EL VERANO de 1922 llego a Francia un desconocido, Gueorgui Ivanovich
Gurdjieff. Le acompañaba un pequeño grupo de hombres y mujeres que lo
habían conocido en Moscú y San
Petersburgo,
lo habían seguido al Cáucaso durante la Revolución, habían tratado con
el de mantener su actividad amparados de la guerra en Constantinopla y luego
habían huido de Turquía ante la inminencia de una nueva crisis,
encontrándose ahora, después de un éxodo a través de diversos países de
Europa, en busca de una propiedad en venta en los
alrededores de Paris. Compraron a la viuda de Maitre Labori, el abogado de Dreyfus, su
amplia
propiedad del Prieure de Avon, cerca de Fontainebleau. Gurdjieff
estableció allí una sorprendente comunidad que suscito inmediatamente
gran curiosidad.
En
esos años de posguerra, cuando tantas ilusiones se habían desvanecido,
el Occidente tenía una profunda necesidad de certidumbres. Los ingleses
fueron los primeros en acudir al Prieure, atraídos por P. D. Ouspensky
(escritor ruso nacido en 1877, muerto en Londres en 1947). Luego se
sumaron a ellos algunos norteamericanos. Críticos, editores, médicos, la
mayoría tenia nombre conocido. Iban al Prieure como se va hacia una
experiencia difícil, pero que -si Gurdjieff era quien se les había
dicho- les abriría la puerta del Conocimiento.
El Prieurè correspondió
a su esperanza. Veintisiete años después, cuando Gurdjieff murió en
Paris, su nombre era aun desconocido del gran publicó, su obra inédita,
el lugar que ocuparía en la historia del pensamiento, imposible de
definir. Pero, unas ideas habían sido transmitidas y por muy de lejos
que viniesen –de hecho, las ideas de Gurdjieff parecen ligadas a una muy
elevada y antigua tradición— habían hallado un terreno apropiado para
germinar. .Quien era, pues, Gurdjieff?
Gueorgui
Ivanovich Gurdjieff nació el 1 ° de enero de 1866 (según el antiguo
calendario ruso) en la ciudad de Alexandropol, situada en la provincia
de Kars, hasta entonces otomana, recién conquistada por el ejercito del
Zar.
En
cuanto a sus padres, su infancia, la educación que recibió, no podemos
sino remitir al lector a los primeros capítulos de este libro.
En el periodo que siguió, que quizás duro unos veinte anos, Gurdjieff desapareció.
Solo
se sabe que emprendió viajes lejanos, particularmente al Asia Central.
Estos años fueron de suma trascendencia para la formación de su
pensamiento. El mismo dice 1:
«No me encontraba solo. Había entre nosotros, toda clase de especialistas.
Cada uno estudiaba según los métodos de su ciencia particular.
Después de lo cual, al reunimos, nos participábamos los resultados obtenidos».
Alude así al grupo de los Buscadores de la Verdad. Hasta hoy no sabíamos quienes habían sido estos compañeros de juventud de Gurdjieff. Encuentros con Hombres Notables nos
presenta a algunos de ellos y da detalles sobre sus aventuras y sus
viajes. Pero el lector deberá recordar que este libro, si bien es una
autobiografía, no es ciertamente una autobiografía en el sentido
ordinario de la palabra. No deberá tomar todo literalmente (ni tampoco
convertir todo a símbolos), ni intentar, a fin de remontar al origen del
conocimiento, una exploración
sistemática del curso del rio Piandye, o de las montanas de Kafiristán.
Porque, aunque el relato tenga un sonido de innegable autenticidad, parece evidente que Gurdjieff quiso enredar las pistas.
Volvemos
a encontrar a Gurdjieff en Rusia, en 1913. Es en Moscú, en la primavera
de 1915, cuando se produce el encuentro de Ouspensky con Gurdjieff.
Ouspensky
posee
una formación científica. Ha publicado en 1909 un libro sobre la cuarta
dimensión. Con la esperanza de encontrar en Oriente una respuesta a las
preguntas a las cuales, según
el,
la ciencia de Occidente no aportaba solución, emprendió un gran viaje a
la India y a Ceilán. Regreso de ese viaje convencido de que su búsqueda
no era vana y que efectivamente había algo en Oriente, pero «que el secreto estaba guardado mucho más profundamente y mucho mejor de lo que él había previsto».
Esta
preparando un nuevo viaje, esta vez al Asia Central rusa y a Persia,
cuando le hablan del sorprendente personaje recientemente aparecido en
Moscú.
Su primera entrevista con Gurdjieff modificaría todos sus planes:
1.- En Fragmentos de una enseñanza desconocida, de P. D. Ouspensky.«Lo recuerdo muy bien. Habíamos llegado a un pequeño café, situadofuera del centro, en una calle ruidosa. Vi a un hombre que ya no erajoven, de tipo oriental, con bigotes negros y ojos penetrantes; al principioatmósfera; estaba aún saturado de mis impresiones de Oriente, y estehombre con cara de rajá hindú o de jeque árabe, que hubiera visto mejorbajo un albornoz blanco o un turbante dorado, producía en ese pequeñocafé de tenderos y comisionistas, con su abrigo negro con cuello de terciopeloy su sombrero hongo negro, la impresión inesperada, extraña y casialarmante de un hombre mal disfrazado».