"LO IMAGINARIO EN EL CONTACTO OVNI"

Miguel Paz Bonells *

todo auténtico buscador de la verdad, debe comenzar por erradicar
para siempre la creencia de su mente y de su corazón...

Bajo  este atrayente título fue traducido al Castellano en  1990, por  la editorial española Heptada, la colección de  13  ensayos, escritos por reconocidos estudiosos, que enfocan aspectos  psicológicos muy interesantes en relación con el fenómeno OVNI (1)

El  lector  debe  saber que, a pesar de la  desinformación  y  el desconocimiento  imperantes sobre este tema por  demás  polémico, existen grupos de reconocida seriedad, internacionalmente dedicados a estudiarlo desde un punto de vista multidisciplinario.

En  el  mundo de las editoriales ocurre con  frecuencia  que  la traducción de un título no refleja la intención de los  diseñadores  originales;  en  este caso, tal vez tratando  de evitar  la complejidad  aparente  de la versión  en  Inglés  ("Ciberbilogical Studies of the Imaginal component in the UFO Contact Experience"), la editorial refiere indirectamente el enfoque de la problemática al reino de lo imaginario, cuando en realidad estamos en presencia de trabajos discímiles, que sólo podrían tener como denominador  común la prevalencia de características  psicológicas,  como veremos  muy especiales, en lo que respecta al fenómeno  conocido como abducción, es decir, el presunto secuestro de seres humanos por entidades alienígenas.

Una  traducción aceptable habría podido, al menos sub-titular  la obra,  por ejemplo, "Estudios del componente imaginal (2)  en  la experiencia  del  contacto OVNI, desde el punto de  vista  de  la Biología  Cibernética",  pero  pareciera  que  existen  actitudes tendenciosas  en  lo que respecta a la versión  española  de  los títulos  dentro de cierta clase de literatura, como  ocurrió  con "El  Retorno  de los Brujos", importante obra de Luis  Powels  y Jaque  Bergier que no tiene nada que ver con brujos, nombrada  en francés "El Amanecer de los Magos", alusión al resurgimiento,  en los tiempos modernos, de una visión científica de lo mágico y lo espiritual, seguramente inconveniente para determinados  sectores reaccionarios,

El compilador de estos ensayos, Dennis Stillings, comienza explicando que la Ciberbiología, o Biología Cibernética, es un término creado  por el ingeniero electrónico Earl Bakken, para  denominar los  procesos de autoregulación y la interacción  del consciente con  otros sistemas. Se hace cada vez más evidente  -afirma  Stillings- que los efectos de autoregulación dirigidos por la mente, ya  sea  que el agente sea el consciente o el  inconsciente,  no están circunscritos a una sola esfera, sino que pueden exteriorizarse hacia  otros  sistemas. Tampoco es  necesario  que  estos efectos surjan de una mente única, ya que se contempla la  probabilidad de que sean producto de una "psiquis de grupo".

Este  enfoque particular -continua Stillings- constituye el  tema central de la mayoría de los trabajos que presenta el  volumen... en el suyo, Carl Raschke denomina los OVNIs "agentes ultraterrestres de  desconstrucción  cultural"  (una especie de reingenieria, ahora  que  el término está de moda) al hacer referencia a la visión incisiva de Jacques Vallee, en la cual el OVNI representa un  "servomecanismo para el desarrollo de la inteligencia humana". Según Vallee,  los OVNIs  son parte del sistema de control de la  evolución humana, como podrían serlo los cambios a largo plazo en el clima  terrestre,  pero  sus efectos, en lugar de ser  sólo  físicos,  también repercuten  en nuestro sistema de creencias. Influyen en  lo  que llamamos nuestra vida espiritual. Afectan nuestras instituciones políticas, nuestra historia y nuestra cultura. Raschke diferencia entre "desconstrucción" y "destrucción", señalando que la desconstrucción, en lugar de destruir procede a sustituir gradualmente cada elemento de la estructura que representa la construcción misma, en este caso la cultura humana.

