Introducción Preparado por Richard Milner y Vittorio Maestro,
editores principales de la revista Historia Natural
La idea de que la complejidad de un organismo es evidencia de
la existencia de un diseñador cósmico fue avanzada varios siglos
antes del nacimiento de Charles Darwin. Su exponente más conocido
fue el teólogo inglés William Paley, creador de la famosa analogía
del fabricante de relojes. Si encontramos un reloj de bolsillo en un
campo, escribió Paley en 1802, inmediatamente podemos inferir que
fue producido no por procesos naturales actuando ciegamente pero por
un intelecto humano diseñador. De la misma manera, él razonó, el
mundo natural contiene abundante evidencia de un creador
sobrenatural. El argumento por diseño, como es conocido, prevaleció
como la explicación del mundo natural hasta la publicación del
Origen de las Especies en 1859. El peso de la evidencia que
Darwin acumuló tan pacientemente, convenció rápidamente a los
científicos de que la evolución por selección natural explicaba
mejor la diversidad y la complejidad de la vida. "No puedo creer,"
escribió Darwin en 1868, "que una teoría falsa pueda explicar tantas
clases de hechos."
Sin embargo, en ciertos círculos, la oposición al concepto de
la evolución ha persistido hasta el presente. El argumento del
diseño ha sido revivido recientemente por un número de académicos
con credenciales científicas, los cuales mantienen que su versión de
la idea (a diferencia de las ideas de Paley) es apoyada fuertemente
por la microbiología y por las matemáticas. Estos antievolucionistas
se diferencian de los creacionistas fundamentalistas en que ellos
aceptan que algunas especies sí cambian (pero no mucho) y que la
edad de la Tierra es mucho más de 6,000 años. Sin embargo, al igual
que sus predecesores, ellos rechazan la idea de que la evolución da
cuenta de la multitud de especies que vemos hoy en día. También
buscan colocar su concepto (conocido como diseño inteligente) dentro
del curriculum de ciencias de las escuelas.
La mayoría de los biólogos han concluido que los proponentes
del diseño inteligente muestran o ignorancia o un mal entendimiento
de la ciencia evolucionaria. A pesar de esto, sus propuestas están
siendo escuchadas en varios círculos políticos y educativos y
actualmente son el objeto de un debate dentro de la Junta de
Educación del estado de Ohio. A pesar de que la revista Historia
Natural no presenta o analiza a fondo en las páginas que siguen
el fenómeno del diseño inteligente, aquí ofrecemos para la
información de los lectores varias opiniones cortas por tres
proponentes principales de la teoría, conjuntamente con tres
respuestas. La sección concluye con una revisión del movimiento del
diseño inteligente escrita por una filósofa e historiadora cultural
quien ha monitoreado su historia por más de una década.
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Declaración sobre
el Diseño Inteligente El Reto de la Complejidad Irreducible Cada célula viviente contiene muchas máquinas
moleculares ultrasofisticadas. Por Michael J. Behe
Los científicos usan el término "caja negra" para referirse a
un sistema del cual se desconoce su funcionamiento. Para Charles
Darwin y sus contemporáneos, la célula viva era una caja negra, pues
su mecánica fundamental era totalmente desconocida. Ahora sabemos
que, muy lejos de estar formada por un tipo simple de protoplasma
uniforme (como creían muchos de los científicos del Siglo XIX) cada
célula viva contiene muchas máquinas moleculares
ultrasofisticadas.
¿Cómo podemos decidir si la selección natural Darwiniana
puede dar cuenta a la increíble complejidad que existe a nivel
molecular? El mismo Darwin definió el estándar cuando reconoció que
"Si se pudiera demostrar que ha existido algún órgano complejo que
no fue formado por numerosos y sucesivos cambios pequeños, mi teoría
se desmoronaría por completo."
Algunos sistemas parecen ser muy difíciles de formar por
modificaciones sucesivas. Yo llamo a estos sistemas irreduciblemente
complejos. Un ejemplo cotidiano de un sistema irreduciblemente
complejo es la humilde trampa para ratones. Ella consiste de (1) una
plataforma o base de madera; (2) un martillo de metal, el cual
aplasta al ratón; (3) un resorte con los extremos extendidos, el
cual propulsa al martillo; (4) un gatillo que suelta al resorte; y
(5) una barra de metal que conecta al gatillo y que sostiene armado
al martillo. Uno no puede atrapar a un ratón con solo una
plataforma, añadir después un resorte y atrapar a unos cuantos
ratones más, después añadir la barra de metal y atrapar otros
cuantos más. Todas las piezas deben estar un sus lugares antes de
poder cazar a un ratón.
