martes 7 de julio de 2009

Palomares del Río: Una puerta al más allá



A escasos catorce kilómetros de Sevilla se encuentra Palomares del Río, una pequeña localidad del Aljarafe sevillano que, en los últimos años, se ha convertido en epicentro de unos enigmáticos sucesos. Avistamiento de luces extrañas, seres fantasmales, psicofonías e incluso una variante de la célebre “chica de la curva” son algunos de los incidentes que relatan los testigos. ¿Qué tiene de especial esta población andaluza para atraer como un imán tantos fenómenos extraños?

Por José Manuel García Bautista


En los últimos años, la localidad sevillana de Palomares del Río parece haberse convertido en un auténtico imán para un sinfín se suceso extraordinarios y no son pocos los vecinos y visitantes que han terminado convirtiéndose en testigos privilegiados de misteriosos fenómenos sin explicación aparente.

Fue el investigador local Jesús S. Conejero quien nos pudo tras la pista de uno de estos inquietantes incidentes. Según numerosos rumores, en los últimos años los miembros de la Guardia Civil y la policía local de esta población se habrían acostumbrado a escuchar el testimonio de atemorizados conductores que relatan el mismo suceso. Mientras circulaban por una curva situada en la entrada del pueblo, una figura –a quién ya han bautizado con el nombre de “el hombre de la curva” se les echa encima inesperadamente, siendo atropellado. Cuando los testigos bajan de sus vehículos, pensado que han matado a una persona, se encuentran con que no hay restos del fatal accidente.

No lejos de esta curva se encuentran los restos de los antiguos baños árabes, un atractivo complejo restaurado recientemente, cuya construcción se remonta al siglo XIII. También allí se han registrado, en determinadas noches, la misteriosa aparición de una silueta luminosa. Según los numerosos testigos que la han observado, la figura espectral sale del recinto de aguas templadas y comienza a peregrinar en un recorrido cíclico que concluye en el nuevo jardín de las instalaciones. Estas apariciones no son algo reciente, sino que se remontan varias décadas atrás. Uno de los testigos, Juan Rodríguez, recuerda como si fuera hoy lo que le tocó vivir. Un día, al regresar de la feria del pueblo, su hijo señalaba insistentemente en dirección a los baños árabes. En un principio Juan no prestó atención al niño, creyendo que era un capricho infantil y para que se calmara decidió montarlo en la noria antes de regresar a casa. Fue entonces cuando el pequeño le dijo que veía un ángel, un ser luminoso, salir de aquella casa solitaria. Intrigado, Juan decidió acercarse al lugar y pudo ver con sus propios ojos aquella aparición. A pesar de la escasa distancia a la que se encontraban los testigos, el supuesto espectro no dio muestras de haberse percatado de su presencia. Simplemente realizó su recorrido sin prestarles atención. Esta experiencia dejó muy marcados a ambos protagonistas, pero no son los únicos en haber presenciado algo similar. Son muchos los vecinos de Palomares del Río que han tenido la oportunidad de enfrentarse a algo aparentemente sobrenatural en las cercanías o en las propias instalaciones de los baños árabes.

Algunos de los investigadores que se acercaron allí en busca de evidencias de los extraños fenómenos pudieron obtener varias psicofonías. Existe incluso una filmación de la misteriosa silueta, aunque los investigadores no terminan de ponerse de acuerdo sobre su auténtico origen, pudiendo tratarse de un simple reflejo.

Las pesquisas en el lugar aún continúan, e incluso se realizó una investigación en el recinto con la autorización del Ayuntamiento, a la que asistieron miembros del diario Palomares Digital y de la televisión local, así como un concejal del propio municipio.