Esta noción particular nos parece extraordinariamente acertada, porque enfoca una de las implicaciones más impactantes de la percepción atenta del fenómeno: la concienciación de la posibilidad de que seamos una especie intervenida; su autor, sin embargo, anunciado como miembro facultativo del Departamento de Estudios Religiosos de la Universidad de Denver, le hace honor al dogmatismo que suele caracterizar estas posiciones, sugiriendo que la "desconstrucción" a que él se refiere podría actuar en la dirección de un sabotaje contra esa gran "necesidad humana que es la fe", de lo cual parece desprenderse que el verdadero título del trabajo debería haber sido algo así como "Agentes Diabólicos de Desconstrucción Cultural".

Hay algo que no queda lo suficientemente claro a lo largo de los trece ensayos que componen la obra, referidos practicamente todos a la creencia como factor determinante del fenómeno OVNI, dando la impresión de que el recopilador estuviese definitivamente inclinado a situarlo en el reino de la subjetividad. Dicho de otra manera, a pesar de que Stilling separa, aparentemente con fines metodológicos, el fenómeno OVNI en sí mismo de la creencia y de los mitos que el fenómeno ha generado a través de la historia, propone de hecho que nos concentremos en la realidad psíquica contenida en la experiencia con los OVNI’s, de manera que sea algo tan inmediato como el comportamiento humano lo que nos facilite la aproximación, eludiendo así lo que él mismo denomina "problemas imposibles de resolver", como sería -por ejemplo- el de su existencia o no-existencia, razón seguramente por la cual escogió la Biología Cibernética como elemento común de las diferentes proposiciones.

Conviene, entonces, analizar un poco la palabra creencia, sin duda muy  cara  a  la humanidad, que  desde los orígenes ha jugado un papel junto  a  sus tradiciones, mitos y búsqueda espiritual. El vocablo está fuertemente cargado de afectividad y controversia, por haberse  identificado  históricamente,  unas veces con la fe y otras  con  una posición contraria al saber. Lo cierto es que eso  que  solemos llamar  la  verdad no debería depender de lo que alguien  crea  o deje de creer, sino de lo estrictamente verificable (evidencias, hechos, experimentos, investigaciones, etc.), pero no ocurre así: la creencia, generalmente, marca pauta y tiende a imponerse sobre las verdades científicas.

Por su parte los creyentes, que proliferan tanto como los  escépticos, representan  un problema que Vallee  califica  como  "el fenómeno social" y el sólo hecho de que existan, nos referimos  a los  creyentes, justificaría por sí mismo cualquier esfuerzo  por comprender la verdadera situación. Se ha dicho que si el fenómeno OVNI  careciese totalmente de realidad física,  lo  cual  parece estar  negado, las implicaciones psicosociales de  este  supuesto ameritarían,  no  ya una investigación global  y profunda, sino cualquier nivel de preocupación por la salud mental de la humanidad,  dada la enorme cantidad de avistamentos y -sobre  todo-  de contactos, algunos traducidos ya en verdaderos cultos. Pensamos que la ingenuidad que caracteriza a esta categoría de seguidores, no tanto de los "objetos" voladores como de sus presuntos ocupantes, no hace sino complicar aún más el universo del problema.

 

Esperamos que la referencia ubique al lector con respecto a  este tratamiento,  no tan nuevo pero muy original, de un fenómeno  que según  autores  como  el ex-jesuita Salvador  Freixedo,  tal  vez marque  toda  la  evolución humana,  influyendo especialmente  a través de las religiones. Ante el carácter multiforme y  aparentemente ilógico de los OVNIs y sus implicaciónes a través de  los denominados CONTACTOS, es viable la elaboración de una  hipótesis de  trabajo sumamente amplia, que permita, por análisis, ir  descartando  factores y explicaciones, hasta poder dar algunas  respuestas satisfactorias a los innumerables interrogantes  que  se plantean los investigadores de vanguardia. De hecho el  contenido de esta obra, representa sólo una cara de la moneda.

