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Sobre la Escuela Arcana

Por una Estudiante *

Conferencia para la Sociedad Teosófica de Barcelona, España
 
 

La misión personal de Alice Bailey como discípulo consistió en crear un sistema pionero de formación de discípulos para Alice A. Baileyel mundo occidental. En 1923, y como respuesta a una demanda cada vez mayor por una enseñanza y formación más profundas en la ciencia del alma, Alice funda la Escuela Arcana, en la ciudad de nueva York, aprovechando la ventaja que suponía la potencia talismánica que HPB utilizó en esta ciudad, y en línea con el destino espiritual de los Estados Unidos.

La idea de Alice respecto a la escuela era la de crear un grupo auténticamente esotérico, cuyos miembros recibiesen la preparación necesaria para llegar a ser discípulos y servir como tales. La palabra discípulo describe a alguien que está, por encima de todo, comprometido a realizar tres cosas:

1º. Servir a la humanidad.

2º. Cooperar con el Plan de la Jerarquía tal como él lo ve y lo mejor que puede.

3º. Desarrollar los poderes del alma, ampliar su consciencia y seguir las directrices de su alma y no las de su personalidad.

Pero el proceso de formarse como discípulo sólo puede proceder con éxito después de haber recorrido el Sendero de Probación o de Purificación, que es como se denomina al período que va desde que la persona empieza a confrontar, por primera vez, los intereses de la personalidad con los del alma, hasta el momento en que la misión del alma adquiere un nuevo control sobre la vida, inaugurando así una nueva época espiritual para su sombra, la personalidad, que es lo que conocemos por el Sendero del Discipulado.

Las escuelas que habían surgido en el pasado habían cumplido un papel fundamental en el desarrollo evolutivo del ser humano y habían logrado llevar a la atención del público la naturaleza de la doctrina secreta, la enseñanza esotérica y el hecho de la existencia de los Maestros de Sabiduría. Se había impartido una gran cantidad de información necesaria respecto a los procesos de la creación divina, los planos, los septenatos, etc., pero a menudo con poco entendimiento real, y con una dependencia y devoción excesivas a la figura del fundador. Y nada de ello constituía una enseñanza verdaderamente esotérica. Se ponía el énfasis en fuerzas subjetivas, pero aún así materiales (escondidas en el interior del ser humano) y también en el desarrollo de facultades psíquicas, como la clarividencia y la clariaudiencia, que el hombre tiene en común con los animales. Se prestaba una gran atención a la pureza física, que afecta a la limpieza de las formas a través de las  cuales debe manifestarse el alma. Esta purificación no es de naturaleza esotérica, y no es una señal de desarrollo esotérico o espiritual. Aunque sí constituye una primera etapa sumamente necesaria, puesto que es el medio de construir el tipo de cuerpo que requerirá el discípulo cuando empiece el verdadero trabajo esotérico.

La palabra “esotérico” y la palabra “oculto” significan “aquello que está escondido”; indican lo que reside tras la apariencia externa y señalan las causas que producen la apariencia y los efectos. Se ocupan de todo lo que debe conocerse previamente al desarrollo de una consciencia de iniciado.

Por todo esto, Alice consideraba que las escuelas entonces existentes eran –debido al tipo de instrucción que impartían– más exotéricas (por externas) que esotéricas y que cumplían una función esencial, pero puramente preparatoria, ya que sólo enseñaban al estudiante a recorrer el Sendero de Probación. Tales escuelas estaban excesivamente regidas por las debilidades y fortalezas de los instructores que las fundaban y, por tanto, frecuentemente coloreadas por su énfasis en la personalidad, su exigencia de lealtad y por una interpretación incorrecta de las enseñanzas. A diferencia de todo esto, los instructores del futuro se limitarán a señalar el Camino, a recorrerlo con el discípulo, y a enfatizar las antiguas reglas pero con sus nuevas interpretaciones. Es decir, que el lugar del instructor ya no estará entre el grupo y la luz o entre el aspirante y el Maestro.

Para Alice la Escuela Arcana formaba parte, junto con otras iniciativas, de un esfuerzo espiritual por crear una serie de escuelas preparatorias, de contenido esotérico, que desempeñarían un papel intermedio o de transición entre las escuelas exotéricas del pasado y las que surgirían, en el futuro, como primeras verdaderas Escuelas de Iniciación.