Los sistemas irreduciblemente complejos no parecen ser buenos
candidatos a haber sido producidos por numerosos y sucesivos cambios
pequeños de sistemas predecesores, porque cualquier precursor al
cual le faltara una pieza crucial no hubiera podido funcionar. La
selección natural solo puede escoger entre sistemas que ya están
funcionando, por lo que la existencia en la naturaleza de sistemas
biológicos irreduciblemente complejos representa un poderoso reto a
la teoría Darwiniana. Podemos observar con frecuencia estos sistemas
en los organelos de las células, en los cuales la remoción de un
elemento causaría que el sistema completo dejara de funcionar. El
flagelo de las bacterias es un buen ejemplo. Ellos son como motores
fuera de borda que las células bacterianas usan para su
autopropulsión. Tienen una hélice larga, como un látigo, que es
girada por un motor molecular. La hélice está unida al motor por una
junta universal. El motor está sostenido por proteínas que actúan
como una base de estabilización. Otras proteínas actúan como
cojinetes que permiten al eje penetrar la membrana bacteriana. Hacen
falta docenas de proteínas para que obtener un flagelo operativo. En
la ausencia casi cualquiera de ellas, el flagelo no funciona o no
puede ser construido por la célula.
Otro ejemplo de complejidad irreducible es el sistema que
permite que las proteínas lleguen a los compartimentos subcelulares
apropiados. En la célula eucariótica existe un cierto número de
lugares donde ocurren labores especializadas, tales como la
digestión de nutrientes y la excreción de productos de desecho. Las
proteínas son sintetizadas afuera de estos compartimentos y pueden
llegar a sus destinos apropiados solo con la ayuda de químicos
"señaladores" que prenden y apagan a otras reacciones en los
momentos apropiados. Este flujo constante y regulado dentro de la
célula corresponde a otro asombroso sistema complejo e irreducible.
Todas las partes deben funcionar sincronizadamente o el sistema se
colapsa. Otro sistema más es el exquisitamente coordinado mecanismo
que causa la coagulación de la sangre.
Los libros de texto y los artículos científicos en bioquímica
describen los mecanismos de algunas de las máquinas moleculares
vivas que existen dentro de nuestras células, pero ofrecen muy poca
información sobre cómo evolucionaron estos sistemas por selección
natural. Muchos científicos admiten francamente su desconcierto
acerca de cómo han podido originarse, pero rechazan entretener la
hipótesis obvia: que quizás las máquinas moleculares parecen ser
diseñadas porque en realidad son diseñadas.
Yo tengo esperanza de que la comunidad científica
eventualmente admita la posibilidad del diseño inteligente, aún
cuando esta aceptación sea discreta y callada. Mi razón para ser
optimista es el avance mismo de la ciencia, la cual descubre cada
día nuevas complejidades en la naturaleza, las cuales son razones
frescas para reconocer el diseño inherente en la vida y en el
universo.
Respuesta de la evolución a Michael J.
Behe El Defecto en
la Trampa de Ratones El diseño inteligente falla el examen de la
bioquímica. Por Kenneth R. Miller
Para poder entender porqué la comunidad científica no está
muy impresionada por los intentos de resucitar el llamado argumento
del diseño, uno no tiene que ver más allá que el mismo ensayo de
Michael J Behe. Él afirma que los sistemas bioquímicos complejos no
pueden haber sido producidos por la evolución porque poseen una
cualidad que él llama complejidad irreducible. Al igual que con las
trampas de ratones, estos sistemas no pueden funcionar a menos que
cada una de sus partes se encuentre en el lugar apropiado. Dado que
"la selección natural solo puede escoger entre sistemas que ya están
funcionando" no existe ninguna forma por la cual los mecanismos
Darwinianos pueden haber producido los sistemas complejos que se
encuentran en las células vivientes. Y si estos sistemas no pueden
haber evolucionado, ellos han debido ser diseñados. Esa es la
totalidad de la "evidencia" bioquímica para el diseño
inteligente.
Irónicamente, el ejemplo del mismo Behe, la trampa de
ratones, muestra porqué está equivocada esta idea. Elimina dos de
las partes (el gatillo y la barra de metal) y puede que no tengas
una trampa de ratones pero tienes una máquina de tres partes que
hace un clip de corbata o un clip de papel perfectamente funcional.
Quita el resorte y tienes un llavero de dos partes. El gatillo de
algunas trampas puede ser usado como un anzuelo y la base de madera
como un pisapapeles; aplicaciones útiles de las demás partes
incluyen una gran variedad de cosas como mondadientes, cascanueces y
tablillas sujetapapeles. El punto, entendido desde hace mucho tiempo
por la ciencia, es que pedazos y piezas de las máquinas
supuestamente irreduciblemente complejas pueden haber tenido
diferentes (pero aún útiles) funciones.
La contención de Behe de que todas y cada una de las piezas
de una máquina, mecánicas o bioquímicas, deben estar ensambladas en
su forma final antes de que algo útil pueda emerger, es simplemente
falsa. La evolución produce máquinas bioquímicas complejas por medio
de copiar, modificar y combinar proteínas previamente usadas para
otras funciones. ¿Quiere ejemplos? Los sistemas en el ensayo de Behe
nos sirven muy bien.
Él escribe que la ausencia de "casi cualquiera" de sus partes
hace que el flagelo bacteriano "no funcione." Pero, ¿adivine qué? Un
pequeño grupo de proteínas del flagelo sí funciona sin el
resto de la máquina. Es usado por muchas bacterias como un
dispositivo para inyectar venenos a otras células. A pesar de que la
función llevada a cabo por esta parte pequeña es diferente cuando
trabaja sola, aún así puede ser influenciada por la selección
natural.