De  todos los trabajos presentados nos llama  particularmente  la atención el titulado: "Señal de trascendencia: la ecuación  seres humanos-OVNIs", escrito por Peter M. Rojcewicz, quien insiste  de entrada  en  que no existe un sistema de  conocimiento capaz de comprender  totalmente el fenómeno en lo que respecta  al  rapto, debido a que la experiencia incluye factores mentales sujetos  a la  influencia personal y cultural. Transcribiremos  literalmente algunos párrafos: "Se requiere un enfoque -afirma- con una metodología que comprenda los hallazgos de las ciencias conductistas, físicas  y sociales para entender la naturaleza paradójica de  la experiencia con un OVNI, que de paso no es totalmente objetiva ni totalmente  subjetiva. Estos raptos (llamados también abducciones), exhiben una naturaleza múltiple que quizás pueda examinarse mejor en el contexto del conocimiento y de lo cognoscible".

Seguidamente  Rojcewicz, quien es Profesor de Humanidades  en  el Juilliard  School de la ciudad de Nueva York, inicia una  crítica sumamente  interesante de nuestra noción de realidad. "Existe  la idea generalizada -expresa- de que todo conocimiento comienza por los  sentidos.  Es posible que el conocimiento comience  en  los sentidos,  pero  no deriva de ellos: es  necesario  realizar  una clasificación  de  los datos sensoriales.  Heredamos mapas  de cultura  que  nos proveen de imágenes de lo que es  real  en  el mundo.  Por lo general comprendemos la realidad a través  de  un mapa sensorial, lo cual significa que consideramos real sólo lo que percibimos a través de los sentidos. La manera como  percibimos al mundo es fruto de una colaboración creativa entre nosotros y él".

Ilustraremos  sus palabras con un ejemplo: si tenemos  en  cuenta que,  estrictamente hablando, un fenómeno es -por definición-  la puesta  en  acción de nuestro aparato  perceptor  por  cualquier estímulo externo, digamos un relámpago acompañado del  respectivo trueno, podemos preguntar qué ocurriría sin la presencia  humana, sin alguien que defina esos estímulos y confirme simplemente  que se  trata de un relámpago, etc. Pongamos en el sitio  tres  seres vivientes,  un ratón, un hombre de ciencia y alguien  que  ignora completamente  la  verdadera naturaleza de lo que  está  pasando. Tendremos tres reacciones diferentes, dependiendo de la interpretación de cada uno de los tres seres, según su grado de  percepción  y  conocimiento. Antes de la física moderna  existía,  por supuesto, la radiación electromagnética, pero para nosotros no se trataba  de una "realidad", sencillamente porque  no  percibíamos ningún  efecto. Esta es la noción que Archibal Wheeler  denominó "Universo  Participatorio":  para que exista  un  fenómeno, debe existir  también  un  sujeto perceptor, y  su  percepción  estar irremediablemente  condicionada  por los medios de que  se  sirva para  percibir, en nuestro caso los sentidos, lo cual  es  válido para cualquier entidad viviente.

"La  idea  sobre raptos humanos por seres de otros mundos  no  se originó en la época moderna con los `platillos volantes'.  Todas las  culturas poseen leyendas y creencias al  respecto...  (pero) así  como  las creencias tradicionales pueden influir  sobre  las descripciones y las interpretaciones de las experiencias, también los  encuentros  anormales  recurrentes  pueden  modificar  estas mismas  creencias. La gente cree en los  raptos  extraterrestres porque  en realidad está sucediendo algo misterioso y no simplemente  porque  hay  un sistema de creencias  tradicional  que  lo permite y estimula" (subrayado nuestro).

"Durante los años 60, los investigadores se dieron cuenta de  que las  experiencias con los OVNIs, en particular los casos  de  Encuentros Cercanos, a menudo llevaban mplícito un aspecto aparentemente paranormal. Algunos testigos informaron de avistamentos espués de haber recibido instrucciones extrasensoriales que  les indicaban dónde encontrarlos; otros afirmaron haber experimentado curas milagrosas para sus enfermedades. Ante el aumento de  este tipo  de casos, se comenzó a pensar que la hipótesis que  postula que los OVNIs son objetos concretos era insuficiente y se preguntaron si el fenómeno podría estar asociado con lo psíiquico".