La función de estas escuelas de transición sería avanzar las enseñanzas más allá del punto alcanzado en las escuelas anteriores, elevando su enfoque desde el mundo material al reino del alma. Trabajarían con valores más esotéricos y serían de naturaleza mental, poniendo el énfasis en el conocimiento de Dios, y no sólo en el sentimiento de una sensación de divinidad. Su objetivo sería lograr la fusión del alma con la personalidad integrada, revelando que tras el dualismo del místico (que constituye una etapa necesaria) está el hecho oculto de la identidad con lo divino, entrenando al discípulo para obrar como alma en los tres mundos y preparándole para trabajar en el grupo de algún Maestro como discípulo aceptado. Resumiendo, estas escuelas esotéricas de transición se dedicarían a la formación de discípulos y a su preparación para recorrer el Sendero del Discipulado y para entrar, posteriormente, en contacto directo con los Maestros. En cambio, la función de las nuevas escuelas que aparecerán a lo largo del siglo XXI –gracias al papel desempeñado por las escuelas de transición– será la de aceptar discípulos y prepararles para recorrer el Sendero de Iniciación.

Alice resumió en siete puntos la definición de una escuela esotérica:

  1. Una escuela esotérica es aquella en la que se enseña la relación del alma con la personalidad.

  1. Es una extensión al mundo físico exterior del grupo interno o Ashram de un Maestro.

  1. Una verdadera escuela esotérica trabaja en cuatro niveles de servicio y experiencia:

    1. El nivel del mundo exterior.
    2. El del mundo de los significados.
    3. El del alma en su propio mundo.
    4. El del Ashram o grupo de su Maestro.

  1. Una escuela esotérica entrena al discípulo en el trabajo grupal.

  1. No se basa en la autoridad de algún instructor ni en sus exigencias de reconocimiento u obediencia.

  1. En un grupo esotérico se presta atención a un desarrollo equilibrado del discípulo.

  1. Una escuela esotérica es, por lo tanto, un medio a través del cual el foco de la vida del discípulo se convierte en el del alma. Aprende a trabajar totalmente desde niveles espirituales y su consciencia se centra y se estabiliza en el alma y en el Ashram de su Maestro. Se le enseña a desempeñar su parte en la elevación de la consciencia de la humanidad.

La Escuela Arcana se fundó con la idea de cumplir con estos siete requisitos de toda escuela esotérica.

Además, su gestación se produjo a lo largo del período entre la primera y la segunda guerra mundial. La humanidad atravesaba su mayor crisis hasta la fecha, y en semejantes circunstancias era evidente que, para que la escuela desempeñase correcta y eficientemente su papel, habría que dotarla de un nivel sumamente alto. Por eso, Alice dedicó una enorme cantidad de tiempo a escribir y perfeccionar los cursos de estudio, que siguió ampliando y modificando con el paso de los años, no para que la escuela en sí tuviera éxito, sino con el objetivo de ayudar a unas personas a avanzar por el Sendero del Discipulado. La escuela no era sino un medio para tal fin. Por eso, la Escuela Arcana no se publicitó: los primeros estudiantes fueron llegando llamados por el poder de atracción subjetivo que ejerce la cualidad de un discipulado correcto.

Se realizó un esfuerzo minucioso por encontrar la forma correcta de traer al grupo algo de la nueva responsabilidad y relaciones acuarianas que serán esenciales, cara al futuro, para todo trabajo jerárquico espiritual, y que no es más que un tenue reflejo de las relaciones y responsabilidades existentes en el Ashram de un Maestro. La Escuela se organizó en base a una estructura jerárquica y no democrática. Esta cuestión de un sistema de relaciones humanas jerárquico versus uno democrático es algo sobre lo que se consultó a los estudiantes muy al inicio de la Escuela Arcana, apenas unos años después de su inauguración. La estructura jerárquica adopta el patrón de funcionamiento de los ashrams de la Jerarquía, y el funcionamiento de todas las escuelas de preparación de discípulos de la nueva era estará basado en esta estructura.

Las tres condiciones fundamentales en las que reposa la formación impartida por la Escuela Arcana son: la meditación, el estudio y el servicio a la humanidad. El estudiante ajusta voluntariamente su vida a las reglas del discipulado. El proceso es duro, y resulta en una eliminación natural de todos los que no estén verdaderamente preparados para seguirlo. Los cursos se imparten por correspondencia y los discípulos, aunque nunca lleguen a conocerse, son entrenados como grupo, sirviendo juntos por medio de la meditación y el estudio, pero pensando, meditando y buscando la Verdad por sí mismos, según sus exigencias internas y su comprensión, aprendiendo gracias a la independencia espiritual así obtenida el significado de la interdependencia en el trabajo de grupo.