Luces Misteriosas

Esta zona de palomares también es especial por otros fenómenos extraños que, desde sus inmediaciones, han denunciado la aparición o el avistamiento de extraños objetos volantes no identificados. Curiosamente allí comienza la denominada Cornisa del Aljarafe, en la que los ufólogos sevillanos han documentado decenas de avistamientos a lo largo de las últimas décadas. Aunque su proximidad con la capital sevillana no la convierte en un lugar idóneo para la observación de estos fenómenos, a causa de la contaminación lumínica, lo cierto es que muchas personas dicen haber visto extrañas luces, esferas luminosas que descienden hasta casi tocar el camino que lleva a la fuente de la Rihuela.

Uno de estos testigos, Rafael Sánchez, explicó a AÑO/CERO como un día vio una extraña “bola de luz” en las cercanías de la fuente. El extraño objeto, que tenía forma de gota de agua invertida, era plateado y muy luminoso, y permanecía inmóvil y muy resplandeciente en las cercanías de otro lugar mágico del pueblo, igualmente marcado por un largo historial paranormal. Aquel día el miedo dominó a Rafael Sánchez y, sin pensarlo dos veces aceleró su coche sin mirar atrás. Según nos confesaría él mismo al relatarnos su experiencia, tiempo después lamentó no haber permanecido en el lugar más tiempo, ya que le habría gustado averiguar qué era aquello que vio posado en el suelo de Palomares.

En otros casos los vecinos describen extrañas luces de colores pulsantes, de cuyo interior parecen surgir otras más pequeñas, o artefactos de color verdoso que vuelan lentamente antes de desaparecer a gran velocidad, realizando maniobras increíbles ante los ojos de los asombrados testigos.

La Casa de la Loca

Nuestra siguiente parada en el pueblo es, seguramente, uno de los lugares que más repercusión mediática ha alcanzado en los últimos tiempos. Apartada de la carretera principal y situada al final de un camino polvoriento, se levanta una antigua casa de dos plantas, hoy abandonada y casi derruida, que se conoce popularmente como “Casa de la Loca”. La antaño bella vivienda se ha convertido hoy en el epicentro de supuestos fenómenos extraños que han captado la atención de investigadores locales como Francisco del Toro, Ángel Rivero, Jesús Jiménez o José Antonio Gallego. Todos ellos han dedicado muchas horas a investigar en su interior, obteniendo curiosas psicofonías, quizá relacionadas con el pasado del lugar, al parecer cargado de dramas y tragedias personales. Incluso programas de televisión como El Buscador de Historias, de Tele5, han dirigido la atención a los supuestos fenómenos paranormales que allí se producen.

Según los testigos, en este edificio se ha registrado la aparición de una señora mayor que se pasea por la planta baja de la vieja casa o que observa semioculta desde una de las ventanas. En otras ocasiones la anciana aparece rodeada de luz y se le ha visto en la segunda planta, paseando de una habitación a otra. Uno de los testigos de estos sucesos fue, precisamente, el investigador Francisco del Toro: “Aquel día me encontraba en la casa, recogiendo audios y tratando de registrar cualquier cosa extraña que pudiera producirse. Entonces, al caer la noche, pude ver en una ventana una forma encorvada, una figura humana allí arriba, donde es imposible que hubiera nadie porque, en primer lugar, no hay escaleras para subir. Y segundo porque yo sabía perfectamente que no había nadie allí…No sé lo que era aquella forma, pero desde luego la vi perfectamente”.

Otros testigos han tenido encuentros similares en el edificio. En cierta ocasión Manuel F. se encontró con alguien que le observaba desde los restos del mirador. “Era una señora mayor, vestida con ropa oscura y pelo canoso, que miraba con cara de tristeza”, explicó a AÑO/CERO. “Fue cuestión de segundos, pero al llegar al pueblo pregunté y me dijeron que, si había sido en “Casa de la Loca”, era el fantasma que habita el lugar”.

Es posible que la respuesta a todos estos fenómenos se encuentre en la propia historia del edificio y de sus moradores.