Las proteínas clave que aglutinan la sangre siguen este
patrón también. Ellas son, en realidad, versiones modificadas de
proteínas que son usadas por el sistema digestivo. El elegante
trabajo de Russell Doolittle ha mostrado como la evolución duplicó,
reasignó y modificó a estas proteínas para producir el sistema de
coagulación de la sangre en los vertebrados.
Y Behe puede levantar las manos y decir que él no
puede imaginarse como los componentes que mueven las proteínas entre
los compartimentos intracelulares pueden haber evolucionado, pero
los científicos que trabajan con estos sistemas están completamente
en desacuerdo. En un artículo de la revista científica Cell
(Célula) en 1998, un grupo de científicos del Instituto
Sloan-Kettering liderado por James Rothman, describió la
extraordinaria simplicidad y uniformidad de estos mecanismos. Ellos
también notaron que estos mecanismos "sugieren en una forma natural
como pudieron evolucionar en primer lugar los muchos y diversos
compartimentos en las células eucarióticas." Parece entonces que los
investigadores activos ven algo muy diferente de lo que ve Behe en
estos sistemas. Ellos ven a la evolución.
Si Behe desea sugerir que las complejidades de la naturaleza,
la vida y el universo revelan un mundo de significado y propósito
consistente con una inteligencia divina, su punto es filosófico, no
científico. Incidentalmente, es un punto de vista filosófico que yo
comparto. Sin embargo, para apoyar este punto de vista, uno no debe
encontrar necesario pretender que sabemos menos de lo que realmente
sabemos sobre la evolución de los sistemas de vida. En el análisis
final, la hipótesis bioquímica del diseño inteligente fracasa, no
porque la comunidad científica se cierre a ella, sino por la razón
más básica de todas: porque está abrumadoramente contradecida por la
evidencia científica.
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Declaración
sobre el Diseño Inteligente Detectando el Diseño en las Ciencias
Naturales La
inteligencia deja atrás una seña o evidencia
característica. Por William A. Dembski
En la vida ordinaria, las explicaciones que invocan al azar,
a la necesidad o al diseño cubren todas las eventualidades. Sin
embargo, en las ciencias naturales, una de estas modalidades se
considera superflua. El diseño. Desde la perspectiva de las ciencias
naturales, el diseño, como la acción de un agente inteligente, no es
una fuerza creativa fundamental en la naturaleza. Al contrario, las
causas naturales ciegas, caracterizadas por el azar y la necesidad y
reguladas por leyes sin romper, son pensadas suficiente para llevar
a cabo toda la creación de la naturaleza. La teoría de Darwin es un
caso en particular.
¿Pero cómo sabemos que la naturaleza no necesita ayuda de una
inteligencia diseñadora? Con certeza, en las ciencias especiales,
desde la forénsica a la arqueología a la Búsqueda de Inteligencia
Extraterrestre (SETI en inglés), el apelar a una inteligencia
diseñadora es indispensable. Es más, dentro de estas ciencias
existen técnicas bien desarrolladas para identificar la
inteligencia. Esencial para estas técnicas es la habilidad de
eliminar al azar y a la necesidad.
Por ejemplo, ¿cómo puede la radioastrónoma en la película
Contacto (protagonizada por Jodie Foster y basada en la
novela del mismo nombre por Carl Sagan) inferir la presencia de
inteligencia extraterrestre en los pulsos y pausas provenientes del
espacio que ellos monitorean? Los investigadores analizan las
señales por medio de computadoras que están programadas para
reconocer muchos patrones predeterminados. Las señales que no
encajan con estos patrones pasar por el "tamiz" y son clasificadas
como al azar. Después de años recibiendo señales "azarosas" que
aparentemente no significan nada, los investigadores descubren un
patrón de pulsos y pausas que corresponde a la secuencia de todos
los números primos entre 2 y 101. Los números primos, por supuesto,
son aquellos divisibles solamente por si mismos y por uno. Cuando
una secuencia comienza con dos pulsos, luego una pausa, 3 pulsos,
luego una pausa ... y continúa hasta 101 pulsos, los investigadores
deben inferir la presencia de una inteligencia
extraterrestre.
He aquí el porqué. No existe nada en las leyes de la física
que requiere que las señales de radio tomen una forma u otra. La
secuencia es entonces contingente en vez de necesaria. Además, es
una secuencia larga y, por lo tanto, compleja. Note que si la
secuencia carece de complejidad, puede ser fácilmente producida por
el azar. Finalmente, no solo era compleja, pero exhibía un patrón o
especificación dada independientemente (no solo era una secuencia
cualquiera de números, pero una secuencia matemáticamente
significativa: los números primos).
La inteligencia deja tras de sí una marca o señal
característica, la cual yo llamo "complejidad especificada." Un
evento exhibe complejidad especificada si es contingente y, por lo
tanto, no necesario; si es complejo y, por lo tanto, no fácilmente
repetible al azar; y si es especificado en el sentido de exhibir un
patrón dado independientemente. Note que la complejidad en el
sentido de la improbabilidad no es suficiente para eliminar el azar.
Tire una moneda suficientes veces y será testigo de un evento
altamente complejo o improbable. Aún así, usted no tendrá razón
alguna para no atribuirlo al azar.