El trabajo se dirige desde tres sedes en Nueva York, Ginebra y Londres y se financia por medio de contribuciones voluntarias de los estudiantes y simpatizantes. Se espera que los estudiantes de la Escuela compartan la responsabilidad de su mantenimiento, cada cual según sus medios.

La Escuela no es sectaria y respeta el derecho de cada estudiante de conservar su punto de vista y sus creencias. El material utilizado en los cursos proviene de fuentes muy diversas. El conocimiento, la lucidez y la sabiduría,  así como la capacidad de manipular las energías espirituales que resultan del trabajo y la enseñanza de la Escuela Arcana, deben expresarse y encontrar su aplicación por medio de una vida cotidiana de servicio, ayudando a la manifestación del Plan divino y a la solución de los problemas de la humanidad.

Alice siempre insistió en que, si la escuela se dirigía correctamente, conduciría a un incremento de libertad en la consciencia de quienes han estado asociados con ella en la preparación para el discipulado. Se refería a esa libertad que llega sólo cuando se trasciende la personalidad, y esta libertad no es sino el resultado de llevar una vida útil como discípulo.

Igualmente, previó que –si el proceso de preparación para el discipulado progresaba adecuadamente– llegaría un momento en que el estudiante habría pasado suficiente tiempo en la escuela, y podría dejar atrás su relación de alumno/maestro para pasar, enfrentándose a su nueva libertad, a una posición de cooperación espiritual en alguno de los campos de servicio de la Jerarquía en el mundo. Y ello vuelve a recordarnos que la Escuela Arcana no es un fin en sí, sino el medio para un fin, y que el hecho de prestar asistencia a un individuo para que llegue a ser un discípulo no es para que alcance ese estatus a título personal, sino para que pueda manifestarse y servir como lo haría un discípulo.

Es decir, que el estudiante se convierte en un cooperador activo en el servicio a sus semejantes y que este es un hecho de primera importancia en su vida. Prosigue con su vida de estudio y meditación, y mantiene su relación de compañerismo con sus hermanos de la escuela. Pero lo hace, crecientemente, a la luz de su propia alma, libre de la influencia de su personalidad  y de la limitación que constituirían ahora las muletas y guías que le resultaron útiles en una etapa anterior del sendero.

La libertad que permite esta nueva etapa no implica que el estudiante tenga que “romper” necesariamente con la Escuela Arcana, a no ser que se trate de algo deseable, por alguna razón, en su caso concreto. Normalmente, el estudiante suele progresar, de forma natural, hacia una cooperación cada vez más subjetiva y activa con la Escuela debido a que descubre un compañerismo creciente y constructivo y una efectividad cada vez más profunda en alguno de los proyectos espirituales respecto a los que la Escuela en su totalidad ha aceptado responsabilizarse, tal como Buena Voluntad Mundial, Triángulos, el trabajo de Preparación para la Reaparición del Cristo o la distribución de La Gran Invocación. Pero también es posible que prosiga, en compañía de muchos otros estudiantes de la Escuela, a los distintos campos de utilidad jerárquica que forman parte  del programa del nuevo grupo de servidores del mundo.

En su libro “Reflexiones”, Foster Bailey cuenta que el trabajo realizado por Alice en la Escuela Arcana fue tan meticuloso que, en un plazo de tan sólo diez años, el primer grupo de estudiantes de la escuela estuvo formado. Y la necesidad del momento era tal que, según nos cuenta, la Jerarquía utilizó al grupo clara y casi prematuramente.

* B. G. es una estudiante comprometida y dedicada al trabajo de la Escuela Arcana y sus actividades de servicio. El texto que trasmitimos es el resultado de una conferencia dada hace unas semanas en la Sociedad Teosófica de Barcelona, España.

Enlace relacionado: http://www.lucistrust.org/spanhtml/arcane/index.shtml 

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Materiales sobre la Escuela Arcana para descargar en:

 

La Escuela Arcana - Folleto preliminar

Los Principios de la Escuela Arcana

Entrenamiento esotérico en un periodo de transición

¿Qué es una Escuela Esotérica?

La Ciencia de la Meditación

El Trabajo del Maestro Tibetano

Las Actividades de Servicio de la Escuela Arcana

La Jerarquía Espiritual

Shamballa: El Centro donde la Voluntad de Dios es conocida


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