En Palomares se dice que en esta casa vivía una señora mayor que sufrió la incomprensión de su propia familia. Según los más viejos del lugar, una joven de acomodada posición se enamoró perdidamente del hijo del guardia de la finca. Era un amor imposible ya que no gozaba de la aprobación del padre de la muchacha. A pesar de todo, la joven aprovechaba cualquier ocasión para ver a su amado. Cuando el padre lo descubrió, obligó al muchacho a alejarse de su hija. Cuando ella se enteró perdió la razón y quedó recluida en la casa, ya que sus padres se sentían avergonzados de la locura de su hija. Otras versiones, sin embargo, hablan de una enfermedad mental de la mujer, un tipo de mal que en fechas pasadas generaba un halo de rechazo e incomprensión pero omiten la historia de amor frustrado.

Curiosamente en la zona se ha obtenido psicofonías en las que una voz apesadumbrada dice: “Estoy muerta” o, agitadamente, “Te espero en el pozo”. La inquietante voz podría referirse a un pozo que está a pocos metros de la casa, cegado por el paso del tiempo y sin que nadie se atreva a examinar en su interior para saber si más allá de esta afirmación se ocultan las claves de algún suceso trágico, ya que algunos vecinos aseguran que el cadáver de la mujer no apareció jamás. Hoy sabemos que Gabriela Ciaurriz –pues así se llamaba- está enterrada en el cementerio de una localidad vecina. Lo que no podemos saber es si parte de sus penas y amarguras siguen manifestándose de alguna forma en la casa que durante tanto tiempo habitó.

Diego Reinares es un redactor del programa de Tele 5, El Buscador de Historias, que pudo vivir en persona los fenómenos que allí se producen. En una noche repleta de sucesos extraños, Diego pudo escuchar perfectamente unos pasos dados por “algo” invisible y que quedaron registrados por los micrófonos de las cámaras. Por si fuera poco, el periodista escuchó una voz susurrante de origen desconocido que lo llamó cuando se encontraba en el jardín interior de la casa.

Durante aquella noche de investigación en “La Casa de la Loca” estaban también presentes cuatro jóvenes que acudieron a curiosear. Uno de ellos, Antonio G., sacó varias fotos extrañas en el interior de la vivienda. Las imágenes fueron enviadas al investigador Josep Guijarro, quién certificó ante las cámaras de televisión que había algo en formación en la instantánea, de carácter fijo, que no era un objeto lanzado y fotografiado, sino que se estaba formando y que, cuando menos, las fotografías resultaban difíciles de explicar.

Los Cinco de Rihuela

Muy cerca de esta misteriosa casa, a escasos quince metros, se encuentra la llamada “fuente de la Rihuela”. Al parecer en este lugar fusilaron a cinco personas, que todo el pueblo conoce como “los cinco de la Rihuela”. Esta terrible historia nos conduce directamente al cementerio del pueblo. Normalmente los camposantos son lugares solitarios y tranquilos. Sin embargo el de Palomares del Río parece mostrar una mayor actividad…Según nos explicaron los investigadores Juan Luis Rodríguez y Jesús S. Conejero, durante mucho tiempo varios testigos aseguraron que, entre tumbas y nichos, aparecía un ser translúcido que vagaba por el cementerio, hasta que se detenía en un punto concreto, señalando una ubicación. Las flores que adornaban las tumbas –y los recipientes que las contenían- volaban en su presencia sin que hubiera viento u otro motivo aparente que lo justificara. Además los vecinos dijeron escuchar extraños ruidos y susurros, también allí se registraron psicofonías inquietantes, tal y como explicó el investigador Luis Mariano Fernández en su programa de televisión “Mis Enigmas Favoritos”.

Una reciente remodelación en el cementerio añadió aún más misterio a los extraños sucesos. Durante las obras salió a la luz una fosa común cuya existencia se remontaba a la Guerra Civil. Al seguir cavando, aparecieron cinco cadáveres, que pronto fueron identificados como “los cinco de la Rihuela” y que durante tantos años habían estado perdidos. El lugar donde aparecieron no era otro que el indicado insistentemente por la figura translúcida vista por varios testigos. Tras el hallazgo, nadie ha vuelto a presenciar fenómenos extraños y la tranquilidad ha regresado al cementerio.