El punto importante acerca de las especificaciones es que
ellas deben ser dadas objetivamente y no impuestas a los eventos
después de los hechos. Por ejemplo, si un arquero dispara flechas
contra una pared y nosotros después pintamos los blancos alrededor
de ellas, estamos imponiendo un patrón después de los hechos. Al
contrario, si se colocan blancos al principio ("especificados") y
luego el arquero les pega con exactitud, sabemos que fue por
diseño.
En mi libro La Inferencia del Diseño, yo argumento que
la complejidad especificada detecta con certeza al diseño. Sin
embargo, en ese libro me enfoco principalmente en ejemplos del ser
humano en vez de ejemplos de las ciencias naturales. La crítica
principal a este trabajo hasta la fecha se refiere a si el mecanismo
Darwiniano de la selección natural y la variación al azar no son, de
hecho, capaces de generar complejidad especificada. Más
recientemente, en Sin Almuerzo Gratis, yo muestro que los
procesos naturales no dirigidos tales como el mecanismo Darwiniano,
son incapaces de generar la complejidad especificada que existe en
los organismos biológicos. De esto sigue que el azar y la necesidad
son insuficientes para las ciencias naturales y que las ciencias
naturales deben dejar algo de espacio para el diseño.
Respuesta de la evolución a William A.
Dembski El Teatro de la
Ciencia y el Misterio El caso del agente secreto. Por Robert T.
Pennock
William A. Dembski afirma detectar "complejidad especificada"
en las cosas vivientes y argumenta que esto es prueba de que las
especies han sido diseñadas por un agente inteligente. Una falla de
este argumento es que él quiere definir el diseño inteligente por
una negativa, es decir, como algo que no es ni al azar ni por
necesidad. Pero la definición es amañada: la necesidad, el azar y el
diseño ni son categorías mutuamente exclusivas, ni tampoco agotan
las posibilidades. Por ende, uno no puede detectar a un agente
inteligente por el proceso de eliminación que él sugiere. La ciencia
requiere evidencia positiva. Esto es el caso cuando uno trata de
detectar la huella de la inteligencia humana, pero es especialmente
cierto cuando se analiza la extraordinaria declaración de que la
complejidad biológica es diseñada intencionalmente.
Sobre este tema, las analogías del arquero y del SETI de
Dembski son pistas falsas, pues ellas dependen tácitamente de un
entendimiento a priori del intelecto humano y de la motivación, así
como de procesos causales relevantes. Una inferencia de diseño como
aquella de la película Contacto, por ejemplo, dependería del
conocimiento previo sobre la naturaleza de las señales de radio y de
otros procesos naturales, junto con asumir que una secuencia de
números primos es el tipo de patrón que otro científico escogería
enviar como una señal. Sin embargo, las secuencias extrañas
encontradas en el ADN son muy diferentes a las series de números
primos. Dembski no tiene ninguna forma de mostrar que los patrones
genéticos fueron "montados a priori" o "dados
independientemente."
Dembski ha sido publicitado como "el Isaac Newton de la
teoría de la información," y en sus escritos, los cuales incluyen
los libros que él cita en este ensayo, él insiste que su "ley de la
conservación de la información" prueba que los procesos naturales no
pueden aumentar la complejidad biológica. Él no explica su caso aquí
y refutarlo tomaría demasiado espacio. Sea suficiente decir que
existe una conexión entre la noción técnica de la información y la
entropía, de tal manera que el argumento de Dembski se destila a una
reformulación de la vieja declaración de los creacionistas de que la
evolución viola a la segunda ley de la termodinámica. Simplemente,
esta ley dice que en el universo existe una tendencia a la
disminución de la complejidad. Los creacionistas se preguntan
entonces cómo pueden los procesos evolucionarios producir formas de
vida más complejas a partir de unas más primitivas. Pero desde hace
mucho tiempo sabemos porqué este tipo de argumento falla: la segunda
ley de la termodinámica se aplica a sistemas cerrados y los sistemas
biológicos no son cerrados.
En el proceso evolucionario, un aumento en la complejidad
biológica no representa un "almuerzo gratis". Este aumento está
comprado y pagado, debido a que la variación genética al azar está
sujeta a la selección natural por el ambiente, el cual ya está
estructurado. De hecho, los investigadores están empezando a usar
los procesos Darwinianos, implementados en computadoras o in vitro,
para evolucionar sistemas complejos y para proveer soluciones a los
problemas de diseño en formas tales que están fuera del poder de
meros agentes inteligentes.
Si de verdad pensáramos que la información genética es
similar a las señales en la película Contacto, ¿no deberíamos
inferir que fueron diseñadas por extraterrestres? Los teóricos del
diseño inteligente a veces mencionan a los extraterrestres como
posibles sospechosos, pero la mayoría parece tener sus ojos
dirigidos a un diseñador colocado un poco más arriba en los cielos.
El problema es que la ciencia requiere un modelo específico que
pueda ser probado o examinado. ¿Qué fue exactamente lo que hizo el
diseñador y cuándo lo hizo? Las hipótesis nebulosas de diseño de
Dembski, aún si las restringimos a los procesos naturales, proveen
poquísimo material que puede ser examinado, y una vez que los
procesos sobrenaturales se acuñan al proceso, éste pierde toda
posibilidad de ser examinado o probado.