Igualmente, tal vez durante los 70, los investigadores empezaron a  considerar  variables explicativas distintas a  la  denominada Hipótesis Extraterrestre, proponiéndose, como término sustitutivo el de ULTRATERRESTRES, que da cabida a la posibilidad de  "realidades alternas" y a la existencia de otros universos  dimensionales. Algunos físicos de vanguardia, como lo afirma Carl Raschke, proponen que nuestro marco referencial de tiempo y espacio,  compuesto  basicamente  por  intercambio de materia  y  energía,  no abarca  el universo en su totalidad. De hecho existen  numerosos "mundos"  que  se pueden considerar simplemente  como  diferentes modelos de fluctuación de lo que Wheeler denomina "espuma cuántica"; en algunos "sitios" o en ocasiones especiales que los  físicos  llaman  "rarezas", estos conceptos, que por lo  general  van separados, se compenetran o se "comunican" entre sí...

Estamos, pues, ante la presencia de un fenómeno que posee historicidad, que conlleva efectos de orden físico, psíquico y social, con implicaciones culturales innegables. Paradójicamente  cierto porcentaje,  importante  por su profundidad,  de  la  información

existente sobre esta fenomenología, proviene de las inteligencias que,  aparentemente, están detrás de los contactos, con el agravante de que, si prescindimos de ella, estaremos de hecho descartando preciosos datos que amplían el sentido de las piezas del rompecabezas que hemos podido armar hasta ahora..  Se  trata, además,  de algo que, no solamente se niega a sí mismo, sino  que presenta una doble desinformación: la implicita, dada su elusividad  característica,  y aquella que -según  algunos  autores-  es interpuesta por ciertas agencias oficiales que compiten  con  la investigación civil... ¿ cómo se puede hablar, entonces, de componentes imaginarios?

Si hemos mencionado, a manera de hipótesis, la posible existencia de  una inteligencia, o tal vez grupos de ellas, actuando  detrás de  los contactos, responsable, aparentemente, de  la  elusividad que permite atribuirle al fenómeno un primer orden de  auto-negación,  no debemos olvidar que los perceptores son seres  humanos, por lo cual:

 

1.  Existe la suceptibilidad de una manipulación  del  medio psíquico, dadas las limitaciones de nuestro aparato perceptor.

2. La psicología humana contiene espacios que posibilitan el fraude  por  intereses egoicos, sin contar  las  psicopatías,  el condicionamiento cultural (creencias, mitos, ideologias), etc.

Lo anteriormente expuesto permite la consideración de variables a nivel consciente, subconsciente e infraconsciente, dentro de las cuales podrían justificarse hipótesis que contemplen la  creencia y  lo imaginario a manera de factores explicativos, no  en  todos

los  casos -por supuesto-, de los raptos o abducciones. Lo  peligroso sería quedarse sólo en esta clase de explicaciones, pretendiendo generalizarlas, lo cual parece ser la tendencia abierta de dos  de los trabajos presentados: "La ovnilogía como  un  sistema desarrollado  de la paranoia" y "Una teoría comprobable para  los informes  sobre raptos efectuados por OVNIs: la hipótesis de  los recuerdos perinatales".

Nunca  se repetirá demasiado que la ciencia es tan sólo una  gran hipótesis  de trabajo. Por su parte cualquier hipótesis  podría considerarse  como una explicación propuesta de fenómenos  dados, mientras la ciencia, dentro de este orden de ideas, vendría a ser una explicación ya confirmada, previa aplicación del método experimental, de esos mismos fenómenos. Dicho de otra manera, si una hipótesis funciona como explicación para cierto fenómeno, deja de ser hipótesis para convertirse en una verdad científica.

Ahora bien, el que tal explicación funcione, es decir, que explique  satisfactoriamente  los  hechos en  cuestión,  no  significa necesariamente  que estamos ante una verdad absoluta,  en  primer lugar  porque no existen verdades absolutas y en  segundo  porque hay  ejemplos históricos de verdades científicas  revaluadas  por nuevas hipótesis que -sin llegar a  descalificarlas-  les  han otorgado una funcionalidad más amplia, como es el caso de la  Ley de la Gravitación de Newton, en relación con ciertos  postulados de la Relatividad General formulados por Einstein.

