Fanatismo

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El fanatismo es una actitud o actividad que se manifiesta con pasión exacerbada, desmedida y tenaz,[1] en defensa de una idea, teoría, cultura, estilo de vida, etc. Hoy en día se usa mayormente para designar a las personas profusas en su proselitismo hacia una causa religiosa o política, hacia un deporte, pasatiempo o hobby, o hacia una persona a quien idolatra.

Psicológicamente, la persona fanática manifiesta una apasionada e incondicional adhesión a una causa, un entusiasmo desmedido y/o monomanía persistente hacia determinados temas, de modo obstinado, algunas veces indiscriminado y violento.

Relativo a las ideologías etc., el fanatismo se refiere a las creencias de una persona o grupo. En casos extremos en los cuales el fanatismo supera la racionalidad, puede llegar a extremos peligrosos, como matar a seres humanos o encarcelarlos, con el fin aparente o manifiesto de imponer esa creencia, considerada por el fanático o fanáticos como la única verdad.

La importancia de una buena definición de fanatismo estriba en los problemas éticos que genera en la mayoría de los casos que serán considerados. Cabe señalar que en este sentido, el fanatismo no se define tanto por la racionalidad o irracionalidad del pensamiento de la persona fanática (eso atañe más propiamente a la locura, que es estudiada por la Psicología, a la Lógica, y a otros campos de conocimiento), sino más bien por sus actitudes o comportamientos, ya que son éstos los que producen problemas éticos (véase libertad de expresión).

Existe el caso del fanatismo positivo (no en contra de algo o alguien). Para hablar de ello primero debemos definir otro término, tomado del inglés: "fan".

Un fan, simpatizante, aficionado, seguidor, admirador es una persona que siente gusto y entusiasmo por otra persona/s o por cierto objeto/s. El término se utiliza en particular en el deporte y el arte, para referirse a admiradores de una persona o grupo de personas. Los fanes de algo o alguien constituyen el fandom de la persona o cosa que se admira. A veces demuestran su afición siendo miembros de un club de fanes, creando fanzines, promoviendo lo que les interesa, o de otras maneras más.

El fan fanático es aquél que comete actos delictivos, llegando al punto de asesinar a su ídolo.

Tipos de fanatismo[editar]

Existen varios tipos de fanatismo, y se manifiestan como afinidad y/o contrariedad con una persona, religión, ideología, deporte o pasatiempo, entre otros tópicos.

Ejemplos de fanatismo se han dado:

  • En el terreno religioso con la defensa de dogmas, o la defensa de libros sagrados o de dioses.
  • Otro ejemplo de fanatismo es hacia una persona, es el caso del "fan fanático", ya mencionado.
  • También de equipos deportivos (este caso es negativo: en contra de los otros equipos).
  • También existen los fanáticos antireligiosos; anticristianos, antimusulmanes o anti-religiosos en general, etc.
  • Cabe analizar si es fanatismo el caso de la defensa acérrima de valores culturales tradicionales contra el cambio de los mismos.

Fanatismo religioso y antirreligioso[editar]

El fanatismo religioso es uno de los tipos de fanatismo que más ha generado controversia a través de la historia. En nombre de diversas ideas religiosas, se han producido conflictos bélicos, ejecuciones públicas, holocaustos, asesinatos y actos terroristas. Durante siglos miles de hombres fanáticos se han apoyado en las religiones para así cometer tales actos en contra de otras personas que no crean en su religión. También se registran casos de personas manifiestamente ateas que se han denunciado como fanáticas en contra de las personas religiosas, por ejemplo Mao Tse Tung, este tema es muy controversial y ampliamente debatido.

Teorías psicológicas acerca del fanatismo[editar]

La conciencia de la individualidad se suprime mediante la atenuación de la conciencia del yo, por una parte, y mediante la acentuación del sentimiento de pertenencia a lo otro. Para lo primero sirve el alcohol y otras drogas, el éxtasis sexual, etc. Para lo segundo se procede a la adhesión incondicional a sectas y facciones totalitarias políticas o religiosas, la entrega a un grupo, a personas posesivas... La conciencia corporal se disminuye mediante la reducción de las vivencias corporales y la desvalorización del mundo en donde la vida corporal se desarrolla.

Epistemología[editar]

Desde el punto de vista epistemológico, el fanático, curiosamente, se parece a su contrario el relativista, en la medida en que para ambos no cabe el debate o la búsqueda común de la verdad. El fanático se comporta como si poseyera la verdad de manera tajante. Afirma tener todas las respuestas y, en consecuencia, no necesita seguir buscando a través del cuestionamiento de las propias ideas que representa la crítica del otro.

El fanático, pues, se caracteriza por su espíritu maniqueo y por ser un gran enemigo de la libertad. Los lugares donde impera el fanatismo son terrenos donde es difícil que prospere el conocimiento y donde parece detenerse el curso fluyente de la vida. Un mundo, en definitiva, contrario a la mudable naturaleza humana que en ocasiones se diría anhela la muerte. De hecho, para Albert Camus en El hombre rebelde, es una suerte de nihilismo destructivo más.

El precio a pagar por la cristalización del pensamiento engendrada por el fanatismo resulta caro. El alejamiento de la verdad es una de ellas, porque para profundizar en el conocimiento debemos estar abiertos al descubrimiento de la parte de verdad presente en los demás, desde una humildad intelectual de corte socrático, con una actitud dogmática resulta difícil llegar muy lejos intelectualmente.

Conflictos sociales[editar]

Pero existe otra desventaja que tal vez resulte más contundente que la epistemológica: que el fanatismo siempre ha conducido a guerras y a graves desastres. Tras numerosos conflictos sociales, guerras, masacres, limpiezas étnicas e injusticias se halla la intolerancia de muchos fanáticos. Esto han coincidido en señalarlo todos los defensores de la tolerancia. El fanatismo es el culpable de esos males, que podrían evitarse con la universalización de un talante fraternal que aceptara las diferencias.

Características[editar]

En síntesis, el fanatismo presenta uno o más de los siguientes rasgos:

  • Dogmatismo falaz: creencia en una serie de convicciones que no se cuestionan ni razonan y cuya justificación lo es por su propia naturaleza o con relación a alguna autoridad;
  • Intransigencia: no acepta los análisis críticos de sus ideas o comportamientos;
  • Maniqueísmo: las diferencias son consideradas de manera radical; no se admiten los matices.
  • Reduccionismo doctrinal o simplicidad de análisis interpretativo: la diversidad categorial suele encerrarse en pocas categorías contrapuestas: "buenos" y "malos"; "arios" y "no arios"; "fulanos" y "menganos" (para equipos deportivos por ejemplo);
  • Discriminación e intolerancia a la diferencia: desprecio y rechazo de lo que escapa a unos determinados modelos y etiquetas;
  • Autoritarismo: afán de imponer la propia cultura, estilo o creencias y de forzar a que los demás se adscriban a lo mismo.
  • Obsesión: El fanático en ocasiones abandona temporalmente una relación o debate, cuando las cosas se le escapan de las manos, aduciendo que la contraparte no está preparada para dialogar, o que no es respetuosa, o que es soberbia, etc. pero no lo demuestra.

Véase también[editar]

Referencias[editar]

  1. Ir a «Real academia española» (en español). Consultado el 12/08/2012.
Bibliografía
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Enlaces externos[editar]