Newton estuvo perplejo por las órbitas complejas de los
planetas. Él no pudo pensar en una forma natural para dar razón a su
orden y concluyó que Dios debe estar empujando suavemente a los
planetas para que el sistema continuara funcionando. (Quizás es en
este sentido que Dembski es el Newton de la teoría de la
información.) El origen de las especies pareció ser en un tiempo
igualmente misterioso, pero Darwin siguió las pistas encontradas en
la naturaleza para resolver el misterio. Uno puede, por supuesto,
retener la fe religiosa en un diseñador capaz de transcender los
procesos naturales, pero no hay manera de poder recoger sus huellas
digitales.
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Declaración sobre
el Diseño Inteligente Los Elusivos Iconos de la Evolución ¿Qué nos dicen en realidad los pinzones de Darwin y
las moscas de la fruta penta-aladas? Por Jonathan
Wells
Charles Darwin escribió en 1860 que "parece no haber más
diseño en la variabilidad de los seres orgánicos y en la acción de
la selección natural, que en el curso que sigue el viento cuando
sopla." A pesar de que muchas características de los organismos
vivos parecen ser diseñadas, la teoría de Darwin expresó que ellas
fueron en realidad el resultado de procesos sin dirección, tales
como la selección natural y la variación al azar.
Sin embargo, las teorías científicas deben compaginar con la
evidencia. Dos ejemplos de evidencia en favor de la teoría de la
evolución de Darwin, utilizadas tan frecuentemente que yo las he
llamado "iconos de la evolución," son los pinzones de Darwin y la
mosca de la fruta penta-alada (de cuatro alas), del género
Drosophila. Sin embargo, me parece que ambos casos muestran que la
teoría de Darwin no puede dar cuenta de todas las características de
los seres vivos.
Los pinzones de Darwin consisten de varias especies en las
Islas Galápagos que difieren principalmente en el tamaño y la forma
de sus picos. Las diferencias en los picos están correlacionadas con
lo que las aves comen, sugiriendo que varias especies pueden haber
descendido de un ancestro común por medio de su adaptación a
diferentes comidas a través de la selección natural. En 1970, los
biólogos Peter y Rosemary Grant fueron a las Galápagos a observar
este proceso en el campo.
En 1977, los Grant observaron como una sequía severa eliminó
al 85% de una especie en particular en una de las islas. Los
sobrevivientes tenían, como promedio, picos un poco más largos que
les permitieron quebrar las semillas más duras que habían
sobrevivido a la sequía. Esto era la selección natural en acción.
Los Grant estimaron que veinte episodios como éste podrían
incrementar el tamaño de los picos lo suficiente como para crear una
nueva especie.
Sin embargo, cuando regresaron las lluvias, el tamaño
promedio de los picos regresó a lo normal. Desde ese entonces, el
tamaño de los picos ha oscilado alrededor de un promedio a medida
que el suministro de alimentos ha fluctuado con el clima. No ha
habido un cambio neto y no han emergido especies nuevas. De hecho,
puede estar ocurriendo lo opuesto, ya que varias especies de
pinzones de las Galápagos parecen estar uniéndose por
hibridación.
Los pinzones de Darwin y muchos otros organismos, proveen
evidencia que la selección natural puede modificar a características
existentes, pero solo en especies establecidas. Los criadores de
especies domésticas de plantas y animales han estado haciendo la
misma cosa por cientos de años con la selección artificial. Pero,
¿dónde está la evidencia de que la selección natural produce
nuevas características en nuevas especies?
Las nuevas características requieren nuevas variaciones. En
la versión moderna de la teoría de Darwin, esta variación proviene
de las mutaciones en el ADN. La mayoría de las mutaciones en el ADN
son dañinas y por lo tanto son eliminadas por la selección natural.
Sin embargo, unas cuantas tienen ventajas, como por ejemplo, las
mutaciones que aumentan la resistencia antibiótica en bacterias y la
resistencia a los pesticidas en plantas y animales. La resistencia a
los antibióticos y a los pesticidas son a menudo citadas como
evidencia de que las mutaciones en el ADN proveen las materias
primas para la evolución, pero ellas afectan solo a procesos
químicos. Los cambios evolucionarios mayores requerirían mutaciones
capaces de producir también cambios anatómicos
ventajosos.
Normalmente, las moscas de la fruta tienen dos alas y dos
"balancines," pequeñas estructuras detrás de las alas que les ayudan
a estabilizarse cuando vuelan. En los años 70, los geneticistas
descubrieron que una combinación de tres mutaciones en un gen
individual produce moscas en las cuales los balancines se
desarrollan como alas aparentemente normales. La mosca resultante,
con sus cuatro alas, a veces es usada para ilustrar como las
mutaciones pueden producir los tipos de cambios anatómicos que la
teoría de Darwin necesita.