La  ciencia  por sí misma no puede ser dogmática, es  decir,  que progresa  ciñéndose  a un método, que debe ser dialéctico  en  el sentido  de renunciar a cualquier toma de posición previa  en  lo que respecta a sus conclusiones... pero igualmente tampoco  puede ser objetva, porque la objetividad es o debe ser una cualidad del científico,  del hombre que hace ciencia. La misma no es,  pues, algo  terminado: se construye cada dia y sus logros van  haciendo que  coincidan  las  partes de ese gran rompecabezas  que  es  la verdad.

 

"Yo  no creo en los OVNIs" es una frase esgrimida  corrientemente por toda clase de personajes para zanjar discusiones que  podrían ser  muy productivas; el "yo creo", por su parte,  es  igualmente noscivo y denota una gran pereza mental y carencia de pensamiento crítico.  En  este sentido podemos afirmar que  todo  auténtico buscador  de la verdad, debe comenzar por erradicar para  siempre la creencia de su mente y de su corazón.

No  podemos dejar de mencionar los negadores a  ultranza,  peores aún que los creyentes y los no-creyentes, pues se trata de actitudes  sistemáticamente acríticas, que por lo general  defienden intereses de sectores determinados, especie de modernos obscurantistas.

"Independientemente  de  que existan o no  Objetos  Voladores  No Identificados, dice Stillings, nuestra época asiste al surgimiento de una mitología cuasi religiosa en torno a estas apariciones. Mucha  de la literatura sensacionalista que alimenta  este  mito, insiste en  la obsesiva idea de estar bajo la  vigilancia  o  el control  directo de mentes no terrestres, generando un estado  de ansiedad  y  de paranoia colectiva. Los mensajes de los  que  se llaman a sí mismos CONTACTADOS, no sólo repiten viejas  intuiciones apocalípticas -legítimas como toda intuición, sino que  sus perceptores asumen el roll de mediadores entre los hombres y unas entidades semi-divinas que vigilan y juzgan nuestro comportamiento"... lo que estas afirmaciones puedan tener de verdad, no puede desligarse, empero, de la misma actitud un tanto despectiva que la ciencia instituída muestra ante el fenómeno, a pesar de su extensión y complejidad; no debemos olvidar que para la gente de la calle esta "ciencia instituida" tiene un prestigio análogo al de una jerarquía religiosa para los feligreses convencidos, de manera que el hecho de "ignorar" algo equivale a negarle realidad en el ámbito de la mentalidad colectiva, que no dispondrá, en el momento necesario, de las herramientas mínimas de análisis.

Los ensayos que este libro presenta podrían verse, en fin, como una respuesta de  la psicología profunda ante la  proliferación  de ciertas implicaciones de la fenomenología en cuestión que, por otra parte -y es saludable subrayarlo-  no esta lejos de lo que, al menos a nivel de discurso,  nos proponen insistentemente  la gran mayoria de  las  religiones  y sectas proselitistas que abundan en la sociedad actual.

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1. Es conveniente precisar en alguna medida el significado que el término "fenómeno" ha adquirido dentro del discurso relacionado con los OVNI’s: la palabra designa, en rigor, la captación de cualquier estímulo por parte de nuestro aparato perceptor, es decir, que presupone una causa externa generadora de esos mismos estímulos sensoriales. Popularmente, sin embargo, se ha dado en llamar fenómeno a estímulos cuya causa generadora no está determinada, al punto de que la palabra se ha convertido en sinónimo de "cosa extraña" y hasta de monstruosidad. De esta manera la expresión "fenómeno OVNI" puede interpretarse como algo que es percibido pero cuya naturaleza no está detertminada en el contexto de lo conocido.

2. "Imaginary" puede traducirse como imaginario, fantástico, pero el significado de "imaginal" parece estar más cerca de  factores de subjetividad, siendo, además, aceptable en Castellano.-

 

 

 

*  Analista de lo paranormal. Participó como observador en  el  Congreso "Nuevas Fronteras de la Ciencia", celebrado en San José, Costa Rica  (1985), donde trece reconocidos investigadores  estudiaron, durante cinco dias, el fenómeno en cuanto realidad  física  y sus implicaciones psicológicas y sociales.- Ha dictado conferencias sobre el tema en universidades del Estado Zulia. Dirección: Apartado Postal 35, Ciudad Ojeda 4019A; mpazb53@hotmail.com