La evaluación de
producto del autor:
Ventajas: |
Propone un erotismo "fuera de
este mundo" |
Desventajas: |
Sólo Dios sabe si fue
cierto |
Recomendar a
compradores potenciales: |
sí |
"¿Qué
cómo era ella?... ¡Santo Cielo! Era la criatura de sexo
femenino más extrañamente hermosa que jamás haya visto. Y digo
criatura porque estoy seguro de que no se trataba exactamente
de un ser que uno pudiera clasificar de humano. O al menos, no
sería posible, en lo absoluto, determinar su raza, en el caso
de que fuera realmente humana.
Como les venía diciendo, yo estaba tirado en una gran
alfombra gruesa y mullida, solo, literalmente desnudo y muy
asustado, en medio de aquella especie de habitación de paredes
metálicas que se encontraba totalmente iluminada por un
resplandor cuyo origen no pude determinar, ya que no se veían
bombillas por ningún lado; la luz parecía provenir de las
mismas paredes. El silencio era absoluto: hasta se podían
escuchar claramente los latidos de mi corazón. De repente se
abrió una puerta, la cual se deslizó de abajo hacia arriba
como en las naves de las películas, y apareció ante mí,
completamente desnuda, aquella hembra exuberante y hermosa que
me hizo vivir el momento de placer sexual más intenso y
excitante que jamás haya experimentado, el cual dudo mucho que
se vuelva a repetir.
Era muy alta, de más o menos 1,90
metros. Su cuerpo, de proporciones exactas y curvas
increíbles, estaba exquisitamente diseñado; su forma, su
complexión, eran realmente fantásticas; se diría que llevaba
una estricta rutina en el gimnasio. Sus senos, de un tamaño
moderado, pero no por ello menos voluptuosos, eran
perfectamente redondeados y firmes. Su abdomen era plano, y
podían apreciarse ligeramente los músculos que lo conformaban.
Sus piernas y brazos estaban bien torneados, consistentes, sin
nada de flacidez o falta de enjudia. Sus nalgas eran amplias,
voluminosas y bien contorneadas. Y su piel era muy blanca,
aunque a veces daba la impresión de ser color canela. Carecía
completamente de vello, aún en su zona genital. En suma,
podría decirse que me encontraba ante una verdadera obra de
arte griego, una Afrodita de carne y hueso. Y, bueno, hasta
aquí pareciera que se trataba simplemente de una auténtica
mujer, ya que todos los atributos descritos son genuinamente
humanos. Pero, he aquí el otro conjunto de rasgos que
definitivamente me hicieron dudar acerca de la naturaleza y la
procedencia de aquel ser de belleza increíble: Su cabeza, de
tamaño normal, tenía un largísimo cabello sedoso y
completamente blanco, que llegaba hasta poco más arriba del
cóccix. Su rostro era ligeramente ovalado y de frente ancha, y
parecía un mosaico de elementos multirraciales: sus ojos,
hermosísimos, azules como el cielo del estío, eran rasgados
como los de las orientales, de un tipo más bien japonés. Su
nariz era recta al estilo griego. Sus labios, carnosos y
bastante provocativos, podrían equipararse a los de una latina
caribeña, o aún a los de una fémina de raza semítica. Pero,
sin lugar a dudas, lo más extraordinario fueron los seis dedos
que pude contar en cada una de sus manos y pies.
Lo que ocurrió después ya ustedes lo saben: ella se me
abalanzó y de una manera suave, rítmica y sumamente excitante
empezó a besarme y a acariciarme… Lo demás es historia…".
Octubre de 2004.
Nota: En el año 1957, Antonio Vilas Boas, un granjero
de Brasil, afirmó haber sido secuestrado una noche por seres
extraterrestres cuando regresaba a su casa después de terminar
sus labores en el campo. Lo que aquí se narra, si bien no
corresponde exactamente al relato de Vilas Boas, está basado
en el testimonio que él dio a los investigadores de su
caso.