Pero las alas extra no son estructuras nuevas, sino
duplicaciones de estructuras ya existentes. Es más, las alas extra
no tienen músculos y son, de hecho, peor que inútiles. Las moscas de
la fruta con cuatro alas están severamente incapacitadas, como un
pequeño aeroplano con sus alas extra colgando de su cola. Tal y como
es el caso con otras mutaciones anatómicas que se han estudiado
hasta ahora, estas mutaciones en las moscas no pueden proveer la
materia prima para la evolución.
En ausencia de evidencia de que la selección natural y las
variaciones al azar pueden dar cuenta de las características
aparentemente diseñadas que poseen los organismos vivos, el asunto
entero del diseño debe ser revisitado. Los estudiantes deben
aprender lado a lado con los argumentos de Darwin, que el diseño
permanece como una posibilidad.
Respuesta de la evolución a Jonathan
Wells La Naturaleza del
Cambio Los mecanismos evolucionarios dan comienzo a
diferencias estructurales básicas. Por Eugenie C.
Scott
Sin haber definido "diseño," Wells afirma que "muchas
características de los organismos vivos parecen ser diseñadas." De
allí él contrasta a la selección natural (no dirigida) con el diseño
(dirigido), aparentemente tratando de retornar a la noción
pre-Darwiniana de que un Diseñador es directamente responsable por
la forma en que los organismos encajan con sus ambientes. Darwin
propuso una explicación científica, no religiosa: la forma en que
los organismos encajan con sus ambientes es el resultado de la
selección natural. Como todas las explicaciones científicas, él se
basa en la causalidad natural.
Wells contiende que "la teoría de Darwin no puede dar cuenta
de todas las características de los seres vivos." Sin embargo, no
tiene por que darla. Hoy en día los científicos explican las
características de los seres vivos no solo invocando a la selección
natural sino también a una serie de procesos biológicos que Darwin
desconocía, incluyendo la transferencia de genes, la simbiosis, el
rearreglo cromosómico, y la acción de genes reguladores. Al
contrario de lo que Wells mantiene, la teoría evolucionaria no es
inadecuada. Ella encaja a la evidencia muy bien.
Leyendo lo que escribe Wells, uno puede no darse cuenta de la
importancia de los cuidadosos estudios de los Grant, los cuales
demostraron a la selección natural en tiempo real. El hecho de que
la sequía terminó antes de que los científicos observaran la
emergencia de nuevas especies es particularmente irrelevante; el
tamaño de los picos sí oscila a corto plazo, pero dada una tendencia
a largo plazo en el cambio climático, un cambio mayor en el tamaño
promedio puede esperarse. Wells también sobrestima la importancia de
la hibridación en los pinzones; ésta es extremadamente rara y puede
aún estar contribuyendo a una nueva especiación. Los pinzones de las
Islas Galápagos continúan siendo un ejemplo magnífico del principio
de la radiación adaptativa. Las varias especies que difieren
morfológicamente ocupan diferentes nichos. Las explicaciones de
Darwin fueron que ellas evolucionaron todas de un ancestro común y
los análisis genéticos proveen evidencia que lo confirma.
Wells admite que la selección natural puede operar en una
población y correctamente apunta hacia la genética para dar cuenta
del tipo de variación que puede llevar a "nuevas
características en nuevas especies." Pero él afirma que las
mutaciones, tales como aquellas que producen las moscas con cuatro
alas, no producen el tipo de cambio anatómico necesario para cambios
evolucionarios mayores. ¿No puede él ver más allá del ejemplo y ver
el principio? El hecho de que la primera demostración de un
mecanismo genético poderoso terminó produciendo una mosca que no
puede volar es irrelevante. Edward Lewis compartió un Premio Nobel
por el descubrimiento de estos genes, conocidos como el complejo
Ubx. Ellos tiene una importancia extraordinaria porque los
genes de este tipo ayudan a explicar los diferentes tipos de planes
corporales, los cuales representan las diferencias básicas
estructurales entre un molusco y un mosquito, entre una esponja y
una araña.
Los genes Ubx son parte de los genes HOX, los
cuales se encuentran en animales tan diferentes como esponjas,
moscas de la fruta y mamíferos. Ellos encienden o apagan a otros
genes involucrados en, entre otras cosas, la segmentación y la
producción de apéndices tales como antenas, patas y alas. Lo que
específicamente es construido depende de otros genes más tarde en el
proceso. Los diversos planes corporales de los artrópodos (insectos,
crustáceos, arácnidos) son variaciones de los temas de la
segmentación y de los apéndices, variaciones que parecen ser el
resultado de cambios en los genes HOX. Investigaciones
recientes muestran que los genes Ubx de las moscas suprimen
la formación de patas en los segmentos abdominales, pero que los
genes Ubx de los crustáceos no lo hacen. Un pequeño cambio en
el Ubx resulta en una gran diferencia en el plan
corporal.
Las mutaciones en estos interruptores primarios están
involucradas en la pérdida de las patas en las culebras, en el
cambio de aletas lobulares a manos, y en el origen de las mandíbulas
en los vertebrados. La duplicación de los segmentos iniciada por los
genes HOX permite la experimentación anatómica y la selección
natural cierne los resultados. "Evo-Devo," el estudio de la
evolución y el desarrollo, en un área muy activa para la
investigación científica, pero Wells implica que todo lo que esto
produce son moscas de la fruta lisiadas.
