Parece que las perturbaciones
electromagnéticas que ocasionaron la desaparición del U.S. Elridge se dan
también en la Naturaleza. Es el caso de Gloria, una joven de 18 años que
desapareció exactamente un mes más tarde que Pep de Can Rogent pero en
las proximidades de Olesa de Montserrat. Según recoge la crónica del afamado
periodista de sucesos Enrique Rubio la chica fue hallada dos días más tarde por
un pastor y conducida al puesto del guarda forestal de Collbató. Tras saciar su
apetito la muchacha ¡volvió a desaparecer! Y nunca más se supo. Se da la
circunstancia de que Gloria estaba muy interesada en el contacto extraterrestre
aunque nunca, hasta entonces, habían tenido un comportamiento tan extraño. ¿Le
influyó, tal vez, la geología del lugar?
Los estudiosos Michael Persinger
y Ghislaine Lafrenière constataron como en el subsuelo de estos
lugares suelen concentrarse ingentes cantidades de materia altamente conductora
que, durante períodos de gran actividad solar, se cargaría eléctricamente
generando campos magnéticos fuertes que, a su vez, podrían generar los
mencionados efectos luminosos y las brumas fluorescentes.
Persinger opina que el
telurismo puede activar ciertos resortes de nuestra mente y producir un Estado
Alterado de Consciencia (EAC).
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El investigador Andreas Faber-Kaiser |
Así lo creía, también, el
malogrado Andreas Faber Kaiser tras investigar la extraña muerte del
joven Carles Teixidó. Su cuerpo apareció sin vida el 3 de enero de 1991
en las cercanías de la Santa Cova, en el término de Collbató en el
trazado del antiguo Cremallera. Carles estaba interesado en los temas
esotéricos, en la música rock y se mostraba intrigado por el mensaje subliminal
de ciertas canciones. Sin motivo aparente se fugó el 16 de diciembre. Sus
familiares lo hallaron andando hacia Montserrat donde, según dijo, tenia “a medianoche
un juicio determinante con Dios y el Diablo”. Al día siguiente, camino del
médico, saltó del vehículo y volvió a fugarse. La autopsia confirmó que murió
ese mismo día, en Montserrat, al despeñarse accidentalmente. ¿Influyó la
montaña en la materialización de sus miedos más profundos?
Perdidos en ninguna parte
Durante años ha corrido el
rumor entre los vecinos de las localidades próximas que el pueblo de La Mussara,
en la provincia de Tarragona, es una suerte de puerta dimensional, un acceso a
otros mundos. El investigador Josep Suñé al pueblo, que guarda en su interior
una piedra de gran tamaño. Se dice que todo aquél que la pise va a parar,
directamente, a Vila del Sis, un pequeño pueblo que, supuestamente, estaría en
otro plano dimensional.
Sorprende de inmediato que la
tradición haya bautizado a este Hares como Villa del seis pues, este número,
representa al diablo.
Es paradigmático el caso de
un ingeniero alemán que trabajaba en la central nuclear de Vall d’Uixó y
desapareció en 1995 por espacio de tres horas cuando caminaba por los aledaños
de La Mussara.
También Carles Estaller
también sufrió un episodio similar cuando se perdió durante varias horas en la
zona de Los Castillejos. Carles conoce perfectamente la zona y su prima Rosa,
que aquel día le acompañaba, también. Todavía hoy no logra explicar lo que
pasó.
El caso más representativo,
sin embargo, es el de Enrique Martínez Ortiz que desapareció en octubre
de 1991 en compañía de tres amigos suyos.
El joven de 37 años salió,
como tantas veces, a buscar níscalos y espárragos por La Mussara, un lugar que
conocía perfectamente. Según sus acompañantes se repartieron por una zona
próxima a las antenas repetidoras. A pesar de no tener contacto visual entre
ellos se hablaban. De repente se hizo el silencio y no se supo más de Enrique,
es como si se lo hubiera tragado la tierra.
Ni las batidas efectuadas por
los vecinos, ni la intervención de perros adiestrados, ni la participación de
200 soldados de Los Castillejos sirvieron para despejar interrogantes. Enrique
desapareció, sin más, el 16 de octubre de 1991 como engullido por otra
dimensión.
Hay otros mundos…
El matemático David Bohm,
profesor del Birbeck College de Londres postula que hay una realidad
dimensional más elevada que se proyecta en nuestras conocidas dimensiones
inferiores. Allí crea conexiones entre acontecimientos que no pueden ser
explicadas a través de relaciones corrientes de causa y efecto.
Parece innegable que algunas
personas son capaces de recoger información de esa otra dimensión, a pesar de
que el medio por el que estos datos son almacenados y transmitidos siguen
siendo un misterio. Hay que hacer referencia, en este sentido, a las
experiencias de Enric Lecumberri.
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El claustro de la catedral de Girona |
Le conocí en junio de 1993.
Poco antes había tenido una extraña vivencia en el claustro de la catedral.
Como muchos otros visitantes,
Enric y su compañera visitaron primero la catedral y después penetraron en el
claustro. Se dejaron llevar por las imágenes de aquellos relieves de los
capiteles que muestran aves, vacas, fieros leones e incluso dragones
mitológicos. Después Enric se aproximó al pozo que se halla en el centro del
claustro para tomarse una fotografía de recuerdo.
“Me coloqué al lado del
pozo que hay en el centro y disparó una primera foto (foto A). Después, -recuerda
Enric- avanzamos unos pasos y volvió a disparar. Entonces ocurrió algo
extraño: la pila del reloj se descargó y la máquina disparó dos fotos en la
misma emulsión (foto B), el caso –concluye- es que ya no pudimos
utilizar más la máquina”.
El hecho, de por sí, ya
resulta curioso porque, como habrán advertido los aficionados a la fotografía
para realizar dos exposiciones sobre un mismo negativo hace falta desbloquear
el obturador para evitar que corra la película. Sin embargo “inexplicablemente”
la cámara fotografió en un solo fotograma dos veces el mismo motivo.
Como es lógico, al revelar la
película se obtuvo una imagen duplicada. El ligero movimiento de la mano, en
las décimas de segundo transcurridas entre un disparo y otro, causó un
desplazamiento de tres centímetros entre los objetos fotografiados. Así,
reconocemos duplicadas las columnas, dos árboles, dos pozos pero... sólo un
Enric. ¿Cómo es posible? ¿Es que, en décimas de segundo se volatilizó nuestro
protagonista?
Una observación más detallada
nos mostrará como en el primer disparo de la fotografía dobleimpresionada hay
algunas zonas de Enric que ya estaban semidesvanecidas, concretamente su
chaqueta.
Vale la pena añadir que, a
partir de entonces, Enric aseguró recibir ciertas informaciones psíquicas que
todavía intenta digerir y que le hablan de un Universo paralelo. ¿Estuvo
entonces en otra dimensión? ¿Se esfumó o teletransportó a otro lado?
Fuente:
http://www.mcediciones.net/MAS_ALLA/html/sendfriend.asp?IDArt=41
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