martes 13 de mayo de 2008

IIEE Chile: Lápices que escriben solos

La sicografía o escritura automática ha sido una antigua práctica mediúmnica. El médium o persona en estado de trance, apoya su mano sobre un papel, premunido de un lápiz que sujeta suavemente. Al sentir la incorporación de la entidad que cree aceptar, ésta escribe sus mensajes a través de la mano de su comensal físico. La escritura siempre es diferente a la del médium y en muchos casos es igual a la de la persona que dice representar. Los mensajes varían de la intrascendencia a lo sorprendente y obviamente dan mucho que hablar.
Dos corrientes tratan de competir en la explicación del fenómeno. Una que niega toda acción de terceros y atribuye todo al inconsciente del sensitivo y la otra que acepta el fenómeno como un hecho real de comunicación del más allá.
Ni tanto que te quemes, ni tanto que te hieles. Siempre es difícil, por no decir imposible, una clasificación absoluta. Es posible que -al igual que todo fenómeno ligado al mediumismo- la gran mayoría de los fenómenos sean del más acá. Frutos ellos de la exaltación inconsciente del siquismo del médium o del siquismo colectivo de los participantes. Pero esto no descalifica la minoría, quizás si ínfima, de casos en los cuales nos queda un amplio margen de duda, escapándose totalmente de la explicación anterior.
Estos fenómenos no pueden verse desde un prisma cuantitativo. Se deberá analizar el fenómeno particular, no por ello menos fantástico.

Uno de estos casos es el que estamos presentando en este espacio. Se trata del médium italiano Demófilo Didani, que ofrece una particularidad desconcertante. El sensitivo se sienta en una sala en semipenumbra donde encontramos una mesa con papel y bolígrafos. La variable sicográfica de Demófilo es que al entrar en trance no toca los lápices, éstos escriben solos, como guiados por una mano invisible.
Estando de paso por Roma, Lina Brady de Boni, hija de un famoso médico, investigador de fenómenos paranormales, el verónes Dr. Gastote de Boni, quiso probar las habilidades de Demófilo. La mujer había vivido a la vera de la parasicología tema que había apasionado a su padre durante sesenta años, completando cien publicaciones. Colaboró durante cuatro años con la famosa revista "Luce e Ombra", falleciendo a los 78 años en 1986. Obviamente la gran pregunta de la hija era si su padre había realmente fallecido o sólo había sido su cuerpo. Esta pregunta merecía una respuesta y Demófilo se comprometió a entregarle antecedentes para que ella misma juzgara.




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Emocionante protocolo

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Las sesiones claves se llevaron afecto bajo estricto control de una docena de testigos se instalaron cintas magnetofónicas y los respectivos lápices bolígrafos frente a hojas de papel. Durante dos sesiones los lápices se movieron, pero la letra era indescifrable, si bien merecía el hecho que éstos escribían solos. Durante la tercera sesión Lina Brady observó espantada, cómo la letra era clara y precisa, idéntica a la de su padre. Aparecía un nítido escrito: "Para ti, mi querida hija, y para todos Uds... de vuestro padre, padre que siempre quiso comprobar esto. Gastote".

A partir de esa sesión -hubo cuatro- Demófilo comenzó a hablar en estado de trance con una voz igualmente idéntica a la del fallecido padre. Los registros de voz quedaron grabados en las respectivas casetes.

A pesar de su conmoción, Lina Brady mantuvo la calma y llevó los escritos a un instituto grafológico en Urbino. La conclusión de los expertos que compararon éstos con cartas escritas de puño y letra por Gastone fue de que ambas letras provenían de una misma persona: eran idénticas. Lo mismo pudo comprobarse con el estudio de las casetes grabadas en las sesiones tercera y cuarta, y cintas con la voz del padre que poseía Lina.

Conjuntamente con las conmocionantes constataciones, los testigos pudieron comprobar una serie de fenómenos colaterales coexistentes con los ya analizados: luces blancas u azul pálido se formaban en torno al médium sombras de aspecto humanoide deambulaban a cierta distancia de los espectadores a pesar de permanecer totalmente cerradas puertas y ventanas, una brisa suave y refrescante envolvía a las personas. Diversas materializaciones acompañaban las sesiones, ya que tanto Lina Brady como sus compañeros de aventura sentían invisibles manos que suavemente palpaban sus cuerpos.
Finalmente estaba la presencia de diversos raps (tipología), es decir, claramente se escuchaban golpes en los muebles y paredes mientras un olor aromático impregnaba el ambiente.

El propio Demófilo se sometía a toda clase de investigaciones, exigía personas con linternas que recorrieran los rincones durante las sesiones, sólo solicitaba no le iluminasen la cara. Al igual que el gran avatar Sri Sathia Sai Baba en la India (1) Demófilo, Didani materializaba un polvo tipo ceniza en sus manos (Vibhuti). Todo esto mientras los investigadores iluminaban las manos del médium. En más de una oportunidad las materializaciones fueron hojas verdes o monedas antiguas. El mediumismo del romano abría una puerta dimensional hacia un mundo desconocido y desconcertante para todos.

De todas maneras, a pesar de lo espectacular de esta fenomenología colateral, los testimonios de la escritura sicográfica como la de las casetes que se pudieron comprobar con la letra y la voz en vida del Dr. Gastote de Boni, resultan largamente lo más increíble y esperanzador para el estudio de la vida más allá de la muerte. Tanto más cuanto que, cada sesión se protocolizó seria y responsablemente entre gente de solvencia moral intachable. Lina Brady satisfizo gratamente su duda existencial