Wells argumenta que las explicaciones naturales son
inadecuadas y, por ende, que "los estudiantes deben aprender...que
el diseño permanece como una posibilidad." Debido a que en su lógica
el diseño implica a un Diseñador, él está recomendando de hecho que
la ciencia permita la causalidad no natural. En realidad, tenemos
explicaciones sólidas con las que trabajar, pero aún en el caso de
que no las tuviéramos, la ciencia solo tiene herramientas para
explicar las cosas en términos de la causalidad natural. Eso es lo
que hizo Darwin y eso es lo que estamos tratando de hacer
hoy.
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Perspectiva
General La Nueva
Evolución del Creacionismo El diseño inteligente trata sobre política y religión,
no sobre ciencia. Por Barbara Forrest
La infame decisión de Agosto de 1999 por la Junta de
Educación del Estado de Kansas de eliminar las referencias a la
evolución de los estándares de ciencia fue fuertemente influenciada
por proponentes de la teoría del diseño inteligente. A pesar de que
William A. Dembski, una de las figuras más prominentes del
movimiento, afirma que la "detectabilidad empírica de causas
inteligentes le provee al diseño inteligente el puesto de teoría
científica completa," sus proponentes invierten la mayor parte de
sus esfuerzos en convencer a los políticos y al público, no a la
comunidad científica.
El movimiento del diseño inteligente, arrancado por el libro
Darwin on Trial (1991) de Phillip E. Johnson, tomó cuerpo en
1996 en el Centro para la Renovación de la Ciencia y la Cultura
(CRSC en sus siglas en inglés), auspiciado por el Instituto del
Descubrimiento (Discovery Institute), un grupo de investigación
teórica de Seattle. Johnson, un profesor de leyes cuya conversión
religiosa catalizó sus esfuerzos antievolucionarios, ensambló a un
grupo de apoyo el cual promueve la teoría del diseño con sus
escritos, financiados por becas del SRSC. De acuerdo con una de sus
declaraciones de misión anteriores, el SRSC busca "nada menos que
derrocar al materialismo y a sus condenatorios legados
culturales."
Johnson se refiere a los miembros del CRSC y a su estrategia
como la Cuña, análogo a la cuña que parte al tronco de leña. Ellos
quieren decir que el diseño inteligente liberará a la ciencia de las
garras del "naturalismo ateístico." Los diez años de historia de la
Cuña revelan sus características más sobresalientes: los científicos
de la Cuña no poseen un programa de investigación empírica y,
consecuentemente, no han publicado ningún dato en revistas
científicas arbitradas (o en ninguna otra parte) en apoyo a sus
afirmaciones sobre el diseño inteligente. Lo que sí tienen es un
programa agresivo de relaciones públicas, el cual incluye
conferencias que ellos o sus seguidores organizan, libros o
artículos a nivel popular, reclutamiento de estudiantes
universitarios a través de charlas auspiciadas por los grupos
religiosos de las universidades, y el cultivo de alianzas con
cristianos conservadores y con figuras políticas de
influencia.
La Cuña busca "renovar" a la cultura americana por medio del
enraizamiento de las instituciones sociales más importantes en la
religión evangélica, especialmente la educación. En 1996 Johnson
declaró: "Esto en realidad no es, ni nunca ha sido, un debate sobre
ciencia. Esto se trata de religión y de filosofía." De acuerdo a
Dembski, el diseño inteligente "es simplemente los Logos de
Evangelio de Lucas traducidos al lenguaje de la teoría de la
información." Los estrategas de la Cuña buscan unificar a los
cristianos a través de la creencia compartida en la "simple"
creación, buscando así, en las palabras mismas de Dembski, "triunfar
sobre el naturalismo y sus consecuencias." Esto les permite a los
proponentes del diseño inteligente coexistir bajo una carpa grande
con otros creacionistas quienes explícitamente basan sus creencias
en una interpretación literal del Génesis.
"Como cristianos," escribe Dembski, "sabemos que el
naturalismo es falso. La naturaleza no es autosuficiente. ... Sin
embargo, ni la teología ni la filosofía pueden responder a la
pregunta evidencial de si la interacción de Dios con el mundo es
empíricamente detectable. Para responder a esta pregunta debemos
buscar en la ciencia." Jonathan Wells, un biólogo, y Michael J.
Behe, un bioquímico, parecen ser precisamente el tipo de individuos
del CRSC que le pueden dar al diseño inteligente su pasaje a la
credibilidad. Sin embargo, ninguno de los dos ha llevado a cabo
investigaciones para analizar la teoría y mucho menos producido
datos que den reto a las masas de evidencia acumulada por biólogos,
geólogos y otros científicos evolucionistas. Wells, parcialmente
influenciado por Sun Myung Moon, el líder de la Iglesia de la
Unificación, ganó su Ph.D. en estudios de religión y en biología
específicamente "para dedicar mi vida a destruir el Darwinismo."
Behe ve como la pregunta relevante si "la ciencia puede proveer
espacio para la religión." En el fondo, los proponentes del diseño
inteligente no están motivados en mejorar la ciencia sino en
transformarla en una actividad teística que apoye a la fe
religiosa.
Los seguidores de la Cuña están actualmente tratando de
insertar al diseño inteligente en los estándares de ciencia en las
escuelas del Estado de Ohio a través de la legislación estatal.
Anteriormente, el CRSC dio publicidad a su sitio web de ciencias
asegurándole a los educadores que su "curriculum Web puede ser
apropiado sin tener que meterse en guerras de adopción de libros de
texto," en efecto promoviendo a los educadores a saltarse los
procedimientos normales. Anticipando un caso prueba, la Cuña publicó
en la revista legal Utah Law Review, una estrategia legal
para ganar sanción judicial. Recientemente, el grupo casi tuvo éxito
en insertar a nivel federal en el Acta "Ningún Niño Dejado Atrás"
del año 2001 un "sentido del Senado" que apoyaba la enseñanza del
diseño inteligente. Entonces, el movimiento sigue avanzando, pero
sus tácticas no son un substituto para la ciencia
verdadera.
© El Museo Americano de Historia Natural, 2002. Reimpreso con
autorización de la revista Historia Natural y con permiso de los
autores. Por favor ver políticas de reimpresión.
Biografía de los
autores:
Richard Milner y Vittorio Maestro son editores
de la revista Historia Natural (Natural History), la
cual es publicada por El Museo Americano de Historia Natural. El
museo fue creado en 1869 en la ciudad de Nueva York, EEUU. La
revista fue establecida en 1900. http://www.naturalhistorymag.com/
Michael J. Behe, quien recibió su Ph.D. en bioquímica
de la Universidad de Pennsylvania en 1978, es profesor de ciencias
biológicas en la Universidad de Lehigh en Pennsylvania. Sus
investigaciones recientes se concentran en el papel del diseño y la
selección natural en la construcción de proteínas estructurales. Su
libro La Caja Negra de Darwin: El Reto Bioquímico a la
Evolución se encuentra disponible en pasta blanda (Touchstone
Books, 1998) http://www.lehigh.edu/~inbios/faculty/behe.html
Kenneth R. Miller es profesor de biología de la
Universidad de Brown. Sus trabajos de investigación en la estructura
y función de la membrana celular han sido publicados en tales
revistas científicas como Nature, Cell y el Journal
of Cell Biology. Miller es coautor de varios libros de texto
ampliamente utilizados a nivel de colegio y de universidad. En 1999
publicó Buscando al Dios de Darwin: La Búsqueda por un Científico
del Espacio Común entre Dios y la Evolución (Cliff Street
Books). http://bms.brown.edu/faculty/m/kmiller/
William A Dembski, quien tiene un Ph.D. en matemáticas
y filosofía, es profesor asociado de investigación en la Universidad
de Baylor y Senior Fellow del Discovery Institute en Seattle. Sus
libros incluyen: La Inferencia del Diseño: Eliminando el Azar a
Través de Pequeñas Probabilidades (Cambridge University Press,
1998) y Sin Almuerzo Gratis: Por Qué la Complejidad Especificada
No Puede Ser Obtenida Sin Inteligencia (Rowman &
Littlefield, 2001). http://www.designinference.com/
Robert T. Pennock es profesor asociado en estudios de
ciencias y tecnología y profesor asociado en filosofía en la Escuela
Lyman Briggs y en el Departamento de Filosofía de la Universidad
Estatal de Michigan. Él es autor de Torre de Babel: La Evidencia
en Contra del Nuevo Creacionismo (MIT Press, 1999) y editor de
Creacionismo por Diseño Inteligente y sus Críticas: Perspectivas
Filosóficas, Teológicas y Científicas (MIT Press, 2001). http://www.msu.edu/~pennock5/
Jonathan Wells recibió dos doctorados, uno en biología
celular y molecular de la Universidad de California en Berkeley y
uno en estudios de religión de la Universidad de Yale. Ha trabajado
como investigador postdoctoral en biología en la Universidad de
California en Berkeley y ha enseñado biología en la Universidad
Estatal de California en Hayward. Wells es también el autor de
Íconos de la Evolución: ¿Ciencia o Mito? Por Qué Mucho de lo que
Enseñamos Sobre la Evolución está Equivocado (Regnery
Publishing, 2000). http://www.arn.org/wells/jwhome.htm
Eugenie C. Scott posee un doctorado en antropología
física. En 1978, después de enseñar antropología física por quince
años a nivel universitario, aceptó el cargo de director ejecutivo
del Centro Nacional para la Educación en las Ciencias. Ella es
también presidente de la Asociación Americana de Antropólogos
Físicos. http://en.wikipedia.org/wiki/Eugenie_Scott
Barbara Forrest es profesor asociado de filosofía en
la Universidad de Southwestern Louisiana. Ella recibió su doctorado
de la Universidad de Tulane. Entre sus publicaciones académicas
recientes se encuentran "La Posibilidad de Significado en la
Evolución humana," en Zygon: Journal of Religion and Science,
Diciembre 2000. http://www.selu.edu/Academics/ArtsSciences/CAS_Endowed%20Chairs/doc/dr_forrest.html 20Chairs/doc/dr_forrest.html |